Nikki Haley, embajadora estadunidense ante la ONU, aseguró ayer que la votación que se realiza cada año para levantar el embargo impuesto por Estados Unidos a Cuba es
teatro político, mientras el canciller cubano, Bruno Rodríguez (imagen de la derecha), expresó su condena a esta delcaración por
irrespetuosa y ofensiva. Ambas imágenes son de archivoFoto Ap y Afp
Dpa, Afp y Ap
Periódico La Jornada
Jueves 2 de noviembre de 2017, p. 23
Jueves 2 de noviembre de 2017, p. 23
Nueva York.
Estados Unidos volvió a votar este miércoles ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en contra de levantar bloqueo económico y financiero que impuso a Cuba desde hace casi de seis décadas, un año después de que la administración del ex presidente Barack Obama (2009-2017) emitió una histórica abstención.
La resolución, presentada por el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, obtuvo un abrumador apoyo, como desde hace 26 años, al obtener 191 votos a favor y dos en contra (Estados Unidos e Israel), de un total de 193 naciones presentes en la asamblea.
Nikki Haley, embajadora estadunidense ante la ONU, afirmó que
cada año la Asamblea General pierde su tiempo con esta cuestión, al dar a entender que la organización no tiene facultad de modificar la ley de Estados Unidos, la cual sólo el Congreso puede cambiar.
La votación es un
teatro político, opinó con tono de fastidio y adelantó que su gobierno mantendrá el bloqueo contra la isla
mientras el pueblo cubano siga siendo privado de sus derechos, aunque nos quedemos solos.
El canciller Rodríguez, al ocupar la tribuna, expresó su
más enérgica condena a las declaraciones irrespetuosas, ofensivas e injerencistasde la representante estadunidense y concedió que la diplomática tenía razón en un aspecto: Estados Unidos, una vez más,
se ha quedado solo.
Explicó que sólo en el último año el impacto económico por el bloqueo fue estimado en 4 mil 305 millones de dólares,
el doble de la inversión extranjera directa que el país necesita para que la economía pueda avanzar hacia el desarrollo.
Desde 1992, Cuba presenta anualmente en la ONU un proyecto de resolución que apremia a poner fin al bloqueo impuesto en 1960, tras el triunfo de la revolución de Fidel Castro, y que profundizó en los años 90.
Washington ha votado en contra durante 24 años consecutivos, pero en 2016 el gobierno de Obama se abstuvo, como parte de la normalización de relaciones diplomáticas entre ambos países.