Pleito en bancada panista deja al descubierto el uso de esa partida
Andrea Becerril
Periódico La Jornada Domingo 22 de julio de 2018, p. 10
En los seis años de la 63 Legislatura, que está próxima a concluir, los grupos parlamentarios en el Senado recibieron más de mil millones de pesos anuales como parte del presupuesto asignado a esa cámara, recursos que se manejaron de forma discrecional sin que dieran cuenta de su destino.
Los senadores Ernesto Ruffo, Víctor Hermosillo y Francisco Búrquez, del PAN, quienes formaron parte del grupo Anticorrupción en su bancada, comentaron que es uno de los rubros que debe disminuir y transparentarse, para bajar el alto costo del Congreso.
En 2017, según información del propio portal del Senado, esa cámara ejerció un presupuesto de 4 mil 598 millones, 458 mil 600 pesos, de los cuales mil 41 millones, 146 mil 600 de pesos se destinaron al concepto de asignaciones a los grupos parlamentarios, principalmente e incluyen el pago de 3 por ciento al impuesto sobre nómina y otros gravámenes.
En 2015 y 2016, las bancadas recibieron poco más de mil millones de pesos, distribuidos de acuerdo al número de senadores de cada una, por lo que entre PAN y PRI, los mayoritarios, se llevaron 75 por ciento de esa suma y el restante 25 por ciento, PRD, PT y PVEM.
Es una suma alta, si se considera que el costo total de servicios personales en el Senado fue en 2017 de 2 mil 809 millones de pesos, ya que incluyó las dietas de los 128 senadores, sueldos y salarios de 467 servidores públicos de mando, de 588 operativos sindicalizados, 87 de carrera y 270 del Servicio Civil de Carrera. Todo ello por un monto de 435 millones de pesos.
En el rubro de Servicios Personales, se incluyen 171 millones, 243 mil pesos para el pago de seguro de vida, seguro de gastos médicos y seguro de separación individualizado de senadores y funcionarios.
▲ Los coordinadores de grupos parlamentarios arguyen que ese dinero se usa para pagar sueldos de personal a su cargo.Foto Carlos Ramos Mamahua
Del presupuesto de 2018 (hasta junio) se distribuyeron 603 millones, 545 mil 500 pesos a los grupos parlamentarios, dado que su función termina el 30 de agosto; lo que resta será para la nueva legislatura.
Aunque los coordinadores de los grupos parlamentarios sostienen que los recursos millonarios que se les entregan son para pagar la nómina del personal a su cargo, asesores, realizar estudios y organizar eventos para trabajo legislativo, se sabe que se usan también para pagos extra a senadores e incluso para premiar a incondicionales.
En 2000, el grupo del PAN fue acusado por el PRI de utilizar esas partidas para financiar la campaña presidencial de Vicente Fox y años después, algunos legisladores del PRI revelaron que su entonces coordinador premiaba con viajes a los afines y castigaba a quien entonces se oponía a la reforma eléctrica.
En esta legislatura, el pleito entre corrientes en la bancada panista, dejó al descubierto el uso de esa partida para acallar inconformidades. En junio de 2012, el entonces dirigente del PAN, Gustavo Madero, decidió quitar la coordinación del grupo a Ernesto Cordero, y nombrar en su lugar a Jorge Luis Preciado, lo que ocasionó una revuelta.
23 de los 38 senadores del PAN se rebelaron a ello y se inconformaron con Preciado. Como por arte de magia, en la cuenta bancaria de cada uno de los legisladores, aparecieron 340 mil pesos, casi un total de 17 millones, y nadie supo quién los depositó. La única certeza es que eran recursos de la bancada, de esa partida que no es auditada.
Bronca en el INE: consejero acusa a Baños de comandar un grupo que determina la vida institucional
Marco Antonio Baños "ejerce funciones metarreglamentarias y metalegales en este instituto. Una interrogante válida es si los partidos políticos desean ir al 2018 en esas condiciones”, expresa el consejero José Roberto Ruiz Saldaña
En un amplio y ríspido debate, el consejero Marco Antonio Baños fue acusado por su colega José Roberto Ruiz Saldaña, este miércoles 17, de ejercer funciones al margen de la ley y comandar un grupo que determina la vida institucional del Instituto Nacional Electoral.
Baños no respondió ni una palabra, pero tuvo la defensa de los consejeros Ciro Murayama y Javier Santiago.
El consejero José Roberto Ruiz Saldaña denunció el cinismo y desvergüenza de sus colegasdel Instituto Nacional Electoral (INE) por incumplir acuerdos y acusó a su par Marco Antonio Baños de ejercer funciones metarreglamentarias y metalegales al comandar a un grupo que determina la vida institucional del organismo.
Su postura provocó un amplio debate en el Consejo General del instituto entre consejeros y representantes partidistas, estos últimos echaron en cara a dicho grupo, denunciado por Ruiz Saldaña, de favorecer al PRI.
El aludido, el consejero Baños, no intervino. Pero Ciro Murayama y Javier Santiago se encargaron de hacer su defensa al señalar que tampoco se puede permitir el veto a Bañosde este consejo para que sea parte de ninguna comisión.
En la sesión, Ruiz Saldaña preguntó a los partidos políticos si deseaban ir al 2018 en esas condiciones.
El senador Javier Corral recordó que cuando siete partidos políticos se levantaron de la mesa del Consejo General, eso fue por la existencia de un grupo del PRI que estaba envenenando la vida del INE.
“Ese es el veneno que se sigue colocado en el instituto”, comentó el consejero del Poder Legislativo por el blanquiazul. Y llamó al gobierno y al PRI a que se hagan cargo de sus consejeros, porque de lo contrario el instituto no va a gozar de buena salud.
La molestia de Ruiz Saldaña se debe a que el año pasado los consejeros electorales convinieron en su reunión de mesa de consejeros cambiar este año la integración de la Comisión de Vinculación con los Organismos Públicos Locales electorales (Oples), pero no se cumplió dicho acuerdo.
“Los árbitros electorales no podemos hacer trampas. Arbitrar las contiendas electorales es resolver conflictos entre partes y hacer cumplir las reglas del juego. Endeble favor le hace a la figura de Consejero electoral quien hace trampa y no cumple las reglas internas”, expresó Ruiz Saldaña.
“Si lo anterior es preocupante, más todavía lo es el proceder del consejero Baños, quien ejerce funciones metarreglamentarias y metalegales en este instituto. Una interrogante válida es si los partidos políticos desean ir al 2018 en esas condiciones”, preguntó.
El consejero presidente, Lorenzo Córdova, señaló que las comisiones son órganos auxiliares, no son finales, la mayoría de sus acuerdos pasan por el Consejo General, donde se decide por 11 voto,s no por uno, dos, tres o cinco.
Dijo que las puertas de la presidencia están abiertas. “Aquí no se margina a nadie“, respondió.
El consejero Benito Nacif señaló que sólo se acordó revisar la integración, lo cual fue negado por la consejera Pamela San Martín. “No puedo aceptar que se mienta, no estuve de acuerdo con ese acuerdo, pero sí se dio”, ratificó.
Horacio Duarte, representante de Morena ante el INE, se quejó de que el consejo nació secuestrado y añadió: “Ni quieren ni pueden ni les interesa ser independientes. Aplauden a su secuestrador y le dan palmaditas en el hombro”, en alusión al llamado síndrome de Estocolmo.
El representante del PRI, Jorge Carlos Ramírez Marín, dijo que le encantaba “ese tono de llamado que se asume con esta postura ‘rompepechista’, porque los consejeros no están llamados a nada que no sea a cumplir con la ley.
Le pidió a Ruiz Saldaña que cuando haga calificativos de comisiones o de personas las revisáramos, “porque si tuviéramos a nuestros consejeros, no entiendo por qué no se impusieron las medidas cautelares que pedimos para el caso de Sonora, una y otra vez, y que la Comisión de Quejas votó en contra del PRI”.
Y les propuso: “allá ustedes hasta qué punto trasparentan las sesiones. No pasa nada con transparentar más que cosas positivas. Se convierte en un gran antídoto para saber quiénes están chantaejando y quiénes vienen con disposición de enriquecer” el debate.
Señaló lo anterior luego de que Ruiz Saldaña propuso que se elaboren minutas de los acuerdos tomados en la mesa de consejeros y éstos se den a conocer a los partidos políticos en aras de la transparencia.
A continuación, la intervención de Ruiz Saldaña que inició el debate (hay que navegar al 4:18:20)
Como lo anuncié en su momento, no comparto el contenido del Proyecto de Acuerdo a discusión en el presente punto del orden del día, no puedo compartir una propuesta de acuerdo que se basa en el incumplimiento de un acuerdo de un compromiso, el cual fue claro, fue explícito, que se hizo hace poco más de un año.
Las y los Consejeros Electorales dieron su palabra en 2014 para que renováramos integralmente la Comisión de Vinculación con los Organismos Públicos Locales Electorales en esta ocasión; no pueden negar, a menos que quisieran proseguir con su desvergüenza, que el compromiso que sirvió para destrabar hace un año la integración de dicha Comisión fue que cuatro integrantes estarían un año y luego cuatro distintos integrantes estaríamos otro año.
El mérito de la renovación total anual, fue ampliamente compartido, como ahora lo es el cinismo en el desconocimiento de la palabra dada,
Es falso como me querrán decir, que el actual Proyecto de Acuerdo se basa en una modificación de lo acordado hace un año, es falso, no hay modificación de un acuerdo, sino su incumplimiento; los actuales cuatro integrantes, en honor a la palabra otorgada, tendrían que haber presentado su renuncia a esa Comisión y haber dado paso a cuatro nuevos integrantes.
Se va a querer decir que una renovación total de la Comisión de Vinculación con OPLES tendría vulnerabilidad jurídica; falso también, siempre se reconoció que la ley no prohíbe la renuncia de integrantes de Comisiones, y que no repararía perjuicio a los partidos políticos una nueva integración.
Se intentó ofrecer como justificación, entre comillas, al incumplimiento que una renovación total de la Comisión sería interpretada como la confirmación de que se hizo mal el trabajo en la conducción del procedimiento de asignación de Consejeros del año pasado.
Querer cuidar la mala imagen cultivada del ahora Presidente de esa Comisión no es argumento para el incumplimiento de acuerdos, es simplemente querer prolongar esa mala imagen. También se me va a querer decir que no realicé un acercamiento suficiente con las y los consejeros electorales para este tema.
Señoras y señores Consejeros, el de la voz no tenía por qué ir a convencerlos a ustedes de que cumplieran con su palabra otorgada, creí que eran personas serias. Veo ahora que el mecanismo de rotación, como cuando hubo de Presidencia del Consejo General del entonces IFE, pues fue una mera pose, no hay en los Consejeros de aquel entonces, un genuino aprecio por las virtudes de la rotación de las funciones; el incumplimiento del acuerdo al que se llegó el año pasado, tiene un significado político para mí, preocupante.
Los árbitros electorales no podemos hacer trampas, arbitrar las contiendas electorales es, resolver conflictos entre partes y hacer cumplir las reglas del juego, endeble favor se le hace a la figura de Consejero Electoral quien no cumple las reglas internas y hace trampa. Quienes integran la Comisión y no cumplen el acuerdo de retirarse, conciben la política bajo la máxima “el fin justifica los medios”; ser parte de la Comisión de Vinculación con OPLE, no importa que desconozca un acuerdo, no importa que haya sido votado por un año, no importa que dañe la precariedad de los acuerdos internos.
Es claro para mí, que no será con las y los Consejeros que incumplen acuerdos internos con quienes se pueda refundar una ética pública desde el INE, pero no prosigo sobre el significado político, escúchese ético, del incumplimiento de acuerdos internos; no seré quien haga en este Consejo General, ni en la institución, discursos moralizantes, ese lugar ya está asignado y no lo quiero, pero más preocupante aún que el incumplimiento de acuerdos internos sobre la conformación de las Comisiones, es que a ello se suma la existencia de un grupo político de Consejeros y Consejeras Electorales, quienes determinan las decisiones de varios de esos órganos colegiados y con ello, a final de cuenta, la vida institucional.
Si lo anterior es preocupante, más todavía lo es, el proceder del Consejero Marco Baños, quien ejerce funciones meta reglamentarias y meta legales en este Instituto. Una interrogante válida es si los partidos políticos desean ir al 2018 en esas condiciones; lamento que se haya inaugurado la etapa del incumplimiento de acuerdos internos entre Consejeros y Consejeras, como también lamento que no hubo disposición ni consciencia de algunos colegas por acotar, vía la integración de Comisiones a ese grupo de Consejeros, ni de la Presidencia de este Consejo, de involucrarse en este asunto de suma importancia.
ntes del proceso electoral de 2018 la aceptación ciudadana a los partidos políticos era de sólo 9 por ciento. No sorprende que las elecciones pasadas sacudieran a todo el sistema de partidos.
Empecemos por el PRI: no fue capaz de conservar la Presidencia de la República ni de ganar una sola gubernatura, además tendrá la menor bancada en el Congreso de su historia. Dirigentes del tricolor han intentado explicar el fenómeno. La autocrítica señala al hecho del alejamiento del PRI con la población y su militancia. También a la corrupción, el mal desempeño de los gobernadores y la baja aceptación del presidente. Tendrá que refundarse.
El PAN: encabezó el Frente Ciudadano, que era una aberración por insertarse en él partidos socialdemócratas y uno conservador. Su votación presidencial fue menor a la de hace seis años, cuando compitió sin alianzas. Ricardo Anaya resultó mal candidato y pagó caro su maquiavelismo. Atribuyen el origen de la catástrofe a las maniobras del gobierno contra el candidato panista. Todos están de acuerdo en que hay que reconstruir el partido.
El PRD: recibió el mayor castigo, apenas consiguió 3 por ciento de la votación para conservar su registro. Miembros de su dirigencia dicen que cambiarán de estatutos, nombre, colores y de línea política. Es obvio que tendrá que reconstituirse para evitar su extinción en un futuro próximo.
Morena: gracias a tener al mejor candidato en la historia contemporánea ganó la Presidencia. A menos de cinco años de su registro, contará con mayoría absoluta en ambas cámaras del Congreso, la jefatura de Gobierno de la capital y 19 de 26 congresos locales. Sin embargo, también está en una crisis de identidad y crecimiento en cuanto a que la victoria obliga a ese partido a asumir un rol que poco tenía que ver con las funciones gubernamentales y a reorganizarse para absorber las nuevas corrientes que querrán incorporarse a este instituto. Fenómeno que se encontrará con el obstáculo del sectarismo, herencia perredista en el nuevo partido que abrumado por su victoria tendrá también que reconstituirse. En una próxima entrega trataré con mayor detalle la crisis de Morena.