lunes, 22 de julio de 2019

"La Francia Insumisa" se convierte en la fuerza hegemónica de la izquierda

Los medios de comunicación se han apresurado a destacar el pase de Macron y Le Pen a la segunda ronda de las elecciones presidenciales francesas –algo que, por otro lado, esperaban desde el inicio de la campaña electoral. Para nosotros, el elemento más destacado es el gran resultado electoral de La Francia Insumisa que ha emergido como la fuerza hegemónica e indiscutible de la izquierda, algo imprevisto por esos mismos medios de comunicación hace unas semanas.
Jean Luc Melenchon candidat France insoumise lelection presidentielle 2017 meeting Chateauroux 2 avril 2017 0 1398 916
Aparte de nuestro balance inicial de estas elecciones, consideramos importante ampliar el mismo con algunos comentarios adicionales.
El paso a la segunda ronda de Macron y Le Pen no debe eclipsar el principal acontecimiento de estas presidenciales: el gran éxito de la campaña de Jean-Luc Mélenchon. Ha rozado el tercer puesto, con casi el 20%, siendo la fuerza más votada en 4 de las 10 ciudades más importantes del país (Marsella -la 2ª ciudad de Francia-, Toulouse, Lille y Montpellier) y la segunda en otras 3 (Burdeos, Nantes y Estrasburgo). Ha sido segunda en 3 de las 13 regiones de Francia, y también en la región de París (Île de France), excluyendo a la capital, siendo la fuerza más votada en los distritos obreros de la región. También ha sido la primera fuerza en los territorios de América y el Caribe, como Guyana (donde hace semanas se produjo una huelga general de carácter insurreccional), y Martinica, y en la isla Reunión (Océano Índico).
La Francia Insumisa partió con una intención de voto del 10% a comienzos de marzo, pero en pocas semanas se situó en alrededor del 20%, pese al protagonismo mediático abrumador de las fuerzas de la derecha y la ultraderecha. El entusiasmo suscitado alrededor de la candidatura de Mélenchon se expresó también en mítines de masas con decenas de miles de personas: en París (130.000 participantes), al término del cual se cantó La Internacional; Marsella (70.000), Toulouse (70.000), Lille (25.000), y miles más en otras ciudades.
En medio del fulgurante ascenso de Mélenchon en las encuestas, los medios de comunicación burgueses iniciaron una campaña histérica salvaje contra él –similar a las llevadas a cabo en España contra Unidos Podemos– calificándolo de “comunista peligroso”, “agente bolivariano y castrista”, asociándolo a Venezuela y Cuba. Esto coincidió, además, con las maniobras desestabilizadoras de la oposición contrarrevolucionaria en Venezuela con manifestaciones, choques con la policía y asesinatos de grupos paramilitares opositores. Sin duda, esto debió jugar algún papel en contener el avance de La Francia Insumisa entre una capa vacilante en la última semana de la campaña, que era el objetivo buscado por esta campaña deshonesta de terrorismo mediático. También queda por evaluar el impacto que tuvo el atentado terrorista en París, con un policía muerto, 3 días antes de las elecciones. Sin duda, esto reforzó el voto de la derecha (Le Pen y Fillon) y de algún modo debió perjudicar a Mélenchon, que se ha opuesto valientemente a la criminalización de la población musulmana y de los refugiados.
Hay un hecho que ocultan todos los comentaristas burgueses, y es que las fuerzas situadas a la izquierda del Partido Socialista superaron en votos al Frente Nacional de Marine Le Pen. Así, La Francia Insumisa (19,58%) y las candidaturas de los dos pequeños grupos de la llamada “extrema izquierda” –Nuevo Partido Anticapitalista, NPA (1,09%), y Lutte Ouvrière (0,64%)– consiguieron en conjunto 7.687.895 votos (21,31%) frente a los 7.679.493 del Frente Nacional (el 21,30%). Esto desmonta el mensaje unilateral de la prensa burguesa, y de amplios sectores de la izquierda europea, del giro “xenófobo” y “ultraderechista” de la sociedad francesa, cuando en realidad tenemos una polarización a derecha e izquierda que refleja el fermento e inestabilidad política generados por la crisis capitalista global. Y sobre todo, la búsqueda de una alternativa radical por parte de millones de trabajadores y jóvenes franceses.
En relación a lo anterior, hay que lamentar el papel divisionista en el voto protagonizado por las candidaturas del NPA (apoyada en España por la corriente Anticapitalistas de Podemos, de Miguel Urbán y Teresa Rodríguez) y de Lutte Ouvrière. Pese a que no tenían ninguna posibilidad de jugar siquiera un papel mínimamente relevante, como se ha demostrado, atraparon un 1,73% del voto, que resultaban vitales para que la candidatura de Mélenchon pudiera superar a Marine Le Pen y pasar a la segunda ronda.
Nos parece políticamente razonable que se hubieran presentado a las elecciones para captar la atención y hacer propaganda de sus propuestas, pero en la última semana debían haberse bajado de la campaña y haber llamado al voto crítico a Mélenchon. Eso les hubiera dado una gran autoridad en la base y en los votantes de la Francia Insumisa, al verlos que arrimaban el hombro para asegurar el pase de aquél a la segunda vuelta, y les hubiera facilitado que una capa más amplia de gente estuviera dispuesta escuchar sus propuestas críticas con Mélenchon. Lamentablemente, los sectarios de izquierda –a quienes les trae sin cuidado el avance general del movimiento– se ven más cómodos como cabeza de ratón que como cola de león.
Por supuesto, eso no hubiera garantizado que los 627.000 votos conseguidos por estas pequeñas candidaturas hubieran ido todos a Mélenchon, pero una gran parte probablemente sí. Además, ese llamamiento de su parte a agrupar el voto de izquierdas alrededor de Mélenchon podría haber tenido un eco favorable en un sector de votantes del candidato socialista Hamon, muchos de los cuales se mantuvieron dubitativos hasta el final, para haber hecho lo mismo, e igualmente en sectores vacilantes que se abstuvieron de votar.
Tampoco escondemos la responsabilidad de Mélenchon, ya que en la última semana de su campaña se percibió un giro a la moderación en su mensaje –quizás con la falsa expectativa de atraer a un sector moderado de votantes que le garantizara el pase a la segunda vuelta– faltándole una insistencia mayor en apelar directamente a las capas más oprimidas de la sociedad con un discurso más centrado en los temas sociales.
Tomando todo lo anterior en conjunto, en absoluto es exagerado decir que Mélenchon tuvo posibilidades muy reales de pasar a la segunda ronda y de estar en condiciones de haber disputado la presidencia al candidato de los banqueros y de Bruselas, Enmanuel Macron, con las enormes consecuencias políticas que eso hubiera provocado en todo el continente y en el Estado español en particular.
Ahora de lo que se trata es de convertir la Francia Insumisa en un potente movimiento político, con estructuras democráticas, y asegurar la máxima representación parlamentaria del movimiento en las elecciones a la Asamblea Nacional de junio. Los marxistas franceses de la CMI están comprometidos con el movimiento, apelando a la adopción de un programa socialista que proponga la nacionalización, bajo control de los trabajadores, de las palancas clave de la economía, y movilizar en las calles contra los programas y propuestas reaccionarias, tanto de Le Pen como de Macron.

MÉLENCHON - Necesitamos el éxito de AMLO

El anticomunismo fanático y feroz en los EEUU

El fantasma de McCarthy ronda la Casa Blanca
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A
nte las elecciones en Estados Unidos de 2020, la estrategia del presidente Trump para relegirse está planteada. Es claro que des-de ahora ha decidido jugar la carta del racismo, la xenofobia y la escatología protofascista que le caracteriza.
Insulto sin disculpa
La gravedad del insulto a cuatro jóvenes legisladoras cuando Trump las acusó de odiar a Estados Unidos y las conminó a regresar a la tierra de la que son originarias –tres de ellas nacieron en ese país y una en Somalia, pero es ciudadana estadunidense– fue una demostración patente de su racismo y de la estrategia para relegirse.
Agredir e insultar de la forma más soez a quienes lo critican y discrepan de él, y de esa manera enardecer los más bajos instintos de los que por extraviadas razones lo apoyan, fue su estrategia para ganar la presidencia y ahora para un segundo mandato.
Su nativismo trasnochado al pregonar que las oleadas de protestantes que colonizaron las tierras que pertenecieron a los indios son los únicos con el derecho natural a vivir en el país que él gobierna, es una trampa que sólo tiene cabida en la ignorancia y la estulticia de quienes piensan igual que él. Esa es la carta que Donald Trump ha jugado a lo largo de la campaña iniciada en 2015, en todo su mandato y, desde mucho antes, cuando, como propietario de edificios de departamentos, se negó rentarlos a latinos y a afroestadunidenses.
Nadie en su sano juicio pensó que un personaje de esa estirpe, cuyo mayor logró había sido como histrión en un programa de concurso, pudiera incursionar en el terreno de la política con alguna posibilidad de éxito. Fue una de las razones por las que la mayoría de los medios de comunicación descartaron de entrada sus posibilidades de ganar la candidatura del Partido Republicano.
Lo que se perdió de vista es que un sector de la sociedad estadunidense se siente agraviada por los movimientos de integración racial, y la lucha por la igualdad de género y raza que invariablemente han rechazado porque los ven como la expresión de una élite ajena a su cultura.
Trump encarnó ese sentimiento porque le era útil y también por convicción. Lo aprovechó para llegar a la Casa Blanca y lo reutiliza en su afán de permanecer en ella cuatro años más.
Al margen de lo que suceda en la elección de 2020, lo que se puede advertir es que la semilla de la discordia ha sido plantada y pudiera florecer más allá de la elección del próximo año. El terreno es fértil en una capa de la sociedad que se niega a entender que el tufo racista y xenófobo destilado por Trump está corroyendo las bases sobre las que se construyó esa nación desde el momento mismo de su Independencia y posteriormente con una guerra civil que costó cientos de miles de vidas. Trump ha logrado su cometido: dividir nuevamente a la sociedad estadunidense para aprovecharse.
Silencio del partido a conveniencia
En última instancia, el mandatario ha requerido de acólitos para lograr sus propósitos. Lo más lamentable en esta oleada de insultos en contra de las cuatro jóvenes legisladoras ha sido la actitud del Partido Republicano, cuya mayoría, fuera y dentro del Congreso, ha justificado la conducta de quien ha organizado el asalto a la ponderada democracia estadunidense, y de paso al que fuera partido de Lincoln. El silencio convenenciero e hipócrita que han mantenido los republicanos frente a la actitud del presidente es no sólo vergonzoso, sino peligroso por las consecuencias que pudiera tener en corto o mediano plazo. Algunos de sus miembros se han atrevido a denunciar a las congresistas objeto de las recriminaciones de Trump como comunistas.
¿Alguien recuerda el macartismo que costó la libertad e incluso la vida a quienes expresaron en un momento sus ideas liberales como tantos otros lo hacen actualmente?
Los síntomas son graves; la historia podría repetirse. Lo que no se sabe es si esta vez como tragedia o como una farsa encabezada por un moderno émulo de Joseph Goebbels.

NADANDO DE A MUERTITO-Rocha

Trabajadores financian a la IP con uno de cada 3 pesos en las Afore

Oro negro, NAIM e ICA, planes fallidos
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Periódico La Jornada
Lunes 22 de julio de 2019, p. 19
Uno de cada tres pesos del ahorro de los trabajadores en las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore) financia actividades productivas privadas, al alcanzar un billón 236 mil 930 millones, revelan informes de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).
Las Afore han arriesgado esos recursos en inversiones fallidas y entre ellas destacan 500 millones de dólares que Sura y Citibanamex dieron a la perforadora Oro Negro, que el pasado 14 de junio se declaró en quiebra, con 66.7 por ciento de la empresa en manos de Grupo Axis, es decir, los ahorradores son inversionistas de casi dos partes de la firma.
La ley permite que parte de los 3 billones 700 mil 94 millones de pesos que administran las Afore, que equivalen a 15 por ciento del producto interno bruto, pueda usarse en productos de inversión privada. Para ello se tienen diversas vías: Fibras y Certificados de Capital de Desarrollo (CKD), entre otros.
También destacan los casos de Inbursa, Pensionissste, Profuturo, XXI-Banorte y Sura, que pusieron 17 mi 377 millones de pesos del ahorro en la Fibra E para el aeropuerto de Texcoco, dinero que, según Gerardo Ferrando Bravo, director general del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, era innecesario cuando se adquirió la deuda. Tras la cancelación del proyecto, en octubre, se registró una minusvalía de 131 mil 649 millones de pesos en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR). El regulador aseguró que de lo invertido por la Afore, ya se reintegró 99 por ciento.
También se encuentra la inyección de 21.5 millones de dólares en acciones de la constructora ICA, cuando éstas se desplomaron 50 por ciento a mediados de 2015. En diciembre la empresa se declaró en suspensión de pagos. Ello implicó que por cada peso que se invirtió de trabajadores afiliados a Pensionissste, al final terminaran valiendo un centavo.
Entre otras obras que se beneficiaron de los recursos de los trabajadores están la Torre Mayor –proyecto residencial y corporativo– y Mítikah –rascacielos privado, donde el metro cuadrado cuesta 85 mil 987 pesos–. De igual forma, las inyecciones de capital a la española OHL.
En el caso de Oro Negro, la firma fue sostenida con 500 millones de dólares del dinero de trabajadores que Sura y Citibanamex invirtieron en un CKD expedido por Axis Capital, propiedad de Gonzalo Gil White, hijo del ex secretario de Hacienda Francisco Gil Díaz.
La compañía acusó confabulaciones en Petróleos Mexicanos, lo que “terminó subordinando los intereses de millones de trabajadores –cuyos ahorros estaban indirectamente invertidos en una empresa institucional que, por vez primera, democratizaba para ciudadanos comunes y corrientes el poder participar en el sector energético– para favorecer intereses particulares producto de componendas”, reprochaba hace un año. Actualmente dueño y directivos enfrentan órdenes de aprehensión.
A la fecha, la inversión en el SAR se reparte principalmente en tres rubros: 53.78 por ciento en deuda de gobierno, le sigue la privada nacional (financiamiento a empresas), con 18.26 por ciento, y en el mercado bursátil internacional se aplican 12.12 por ciento.
De acuerdo con el actual esquema de retiro, las Afore pueden invertir en los rubros público y privado y se regulan internamente para decidir en qué. Pese a que la ley contempla sanciones por manejar los recursos de manera riesgosa, ni el caso de la perforadora ni el de ICA ha sido castigados.
Abraham Vela, titular de la Consar, explicó que los trabajadores ya pagaron la quiebra de Oro Negro. “En realidad ya no es tema (…) el valor de mercado de este instrumento financiero ha sido prácticamente de cero”, expresó en el contexto de un foro convocado por Fitch Ratings. Fuera de ello, no se ha anunciado alguna investigación o sanción.
Sin embargo, se mantiene una minuta en el Senado que permite flexibilizar las inversiones, con lo cual se espera que la tasa de remplazo –lo que cobra de su salario el trabajador una vez que se retira– pase de 30 por ciento a un máximo de 35.
La comisión promedio que cobran las 10 empresas que concentran el mercado mexicano es de 0.98 por ciento del saldo, monto que está por arriba de los esquemas de Reino Unido, Perú, Australia, Colombia, Chile, Suecia y Estados Unidos.