Distrito Federal– Exaltados por el triunfo o irritados por la derrota no admitida pero hiriente, los primos candidatos a la gubernatura de Guerrero padecieron una amnesia moral inaceptable. No tuvieron una palabra para el perredista Guillermo Sánchez Nava quien todavía en estado crítico sufre las consecuencias de una agresión feroz que casi lo mata; ni para Régulo Cabrera Andrés, líder priísta en El Paraíso, municipio de Atoyac de Álvarez, asesinado presumiblemente en el marco de la contienda electoral. Cada uno por su parte, con la gravedad propia de cada caso, protagonizó la fase cruenta de una campaña de sangre y lodo que, para fortuna de todos, no desembocó en una jornada electoral que se temía muy violenta y lo fue en grado mucho menor de lo esperado. Tampoco hicieron una mención a por lo menos tres activistas de las coaliciones que lo postuló: el añorvista Arturo Contreras y los agurristas Pedro Salgado Leyva y Luís Carlos García, que permanecen privados de la li