miércoles, 16 de junio de 2010
Advierte la Iglesia con excomulgar a "Católicas por el derecho a decidir", luego de que en Querétaro se clausaran espectaculares proaborto
Escrito por Agencia Externa
Miércoles 16 de Junio de 2010
El municipio de Querétaro, encabezado por el panista Francisco Domínguez Servién, decidió clausurar cinco anuncios espectaculares en diversas zonas de la ciudad de la organización Católicas por el Derecho a Decidir, que difunde el permiso que otorga el Derecho Canónico, en casos particulares, para practicar el aborto.
"La vida es la vida y se respeta desde el momento de la concepción hasta su término natural", dijo.
Cuestionado sobre la campaña "Otra mirada católica del aborto", impulsada por la organización "Católicas por el derecho a decidir", el prelado afirmó que éstas mujeres "no son católicas, aunque se ostenten como tales porque tienen certificado de que están bautizadas, no están practicando la doctrina de la Iglesia católica".
El sacerdote reconoció que ha visto anuncios espectaculares sobre esta campaña, y advirtió a las promotoras que "si no quieren ser excomulgadas que no caigan en los puntos sancionados por la Iglesia católica", incluso si hubiera una violación.
Recordó que en tiempos del papa Juan Pablo II, dos de 25 monjas del convento de Nova Topola, en Bosnia Herzegovina, quedaron embarazadas tras ser violadas por milicianos serbios que irrumpieron en el lugar.
"El Papa fue muy claro: ¡Aborto no! La que quiera tener su criaturita, la Iglesia verá la forma de colocarla para que siga su vida con su niño, pero no como religiosa. La que quiera seguir en la vida religiosa la Iglesia se hará cargo de la criatura", refirió el presbítero.
Y enfatizó: "La Iglesia jamás, por ningún motivo, estará aprobando la muerte, en ningún sentido; jamás".
Por ello, Barragán Oliva insistió en que las organizaciones de mujeres que están a favor del aborto, aunque tengan certificado de bautismo, con sus acciones incurren en "una falacia, un engaño. Si no se habla con la verdad, ya están mal".
El ayuntamiento argumentó que carecen de permiso para su colocación. Sin embargo, la organización no gubernamental afirmó que rentó a inicios de mes nueve espectaculares en la ciudad.
El 31 de mayo, Católicas por el Derecho a Decidir inició una campaña en los estados de Baja California, Campeche, Chiapas, Colima, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Oaxaca y Querétaro, con la finalidad de dar a conocer la visión de la jerarquía católica en torno al aborto, así como difundir que en el Código de Derecho Canónico se especifican los casos en que no hay condena al aborto.
Corta campaña
Ocho días después de iniciada la campaña, el gobierno municipal, a través de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (Sedesu), anunció la continuación del programa de Regularización de Anuncios Espectaculares en la ciudad, llevándose a cabo “la clausura de cinco de estos anuncios, debido a que no cumplían con el reglamento ni permisos para su instalación”.
En un comunicado estipula que el motivo de la clausura “fue la falta de la licencia de anuncio, la cual es expedida por la Secretaría de Desarrollo Sustentable”.
El vocero de Católicas por el Derecho a Decidir consideró que era bueno que el ayuntamiento revise las políticas de los espectaculares, “sin embargo, me parece muy curioso que haya hecho esta revisión justo la misma semana que nosotros colocamos nuestra campaña”
Excomunión a Católicas por el Derecho a Decidir
El vocero de la Iglesia católica en Oaxaca, José Guadalupe Barragán Oliva, reiteró la postura de la institución sobre el respeto a la vida desde la concepción y su rechazo al aborto, bajo cualquier circunstancia.
• Entre la Ley y la Justicia...
Opiniones y Comentarios
Julio Ricardo Blanchet Cruz
16 junio 2010
jrbc@diariolibertad.org.mx
Más que convicción etílica, ya parece esquizofrenia la necedad de don Felipe de no querer ver la realidad. El que el Consejo de Seguridad de la ONU, que quién sabe en aras de qué pero preside nuestro México, acabe de declara emergencia lo que sucede en Kirguistán, la ex República de la Unión Soviética Socialista...
Donde debido a los disturbios étnicos que se han presentado, las Autoridades locales han solicitado la intervención de los EEUU, pues los desmanes ya han cobrado la vida de 170 personas...
Cuando esa cifra es pecata minuta para lo que sucede en nuestro México, donde solo en la semana pasada ejecutaron a 275 personas. Haciendo evidente que las medidas que ha tomado el Gobierno federal para combatir a la delincuencia, no han funcionado. No querer verlo es estar ciego...
Proseguir en su necedad, sobre todo cuando sabido es que para el próximo Noviembre en California legalizarán la marihuana para uso recreativo, es no querer a México y menospreciar las vidas que de aquí a ese entonces se perderán...
Muy aparte de que el Ministro don Sergio Aguirre Anguiano, enfermo como está (la obesidad es una enfermedad y un enfermo no puede pensar como sano, por lo que debiera ser ya jubilado por el bien de la sociedad)…
Se vio lógicamente incongruente por considerar “fundamentalista” a su colega don Arturo Zaldívar, cuando hace unos días él se oponía a ultranza a la píldora del día siguiente…
Los ocho Ministros, siempre acorde a la interpretación que hacen de las Leyes, que se oponen a que se responsabilice a los funcionarios de sus actos, lo que podría ser trascendente para nuestro México, pasan por alto dos cosas…
Una. Que si La suprema Corte de Justicia de la Nación no es, Leyes o no Leyes, competente para juzgar un hecho, entonces la mayoría de los mexicanos estamos equivocados en la percepción de lo que debiera ser si es que viviéramos en un Estado de Derecho en donde la última palabra la tienen los jueces supremos de la Nación…
Y dos. Que los Magistrados, antes de emitir su opinión (que debiera ser absolutamente determinante, no solo a modo de opinión) deberían de recordar que la Suprema Corte es de Justicia, no es la Suprema Corte de Leyes…
La Justicia debe anteponerse a la Ley. No es lo mismo la rectitud que la Justicia. Ser un hombre recto debe ser difícil, pero ser justo, debe serlo todavía más…
Pero nada de esto servirá para que solo se aplique la Ley, y la injusticia no haga su acto de presencia con la muerte de los 49 niños. Pero finalmente habrá que reconocer, de una u otra forma, que todos se tapan con la misma cobija…
Los funcionarios deben ser corresponsables de todo lo que suceda en su área. Ser funcionario debe ser una responsabilidad (de ahí que deben de ser los más aptos) no una canonjía a la amistad o al parentesco…
Pero puede darse por seguro que ninguno de los involucrados directa o indirectamente en la tragedia de la Guardería, irá a la cárcel; y menos si se prueba que el incendio de la fatídica Guardería fue intencional…
Después de lo de Paulette, la resolución que den los Ministros de la Corte al caso de la Guardería, sin duda que acabará por desmoralizarnos aún más con respecto a nuestros juzgadores…
Lástima. Tan necesitados que estamos los mexicanos de Justicia…
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
Julio Ricardo Blanchet Cruz
16 junio 2010
jrbc@diariolibertad.org.mx
Más que convicción etílica, ya parece esquizofrenia la necedad de don Felipe de no querer ver la realidad. El que el Consejo de Seguridad de la ONU, que quién sabe en aras de qué pero preside nuestro México, acabe de declara emergencia lo que sucede en Kirguistán, la ex República de la Unión Soviética Socialista...
Donde debido a los disturbios étnicos que se han presentado, las Autoridades locales han solicitado la intervención de los EEUU, pues los desmanes ya han cobrado la vida de 170 personas...
Cuando esa cifra es pecata minuta para lo que sucede en nuestro México, donde solo en la semana pasada ejecutaron a 275 personas. Haciendo evidente que las medidas que ha tomado el Gobierno federal para combatir a la delincuencia, no han funcionado. No querer verlo es estar ciego...
Proseguir en su necedad, sobre todo cuando sabido es que para el próximo Noviembre en California legalizarán la marihuana para uso recreativo, es no querer a México y menospreciar las vidas que de aquí a ese entonces se perderán...
Muy aparte de que el Ministro don Sergio Aguirre Anguiano, enfermo como está (la obesidad es una enfermedad y un enfermo no puede pensar como sano, por lo que debiera ser ya jubilado por el bien de la sociedad)…
Se vio lógicamente incongruente por considerar “fundamentalista” a su colega don Arturo Zaldívar, cuando hace unos días él se oponía a ultranza a la píldora del día siguiente…
Los ocho Ministros, siempre acorde a la interpretación que hacen de las Leyes, que se oponen a que se responsabilice a los funcionarios de sus actos, lo que podría ser trascendente para nuestro México, pasan por alto dos cosas…
Una. Que si La suprema Corte de Justicia de la Nación no es, Leyes o no Leyes, competente para juzgar un hecho, entonces la mayoría de los mexicanos estamos equivocados en la percepción de lo que debiera ser si es que viviéramos en un Estado de Derecho en donde la última palabra la tienen los jueces supremos de la Nación…
Y dos. Que los Magistrados, antes de emitir su opinión (que debiera ser absolutamente determinante, no solo a modo de opinión) deberían de recordar que la Suprema Corte es de Justicia, no es la Suprema Corte de Leyes…
La Justicia debe anteponerse a la Ley. No es lo mismo la rectitud que la Justicia. Ser un hombre recto debe ser difícil, pero ser justo, debe serlo todavía más…
Pero nada de esto servirá para que solo se aplique la Ley, y la injusticia no haga su acto de presencia con la muerte de los 49 niños. Pero finalmente habrá que reconocer, de una u otra forma, que todos se tapan con la misma cobija…
Los funcionarios deben ser corresponsables de todo lo que suceda en su área. Ser funcionario debe ser una responsabilidad (de ahí que deben de ser los más aptos) no una canonjía a la amistad o al parentesco…
Pero puede darse por seguro que ninguno de los involucrados directa o indirectamente en la tragedia de la Guardería, irá a la cárcel; y menos si se prueba que el incendio de la fatídica Guardería fue intencional…
Después de lo de Paulette, la resolución que den los Ministros de la Corte al caso de la Guardería, sin duda que acabará por desmoralizarnos aún más con respecto a nuestros juzgadores…
Lástima. Tan necesitados que estamos los mexicanos de Justicia…
Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida.
Tiempos violentos
Jenaro Villamil
MÉXICO, D.F., 15 de junio (apro).- ¿Qué tipo de película está viendo el gobierno de Felipe Calderón ante la reciente ola de masacres, ejecuciones y matanzas del crimen organizado? A juzgar por el desplegado-informe publicado el domingo pasado en los principales medios impresos del país, el Ejecutivo se siente protagonista de Los Intocables y, quizá, hasta se crea Brian de Palma. A juzgar por lo que ha ocurrido en el país, vivimos una preocupante edición de Tiempos violentos, el famoso filme de Quentin Tarantino, en donde no parece existir escapatoria.
El recuento de los hechos desde el viernes 11 de junio –día del inicio de la Copa Mundial Sudáfrica 2010 y el más violento del sexenio con al menos 85 ejecutados-- hasta los sucesos de esta semana, no deja espacio para las excusas del desplegado calderonista: en la capital de Chihuahua fueron “fusilados” 19 jóvenes que estaban en un internado religioso para superar adicciones; en Ciudad Madero, Tamaulipas, un comando de la muerte rafagueó y asesinó a 26 personas; en Tepic, Nayarit, fueron asesinadas 27 personas; el 14 de junio, otra matanza ocurrió en el penal de Mazatlán, Sinaloa, donde fueron ejecutados 28 reos, 17 de ellos presuntos integrantes del cártel de Los Zetas, y el mismo día un convoy de policías federales fue emboscado por presuntos narcotraficantes en Zitácuaro, Michoacán, con saldo de 12 de los 40 agentes muertos, mientras 15 más se encuentran gravemente heridos.
Frente a estos acontecimientos, el gobierno sigue insistiendo: “¡Se matan entre ellos!”, como si eso excusara al Estado de su responsabilidad por brindar seguridad, tanto en los penales como en los centros de rehabilitación. Peor aún, como si el hecho de que los sicarios realicen estos actos de venganza se cometiera contra extraterrestres y no contra jóvenes, ciudadanos mexicanos.
Un párrafo del desplegado presidencial insiste en esta tesis del Estado-Pilatos, aquel que se lava las manos y prejuzga sin investigar:
“Más que una ‘guerra del gobierno contra el narcotráfico’, la guerra más mortífera que existe es la que libran los criminales entre sí. En general, el gobierno puede detectar razonablemente indicios sobre las causas de los homicidios cometidos en 70% de los casos. Alrededor de 90% de estos casos de homicidio con algún indicio en su causa corresponde a personas muy probablemente vinculadas a organizaciones criminales, que caen durante enfrentamientos o ejecuciones entre bandas”.
El siguiente párrafo no tiene desperdicio en el guión calderonista de Los Intocables:
“En la disputa por el control de una plaza se producen homicidios especialmente violentos, como decapitaciones, torturas o ejecuciones colectivas, y se generan agravios que recrudecen aún más su nivel de violencia”.
Y si el Estado ya detectó esto, ¿por qué no ha hecho nada para evitar estas decapitaciones, torturas y ejecuciones? ¿Forma parte de la lucha por la seguridad pública gubernamental esta especie de eugenesia, de “limpieza étnica” que aplican los cárteles entre sí?
Sin embargo, el panorama al estilo Tarantino nos vuelve a remitir a una pesadilla que no desaparece con desplegados de prensa. La matanza contra policías federales en Zitácuaro es más inquietante. Tal parece que los criminales no sólo están organizados sino muy pendientes de los mensajes que emite el presidente Calderón para evidenciar el fiasco de su estrategia de “lucha por la seguridad pública”.
Esta matanza ocurrió un día después de que se difundiera el desplegado. En su parte medular, el documento plantea que se avanza hacia una nueva policía federal, más eficaz:
“Hemos multiplicado el número de sus integrantes y la estamos dotando de la tecnología más avanzada para combatir eficazmente a los criminales. Hemos puesto particular énfasis en el proceso de selección y reclutamiento del personal de la nueva policía. Para ello se han aplicado exámenes de control, de confianza y también se ha estrenado y proporcionado mejor armamento a la Policía Federal”.
El largo promocional a la nueva Policía Federal no corresponde con lo que está ocurriendo en las calles, en las avenidas de decenas de ciudades donde todos los mexicanos están padeciendo el fracaso de la estrategia calderonista.
Pero la autocrítica no es algo que caracterice ni caracterizará este gobierno. En su desplegado, el jefe de Los Intocables afirma, sin dar prueba alguna, que “como nunca antes estamos debilitando a las estructuras logísticas y financieras de la delincuencia. La droga que hemos decomisado alcanzaría para proveer con más de 80 dosis a cada joven mexicano entre los 15 y los 30 años. Golpeamos con firmeza y, subrayo, sin distingos, a todas las organizaciones criminales. Tan sólo en 2009 capturamos a 70 lugartenientes de todos los cárteles. Este año hubo más capturas de capos regionales que las que solían hacerse en un sexenio completo”.
¿De qué sirve presumir que se captura a 70 “lugartenientes” si no se hace nada para detener a los responsables de las matanzas de Salvárcar (Ciudad Juárez), Ciudad Madero, Reynosa, en Chichí Suárez (Yucatán), en La Marquesa (Estado de México), Monterrey, Acapulco, Tepic y de tantas y tantas ciudades castigadas por la ley de los Tiempos violentos?
En cadena nacional, el presidente vuelve a recitarle a los mexicanos la larga explicación y justificación de su fracaso de casi cuatro años. Demasiado tarde, demasiado grave, demasiada sangre derramada. La película ya la conocen los ciudadanos que padecen directamente la violencia. Y no le creen a los aspavientos de Calderón.
Comentarios: www.jenarovillamil.wordpress.com
Astillero
Astillero
Gulp, bang, smack
Nueva realidad
Tiempos violentos
ABC, Oaxaca, Atenco
Julio Hernández López
Es una especie de estabilidad volátil, de calma presagiosa, de continuidad alerta. Podría decirse que las líneas básicas del libreto público se cumplen con aplicación gélida: lo esencial transcurre, lo tradicional se cumple. Pero hay en todo el país una corriente de aires imprecisos que trastoca papeles, remueve certidumbres y adelanta tiempos aún más difíciles. Esa nueva realidad, en negativa evolución constante, aún no es aceptada conscientemente por la mayoría de los ciudadanos ni es procesada y añadida a sus formas de expresión política y social. Pareciera que se está aún en los tramos de un mismo proceso conocido que, por tanto, deberá tener resoluciones y desenlaces conforme a los métodos y sistemas ya antes experimentados. Muchos son los que siguen a la espera de que termine la mala racha, que se reinstale sobre las vías sabidas el tren temporalmente descarrilado, que amaine la tormenta circunstancial, que se compongan las cosas.
Pero este México ya no es el México del ayer reciente. No el de 2006, ni siquiera el de la segunda mitad de 2009. Hoy se está viviendo en nuestro país un proceso de desmantelamiento apresurado del escaparate muchas veces sólo vigente en términos visuales, pero a fin de cuentas existente, “disponible”, de un conjunto de derechos y obligaciones sociales derivadas del pacto popular que emergió de la llamada Revolución Mexicana y que el priísmo, para sus fines de control electoral y enriquecimiento de elites, mantuvo “en existencia” durante décadas, hasta que el panismo impulsado por Estados Unidos y empresarios mexicanos deseosos de sostener su estatus privilegiado mediante cambios gatopardistas, impulsaron una presunta transición democrática que apenas llegó a alternancia de partidos en el poder.
Lo que hoy sucede en el país no es, como una lectura apresurada pudiese sugerir, una tragicómica sucesión de errores motivada por un gobierno de mediocres y antipatriotas que son capaces de cometer las peores tonterías del mundo. El “tonto” Fox y el “torpe” Calderón han cambiado drásticamente la realidad nacional, consolidando la rapacería como criterio de ejercicio del poder público, abriendo contractualmente las puertas a los intereses trasnacionales como nunca antes, implantando el miedo como método de control, concentrando la riqueza nacional en las manos de unos cuantos que se pelean entre ellos por márgenes de ganancia y generosidad de concesiones, pero no por diferencias sustanciales, disolviendo el espíritu cívico, la noción de la competencia electoral, la esperanza colectiva y disminuyendo notablemente la altura y profundidad de la estantería de derechos y obligaciones sociales: un México intencionalmente desfondado, una patria convenientemente desesperanzada, una ciudadanía cultivadamente dividida y confrontada.
Allí están, por ejemplo, las sapientísimas discusiones en la Suprema Corte que a fin de cuentas acaban demostrando que no hay justicia en la nación, pues de nada sirven los montajes indagatorios respecto a hechos altamente sensibles si a fin de cuentas todo queda en señalamientos vagos, no individualizados, mero ejercicio de desahogo documental y oratorio entre togas. Ya antes fue Oaxaca el ejemplo de que nada trascendente se logra en esas instituciones blanqueadas (Ulises sigue como si nada, a pesar de todo lo criminalmente hecho contra ciudadanos opositores a su tiranía que ahora pretende mantener mediante elecciones “democráticas”). Ahora es el caso de la guardería ABC, que se irá igualmente por el caño de las buenas intenciones expresadas en propuestas como la del ministro Zaldivar que fueron votadas negativamente por la mayoría de sus colegas. Y allí sigue pendiente el expediente de los presos de Atenco, catálogo contundente de violaciones a la legalidad y uso faccioso de la institucionalidad para castigar disidencias.
Menos pretenciosas, pero allí están las declaraciones y decisiones del folclórico gobernador de Nayarit, Ney González, al adelantar el cierre de cursos escolares porque prevé enfrentamientos que podrían dañar a los estudiantes, pero no sólo a ellos, pues el mandatario porcentualmente constructor del Nuevo Vallarta estima que vienen días violentos en Tepic, a causa de “operaciones de carácter quirúrgico; ir a extirpar lo que tenemos que extirpar en los lugares que sabemos”.
Belicismo médico que contrasta con las destilaciones alegres del siempre desconcertante Felipe Calderón que pone buena cara a la desgracia y anuncia desde Baja California Sur una nueva fase de su teoría de las percepciones sociales: hay que promover la imagen de México, exhorta, pero no piensa en ajusticiados, decapitados o balaceras urbanas, ni en pirámides y playas, sino ¡oh! en “un proyecto integral de publicidad, sí, pero principalmente de relaciones públicas, en la que estamos contratando a las mejores agencias del mundo para promover integralmente la imagen de México. Sí, para explicar los problemas que tenemos, pero también cómo los enfrentamos; pero, sobre todo, para mostrar lo que nuestro país tiene que ofrecer, y que es mucho, a cualquier visitante del mundo”. ¡Gulp que al ser pronunciado suena a Bang pero la publicidad y las relaciones públicas convertirán en Smack!
Astillas:
Hay una avidez de discusión sobre el presente y futuro de la izquierda en México que, por fortuna, supera con amplitud las expresiones de fanatismo e intolerancia. Es necesario abrir los armarios, revisar la caducidad de lo almacenado, replantear modos y formas a la luz de los tiempos corrientes, y repeler las provocaciones y las expresiones “ultra” que históricamente acaban sirviendo a los intereses contrarios y que con frecuencia provienen de infiltraciones. 2010 no será una redición compensatoria de 2006, y las opciones electorales de “cambio” se encaminan a esa cita, hasta ahora, en condiciones de fabricada desventaja respecto al proceso en que López Obrador buscó por primera vez la Presidencia de la República... Y, mientras esta columna ya no alcanzaba a comentar el mensaje por cadena nacional de FC, ¡hasta mañana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
El statu quo de la “ridícula minoría”
• Una guerra convertida en lucha
• Nuevas narcolistas…
• Nuevas narcolistas…
Indescriptible el contexto de inusitada violencia que Vive México bajo el talento de este (des)gobierno donde el primer responsable —ahora que tan de moda está evitar señalarlos— es Felipe Calderón Hinojosa. El mismo que muy bien aconsejado por esa runfla de disfuncionales que (no entienden que no entienden) lo rodean decidió como ilustre estrategia política dar un golpe de timón y legitimar su controvertido triunfo del 0.56% lanzando a nuestra fuerzas armadas a las calles en una guerra contra la organizada delincuencia que ya venía haciendo lo suyo durante el último año de Vicente Fox.
En diciembre del 2006, Felipe se vistió de soldadito, my friend, y con las instituciones manejadas cual juguetitos de estimulación temprana, instruyó a su gabinete de seguridad un plan para entrarle con todo a su guerra que ha sido un absoluto fracaso. El motivo, las razones y los argumentos de su gymboree (con minúsculas) en Los Pinos desencadenaron que, para Vivir Mejor, nuestro Ejército, la desacreditada SSPF (con todo y su polémico titular) la PGR y la Marina-Armada de México (el nuevo copy-cat de García LunaProductions) comenzarían una cruzada, acompañada de una abrumadora espotiza, por supuesto, para que las drogas no lleguen a tus hijos.
La valentía presidencial fue aplaudida por spin doctors, tirios y troyanos cuando se fajó sus pantalones e irreflexivamente y sin mucho pensarle (something pretty usual) extraditó a varios capos del narcotráfico, y qué tanto es tantito. Sin ton ni son, sin brújula y con un gabinete de seguridad en el cual dos de sus civiles traían sugestivo equipaje (Medina Mora y García Luna) y capítulos de delicados choques, Felipe comenzó las páginas escritas con sangre que pasarán a la historia como… daños colaterales de su temeraria aventura.
Con el tiempo, el sonsonete discursivo sobre la recuperación del territorio —lo que es una gran falacia porque el territorio sigue siendo México— y de los espacios públicos… y de toda la fuerza del Estado… pasaron a ser lugares comunes en una palabrería presidencial agotada y desgastada… mientras las cifras, la violencia, el caos y el temor crecía con los meses hasta llegar al simpático clímax barnizado por altos funcionarios de Estados Unidos sobre el colapso rápido de un Estado fallido (rumbo al estallido), que desencadenó la ira dethe usual suspects que defendieron a capa y pluma al (des)gobierno que giraba sobre su propio eje perdiendo la noción de la realidad.
Luego entonces, el dispendio de recursos para la espotiza federal convenciendo a los mexicanos del camino correcto, de la guerra contra el organizado crimen, del ni un paso atrás, del no claudicaremos, del no nos amedrentan y de tanta idiotez mercadotécnica es hace unos días… un bochornoso capítulo que debe quedar en el pasado.
Lo de hoy es el nuevo Felipe (acusando recibo estadunidense… cuando en varios espacios, incluyendo éste, se le puntualizó lo inadecuado del término guerra) y su lucha por la Seguridad Pública. Asunto que, honrando el equívoco sello de la casa, explicó en un grotesco desplegado digno de la casa de la risa histérica. Felipejustificando lo injustificable y explicando lo inexplicable, quizá todavía víctima del llamativo jet-lag mundialista.
25,000 muertos o más, su cacareada, presumida, alabada y vanagloriada guerra… con el poder de una pluma es hoy una lucha y al parecer la “ridícula minoría” ya tiene su status quo de nuevo.
Nayarit suspende clases, Tamaulipas es totalmente Golfo y Zeta, en Michoacán se desarrolla una holding deLa Familia, El Mayo y El Chapo, los dos alegres compadres, son los rostros más buscados… para portadas de revista y listas de millonarios; Sinaloa, Sonora, Zacatecas, Morelos, Guerrero, Quintana Roo y Aguascalientes enseñan el poder de la plata y el plomo; Nuevo León y su célebre joya nice, Monterrey, es el prietito en el arroz; el DF es basurero donde arrojan cuerpos; el emporio de los Beltrán Leyva se derrumba, losZambada se reagrupan y todos hacen nuevas alianzas, pactos, nuevas narcolistas —en la última aparecen simpáticos elementos de los engreídos cuerpos policiacos del DF, Edomex, Morelos y Guerrero— pintando México de rojo, de impunidad, de miedo, impotencia y rabia.
Aunque no sea catastrofista, my friend, afortunadamente Felipe ya encontró la raíz de la percepción, perdón, del problema, y está buscando relanzar la imagen de México…
Chingón.
No sirve para nada
Ayer, por mayoría –ocho votos contra tres–, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidió no fincar responsabilidades a los funcionarios que hayan incurrido en la violación de garantías individuales en el caso del percance en la guardería ABC de Hermosillo , como lo proponía el proyecto de dictamen elaborado por el ministro Arturo Zaldívar. El máximo órgano de impartición de justicia del país reconoció, así, la comisión de violaciones graves en los hechos ocurridos el 5 de junio de 2009, pero se negó a señalar a los autores de tales violaciones; es decir, hay responsabilidades, pero no responsables. Al carácter intrínsecamente absurdo de tal resolución ha de sumarse la manifiesta impertinencia de pronunciamientos formulados ayer por algunos de los integrantes de la SCJN.
Si en 2006 Mariano Azuela, que entonces presidía la SCJN, calificó al artículo 97 de la Constitución de anacrónico y redactado con los pies, ayer el magistrado Salvador Aguirre Anguiano descalificó ese numeral de la Carta Magna al aseverar que no sirve para nada. Con ello, el togado traicionó el juramento establecido en ese mismo artículo y socavó el fundamento mismo de su encargo, toda vez que él mismo tomó posesión como ministro en cumplimiento de ese lineamiento constitucional.
Más inaceptable aún, si cabe, fue lo expresado por el actual titular de la SCJN, Guillermo Ortiz Mayagoitia, quien aseguró que la Constitución se viola en muchísimas ocasiones, porque muchos funcionarios públicos, que ni siquiera saben leer ni escribir, juran el cargo sin conocer la ley. Al margen del tufo discriminatorio de ese aserto, el hombre que preside la más alta instancia de impartición de justicia admitió, de esta manera, lo que han venido señalando diversos sectores de la oposición política y social: que las instituciones del país suelen operar al margen de la legalidad. Ni más ni menos.
Por desgracia, lo dicho por Ortiz Mayagoitia se confirma con la forma en que se han desempeñado las instancias que habrían debido procurar e impartir justicia en el caso ABC –incluida la propia SCJN– y que, a más de un año de esos trágicos sucesos, no han podido o no han querido investigar ni sancionar las omisiones, los actos de corrupción y la desidia institucional que condujo a la muerte trágica de 49 niños.
Como han venido denunciando los padres de las víctimas, los funcionarios y ex funcionarios que fueron señalados como responsables en el dictamen de Zaldívar –el ex titular del IMSS, Juan Molinar; el actual director de ese organismo, Daniel Karam, y el ex gobernador de Sonora, Eduardo Bours, entre otros– realizaron un intenso cabildeo en el inmueble de Pino Suárez y Corregidora, y a esa tarea se unió el titular de Gobernación, Fernando Gómez Mont, en lo que constituyó una inocultable presión política y una intromisión del Ejecutivo, una actitud tan poco decorosa como la de quienes, siendo responsables de preservar la independencia del Poder Judicial, sucumbieron a tales presiones y tomaron una decisión basada en el influyentismo: con ello, el máximo tribunal exhibió un comportamiento orientado por un doble rasero y extendió el historial de fallos vergonzosos adoptados por sus propios integrantes: la exculpación del gobernador de Puebla, Mario Marín; la liberación de involucrados en la masacre de Acteal; la exoneración de los responsables por la represión en Atenco, por citar algunos de los casos más relevantes.
En suma, a la vergüenza nacional de un sistema de seguridad social desdeñoso de la integridad física de sus asegurados y de sus familiares, y entregado a satisfacer el afán de lucro de particulares, ha de agregarse ahora la de un Poder Judicial que proclama, argumentando tecnicismos legales, la imposibilidad de impartir justicia y que, con ello, se niega a sí mismo, niega la vigencia del orden constitucional en el país y del estado de derecho, deja en la indefensión jurídica a incontables ciudadanos agraviados por distintos niveles de gobierno y proclama, en forma incluso literal, que el mandato de la Carta Magna no sirve para nada. Si lo anterior es cierto, resulta inevitable inferir que la Suprema Corte tampoco.
La Suprema corte de¿qué?
...IMPUNIDAD Y LA SUPREMA INJUSTICIA
¿Qué esperas de la suprema
en el caso de Hermosillo?
Si es que son el mismo pillo,
vienen de la misma crema
de la corrupción enferma.
Los niños de la ABC
-asesinados bebés-
a ministros poco importan,
a la mafia ellos reportan
e hincados lamben su pie.
Bien que saben abogados:
el derecho sin justicia
es origen de injusticia.
No se acepta en un togado
que el derecho sea aplicado
pa proteger delincuentes.
Pero en estos pen… itentes
de la suprema mafiosa
no es de esperar otra cosa
que una sentencia indecente
Impunidad del sistema
es regla de subsistencia
pa la misma delincuencia,
y saben la estratagema
para no tener problema
en retorcer el derecho,
y así, quede satisfecho
el criminal poderoso:
tendrá patente de corso
a pesar de lo que ha hecho.
Estamos bien convencidos
quien asesinó a los niños,
no hay que hacer más escudriño
del incendio acontecido.
Pero el juez a decidido
que ha de retorcer las leyes
ajustando unos detalles
para salvar sin recato
a quien hizo asesinato:
protegerán a esos gueyes
por lerolico
http://renegadosensutinta.blogspot.com/2010/06/
La iconografía heterodoxa de Carlos Monsiváis
Carlos Martínez García
Es el único intelectual de primer orden en México que defiende los derechos de las minorías religiosas, en particular de integrantes y organizaciones del protestantismo. Para comprender su continuada postura al respecto, Carlos Monsiváis ha dejado sólidas pistas en distintos momentos y lugares.
El tema de la intolerancia contra los protestantes y el protestantismo en México para nada es un asunto esporádico en la obra de Monsiváis. El tópico surge desde su Autobiografía, publicada en 1966, y continúa presente en El Estado laico y sus malquerientes (Debate-UNAM, 2008). Sin embargo los monsivaisólogos prácticamente no han registrado debidamente la cuestión, nada más la mencionan, pero no ahondan en la reiterada preocupación de Carlos Monsivaís por la estigmatización de la comunidad evangélica/protestante en México.
El interés de Carlos en el tema le viene de haber nacido, como él dice, “del lado de las minorías” religiosas; particularmente de formarse en el seno de una familia “esencial, total, férvidamente protestante”. Por lo anterior su desarrollo fue excepcional en un contexto cultural y religioso dominado por el imaginario católico. El infante Monsiváis tiene plena conciencia del significado de pertenecer a una minoría religiosa, ya que “en el contacto semanal con quienes aceptaban y compartían mis creencias, me dispuse a resistir el escarnio [cursivas mías, CMG] de una primaria oficial donde los niños católicos denostaban a la evidente minoría protestante siempre representada por mí”.
A contracorriente Carlos Monsiváis se hace de lo que él ha denominado “una extraña iconografía heroica, notable por la ausencia de la Morenita del Tepeyac”. ¿Quiénes conforman dicha iconografía? De manera sobresaliente los protestantes españoles perseguidos por la Inquisición: Casiodoro de Reina (traductor de la Biblia que es publicada en 1569), y Cipriano de Valera (revisor de la traducción de Reina, 1602). Ambos son referentes centrales en parte significativa de la extensa producción de Carlos, porque “…la memorización [de versículos bíblicos en la versión Reina-Valera] me divertía, al ser un entrenamiento trasladable al plano escolar. Aún retengo muchísimos versículos de memoria y eso, en mi caso es parte de la formación literaria; una parte estricta, porque la versión de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera es soberbia, el Nuevo catecismo para indios remisos viene de allí directamente, toda proporción guardada”.
A Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera se suman en la iconografía heterodoxa, en la que predominan personajes, movimientos y hechos centrales del protestantismo: Jan Hus, Lutero, Calvino, Teodoro de Beza, Zwinglio, John Bunyan, John Milton, los puritanos, los cuáqueros, la Escuela Dominical, los hugonotes, el almirante de Coligny, la Noche de San Bartolomé, Aggripa D’Aubigné, John Wesley, John Brown, Karl Barth, Martin Luther King, Desmond Tutu. Cada uno de los mencionados tendría que ser analizado para comprender por qué integran la galería de héroes de Monsiváis. Aquí no tenemos el espacio suficiente para realizar esa tarea.
La compilación de los escritos de Carlos Monsiváis en los que ha defendido los derechos de las minorías religiosas, sobre todo de los protestantes, fácilmente conformaría un volumen semejante en extensión a su más reciente obra publicada (Apocalipstick, Editorial Debate, 2009, 417 pp). ¿Por qué los monsivaisólogos han dejado de lado el tema, al grado de que casi ni lo registran en sus estudios?
La muy considerable producción de Monsiváis en la que documenta la intolerancia contra las minorías religiosas, destacadamente la protestante, y la vulneración reiterada de sus derechos humanos, ha sido marginada de los abundantes análisis que sobre la obra del autor se hacen tanto en medios periodísticos como en los académicos. No deja de ser en cierta manera irónico que mientras Monsiváis subraya la invisibilización de los protestantes en México, a él por parte del nutrido contingente que se dedica a hurgar el corpus monsivaisiano le sea desaparecido un tema al que es tan sensible. Le han invisibilizado un tópico que le es, por propia experiencia de pertenencia a la comunidad estigmatizada, tan cercano y conocido.
En noviembre de 2006, al recibir el recibir el Premio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Carlos retorna al significado de su “formación dentro de las reivindicaciones y temores de la minoría protestante”. Entre las reivindicaciones estaba, aunque todavía no así conceptualizado, el derecho a la diferencia en un contexto de apabullante hegemonía católica; la estricta separación Estado-Iglesia(s), la vigencia del Estado laico y un anticlericalismo justificado por los excesos de las cúpulas eclesiásticas católicas en la historia de México. Entre los temores se contaba el del arrinconamiento persecutorio mediante linchamientos simbólicos y reales ante la indolencia de las autoridades encargadas de garantizar el libre ejercicio de las creencias.
Por último una nota personal: deseamos entrañablemente la pronta recuperación de la salud de Carlos Monsiváis. Queremos entonar, junto con él, Firmes y adelante, huestes de la fe, ese himno que es, según sus propias palabras, “pieza de resistencia de los sentimientos épicos del protestantismo”.
Calderón "está a punto de destruir" al crimen organizado: Juan de Dios Castro
Verónica Espinosa
GUANAJUATO, Gto., 15 de junio (apro).- El subprocurador de Derechos Humanos y Atención a Víctimas del Delito de la Procuraduría General de la República (PGR), Juan de Dios Castro Lozano, aseguró hoy aquí que el crimen organizado “está a punto de ser destruido por el Estado mexicano” y sostuvo que por esa razón se ha recrudecido la violencia en el país.
Durante una charla con estudiantes de la Universidad de Guanajuato, el exasesor Jurídico de la Presidencia, dijo que “por ahora los grupos criminales se están acercando a los candidatos para pedirles tolerancia y que puedan operar impunemente”.
“No hay delincuencia sin corrupción…por eso habrán escuchado que destinatarios de los narcos son los candidatos, de todos los partidos, ¿qué requieren? Pues tolerancia, que no hagan nada. Entonces la delincuencia está ligada, la guerra del Estado mexicano es contra el delincuente y contra la corrupción”, dijo.
Al ser cuestionado sobre el creciente número de víctimas inocentes de este enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad del Estado y la delincuencia organizada, el funcionario federal respondió: “quienes dicen que la estrategia está equivocada, no nos dan una alternativa mejor”.
El subprocurador de la PGR insistió en que el gobierno federal lamenta la muerte de civiles en fuego cruzado y de aquellas que han muerto a manos de la delincuencia organizada, como respuesta a la estrategia frontal asumida por el presidente Calderón.
Y advirtió que esta lucha continuará “y habrá más pérdidas de vidas”.
Señaló que fue “la falta de legalidad” con la que se encubrió la actividad de los grupos de la delincuencia en los sexenios anteriores, la que fomentó y permitió el crecimiento de éstos “a niveles que ya no es posible soportarlos”.
“Ahora se está combatiendo por el Estado mexicano a fondo… no podemos permitir que las generaciones de niños y jóvenes sean envenenadas”, dijo, al aludir a un creciente consumo de estupefacientes diversos entre la población, sobre todo la más joven, del país.
Castro afirmó que el crimen organizado se está enfrentando con tanta violencia al Estado porque está a punto de ser destruido. “Esa es la etapa en la que nos encontramos”, dijo el subprocurador, quien agregó que el Estado no será derrotado nunca por estos grupos.
Sostuvo que el gobierno de Calderón no prevé siquiera abordar como posibilidad la legalización de las drogas, aunque tampoco permitirá que el crimen organizado, particularmente del narcotráfico, “continúe semioculto o soterrado como en décadas pasadas”.
Así, planteó que este escenario durará, como lo ha previsto el propio Calderón, el resto del sexenio. “Y habrá pérdidas de más vidas, y se necesitan los tres niveles y la sociedad. El gobierno federal no puede solo”, dijo.
Así tomaron Cananea
Salvador García Soto
Serpientes y Escaleras
16 de junio de 2010
Con una réplica del operativo con el que tomaron el edificio sede de Luz y Fuerza del Centro, el gobierno federal logró hacerse del control de la mina de Cananea, después de tres años de ocupación sindical, con una sigilosa acción de inteligencia diseñada y ejecutada desde el despacho del secretario Genaro García Luna.
Policías federales comenzaron a llegar a Sonora por vía terrestre y aérea vestidos de civiles. A un grupo de estas fuerzas, unos 100 elementos, se les dejó en un punto de la sierra sonorense para que bajaran a pie hasta la mina. Al mismo tiempo, refuerzos federales y estatales eran movilizados en el estado. En las horas previas al sábado por la tarde, cuando hasta Cananea llegó información de la presencia de federales en el estado y la movilización de convoyes por las carreteras, el gobierno del estado, para desviar la atención, circuló la versión de que estaba en marcha un operativo antinarcóticos en la zona fronteriza de Agua Prieta.
Los policías que se movían por la sierra fueron llegando al punto de la mina todos el sábado por la tarde, hora en la que sabían que los mineros que la ocupaban habían salido de los túneles a comer y a beber, según las costumbres mineras que marcan la tarde sabatina como hora de relajamiento y de echar cerveza afuera del centro de trabajo. Mientras los mineros departían despreocupados, por una entrada trasera, pegada a un cerro, poco a poco fueron ingresando a la mina los policías federales, que ya para entonces sacaban su armamento y sus equipos de dispersión y se ponían los uniformes.
Para cuando los mineros que estaban en la pachanga se dieron cuenta y reaccionaron, en el interior de la mina ya había casi 300 policías; otros federales que habían llegado por tierra habían entrado también por atrás aprovechando la confusión. Al intentar los mineros volver a la mina, las puertas de acceso ya habían sido bloqueadas desde adentro por la policía; se produjeron entonces jaloneos, gritos, golpes, pero la policía federal, unos 300 agentes, ya estaban adentro y ocupaban la mina, mientras los mineros, unos 200, intentaban desesperadamente afuera volver a entrar, sin conseguirlo.
La estrategia gubernamental fue más allá: en el momento justo de la toma, cuando los grupos de mineros y sus familias forcejeaban en la entrada con los policías, agentes de la policía federal, mezclados entre la gente soltaron el rumor de que ya habían capturado a varios de los líderes del sindicato minero. El desconcierto comenzó a cundir entre los trabajadores y poco a poco la confusión penetró al movimiento huelguista, que ya no pudo pelear la recuperación de la mina.
NOTAS INDISCRETAS…
Mal augurio y pésima señal la que mandaron ayer los ministros de la Corte que votaron, por mayoría de 8 a 3, por eliminar los nombres de los funcionarios culpables de violar garantías que señaló el ministro Arturo Zaldívar en su dictamen. Si esta Corte y sus costosos ministros, con sus sueldos de casi 400 mil pesos mensuales, no son capaces de dictar justicia para los 49 niños muertos en Hermosillo y les tiembla la mano para señalar a funcionarios que incurrieron en corrupción y negligencia en este caso, entonces nada queda por hacer: la justicia no existe en este país y que cada quien se defienda como pueda; después de todo el presidente Calderón tenía razón y los ministros lo confirman: la justicia, si la hay en México, está al mejor postor… Serpiente doble de los dados.
Serpientes y Escaleras
16 de junio de 2010
Con una réplica del operativo con el que tomaron el edificio sede de Luz y Fuerza del Centro, el gobierno federal logró hacerse del control de la mina de Cananea, después de tres años de ocupación sindical, con una sigilosa acción de inteligencia diseñada y ejecutada desde el despacho del secretario Genaro García Luna.
Policías federales comenzaron a llegar a Sonora por vía terrestre y aérea vestidos de civiles. A un grupo de estas fuerzas, unos 100 elementos, se les dejó en un punto de la sierra sonorense para que bajaran a pie hasta la mina. Al mismo tiempo, refuerzos federales y estatales eran movilizados en el estado. En las horas previas al sábado por la tarde, cuando hasta Cananea llegó información de la presencia de federales en el estado y la movilización de convoyes por las carreteras, el gobierno del estado, para desviar la atención, circuló la versión de que estaba en marcha un operativo antinarcóticos en la zona fronteriza de Agua Prieta.
Los policías que se movían por la sierra fueron llegando al punto de la mina todos el sábado por la tarde, hora en la que sabían que los mineros que la ocupaban habían salido de los túneles a comer y a beber, según las costumbres mineras que marcan la tarde sabatina como hora de relajamiento y de echar cerveza afuera del centro de trabajo. Mientras los mineros departían despreocupados, por una entrada trasera, pegada a un cerro, poco a poco fueron ingresando a la mina los policías federales, que ya para entonces sacaban su armamento y sus equipos de dispersión y se ponían los uniformes.
Para cuando los mineros que estaban en la pachanga se dieron cuenta y reaccionaron, en el interior de la mina ya había casi 300 policías; otros federales que habían llegado por tierra habían entrado también por atrás aprovechando la confusión. Al intentar los mineros volver a la mina, las puertas de acceso ya habían sido bloqueadas desde adentro por la policía; se produjeron entonces jaloneos, gritos, golpes, pero la policía federal, unos 300 agentes, ya estaban adentro y ocupaban la mina, mientras los mineros, unos 200, intentaban desesperadamente afuera volver a entrar, sin conseguirlo.
La estrategia gubernamental fue más allá: en el momento justo de la toma, cuando los grupos de mineros y sus familias forcejeaban en la entrada con los policías, agentes de la policía federal, mezclados entre la gente soltaron el rumor de que ya habían capturado a varios de los líderes del sindicato minero. El desconcierto comenzó a cundir entre los trabajadores y poco a poco la confusión penetró al movimiento huelguista, que ya no pudo pelear la recuperación de la mina.
NOTAS INDISCRETAS…
Mal augurio y pésima señal la que mandaron ayer los ministros de la Corte que votaron, por mayoría de 8 a 3, por eliminar los nombres de los funcionarios culpables de violar garantías que señaló el ministro Arturo Zaldívar en su dictamen. Si esta Corte y sus costosos ministros, con sus sueldos de casi 400 mil pesos mensuales, no son capaces de dictar justicia para los 49 niños muertos en Hermosillo y les tiembla la mano para señalar a funcionarios que incurrieron en corrupción y negligencia en este caso, entonces nada queda por hacer: la justicia no existe en este país y que cada quien se defienda como pueda; después de todo el presidente Calderón tenía razón y los ministros lo confirman: la justicia, si la hay en México, está al mejor postor… Serpiente doble de los dados.
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