OBAMA EN MÉXICO. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se traslada a bordo del vehículo conocido como La Bestia hacia Palacio Nacional. La imagen, sobre calzada de Tlalpan y San Antonio AbadFoto Alfredo Domínguez
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ime qué declaras y te diré qué ocultas, sería la adaptación binacional del claridoso refrán mexicano sobre el presumir y el carecer. Así fue que Barack Obama y Enrique Peña Nieto llegaron a su primer encuentro con periodistas en el marco de la imperial visita del primero al país tramitado por el segundo. ¿Seguridad y migración? Bueno, hay temas notablemente más importantes, dirían los evasores declarativos, centrando la atención en el tema económico, en mercados e inversiones, en pesos y dólares, en el inevitable paraíso prometido para quienes sigan, a pie juntillas, las nuevas directrices venturosas de los dos administradores vecinos que dejaron para sesiones privadas los verdaderos puntos rasposos del encuentro disparejo (y no sólo en cuestión de centímetros).
México de maravilla, ejemplo democrático a partir de su pacto tripartidista, santuario del reformismo plausible, ejemplo del buen hacer político, donde se deja en segundo plano lo relacionado con los migrantes centroamericanos tirados de trenes por no pagar cuotas o las regiones enteras dominadas por cárteles delincuenciales y donde los nativos se mantienen en casa, con empleo y remuneración suficientes, sin necesidad de arriesgar la vida en travesías hacia el norte. Lo importante son los negocios: dame una ganancia y moveré el mundo, es el lema del dueto que se encomienda a un Arquímedes con altísimas palancas. El ensueño salinista de primera generación reivindicado en la versión actual: del tratado de libre comercio a la libre trata comercial del país.
El ensueño mercantil pretende convencer a los mexicanos de una vía alterna hacia la felicidad, la de la anexión consolidada, en un esquema de venta de lo que resta de nación mediante comisionistas empoderados, para beneficio de las élites de ambos países, convencidas de que bien vale la pena acompañar a Peña Nieto y sus tutores en el rediseño del pastel a repartir. Por ello es que en la superficie todo fluye tranquilo, en un duelo de cortesías entre un mexicano y un estadunidense que dicen respetar los respectivos ámbitos de influencia, aunque en los hechos el primero viene a apretar tuercas al segundo y a definir trazos en lo que desde las alturas es visto como patio trasero con gerentes o administradores serviciales.
Ironía que en el nuevo mundo mediático de internet es ampliamente comentada: el vehículo blindado que utiliza el visitante es llamado La bestia, al igual que el tren de la muerte en el que suelen viajar centroamericanos y mexicanos del sur en trayecto hacia el norte del fallido sueño
americano. Dos bestias distintas y una sola desigualdad monstruosa verdadera. Nunca entendió, por cierto, esta columna tan astillada, las referencias en las redes sociales y en el microblog del pajarito azul a una tercera bestia, así que el comentario hasta aquí quedará.
Lo económico como coartada a mediano y largo plazo de lo importante en el corto. Mal harían los reunidos ayer en centrarse en temas como el mayor control estadunidense de la frontera con México, el tráfico gringo de armas hacia México en operaciones furiosamente intervencionistas, y los detalles de la
guerracalderonista contra el narcotráfico, ahora elevado a la categoría aspiracional de tregua y arreglo extraoficial. Obama dice que no se mete en el asunto de la seguridad, aunque en realidad pretende restaurar el nivel de entreguismo extremo practicado durante el calderonismo servil, cuando agentes y estrategas del vecino país tomaron decisiones, supervisaron acciones y se movieron con libertad insólita en México. Y el fascinado Peña Nieto devuelve las cortesías acordadas al establecer que el tema de la reforma migratoria corresponde a Estados Unidos, lo que es una verdad rigurosa e incontestable pero que, en términos políticos y frente a una comunidad de migrantes mexicanos en lucha por su regularización, bien merecía algunas palabras de aliento político, de solidaridad cuidadosa y respetuosa de la vida interna de EU, pero inequívocamente definida al lado de esos ciudadanos que a causa de las fallas del sistema económico y político han emprendido un exilio masivo hacia el norte.
Primero de dos días de visita del carismático orador, que en el fondo se ha especializado en mantener el estatus imperial con cambios apenas cosméticos. Los equipos de trabajo, en tanto, afinan los detalles y cierran los acuerdos sobre borradores ya ampliamente tocados en semanas anteriores en sesiones en Washington. De lo que allí se resuelva se irá sabiendo más adelante, por la vía irreversible de los hechos y no por las declaraciones suavizadas de las conferencias de prensa.
Astillas
Gobernación anuncia que el próximo 8 habrá mesa de negociación con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, mientres se cumplen las órdenes de aprehensión contra dirigentes y militantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero. Bucareli pretende aprovechar diferencias políticas entre ambas agrupaciones para mostrarse dialogante con unos mientras apresa a otros. La maquinaria policiaca ha sido activada en el contexto de la visita del presidente estadunidense a México, cuando la atención pública está centrada en los detalles internacionales, y acelera las definiciones al interior del movimiento guerrerense, uno de cuyos polos ha apostado por formas de violencia que el Estado ahora comienza a castigar. Ya se verá si el golpe tan anunciado somete las aguas magisteriales en revuelta o potencia el conflicto.
Y, mientras el jaloneo en el PRD capitalino va definiendo caminos para Miguel Ángel Mancera, quien no se ha afiliado al sol azteca y está en espera de que se definan temas centrales, como el del relevo en la dirigencia capitalina (donde Raúl Flores, su candidato, parece avanzar, a pesar del bejaranismo), y el del liderazgo nacional, donde los Chuchos se resisten a abrir paso a Marcelo Ebrard, ¡feliz fin de semana!
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