Ciudad de México. El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) "no ha visto una sola evidencia" para cambiar su conclusión que en el basurero de Cocula, Guerrero, no fueron incinerados los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos desde septiembre de 2014.
Así lo informaron este domingo los cinco expertos que conforman este grupo creado en el seno de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a solicitud de los familiares de las víctimas, organizaciones civiles y del gobierno federal.
Al presentar su informe final de más de un año de trabajo sobre las diligencias que han realizado por el caso, los expertos indicaron que no hay manera de comprobar las declaraciones de los presuntos responsables (detenidos por la PGR), quienes habrían dicho que los normalistas fueron ejecutados e incinerados en el basurero de Cocula.
Francisco Cox, uno de los integrantes del GIEI, dio algunos elementos que llevan al grupo a afirmar que los jóvenes no fueron incinerados en ese espacio.
Entre ellos el hecho de que una organización criminal "se tomara la molestia" de llevar a 43 estudiantes hasta un tiradero a más 49 minutos de distancia del poblado más cercano y posteriormente regresar hacia al Río San Juan (donde presuntamente arrojaron las cenizas y restos), zona donde sí hay casas y poblados cercanos, y tirar al cauce a plena luz del día los restos.
Otro hecho, dijo, es que hay evidencia que al menos uno de los normalistas desaparecidos usó su teléfono móvil la madrugada del 27 de septiembre, cuando estarían sucediendo los hechos o ya habrían sido asesinados.
Un elemento más, agregó Cox, es que uno de los presuntos responsables -de acuerdo con el expediente oficial- habría usado su teléfono celular mientras se encontraba en el basurero de Cocula, donde no hay señal para ese tipo de telefonía.
El GIEI también consideró que el tercer peritaje realizado en el basurero por el Grupo Colegiado de Expertos en Fuego, y que asienta que en ese lugar sí se incineraron algunos cuerpos, "no alcanza" los estándares mínimos ni cuenta con los elementos científicos para ser considerado por un tribunal de la República.
El peritaje, insistió Cox, lo que trata es de avalar la veracidad del relato de las personas detenidas y que representó una de las principales bases para que la PGR considerará como "verdad histórica" la presunta ejecución e incineración de los normalistas.
Agregó que ninguno de los restos que se han logrado identificar proviene del basurero de Cocula, además que los casquillos recogidos en el lugar de los probables hechos no coinciden con el tipo de arma que se habrían usado de acuerdo a los declarantes.
Un elemento más, dijo, es que Gildardo López Astudillo, El Gil, presunto integrante del grupo criminal Guerreros Unidos y detenido por los hechos, "se encuentra torturado, tiene el tímpano roto, ese es el método más antiguo de tortura en América Latina".
Una prueba más de que no se pudo dar un incendio de gran magnitud para incinerar a 43 personas es, añadió Cox, que se encontró una bala que no había sido explotada, esto no obstante pese al intenso grado de calor que se habría alcanzado.