jueves, 10 de febrero de 2011

Eleva EU a 'categoría uno' narcoviolencia en México Proceso


Washington— El gobierno de Estados Unidos elevó a “categoría uno” el problema de la narcoviolencia en México, debido a la preocupación que ha generado en Washington, reveló hoy el jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia de la Casa Blanca, James Clapper.

Al comparecer ante la comisión de inteligencia de la Cámara de Representantes, el director de espionaje nacional reconoció que existe “enorme preocupación” por la narcoviolencia en México, “por su “obvio potencial de penetración”.

“Recientemente elevamos este tema a categoría uno, la más alta, en términos de la prioridad dentro de nuestro marco de prioridades nacionales”, señaló Clapper.

"No hay duda de que esto significa una enorme preocupación para nosotros en Estados Unidos", ya que pese a los esfuerzos antinarcóticos realizados por el gobierno de Felipe Calderón, la capacidad militar y policial de México sigue siendo inadecuada para quebrantar al crimen organizado y contener la violencia criminal, destacó.

"En términos generales las capacidades militares y policiales de México siguen siendo inadecuadas para romper las organizaciones del tráfico de droga y para contener la violencia criminal", sostuvo Clapper durante una audiencia pública del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representanes para hablar de las amenazas terroristas a Estados Unidos.

Un día después de que el subsecretario del Ejército estadunidense, Joseph W. Westphal, señaló que existía el riesgo de que el crimen organizado tomara el control del gobierno mexicano, Clapper manifestó que "la creciente violencia está debilitando la confianza del público en la capacidad del gobierno (de México) para derrotar las organizaciones de narcotraficantes".

Durante su comparecencia, el funcionario señaló que si bien el presidente Felipe Calderón gestiona reformas institucionales que fortalezcan el estado de derecho, "el progreso es lento debido a la escasez de recursos, prioridades políticas enfrentadas y resistencia burocrática".

En 2010, la violencia atribuida a los cárteles de las drogas alcanzó niveles sin precedentes desde que Calderón lanzó, en 2006, una ofensiva contra el narcotráfico y ordenó el despliegue de miles de soldados y policías federales en las zonas del territorio mexicano más afectadas por el crimen organizado.

Desde diciembre de 2006, más de 34 mil 600 personas han sido asesinadas en todo el país, y 2010 se volvió el año con el mayor número de homicidios atribuidos al crimen organizado, con más de 15 mil.

La conferencia de Carmen y la TV ... y RadioAMLOTV

El pozo de los deseos reprimidos
Álvaro Cueva
Buzz up!vote now2011-02-10•Hey!
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“Como dice el dicho” alterna con “La rosa de Guadalupe” en el canal 2. Estoy escandalizado porque ningún canal de televisión abierto, de paga, público o privado de México transmitió ayer, en vivo, la conferencia de prensa de Carmen Aristegui.

Y esto incluye a todos los sistemas noticiosos de nuestra nación.

Si no hubiera sido por Internet, yo creo que nadie se hubiera enterado, en directo, de lo que la ex conductora de “MVS Noticias” estaba diciendo en la Casa Lamm.

¿A poco no es como para preocuparse?

Sí, yo sé que siempre que se ha interrumpido algún proyecto periodístico en nuestro país muchos periodista se han hecho los desentendidos para no salir perjudicados.

Sólo que ahora la cosa es diferente, tenemos otros medios de comunicación y gracias a páginas como Radio AMLO TV y Radio SME, y a redes sociales como Twitter y Facebook, muchas personas recibimos ayer la información que estábamos buscando.

Esto hace que la ausencia de ciertas coberturas se convierta en algo todavía más penoso. ¿A poco no?



Wendy González participa en la producción. El único medio tradicional que dijo algo casi al momento sobre la conferencia de Carmen fue CNN en Español.

Desde las 11:00 horas, su programa Noti-Mujer se la pasó anunciando que se iba a enlazar en vivo a la Casa Lamm, pero mintió. Jamás se enlazó en vivo.

Alrededor de las 11:46, cuando el evento había concluido, Glenda Umaña, una de las conductoras de ese espacio, mandó cámaras y micrófonos al Distrito Federal.

¿Y qué fue lo que vimos? A la corresponsal Krupskaia Alis, bastante nerviosa, mandando a un fragmento de unos cuantos minutos, grabado, del discurso de Carmen Aristegui.



Genoveva Martínez produce “Como dice el dicho”. ¿Pero sabe qué fue la gota que derramó el vaso? Que en un imperdonable error técnico, Glenda, Krupskaia o vaya usted a saber quién, tenía el micrófono abierto y, mientras la pantalla se iba a negros, dijo: “Pero no vamos a decir apoyo ni nada. No podemos decir eso, ¿no?”

¿Así o más claro que el tema de la salida de Carmen Aristegui es incómodo hasta para un medio tan libre como CNN en Español?

A lo mejor yo no tengo la más mínima noción de lo que es noticia y de lo que no. A lo mejor lo de Carmen era completamente intrascendente.



Sergio Corona es otro de los actores base de la emisión. Dígame entonces, usted, por favor, ¿por qué al caso Kalimba se le dio una cobertura, en vivo, tan espectacular? Acuérdese. Hasta hubo canales que interrumpieron sus transmisiones regulares.

¿Por qué con Kalimba sí y con Carmen no? ¿Kalimba sí era noticia y Carmen no? ¿Ahora entiende cuando le digo que estoy escandalizado?

Como dice la flojera

Desde hace dos semanas, El Canal de las Estrellas está transmitiendo los martes y los jueves, en el lugar de “La rosa de Guadalupe”, un programa súper raro titulado “Como dice el dicho”.

Lo veo, lo veo y por más que lo veo, no le encuentro algo que justifique su existencia.



Glenda Umaña dio la nota en CNN, pero no en vivo. Los programas unitarios tipo “Mujer, casos de la vida real”, “La rosa de Guadalupe”, “Lo que callamos las mujeres” y “A cada quien su santo” existen porque, o le dan soluciones a la gente para resolver cierto tipo de problemas o porque le dan consuelo, esperanza.

“Como dice el dicho” no le da nada a nadie, no alimenta nuestro espíritu. Nada.

Es contar historias a partir de refranes populares. ¿Y eso qué? Se pudo haber hecho lo mismo con las barajas de la lotería, con los nombres de las calles de la Ciudad de México o con los platillos del menú de Sanborn’s y hubiera dado lo mismo.


Qué pena tener que decir esto porque la responsable de esta producción es Genoveva Martínez, una ejecutiva a la que yo admiro mucho pero que, al parecer, se fue de TV Azteca a Televisa nomás para perder el tiempo.

Y es que el tema, aquí, no es televisivo, es empresarial. “Como dice el dicho” está al aire porque hay una guerra de a ver quién desmantela a quién entre Televisa y TV Azteca. Fuera de esto, haga de cuenta que no existe.

Lo más doloroso, como en toda esta historia de gente que va y viene de un canal a otro, es el golpe para las personas que jamás se han movido.

¿Se imagina usted cómo se sienten las producciones de Silvia Pinal, de “La rosa de Guadalupe” y las personas que llevan años proponiendo proyectos en el interior de Televisa al ver que las oportunidades se las dan a la gente que llega de fuera?

Es horrible, porque, además, lo que hacen no tiene identidad. ¿O qué, acaso usted, cuando mira “Como dice el dicho”, siente que está viendo una producción de Televisa?

¡Claro que no! “Como dice el dicho” huele a Azteca 13. ¿Y quién quiere ver un programa de Azteca 13 en El Canal de las Estrellas?

Y, lo peor de todo, ¿quién lo quiere ver intercalado con algo tan sagrado y posicionado como “La rosa de Guadalupe”?

Qué se me hace que aquí se va a repetir la historia de “Central de abasto” y que esto, en cualquier momento, va a tronar.

¿Sabe usted lo que significaría para la carrera de una productora como Genoveva Martínez? ¿Sabe usted lo que significaría para toda la gente que se fue con ella? 

¡ Extra, extra !



Gracias a "Lupis Paniagua"

Aristegui Miguel Ángel Granados Chapa Periodista


Distrito Federal– Carmen Aristegui prefirió la rescisión de su contrato profesional con MVS, la empresa radiofónica de la familia Vargas, antes que deponer su dignidad personal y profesional leyendo un texto de disculpa que ella no había escrito ni suscribirá. Después el concesionario pretendió justificar lo que fue un despido (colocar a la periodista ante un falso dilema, pues sólo había un término a elegir) acusándola de infringir el código de ética (que, por cierto, ella propuso y la emisora aceptó) por presentar un rumor como noticia.

Sin duda, eso no hizo Carmen Aristegui. Partió de un hecho noticioso (el escándalo en la Cámara de Diputados por la colocación de un mensaje provocador en que se implica que el Presidente Calderón es un bebedor), y ella lo situó en contexto y extrajo de él una conclusión. Dijo que el rumor sobre el etilismo presidencial estaba muy extendido, como lo está, lo que podía comprobarse en las redes sociales a que se atienen y de que tanto gustan el propio Ejecutivo y sus colaboradores. Y preguntó por qué desde la Presidencia no se emitía un comunicado que saliera al paso del rumor. Fue claramente un comentario editorial, lícito en el formato del programa que sostenía, con éxito creciente, desde hace poco más de dos años. Ni presentó al público como una novedad, ni mucho menos afirmó, que el Presidente bebe.

Carmen estuvo dispuesta, cuando se le comunicó que su dicho se había percibido como una ofensa, a disculparse por ella, por el agravio que hubiera resentido el afectado, ya que la intención de su programa es informar y analizar los hechos y no ofender nunca a nadie, ni al Presidente de la República ni a radioescucha alguno. Pero se le exigió desmentirse a sí misma, como un modo de aliviar la irritación causada por sus palabras. Se le demandó una reacción sólo explicable cuando se ha roto un tabú, cuando se ha cometido una irreverencia, cuando se ha incurrido en blasfemia.

Ordenar la salida de Carmen Aristegui es, conforme al diagnóstico famoso, más que un crimen una estupidez. Fue una decisión en la que todos pierden y sólo ganan los que deseen quitarse el estorbo de una emisión radiofónica fresca, cada vez más oída cuanto más certeros eran sus enfoques, en que se practicaba el lema adoptado por la concesionaria cuando convino con la periodista la creación y conducción de un programa diario de información y análisis: libre como el viento, libre como nunca antes, en clara alusión al despido de Carmen de XEW. Ganan asimismo los mezquinos que paladean la derrota de una forma de periodismo que están imposibilitados para ejercer. Gana el autoritarismo que somete la opinión diferente y que sostiene que la figura presidencial debe estar en un nicho inalcanzable donde no lo roce la realidad, ya no digamos con sus hechos brutales sino ni siquiera con lo que se dice en la calle.

La digna mujer y excepcional periodista dio a conocer ayer su posición. Con juicio atinado, que es su forma de ser, situó el problema de su despido en un ámbito más amplio, el del riesgo que para la democracia y la competencia económica deriva de que el presidencialismo, tan venido a menos para bien, disponga todavía de instrumentos que le permiten mantener en vilo a empresarios que no se avienen a sus propósitos e intereses. Varias resoluciones en materia de radio y televisión, y en el más dilatado ámbito de las telecomunicaciones, que MVS ha promovido desde hace años dependen de una decisión presidencial, pues se han cubierto los requisitos y satisfecho las condiciones legales. Carmen denunció, en consecuencia, que un asunto jurídico sea convertido en asunto político por la discrecionalidad que puede ejercer el Presidente.

También recordó que el periodista mexicano que sobresale en la televisión norteamericana, Jorge Ramos, preguntó a bocajarro al presidente Fox, haciéndose eco de un rumor relacionado con una presunta adicción presidencial si tomaba prozac. Sorprendido por la franqueza del interrogante, Fox contestó de inmediato y sin ambages con un no rotundo. No se declaró agraviado, ni pidió eliminar esa parte de la grabación. Simplemente aprovechó la ocasión para salir al paso de un rumor, que importa como parte de las percepciones con que una sociedad pretende explicarse su entorno.

La periodista tendió la mano a la empresa para revertir los afectos de lo ocurrido, que se manifiestan además de expresiones callejeras de descontento, en una ruidosa conversación colectiva a través de las redes sociales, donde priva la exigencia de que el programa vuelva a su normalidad, con Carmen Aristegui a la cabeza. Pidió sólo el resarcimiento de su fama pública mediante dos pasos, el primero retirar formalmente el comunicado en que se le señala como transgresora, y el segundo emitir otra posición en sentido contrario, donde se valore su integridad ética y profesional.

La familia Vargas, propietaria de MVS queda de esa manera en posición de deshacer el entuerto. No se trata de borrar lo acontecido, extremo imposible, sino de sacar provecho de él, en vez de sólo perjuicios. Esa familia, sobresaliente en el medio radiofónico donde priva la mediocridad, tuvo la claridad para saber, hace dos años, el valor social y comercial de contar con la personalidad de Carmen Aristegui al frente de su emisión matutina. Puede ahora refrendar el juicio sobre la condición profesional de la periodista aceptando su condición. Quedará fortalecida ante el público y, en consecuencia, ante el gobierno y los intereses que pretenden, con éxito, someterlo.

Carmen Lorenzo Meyer ANALISTA POLÍTICO

Distrito Federal– Un Pasado que Sigue sin Pasar. En un sistema político como el nuestro, donde los principios democráticos están lejos, muy lejos, de tener solidez, quienes se atreven a ensanchar los límites de “lo aceptable” para el poder pueden pagar caro su atrevimiento. En el largo plazo, otros, los más pero con menos valor, interés o posibilidades, suelen cosechar los frutos de ese esfuerzo de los pocos.

Carmen Aristegui, desde el periodismo, es una de esas personas que ha decidido tratar de ampliar el espacio de la libertad de prensa en México. Eso le ha ganado el aprecio de muchos pero el costo personal de su insistencia en practicar un periodismo incómodo para los del poder, ha sido y sigue siendo alto: una y otra vez su espacio de expresión ha sido cerrado.

El pasado lunes 7 Aristegui ya no apareció conduciendo su noticiero cotidiano en MVS Radio. Se le anuló ese espacio porque, según la empresa, en su último programa la informadora había violado el “código de ética” que rige sus presentaciones de noticias. La importancia política de la medida debe de ser analizada con detalle, pues es mucho lo que ahí está en juego: nada menos que la definición de la libertad de prensa, elemento imprescindible en cualquier sociedad democrática moderna.

Se dice que Filomeno Mata, (1845-1911) el fundador de “El Diario del Hogar” y periodista incómodo para el régimen porfirista en su última etapa, estaba tan acostumbrado a parar en la cárcel a causa de sus escritos que, al final, ya tenía preparada una maleta y tras publicar algo que sabía iba a molestar al régimen, la tomaba y se encaminaba por sí mismo a donde la policía. Los tiempos han cambiado, pero no lo suficiente: hoy, Aristegui ya no va a dar a la cárcel con sus huesos por su carácter de periodista incómoda pero sí debe de mantener empacadas sus pertenecías en sus oficinas, pues son muy altas las probabilidades de que se le suspenda el contrato cuando alguno de los temas que aborda disgusta a los dueños del medio, al gobierno o a los poderes fácticos que hoy cogobiernan.

En su momento, las denuncias de las aberraciones del padre Marcial Maciel le ganaron a Carmen la malquerencia de grandes empresarios que usaron su poder como anunciantes para cerrarle un espacio en televisión; cuando finalmente se aceptó que Maciel era efectivamente un pervertido y un peligro para la sociedad, nadie se disculpó con Carmen. El examen crítico de la llamada “Ley Televisa” hizo que la periodista perdiera su espacio en W Radio. Hoy, el abordar el tema de la acusación formulada (mal) por unos congresistas de oposición en torno al abuso del alcohol por el ocupante de “Los Pinos”, el cielo volvió a caerse sobre la ya célebre conductora, que recibió un ultimátum de MVS, consorcio, por cierto, muy urgido de que el gobierno renueve sus concesiones: o leía en su próxima emisión una disculpa ya preparada o se suspendería su programa. Los hechos indican que la conductora optó por esto último y hoy de nuevo está a la búsqueda de un espacio desde el cual pueda informar tocando todos los temas que considere son relevantes para un auditorio que debe recibir datos y análisis para la formación de una opinión ciudadana madura, informada y capaz de llegar a sus propias conclusiones.

Ética. Difícilmente en México existe un concesionario de radio o televisión en posición de darle lecciones de ética a Carmen Aristegui. La experiencia ha obligado a la periodista a llegar a negociar con radios o televisoras presentando, de entrada, un código de ética elaborado por ella misma y que no está sujeto a regateo; es su primera línea de defensa frente a las previsibles presiones de quien la contrate.

A la ética se le puede definir como la disciplina que aborda el tema de lo bueno y lo malo, lo correcto e incorrecto, la obligación y el deber moral de un individuo o de un conjunto social. En el caso concreto de MVS la empresa alega que la conductora se hizo eco de un rumor y no de un hecho probado: el supuesto exceso en el consumo de alcohol de quien está a cargo del Poder Ejecutivo. Es cierto que se trata de un rumor, pero es uno que de tiempo atrás tiene la naturaleza de hecho político. Antes que en la manta desplegada en el congreso ya había aparecido en columnas periodísticas o en innumerable mensajes de las llamadas “redes sociales” de internet. Y es que en política el rumor se puede convertir en un “hecho duro” y tener consecuencias que deben ser abordadas por el periodismo. Hoy, en Egipto, nadie ha probado que la fortuna de Hosni Mubarak sea de 17 mil millones de dólares, pero muchos ciudadanos lo aceptan como un hecho y eso ayuda a explicar la inusual movilización popular que hoy tiene contra la pared al gobierno egipcio y a varios más.

Tomando como punto de partida lo anterior, Carmen Aristegui, y eligiendo bien sus palabras y el tono de las mismas, invitó al gobierno federal a enfrentar el rumor convertido en un hecho político, entre otras razones, por la manta de los legisladores, de la manera que éste considerara apropiada. La conductora hubiera podido simplemente dejar constancia del incidente en el congreso –como lo hicieron el resto de los medios– y listo. Sin embargo, y justamente por cumplimiento con la ética que busca no sólo informar sino ahondar en cualquier tema relevante para la vida ciudadana y por enojoso que resulte, lo abordó, pero no sugirió que fuera cierto sino sólo que debería airearse el tema.

Lesa Majestad. Hasta qué punto MVS actuó contra Carmen de motu propio y hasta qué punto respondió o se adelantó a presiones del gobierno, es imposible saberlo por ahora. En cualquier caso, el cerrar el espacio usado durante dos años con gran éxito de audiencia por la conductora, es una muestra de que, en relación al “Señor de ‘Los Pinos’” aún vivimos en el régimen pasado y antepasado, cuando se consideraba un acto de lesa majestad cuestionar cualquier posible falla personal de Porfirio Díaz o de un presidente priísta.

La actitud frente al alcohol o sustancias semejantes de cualquier persona es un asunto privado en tanto no cause daño a terceros. Sin embargo, cuando un individuo por propia voluntad asume la máxima responsabilidad política del país, éste sabe que ese privilegio le exige estar siempre en pleno uso de sus facultades. En esas condiciones, la frontera entre su vida privada y su vida pública se hace tan tenue que casi desaparece. Se trata de una característica del poder que es implícitamente asumida por todos los que lo buscan y es inevitable que así sea.

Desde siempre, en México, ha sido costumbre que la prensa trate poco la vida privada de las figuras públicas.

Y eso no es del todo malo, pues flaco favor le hizo al interés nacional norteamericano el que los republicanos buscaran sacar de la presidencia a Bill Clinton por su relación extramarital con una becaria en la Casa Blanca. Por otro lado, el que toda Inglaterra supiera de la afición cotidiana de Winston Churchill por el whisky no perjudicó su carrera pues el personaje se desempeñó estupendamente como Primer Ministro durante la II Guerra Mundial. En contraste, el alcoholismo de Boris Yeltsin sí quedó asociado a una mala conducción de una Rusia en crisis. En fin, que una vida pública realmente normal requiere tratar sin abuso pero sin falsos comedimientos esos aspectos de la vida privada de los funcionarios públicos que pueden incidir negativamente en su capacidad de conducción.

Aristegui y más allá. En lo inmediato, la mayor consecuencia de la decisión de MVS de suspender el programa de Aristegui lo reciente la propia conductora, aunque su prestigio mismo no queda dañado sino todo lo contrario, pues reafirma su calidad de periodista realmente independiente pese a que el medio es poco propicio para ello. Finalmente, su voz no desaparecerá del todo, pues va a seguir en CNN en español.

Por lo que se refiere al actual gobierno, la ventaja de la conclusión de un noticiero incómodo tiene un precio: que se le asocie con la represión. A MVS tampoco le conviene lo que ha hecho, pues si la autoridad le renueva sus concesiones no podrá quitarse la sospecha de que eso fue a cambio de suprimir un noticiero. Es más, quizá ahora el gobierno tenga una razón fuerte para no favorecer a MVS, ya que si adoptara una actitud negativa frente a la demanda de la empresa, “Los Pinos” podrían sostener que la Presidencia nunca tuvo que ver con la cancelación de un espacio crítico en la radio.

En fin, que en cualquier sociedad democrática y sobre todo en esas que aún no lo son pero que se supone que aspiran a serlo, como es el caso de México, en materia de libertad de prensa más vale pecar de exceso que de falta.

Sumando exigencias-Hernández

Censura-Ahumada

Morderse la cola-Rocha

Dignidad-Helguera

Aclaración-Fisgón

¿Delito civil de deslealtad? Julio Hernández López

Astillero
Respuesta indirecta
Gran estado de ¡salud!
Operación Tequila

Un una zigzagueante continuación del litigio entre lo ético y lo etílico que actualmente se libra, al calderonismo no le bastó ayer con un comunicado burocrático de prensa para zafarse de las sostenidas acusaciones de que gobierna de manera pésima, dominado por húmedos demonios de irritabilidad, venganza e inestabilidad, así que por la noche hubo de comparecer el secretario de gobernación, disfrazado de secretario particular, Roberto Gil, para dar a conocer las muchas, entusiastas y muy productivas actividades del licenciado Calderón durante el día y para precisar de manera tragicómica, sin atreverse a mencionar por su nombre los señalamientos de alcoholismo en contra del ocupante de Los Pinos, que éste tiene un buen estado de salud, fortaleza física y entereza. Durante el día, el licenciado Calderón apareció montando una yegua y trepado en un yip militar en el curso de los actos recordatorios de la marcha maderista de la lealtad y, por la tarde, contra la sospechosa costumbre de ausencias públicas después de las comidas, estuvo en un acto en el Centro Médico de la capital del país.
Respuesta indirecta a la pregunta directa que la semana pasada hizo la periodista Carmen Aristegui, que por ese motivo debió abandonar el noticiero matutino de MVS. Que no digan que el gran poder desatiende las indagaciones de la prensa: Felipe se levanta tempranito, hace ejercicio y luego preside reuniones privadas y tiene actividades públicas, para terminar por allí de las 10 de la noche. Ritmo de actividades que sería “incompatible” con los “infundios, rumores y aun dudas que dolosamente se propalan” para “dañar al licenciado Calderón, a su familia y a la institución que representa” (el licenciado Gil no precisó el nombre de la aludida institución representada).
Día difícil para el calderonismo pues, en un contexto de recrudecimiento de las presiones y amagos estadunidenses (chin, creo que usar en estos momentos el término de “recrudecimiento” es una prueba más de la falta de tacto de un tecleador con yemas digitales atrofiadas), el ocupante de las suites sexenales conocidas como Los Pinos fue acusado a temprana hora de hacer berrinche de terminales consecuencias laborales por una pregunta al aire que una respetable periodista le hizo y cuya pertinencia fue defendida ayer en una lectura de posicionamiento en la casa Lamm.
Carmen Aristegui, en un acto que parecería llevarla de su sabida condición de líder de opinión al latente de líder social, sustentó sus dichos y hechos pero no se quedó en la parcela propia, por muy extendida que sea su influencia masiva, sino que desnudó con crudeza las relaciones de dependencia mediante chantaje que sostienen ciertos concesionarios de medios electrónicos, a diferencia del poder creciente y retador de la televisión dominante, que ha llegado a controlar parte del ejercicio político e incluso promueve comercialmente una candidatura copetona. Carmen, aparte de responsabilizar inequívocamente a Calderón por el berrinche que ha ganado resonancia internacional, planteó a MVS la posibilidad de regresar a su espacio noticioso, en un lance no contestado aún por la empresa a la hora de cerrar esta columna, hora en la cual una Operación Tequila de boicot cibernético se había desatado contra las frecuencias operadas por la familia Vargas.
En otro foro, el secretario de la Defensa Nacional pretende establecer una nueva categoría punitiva en el campo de batalla política al considerar obligatorio que los ciudadanos sean leales a la visión trazada por sus autoridades, sin divergencias ni “ambiciones egoístas y alevosas”. Alineados por la derecha gobernante quedarían a partir de ahora los ciudadanos si se convirtiera en regla la doctrina expresada ayer por el general Guillermo Galván Galván frente al licenciado Felipe Calderón, en una recordación más de la marcha maderista de la lealtad en 1913: “Como mexicanos, somos leales cuando alineamos pensamiento y obra con el interés nacional con miras convergentes hacia el bienestar general. De ahí que sea una obligación de todos armonizar las aspiraciones individuales con las necesidades sociales que la condición humana nos impone”.
La lealtad, consignó el general de cuatro estrellas, no puede existir en “quienes viven equívocos en el mundo de la ilegalidad, cualquiera de las formas en que ésta se presente”, ni en las autoridades que “por conveniencia, apatía, omisión o tolerancia” apoyen o encubran “al cáncer delincuencial”. Luego, entonces, “la lealtad es de todos y para con todos. De ahí la importancia para que demostremos a propios y extraños, una fehaciente convicción por ser leales, civiles y militares” (se han tomado de la página oficial de la Sedena, en http://bit.ly/fFVv8w las referencias al discurso del secretario Galván).
La peligrosa pretensión de abolir facultades divergentes en la sociedad se produjo ayer en el contexto de una marcada exaltación del concepto de la lealtad aplicado a las circunstancias actuales, casi instaurando el delito de deslealtad y abriendo el camino a su expedita persecución y castigo. El general secretario incluso recompuso las teorías jurídicas tradicionales: “¿Qué es el estado de derecho, sino obligaciones recíprocas de lealtad, entre ciudadanos y gobierno, que pugnan por la armonía, deferencia y prosperidad comunes?”
Otros militares parecerían estar demasiado dispuestos a cambiar lejanías orientales por cercanías sureñas. Aparte de lo dicho recientemente por el subsecretario estadunidense de la defensa (invadir México), ayer la secretaria de seguridad interior, Janet Napolitano, se permitió agregar una quemante coartada más: México sería un peligro para Estados Unidos en razón de que podría darse acá una alianza entre Al-Qaeda y cárteles como el de Los Zetas. Ante esa explosiva combinación prevista, el aparato militar estadunidense ya tendría estrategias de respuesta que obviamente no son dadas a conocer pero que, dada la campaña de intervencionismo que está a la vista, no son difíciles de adivinar.
Y, mientras llega Zhenli Ye Gon, ¡hasta mañana!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

La manta. José Gil Olmos

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MÉXICO, D.F., 9 de febrero (apro).- Todo comenzó cuando el jueves 3 un grupo de legisladores subió a la tribuna de la Cámara de Diputados y desplegó una manta que aludía el presunto alcoholismo de Felipe Calderón.

La imagen llegó de inmediato a Los Pinos y el jefe del Ejecutivo estalló en cólera. Su ira creció cuando al día siguiente le reportaron que la periodista Carmen Aristegui lanzó al aire una pregunta a la Presidencia de la República para que respondiera si el presidente tenía o no problemas con el consumo de alcohol. La mecha se encendió.

Conocido de tiempo atrás por su ánimo explosivo, Calderón pidió la cabeza de la principal conductora de noticias de la empresa de medios MVS, que a pesar de emitir un comunicado con el argumento de que el despido se debió a una violación a su código de ética (la difusión de rumores), no pudo ocultar que fue presionada desde la residencia oficial de Los Pinos para que actuara como lo hizo, pues de otra manera estarían en peligro sus concesiones de radio y televisión.

El sábado 5 hubo una junta entre los dueños (la familia Vargas) y los directivos de la empresa para definir el destino de Aristegui. La decisión fue unánime: ordenar a la conductora de noticias disculparse públicamente o rescindir su contrato de inmediato.

La decisión, sin embargo, ya estaba tomada. Las presiones desde Los Pinos y los intereses de mantener el negocio se sobrepusieron al noticiero y Aristegui, entonces, salía sobrando. Así se lo anunciaron a Calderón ese mismo día.

La vocera de Presidencia, Alejandra de la Sota, quiso hacer un deslinde al asegurar que no habían interferido en lo absoluto para que MVS tomara la decisión que tomó.

Si embargo cayó en un desliz, pues aunque quisieron disfrazar la decisión como empresarial y ética, en realidad fue política y económica. “Es una decisión que tomó la empresa y nos la comunicaron una vez que fue tomada. Durante el fin de semana ejecutivos de MVS confirmaron su decisión de terminar el contrato laboral con Aristegui por haber incumplido el código de ética que había firmado con la empresa”, agregó.

De acuerdo con la periodista Lydia Cacho, el despido de Aristegui habría sido por negarse a leer al aire una carta de disculpa escrita directamente en Los Pinos, luego de que solicitó que contestaran si Felipe Calderón tenía o no problemas de alcoholismo.

El domingo 6 se conoció el destino de Aristegui a través de las redes sociales. De acuerdo con mensajes en Twitter de Lydia Cacho, integrantes del staff de Carmen Aristegui confirmaron esa noche la versión.

"Me confirma staff de #Aristegui. Presidencia exigió que Carmen leyera carta de disculpa a Calderón. Vargas se dobló, Carmen NO", escribió Cacho en Twitter.

"Hablé por teléfono con ellas: staff de #Aristegui. La carta de disculpa fue escrita en Los Pinos, Carmen no accedió a leerla al aire", agregó en otro mensaje.

El pecado de Aristegui fue reportar en su noticiero lo ocurrido en San Lázaro el jueves 3, cuando los diputados Gerardo Fernández Noroña, Jaime Cárdenas y Mario Di Constanzo, entre otros, desplegaron una manta con el rostro descompuesto de Calderón y con la leyenda: “¿Tú dejarías a un borracho conducir tu automóvil? ¿Verdad que no? ¿Entonces por qué dejas que maneje tu país?”.

Al aire, la conductora simplemente dijo: “No es la primera vez que se habla de este tema, de un presunto alcoholismo de Felipe Calderón. Si usted es usuario de las redes sociales, por ejemplo, pues en ese circuito de comunicación de la sociedad mexicana es frecuente ver expresiones que aluden a esa circunstancia que no podemos corroborar (...)

“Debería realmente la propia Presidencia de la República dar una respuesta clara, nítida, formal al respecto. No hay nada de ofensivo –me parece– cuando alguien, si es que fuera el caso, atravesara por un problema de esta naturaleza (...)

“¿Tiene o no Felipe Calderón problemas de alcoholismo? Esto merece, insisto, una respuesta seria, formal y oficial de la propia Presidencia de la República.”

El tema del presunto alcoholismo de Calderón ha permeado a los medios políticos desde que era coordinador del PAN en la Cámara de Diputados, en el año 2000. Su afición, principalmente al tequila, fue reconocida en 2003, cuando pasó a ser secretario de Energía y era cliente asiduo al restaurante bar La Barraca Orca, que estaba enfrente de su oficina y donde, junto con su jefe de prensa, Maximiliano Cortazar, ya tenían una mesa especial con su nombre registrado en las sillas.

En 2006, principalmente en el cierre de campaña de Jalisco, y en ese mismo estado, cuando se festejó su triunfo, fue visto por la prensa en una situación etílica que le impedía dar un discurso.

En 2007, al cabo del primer año en el gobierno, la revista Contralínea documentó, a través del IFAI y de facturas, que la presidencia había hecho un gasto oneroso en la compra de botellas de alcohol.

En su edición 178 del 18 de abril de 2010, consignó lo siguiente: “De enero de 2007 a noviembre del año pasado, la Oficina de la Presidencia desembolsó 685 mil 837 pesos en alcohol. El producto más socorrido fue el tequila, del que se adquirieron 999 botellas de las marcas Don Julio y José Cuervo Reserva de la Familia, cuyo costo es de 865 pesos por botella.

“La Presidencia también compró 516 botellas de vino tinto, 269 de whisky, 147 de licores, 130 de ron, 83 de vino blanco, 60 de brandy, 48 de coñac, 44 de vino oporto y 19 de vodka.

“El 2 de enero de 2007, un mes después de que Felipe Calderón Hinojosa tomara posesión de la Presidencia de la República, la dependencia adquirió 3 mil 862 pesos en bebidas alcohólicas. En total fueron 16 botellas, entre licor de café Baileys, vino oporto Ferreira Tawny, whisky Chivas Regal y Johnnie Walker Etiqueta Negra, vino blanco L.A. Cetto Fumé Blanc y una botella de tequila José Cuervo Reserva de la Familia. Ese mismo día, Calderón Hinojosa dio un mensaje al gabinete de seguridad en la residencia oficial de Los Pinos”.

La pregunta de Carmen Aristegui toma sentido si se consideran estos hechos y datos corroborables. No se trata de un rumor, sino de una preocupación fundada, sobre todo porque se trata del jefe del Ejecutivo.

Los Zetas del periodismo mexicano . Renegado Legítimo

(Publicado originalmente el 19 de junio de 2009 en el Sendero del Peje)

Como en los meses más álgidos de 2006. Con igual virulencia, con la misma indignidad. El ataque concertado de la derecha hacia el movimiento democrático liderado por Andrés Manuel López Obrador, e implementado por merolicos, levantacejas, "periodistas", similares y conexos de los medios de comunicación, se ha lanzado con todo para destruir, ingenuos ellos, al único líder opositor hoy por hoy en este país. El cártel de Los Pinos dio la orden, y su brazo armado mediático, los Zetas del periodismo, procedieron a la operación.

No hay más que ver las columnas y artículos de opinión de la prensa mexicana, a propósito del Iztapalapazo del Trife, para darnos cuenta que en ese ámbito, el de los medios tradicionales, seguimos siendo un país bananero, de cuarta categoría, lo mismo con gatilleros a sueldo parapetados detrás de una cámara de televisión, que con sicarios despiadados que desde su computadora acribillan a punta de calumnias a sus víctimas. Fuego cruzado donde el ciudadano queda a merced de estos criminales, que sin pudor alguno proceden al levantón informativo, y ejecutan a la democracia "que no ha aprendido a respetar"... los privilegios de los que mandan.

Abre fuego Joaquín López Dóriga en Milenio: "¡qué hubiera pasado si en lugar de ser presidente legítimo, Andrés Manuel hubiera sido el Constitucional! La verdad es que no sé en qué momento lo perdimos". Maestro de la insidia, Dóriga rafaguea a López Obrador tildándolo de loco. Mala puntería, pues que yo sepa, AMLO no padece de sus facultades mentales, ni se ha quedado tirado jamás en un cuartucho de hotel, convulsionándose por algún extraño síndrome de abstinencia y esperando que algún presidente priísta vaya a rescatarlo ofreciéndole un puesto administrativo en la televisión estatal...ni tiene problemas de lenguaje.

Acto seguido aparece Carlos Marín, pues es sabido que los sicarios siempre actúan en comando, aunque en este caso se trate de un bufón patético que en vez de cuerno de chivo carga una pistolita de agua: "Tan intolerante a la crítica como impermeable a la autocrítica, delata que quiere gobernar un México de pesadilla, con 'periodistas' incondicionales y devotos. ¿No es ridículo?". Lo ridículo es que Marín pretenda achacarle a López Obrador un talante fascista que no tiene, cuando vivimos ya en un México de pesadilla gracias a los delirios fascistas de un hombrecito petulante y dipsómano que pretende "gobernar" ayudado por periodistas incondicionales y devotos, si bien medio pendejos y cínicos de tiempo completo.
Instalada en un falso retén, donde a sangre fría gusta de decapitar a sus víctimas, Denisse Maerker apunta: "¿El Andrés Manuel que vimos el martes en Iztapalapa es el mismo que logró que 15 millones de mexicanos lo eligieran en el 2006? ¿Ese hombre de semblante duro, actitud desafiante y estrategia arrogante es el que conquistó a millones durante años de campaña? No podía dejar de hacerme esas preguntas mientras veía y reveía las imágenes del mitin de Iztapalapa. ¿Nos engañó o es otro? ¿La derrota lo cambió o sólo exacerbó su peor parte?"

Sin duda López Obrador es otro. Todos lo somos, luego del granadazo que los panistas asestaron a la democracia mexicana en 2006. La banda más peligrosa en el mundo del crimen organizado logró con el fraude electoral que millones de mexicanos despertaran del marasmo y el conformismo azul. ¿Eso no lo ve Denisse? Tal vez quisiera que no fuera así, que todo siguiera igual. Un pacto de convivencia pacífica, como hacen los grandes capos entre ellos para no "calentar la plaza". Ah, qué Denisse y sus malos Hábitos...

Experto en contrainsurgencia informativa, formado en los escuadrones paramilitares del periodismo de derecha, Pablo Hiriart advierte: "¿Se lo imaginan de Presidente? Para allá vamos, si no hay resultados pronto". ¿Resultados? ¿De qué tipo? ¿Levantón en puerta? ¡Ah, qué tiempos, señor Pinochet!

Por el estilo, el resto de los sicarios informativos. Loret de Mola, ese monigote sonriente que a quemarropa acribilla a sus entrevistados; Pedro Ferriz, aquel que sueña con ser el zar informativo del régimen, con ínfulas de goebbelito de petatiux aunque no pase de gritoncito de Teletón; Ruin Healy, temido pozolero que disuelve a sus enemigos con la sosa cáustica de su lengua; Beteta, el del Göring look y las histerias feminoides del "¡hay que pararlo como sea!"; Adela, que si de ética profesional tuviera la micha que tiene de frivolidad otro gallo le cantara; Brozo, que desluce y se opaca entre tanto payaso que tiene por colega... pura bazofia, pura lacra, puro recluta de "excelencia" para los mañosos del poder. La Gente de Los Pinos duerme tranquila. Sus muchachos, sus sicarios informativos, le hacen el trabajo sucio.

Para que aprendamos a respetar.

Calderón-Aristegui, el método de la censura

Jenaro Villamil



MÉXICO, D.F., 8 de febrero (apro).- Ante la pregunta ¿por qué fue despedida Carmen Aristegui de MVS?, el 89.77% opinó que fue “por presión de Felipe Calderón” y sólo 2.84% cree en la versión oficial de la empresa: “por faltas al código de ética” (www.jenarovillamil.wordpress.com). Una proporción similar aparece en la encuesta que realiza la empresa Univisión en su portal de internet. Y en las redes sociales, especialmente en Twitter, una proporción de 9 contra 1 de cada diez comentarios aluden a la censura de Los Pinos contra la conductora.

En otras palabras, la percepción social es contundente: Aristegui fue despedida de MVS por presiones de Los Pinos, a raíz de su incómoda pregunta sobre el presunto alcoholismo de Felipe Calderón.

La percepción crece en la medida que la empresa que presumió durante todos estos meses que Aristegui ocupaba el primer lugar de rating en los noticiarios matutinos del Distrito Federal, la convirtió en innombrable en menos de un fin de semana. Como si se tratara de una purga estalinista, el nombre de Carmen Aristegui desapareció en el sitio online y hasta en las promociones de Dish, la empresa de televisión restringida de MVS.

Esta vulgar manera de volver innombrable a una periodista que ha recibido reconocimientos internacionales coincide con los mensajes que han lanzado los voceros oficiales y oficiosos del gobierno federal, desesperados por tratar de revertir esta percepción social.

Alejandra Sota, vocera de Los Pinos, quiso ser contundente y le declaró a CNN, empresa que ha defendido a su conductora: “no interferimos en lo absoluto para que MVS tomara la decisión que tomó”. Pero en su negativa, Sota cometió una pifia que alentó más la especulación: “Es una decisión que tomó la empresa y nos la comunicaron una vez que fue tomada”. Y narró que “durante el fin de semana ejecutivos de MVS confirmaron su decisión de terminar el contrato laboral con Carmen Aristegui, por haber incumplido el código de ética que había firmado con la empresa”.

¿Desde cuándo una empresa radiofónica mantiene tal nivel de información y comunicación con Los Pinos sobre el futuro de su conductora estelar? ¿Por qué fue necesario que “comunicaran” a la Presidencia de la República el cese de Aristegui? MVS no ha respondido a estas preguntas y en su silencio ha alentado la percepción mayoritaria de que se doblegó ante presiones del gobierno de Calderón.

Este martes, Héctor Villarrreal, subsecretario de Normatividad de Medios de la Secretaría de Gobernación siguió el guión de Sota, pero ni siquiera pronunció el nombre de Carmen Aristegui. ¿Será que violaba un código no escrito en el equipo calderonista?

“El gobierno federal no hace presiones… se trata de una decisión de la empresa”, insistió Villarreal. Su mensaje carece de credibilidad porque a lo largo del sexenio se han documentado una y otra presión contra medios críticos o periodistas incómodos para la línea que a Calderón le interesa promover. El expediente es numeroso: desde la suspensión de los contratos de publicidad pública a medios como Proceso, advertencias a periodistas como José Gutiérrez Vivó de que debía “portarse bien” para que Calderón le diera una audiencia, amenazas a la periodista Anabel Hernández o demandas en contra de revistas como Contralínea.

Alégico a la crítica, irascible ante las manifestaciones en contra de su guerra contra el narcotráfico, Calderón ha dado la orden a los embajadores mexicanos en casi todo el mundo de que respondan a todas aquellas críticas que dañan “la imagen del país”. Este tipo de presiones se han dado con varios corresponsales extranjeros, lo mismo en Francia que en Gran Bretaña y hasta en Japón.

Frente a estos antecedentes, no es casual que la percepción social frente al despido de Aristegui se oriente a un acto de censura gubernamental. La organización Reporteros sin Fronteras razonó así el caso:

Ante la falta de explicaciones claras se “acreditaría la hipótesis que sugiere que esto se debe a presiones políticas –incluso censura- contra la periodista”.

Carmen “no es culpable de rumor. ¿De qué debía disculparse?”, se cuestiona Reporteros sin Fronteras. Y en su declaración, divulgada por la agencia AFP, advirtió que “el rumor debe convertirse en información o desaparecer tras un justo examen de los hechos o un debate digno de ese nombre. La censura no hace sino amplificarlo”.

Esto es justo lo que ha sucedido frente al presunto problema de alcoholismo del presidente. En vez de atajarlo de manera clara, explícita y sin mandar a periodistas oficiosos a criticar a quienes planteen esta duda, en el gobierno federal creen que volviendo innombrables a los mensajeros desaparece el mensaje.

El caso de las redes sociales es el mejor ejemplo de cómo el gobierno federal ha logrado el efecto inverso al que pretendía. En lugar de mejorar su percepción social ésta ha empeorado, sobre todo, a raíz del caso de Carmen Aristegui.

El periódico El Universal documentó en su reciente edición que Los Pinos contrató por 3 millones de pesos a la empresa Lunave Multimedios S.A. de C.V., para asesorar a la Presidencia de la República “en análisis de contenido de opinión pública en redes sociales”. ¿Realmente han analizado bien lo que ha ocurrido con el caso MVS-Aristegui? ¿Crearán millones de trolls (cuentas anónimas en Twitter dedicadas a contrarrestar las críticas o a desviar la atención) para demostrar su eficacia?

El episodio de Aristegui demuestra que la intolerancia se convierte en el principal método de censura de un gobierno que olvidó su pasado opositor. www.jenarovillamil.wordpress.com

FCH ya ha hecho muchas cosas; pero todo tiene límites: Hackers

Redacción/SDP | 09 de Febrero, 2011 - 21:03
Envía88 ."El presidente mexicano ya ha hecho muchas cosas. Y permanecimos callados. Pero todo tiene sus límites", declararon los ciberactivistas que iniciaron una serie de ataques contra el sitio de MVS en protesta por el despido de Carmen Aristegui. .Los ciberactivistas que hackearon el sitio de MVS en protesta por el despido de Carmen Aristegui emitieron un llamado a los usuarios de internet para sumarse a los ataques de protesta contra la cadena donde la periodista laboraba y señalaron que aguantaron mucho a Felipe Calderón, pero que "todo tiene sus límites."

"El presidente mexicano ya ha hecho muchas cosas. Y permanecimos callados. Pero todo tiene sus límites. Trae tu tequila. La fiesta ha comenzado", dice el llamado de los ciberactivistas en el sitio hacking.mx que inicia con la frase "el alcoholismo no es el problema, la censura sí."

El llamado, al cual bautizaron como "Operation: Tequila" (Operación: Tequila), utiliza imágenes de la película V de Venganza, la cual narra un levantamiento popular contra un gobierno totalitario.

Explica el sitio de internet "¿Qué es Operación Tequila? #Optequila es una convocatoria a boicot contra el sitio de noticias MVS en defensa de la respetada periodista mexicana Carmen Aristegui. El blog BoitcotMVS dió a conocer información de cómo se llevará acabo este ataque: El grupo hacktivista pretende lanzar un ataque Distribuido de Denegación de Servicio mejor conocido como DDoS contra Noticias MVS por el despido de Carmen Aristegui."

El sitio de MVS, en efecto, fue derribado por el ataque de los activistas. Hasta este momento permanece caído.

Aristegui. Pedro Echeverría V

09 de Febrero de 2011
http://pedroecheverriav.wordpress.com

México: Normal la expulsión de Aristegui en medios al servicio del capital porque"sobrepasa los límites"
1. El despido de Carmen Aristegui de su magnífico programa de radio y TV en Multivisión, por órdenes presidenciales y empresariales, ya me lo sé de memoria, pues hace dos años sufrió la misma experiencia. El argumento es sencillo: "No cabes ya en nuestra línea de programación, sobrepasaste los límites". Lo extraño en el sistema capitalista y comercial es que una persona, siendo independiente y crítica del sistema, trabaje mucho tiempo sin que la corran. En el capitalismo para permanecer en estos medios casi siempre los empleados tienen que lamer las botas a los empresarios y para ascender en la pirámide sólo habría qué imaginar cuánta vergüenza más se debe pasar. Personajes como López Dóriga, Alatorre, Loret de Mola, Trujillo, Gómez Leyva, Cárdenas, Dresser, Ferriz de Con, etcétera, no necesitan mucha capacidad o simpatía popular; lo importante es que sean incondicionales a la empresa y no sean impugnados por las fuerzas del capital.

2. Aristegui es conocida en México y en varios países. Por su enorme presencia y popularidad no tengo duda que la escucharemos y veremos en los próximos meses hasta que la corran nuevamente, mediante cualquier pretexto, haciéndole un bien porque su popularidad se agiganta en cada movimiento: hoy se habla inclusive de hacerla candidata al gobierno de la Ciudad de México. Esto demuestra una vez más que los gobiernos y empresarios mexicanos son muy atrasados, que pertenecen a la Edad Media, puesto que no tienen capacidad para soportar ni siquiera a Aristegui que es tranquila, muy plural y equitativa. ¿Cómo esperar que puedan permitir una radio o TV con posiciones izquierdistas en la que los trabajadores y luchadores sociales puedan expresarse con libertad? Parece que en el país yanqui los márgenes de expresión son más amplios porque los empresarios suelen tener la suficiente fuerza para no obedecer al los gobiernos. En México son serviciales.

3. Pero a Aristegui, a pesar de no ser izquierdista sino simplemente una periodista equitativa y plural, la derecha extrema (gobierno de la República, panistas, empresarios, derechistas, un fuerte sector priísta) la presenta como instrumento de López Obrador, incluso de socialistas que buscan desestabilizar al gobierno. Como sucedió después de ser cesada de W Radio ha más de dos años, Carmen iniciará nuevamente su recorrido por varios estados del país cubriendo cientos de invitaciones a conferencias, actos políticos, presentaciones de libros y demás reuniones que buscan escuchar sus saludos y opiniones. Necesitamos más Aristeguis, pero que no estén dependiendo de la empresa privada o del gobierno. Se ha demostrado el gran poder de los medios de información en el sistema capitalista y si queremos dar una batalla general equitativa y superior tenemos que construir instrumentos independientes. Por eso no puedo más que apreciar lo que muchos de mis amigos realizan en este campo en varios lugares.

4. Lo importante es que en esta nueva coyuntura de protesta y movilización creada a raíz de esta expulsión de Aristegui, se luche por crear y fortalecer la radio comunitaria, la radio y TV independientes, las radios universitarias libres, que serían los únicos medios donde podrían surgir los programas y las voces libres, tales como los establecidos por mis amigos Hilda, Sergio y otros en la Universidad de Ontario, Canadá, así como las tres radios combativas de México que escucho y me han abierto sus espacios: Radio Bemba de Hermosillo, Sonora de mi amigo Othoniel; Radio Libertad de Xalapa, Veracruz de Julio Ricardo y Radio La Nueva República en Tijuana y varios estados de mi amiga Patricia Barba. Esto aparte de las radios venezolanas: Radio Nacional y Telesur. Lo que ha sucedido con Aristegui nos debe poner a trabajar con más intensidad a fin de fortalecer la participación de las izquierdas en proyectos contraculturales y anticapitalistas.

5. En México hay toda una historia de periodistas corridos de los medios por el hecho de ya no caber en la línea editorial y sobrepasar los límites de la prensa burguesa. Piensa nada más: hasta el mismo Zabludovski que llegó a ser durante más de 20 años soldado del presidente e incondicional de Azcárraga Milmo, fue corrido siendo una institución porque fuerzas internas y externas lo pidieron. Mi amiga Manú Dornbierer, por rebelde la han expulsado de varios medios y a mí mismo. Sin querer compararme con nadie puedo decir que en 35 años de articulista "con cuatro o cinco notas por semana- he sido corrido (o me han dejado de publicar) en seis periódicos: en 1977 en Excélsior, en 1985 en Unomásuno, en 1996 en Diario de Yucatán, ese mismo año en Por Esto!; a los dos años en el Financiero Sureste y por último en el diario Mundo al Día. El único argumento que comprendí fue: "no cabes ya en nuestra línea política editorial, sobrepasaste los límites".

6. Así funcionan en México, quizá en todo el mundo, todos los medios de información capitalistas o comerciales: arriesgan un poco para dar cabida a una oposición con el fin de demostrar "pluralidad" y ganar clientela; luego, sin que te digan "agua va", la desaparecen sin darte una razón verdadera. El objetivo de cualquier empresa es, siempre será, ganar dinero; pero ojo, cuando el capital en su conjunto siente peligro une sus fuerzas para destruir o extirpar cualquier oposición. Por eso lo que le ha sucedido a la Aristegui es sólo un episodio de las luchas que debemos radicalizar en las calles contra el capital. Tenemos que gritar: reinstalación de Carmen, libertad de expresión, respeto a la disidencia; pero también "para demostrar el verdadero fondo del problema- hay que gritar: abajo el capitalismo, muerte a la explotación, viva la lucha independiente y profundización de la lucha de clases. Lo demás es seguir lamentando nuestras derrotas.

7. La batalla por los medios de información en México no es porque se habrán más medios burgueses para que haya variedad o pluralidad, sino luchas por abrir la mayor cantidad de radios comunitarias independientes y contraculturales. Me hace recordar la gran experiencia de la APPO en Oaxaca que. En medio de las fuertes movilizaciones en las calles tomaron por varias semanas radios y televisoras "no para repetir los mismos programas burgueses y comerciales- para programar, mensajes, música, teatro, conciertos, en los que los maestros, representantes de organizaciones y los luchadores sociales, programaban a partir de los intereses del pueblo. No necesitaron a especialistas en comunicación, les bastó tener algunas ideas progresistas y una enorme voluntad para que las cosas salgan. Seguramente más adelante iban a requerir de estudios, pero por lo menos durante ese tiempo Oaxaca contó con una radio y una TV que les creaba más conocimientos y conciencia de clase. Construyamos junto a Aristegui otro proyecto cultural.