7 MARZO, 2015
07 de marzo 2015.- Circula en redes un video grabado en el encuentro que Peña sostuvo con la prensa en Londres. Ya sin el disfraz de príncipe del Gran Teatro de Cachirulo que se puso en Buckingham para pedir limosna, vestido sólo de traje y corbata, muy tenso, con la cabeza inclinada como un perico dentro de una jaula, oyó atónito la pregunta en inglésque le hacía una reportera sobre lo que podía esperarse de los mercados emergentes.
En cuanto la dama guardó silencio, Peña descubrió que tenía el audífono en la mano y no en la oreja. No había entendido media palabra. Pero con esa sonrisa de muñeco de aparador, tan suya, pidió que le “volvieran a repetir la pregunta”, cosa que la periodista no había hecho: sólo había formulado la cuestión una vez.
Así, cuando la pobre colega británica accedió a complacerlo, Peña atinó al fin a meterse el adminículo en el oído. Y una vez que la intérprete simultánea le explicó, a través del apuntador, qué era lo que deseaba saber la reportera, el presidente de nuestra supuesta república farfulló.
“Bueno, me lleva su pregunta… Es de carácter… No sé si la hayan entendido aquí los demás… Es una pregunta de carácter financiero y técnico… Yo tendría primero una respuesta de orden… general… en esta materia que tiene que ver con los mercados financieros, que tiene que ver con el tipo de cambio, que tiene que ver con la política monetaria que… de la que se ocupan fundamentalmente los bancos centrales…
“Son temas en los que el presidente… y perdonando a tu servidor… no va a opinar… Porque son temas que tienen su propia regulación… Yo creo que lo que a la pregunta que usted ha hecho… me parece que… Estoy diciendo que no voy a opinar y empiezo a opinar…”
Aquí, Peña suelta una carcajada y, con su contagiosa simpatía, logra que se rían los miembros de su equipo. Nadie más. Acto seguido, confiesa:
“Prefiero no tener opinión y… simplemente creo que estas señales, las definiciones que están tomando los bancos centrales sobre ese tema… eh… me parece que son señales de una lenta pero afortunada recuperación económica que empieza a observarse en los Estados Unidos y que eso evidentemente traerá beneficios también para el desempeño que tenga la economía de nuestro país”.
Ayer el peso cayó a 15.72 ante el dólar. De acuerdo con Enrique Galván Ochoa, esta es la cotización más baja de nuestra historia. Si recordamos que en 1992, Salinas de Gortari le quitó tres ceros, cuando la paridad estaba ya en 3 mil por dólar, y si no hemos olvidado que esa decisión se tomó para que el dinero tuviese un manejo más práctico, la verdad es que esos tres ceros nunca han dejado de existir.
Hoy, por lo mismo, un dólar vale realmente 15 mil 720 pesos mexicanos. Esta es una muy buena noticia para las familias que reciben dólares de sus parientes que viven en Estados Unidos. Y para las empresas mexicanas que venden sus productos allá. Pero el mecanismo de la bomba de tiempo sigue caminando hacia la hora inevitable en que se producirá la explosión y las reservas del Banco de México –el “banco central”– volarán en pedazos. ¿Por qué?
PEÑA NO ES PUTIN
A principios de este año, el nuevo zar de todas las Rusias, Vladimir Vladimirovich Putin, uno de los políticos más desalmados del mundo –casi casi como Felipe Calderón o Murillo Karam– y sin duda uno de los más astutos, hundió artificialmente el rublo para que perdiera 70 por ciento de su valor ante el dólar.
Los especuladores de Estados Unidos y Europa que eran prácticamente dueños de las empresas petroleras rusas, empezaron a rematar sus acciones antes de que el papel en que estaban impresas valiera menos que las cantidades que amparaban. Como un mago en la mesa de pókar, Putin las compró en centavos, hasta que recuperó a través de esos títulos 30 mil millones de barriles de petróleo.
Consumada la operación, Putin volvió a subir el rublo hasta su paridad anterior y fortaleció la economía rusa de un solo golpe. El presidente de México, huelga decirlo, no tiene ni el 5 por ciento del coeficiente intelectual de Vladimir Vladimirovich. No sabe nada de economía y su secretario de Hacienda ignora el ABC de la política.
¿A quién, a menos de tres meses de las elecciones, se le ocurre decir que habrá más recortes al gasto público, más despidos, más pobreza y, como consecuencia lógica de todo ello, más violencia? Sólo a un retrasado mental como Luis Videgaray, que a lo largo de este catastrófico bienio no ha hecho nada, pero lo que se llama nada, en beneficio de nada, excepto de él y de sus cómplices.
En Veracruz, estado líder en desvío de recursos públicos, el gobierno deDuarte de Ochoa enfrenta cada quincena mayores dificultades para pagar las pensiones de los jubilados. Si esta desventura se extiende a otros estados de lo que hasta hace no mucho era nuestro país, porque el banco central sólo utiliza las reservas internacionales para que los dueños de todo sigan exportando dólares a sus cuentas en el extranjero, llegará el indeseable pero quizá no lejano momento en que millones de jubilados, pobres de por sí, caerán en la miseria.
Pemex está produciendo dos millones 200 mil barriles al día, que es más o menos lo que consume el país. Ergo, ya no exporta casi nada y, al contrario, ahora importa 100 mil barriles diarios de Estados Unidos, que ahora cuenta con las reservas de crudo más grandes de todos los tiempos, lo que sólo significa que el petróleo seguirá baratísimo en los próximos años.
México es ya sólo una pelotita de golf que recibe golpe tras golpe y cae de hoyo en hoyo. ¿Por qué acudo a esta metáfora? Porque las pelotas de golf están rellenas de ligas. Y después de oírlo hablar de altas finanzas en Londres, no creo que el cerebro de Peña Nieto contenga otra sustancia que ligas, tantas ligas como las que hay en el cráneo de Videgaray, de Osorio Chong, de Chuayffet, de Rosario Robles, de Pedro Joaquín y demás bandidos repletos de ligas con el crimen organizado.
Ante esto, la campaña ilegal del Verde continúa a tambor batiente, respaldada por Los Pinos, en plan francamente golpista y adquiriendo un tono más agresivo. Del desprecio descarado por la ley y las “autoridades” electorales, el tucán asesino acaba de emprender una guerra sucia contra Morena, acusando a AMLO de pertenecer a la mafia. Todo se entiende cada día con mayor claridad.
Morena puede arrasar el 7 de junio. Es más, debe arrasar el 7 de junio. Nada justifica que nadie con dos gramos de decencia vote por cualquier otro partido, máxime cuando todos son el PRI, con distintas banderas, caretas y caritas. La derecha va a recurrir a todo. Marcos saldrá en mayo a promover el abstencionismo. Javier Sicilia no hace otra cosa. Los únicos que tienen el derecho –pero no la razón– de llamar a no votar son los que están dispuestos a levantarse en armas en Guerrero.
El dilema no es votar o no votar. El dilema es votar por Morena o irse al monte. En su nueva temporada esta columna sale martes y jueves a las 8pm y los sábados a las 8 am.
Para todo lo demás estoy en @Desfiladero132 por si ocupan…