CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El acarreo y el control policiaco rindieron esta noche frutos para el presidente Enrique Peña Nieto, quien aún en el peor momento desde que inició su mandato no tuvo que enfrentar algún gesto de desaprobación. A las 22:45 horas el balcón central de Palacio Nacional abrió sus puertas y una banda de guerra lanzó sus poderosas detonaciones de tambor marcial y el aullido atormentado de corneta. Los presentes se pusieron de pie y olvidaron el escenario por el que desfilaron sus artistas para ver de frente a Palacio Nacional, en espera del acto culminante de la celebración por los 206 años del inicio del movimiento armado revolucionario de 1810, llamado el Grito de Independencia. De la lluvia de las 8 de la noche ya nada más queda la humedad y el frío que aumenta con las ventiscas que atraviesan el Zócalo, a lo lejos, se distingue apenas el resplandor de candelabros que adornan las paredes por donde saldrá el mandatario federal. Su trayecto en pantalla gi