domingo, 24 de febrero de 2019

Caído el telón del concierto, inició puesta en escena de la oposición

Luis Hernández Navarro, enviado
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Maná... Pobres diablos

Táchira, frontera venezolana con Colombia. Concluido el show musical de Venezuela Aid Live, arrancó la violencia. Caído el telón en Cúcuta, Colombia, las palabras de paz de los cantantes antichavistas se transformaron en acciones de desestabilización escenográfica de la oposición.
La jornada opositora de este sábado fue, en lo esencial, una puesta en escena fronteriza. Cada uno de los montajes caminó de la mano de una apabullante ofensiva mediática, consistente, en parte, de verdaderos tsunamis de mensajes falsos. Las pequeñas (por las pretensiones de sus promotores) acciones violentas de comandos organizados fueron presentadas como parte de una fractura militar en la que mandos y soldados se sumaban a la población y desconocían el gobierno de Nicolás Maduro, o permitían el paso de la “ayuda humanitaria”.
Durante una gran manifestación en favor de su gobierno, Maduro declaró esta tarde, cuando los medios de prensa ya coincidían en que no se logró introducir los insumos al territorio venezolano: “El golpe ha fracasado y que está más firme y fuerte que nunca en su papel. Estamos defendiendo el derecho a ser libres y soberanos. No es tiempo de traidores”.
En el centro del relato opositor, construido para la ocasión en redes y radio rumor, se encuentra el falso anuncio sobre la inminencia de la entrada de marines estadunidenses y soldados colombianos a Venezuela. No es que la amenaza no exista, pero el antichavismo llega al extremo de ponerle fecha: este 24 de febrero.
Parte sustantiva del show mediático fue la deserción de siete uniformados a lo largo del día, presentada como el imparable desgrane de la mazorca de la fuerza castrense. Siete deserciones, ninguna de ellas relevante, en el contexto del día clave de la movilización opositora no parecen gran cosa. Más aún si se considera que la presión estadunidense en los últimos días, desde el presidente Donald Trump hasta legisladores del país de las barras y las estrellas, se ha concentrado en el ejército venezolano.
Las fuerzas armadas venezolanas tienen 235 mil miembros en activo, por lo que aún si las más de 60 deserciones de las que hablaron medios como CNN fueran ciertas, y que al parecer en su mayoría eran de policías y no de soldados, el número no sería relevante.
Si la apuesta opositora con la ofensiva de este 23 de febrero era propiciar desde la frontera un desbordamiento civil acompañado por la acción de grupos paramilitares, capaz de ocupar un territorio en el cual instalar al gobierno del autoproclamado Juan Guaidó, la arremetida fracasó. Los militares bolivarianos contuvieron la embestida y mantuvieron el control del territorio, para desencanto opositor. Salvo un caso, la entrada de la llamada “ayuda alimentaria” a territorio venezolano llevada a Colombia por Estados Unidos y Chile –el teórico objeto del pulso actual– no pudo traspasar el bloqueo fronterizo.
La otra línea discursiva, la de soldados venezolanos defendiendo una dictadura frente a opositores civiles, tampoco es cierta. En muchos de los cruces fronterizos miles de chavistas acompañaron a las fuerzas armadas de su país. En Caracas, una multitudinaria manifestación popular cobijó al presidente Nicolás Maduro.
Como compensación, los antichavistas lograron algunas fotos útiles para su guerra mediática. Entre ellas destacan la de dos tanquetas embistiendo una valla de seguridad bolivariana, la de grupos de encapuchados levantando barricadas y agrediendo a la fuerza pública, el paso de asistencia alimentaria a través de la frontera con Brasil (desmentida por el gobierno venezolano) o la quema de camiones cargados con “ayuda humanitaria” en territorio colombiano para echarle la culpa al gobierno… venezolano.
La decepción
La euforia se convierte en coraje y luego en decepción. El pequeño convoy de que busca cruzar a Venezuela desde Colombia para incorporarse a la ofensiva del autoproclamado presidente Juan Guaidó, no avanza. Un retén de la Guardia Nacional en El Vallao se lo impide.
Los guardias del 3er pelotón, 3ra compañía, D-212, todos ellos muy jóvenes, están tranquilos. Un teniente al mando les explica a los manifestantes que pueden pasar ellos a pie, pero no sus vehículos. No precisan cuándo se va a permitir nuevamente la circulación.
Los antichavistas están cerca de su destino, apenas a 19 kilómetros del puente Las Tacitas. Pero los uniformados y sus armas convierten esa distancia en una barrera infranqueable. Algunos han venido desde Valencia. Otros, muchachos de alrededor de 20 años, viajaron hasta el aeropuerto La Fría desde Caracas.
Para la ocasión, se vistieron con camisetas con la leyenda “Coalición Ayuda y Libertad Venezuela” y “Libertad a Leopoldo López”, y gorros y chamarras con la bandera venezolana. Un camión de sonido reproduce a todo volumen canciones con distintos géneros musicales y letras antigubernamentales. Raps, vallenatos, hip hop y baladas se intercalan con un solo mensaje.
El entusiasmo inicial se convierte muy rápidamente en enojo. A todo pulmón gritan “Maduro: el coño de tu madre”. Celebran jubilosos su ofensa. Comienzan entonces a cantar el himno nacional, pero lo abandonan al primer intento. No pasan de entonar un par de estrofas. A pesar de que son apenas pasadas las 10 de la mañana, los hombres circulan aguardiente (le llaman salta pa’tras) en botellas de plástico para agua, o se meten a la fonda a beber cervezas y comer algo.
Cuando llega la noticia de que el container de un camión hace imposible el retorno, el desánimo se hace mayor. El responsable de comunicación de un diputado de la Asamblea Nacional trata de que los más jóvenes tengan calma. “Llevamos 20 años de paciencia”, les dice. Igual, están inmovilizados.
Acciones para la foto
En otros puntos fronterizos, los antichavistas se prepararon mejor para realizar acciones espectaculares. En el puente internacional Simón Bolívar, tres militares desertores a bordo de dos tanquetas de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), embistieron la barrera de seguridad y arrollaron a la fotoperiodista chilena Nicole Krammer.
Nicole salvó su vida de milagro. Según declaró a El Porteño, los desertores “querían matar gente civil que estaba parada en la frontera. Me salvé por poco. No puedo creer que los presenten como héroes”.
Después huyeron con sus armas hacia Colombia donde fueron recibidos por dos dirigentes de la ultraderecha venezolana: el ex diputado José Manuel Olivares y el dirigente de la Universidad de Los Andes (ULA) Villca Fernández, ambos prófugos de la justicia venezolana. “Tranquilos, estos son nuestros, dijeron cuando los vieron llegar”.
En la línea fronteriza, la periodista de Telesur Madelein García fue amenazada por Villca Fernández, recientemente amnistiado por el gobierno venezolano, después de ser acusado de terrorismo.
En Ureña, ciudad ubicada en el estado venezolano Táchira, encapuchados alanzaron objetos contundentes contra las fuerzas de seguridad, le prendieron fuego a un autobús, e instalaron barricadas con neumáticos en llamas.

Calderón y Peña sobrepagaron 41 mil 26 mdp en 8 penales: ASF

Irregularidades en ceferesos

Foto
▲ Entre otras anomalías en los Ceferesos, se detectó la contratación de empresas sin personal experimentado.Foto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de febrero de 2019, p. 8
Los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto contrataron la construcción de ocho Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos) con sobreprecios que suman 41 mil 26 millones 400 mil pesos, lo que representó 31 por ciento más al monto estimado en 2001, cuando la Secretaría de Seguridad Pública Federal (SSP) estaba a cargo de Genaro García Luna.
La Auditoría Superior de la Federación detectó, de acuerdo con el tercer reporte del Informe del Resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2017, otras irregularidades a través del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (Oadprs), como el hecho de que se contrató una empresa para que realizara la supervisión técnica de los servicios penitenciarios, pero la compañía no contaba con personal experimentado para ello.
Asimismo, se detectó que la entonces SSP justificó la procedencia de la contratación de los inversionistas proveedores mediante adjudicaciones directas por razones de seguridad pública y nacional.
El reporte de auditoría señala que en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, en su eje uno, Estado de Derecho y Seguridad, refirió la necesidad que se tenía para incrementar la capacidad y modernizar el sistema penitenciario nacional, ya que existía un déficit de 41 mi 946 espacios en los centros penitenciarios del fuero federal.
Con la construcción de 12 nuevos Ceferesos se abatiría el déficit de infraestructura penitenciaria en más de 30 mil espacios; asimismo, se obtendrían servicios para que el sistema carcelario se desarrolle en condiciones de eficiencia, calidad y seguridad.
En ese entonces se estimó que el costo de los 12 reclusorios sería de 270 mil 76 millones 600 mil pesos, incluyendo costos de operación, mantenimiento y financieros
Adjudicaciones directas
De esa manera, la SSP determinó un déficit de espacios en los centros penitenciarios federales, por lo que presentó el proyecto para el desarrollo de 12 nuevos centros, y realizó lo siguiente: consultó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para determinar la forma de contratación del proyecto. La Unidad de Inversiones sugirió a la SSP analizar y evaluar el desarrollo del proyecto mediante un Contrato Plurianual de Servicios (CPS), ya que consideró que no tendría por objeto principal la adquisición de la infraestructura y demás activos puestos a disposición de la SSP por el proveedor.
Así, la SSP y el Oadprs cumplieron “con los requisitos del proceso para la autorización de los CPS de los ocho Ceferesos (…) Obtuvo el aval presupuestario de la SHCP por 199 mil 476 millones 60 mil pesos, con un sobrecosto de 41 mil 26 millones 400 mil pesos, que en total representó 31 por ciento más a previsto en la solicitud inicial, por lo que en el transcurso de la auditoría la Dirección General de Auditoría Financiera Federal A se emitió el oficio número DGAFFA/IOIC/008/2019 para solicitar la intervención de la instancia de control en el Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social”.
La ASF determinó que “la autorización de los CPS de los ocho Ceferesos se realizó con un sobrecosto en cada uno de los contratos hasta por 27.2 por ciento del propuesto original, y la entonces SSP justificó la procedencia de la contratación de los inversionistas proveedores mediante adjudicaciones directas, por razones de seguridad pública y nacional.
De 2012 a 2017, cuando desapareció la SSP federal y el Oadprs se integró directamente a la Secretaría de Gobernación, ésta pagó 40 mil 586 millones 733 mil 600 pesos por siete centros penitenciarios, de los cuales, 11 mil 532 millones 669 mil 400 pesos corresponden al ejercicio 2017, y aunque el órgano “registró contablemente los gastos realizados durante 2017, no cuenta con un registro de los compromisos de pago futuros establecidos mediante (…) como un pasivo ni a corto ni a largo plazo, los montos pendientes de pago con los inversionistas proveedores, aun cuando los Contratos para Prestación de Servicios de Largo Plazo son compromisos que son cuantificables”.
Aunque se justificó la necesidad de mayores espacios carcelario para presos federales actualmente los siete Ceferesos revisados se encuentran operando por debajo de su capacidad, en un promedio de 43.2 por ciento.

CONCIERTO-Hernández

Juan Guaidó admite su fracaso: no entró ayuda a Venezuela

Jóvenes opositores al gobierno chavista queman en la frontera de Cúcuta cajas con la “ayuda humanitaria” enviada por los aliados del autoproclamado “presidente encargado” de Venezuela, luego de fallar en su intento por ingresarla al país sudamericano, estrategia que Nicolás Maduro consideró el pretexto para ejecutar el golpe de Estado en su contra. Foto Xinhua

Cúcuta. Ningún cargamento con “ayuda humanitaria” estadunidese pudo ingresar este sábado a Venezuela desde la fronteras con Colombia, Brasil, Curazao o Puerto Rico, aunque se informó de varios muertos y decenas de heridos en enfrentamientos entre civiles y elementos de seguridad venezolanos en cruces limítrofes hasta el cierre de esta edición. Caracas no confirmó ninguno de los fallecimientos.
El canciller de Colombia, Carlos Holmes Trujillo, afirmó que “la prioridad para el gobierno del presidente, (Iván) Duque, es proteger la integridad de las personas en la zona de frontera” por lo que se dispuso resguardar los camiones que contenían la “ayuda humanitaria” que se intentó introducir a territorio venezolano.
El ministro de Defensa, Guillermo Botero, precisó que la mañana de este sábado un total de ocho camiones partieron del centro de Las Tienditas, de los cuales cuatro se dirigieron hacia el puente Francisco de Paula Santander, que comunica con la ciudad venezolana de Ureña, y otros cuatro hacia el puente Simón Bolívar, que comunica con la población de San Antonio del Táchira.
Miles de voluntariados acudieron a pie o con autos y camiones de carga a los accesos de los puentes internacionales Las Tienditas, Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y Unión, que unen a Venezuela con Colombia, para ingresar la “ayuda”. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, considera esta acción como una amenaza para invadir militarmente al país petrolero y derrocarlo.
Del lado venezolano, militares y policías lanzaron gases lacrimógenos y balas de goma a los manifestantes que intentaron romper los cercos militares en los puentes, lo que dejó decenas de heridos.
En el Simón Bolívar, una tanqueta de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) avanzó para embestir a voluntarios que intentaban pasar hacia Colombia, y atropelló a uno de ellos. Tras el incidente, tres militares salieron detrás de la tanqueta y comenzaron a caminar hacia la frontera con los brazos en alto para entregarse a las autoridades migratorias colombianas.
Un cuarto militar desertó en el puente internacional Francisco de Paula Santander. El uniformado, que lloraba incesantemente al caminar junto a las autoridades colombianas, fue recibido con aplausos por decenas de transeúntes en una calle cercana al puente fronterizo.
Al menos 60 miembros de cuerpos de seguridad, sobre todo policías, desconocieron a Maduro y dieron su apoyo a Guaidó, de acuerdo con registros de Migración de Colombia, aunque no dio un listado con los nombres y cargos de los desertores.
En dicho puente, dos camiones con “ayuda humanitaria” fueron incendiados por un grupo de manifestantes provocadores, lo que dejó unas 20 personas lesionadas, incluida una niña. Las cajas con la “asistencia” fueron salvadas por los voluntarios.
En Las Tienditas, bloqueado desde el pasado 7 de febrero por el ejército con un camión cisterna, dos contenedores de carga pesada y una malla de metal, hubo enfrentamientos entre militares y voluntarios que dejaron varios heridos.
Holmes Trujillo afirmó que los incidentes se saldaron con 285 lesionados, en su mayoría por gas lacrimógeno, de los cuales 255 son venezolanos y el resto colombianos. Sin embargo, el protector del estado de Táchira, Freddy Bernal, indicó que sólo hubo 42 los heridos en estas escaramuzas.
En Brasil, montado sobre un pequeño camión con sacos de arroz y leche en polvo, uno de los cordinadores del operativo de ingreso de “ayuda humanitaria” para Venezuela llamó a repliegue.
“Tenemos que repensar la estrategia. El presidente Guaidó nos ordenó no arriesgar, buscar la manera de entrar la ayuda de manera pacífica”, gritaba el joven señalando la frontera venezolana, bloqueada por militares desde el pasado jueves por órdenes de Maduro.
Dos camiones con ocho toneladas de donaciones de Estados Unidos y Brasil llegaron a Pacaraima desde un depósito en una base área de Boa Vista, la capital de Roraima, acompañados por el canciller brasileño, Ernesto Araújo, y la embajadora designada por Guaidó para Brasil, Teresa Belandria.
En la comunidad venezolana de Santa Elena de Uairén, en los límites con Brasil, cientos de voluntarios, en su mayoría indígenas pemones, acudieron a la frontera, pero fueron repelidos por militares, lo que dejó al menos dos muertos y 31 heridos. El pasado viernes se registró un suceso similar, en el que fallecieron dos personas, pero el gobierno venezolano aseguró que fue un falso positivo.
Coberturas periódisticas indicaron que sólo personas a pie o algunas camionetas pudieron ingresar con algunas cajas a Venezuela.
En tanto, un barco que zarpó de Puerto Rico con “ayuda humanitaria” para Venezuela “recibió amenaza directa de fuego por parte de naves venezolanas”, por lo que tuvo que regresa a la isla, reportaron fuentes gubernamentales.