lunes, 1 de noviembre de 2010
Disparar contra estudiantes - Julio Hernández López
Estrategia de comunicación desde la tribuna, Fernandez Noroña.
Dentro de la comunicación política la estrategia es importante a la hora de pasar de un estado de no acción a una transformación deseable, para esto hay tener en cuenta los sistemas que interactúan a favor o en contra y que pueden ayudar o hacer fracasar la estrategia a esto se le llama incertidumbre estructurada.
Por qué es importante tener en cuenta lo anterior: el diputado Gerardo Fernández Noroña, lo sabe y si no lo aplica empíricamente en sus intervenciones en las sesiones de control a los secretarios de estado, demuestra que el conjunto de decisiones tomadas de antemano con el fin de lograr el objetivo de desestabilizar a su antagonista da sus frutos.
Estos son recogidos de diversas formas, por un lado se habla de su intervención en los medios tradicionales a los que no tiene acceso (siempre condenando las formas del discurso del diputado) y en los medios interactivos de comunicación entre ellos el “microbloggin”, aquí despierta tanto odio, como muchas simpatías.
El estado actual que guarda la incertidumbre estructurada en su estrategia de comunicación está resultando ser atractiva ya que desmitifica el papel de comparsa que en el ideario popular se tiene de los diputados, en el cual deben ser diligentes y sumisos con los representantes elegidos para ocupar secretarias de estado. En este punto cabe destacar que es un representante electo por votación popular, casi 23 mil votos recibió su partido en el distrito 4 del Distrito Federal.
Al ser representante electo y no elegido, no puede hablar de igual a igual a su interlocutor, ese es una limitación del sistema político mexicano al no tener diputados que formen parte del gabinete, se privilegia al funcionario elegido al electo. Al hablarles de esa forma a los funcionarios, otorga voz a los ciudadanos y crea una válvula de escape, que quisieran decirle eso y mucho más por las malas gestiones realizadas.
Por último, el considerar que esta estrategia es contraproducente y que se puede ligar el tono rijoso y descortés con el futuro candidato Andrés Manuel López Obrador, lo que asustaría a cierto tipo de votantes, es falso y carente de objetividad. En otras sociedades donde existe el parlamentarismo, el debate fuerte, genera tensión únicamente, es lo más normal el que los diputados pidan cuentas de las gestiones a los funcionarios y nadie limitaría esa libertad de expresión pensando que tal vez se puedan perder algunos votos de las minorías no convencidas.
Aquí el ejemplo de un debate en el parlamento español:
http://www.youtube.com/watch?v=ox2VdpYFaCI&hl=es_ES
Y la intervención del diputado Fernandez Noroña.
http://www.youtube.com/watch?v=6d_D4b1vRVw&feature=player_embedded
Fernández de Cevallos, al ataque. Lydia Cacho
Cuando Jimena Marín Foucher se casó con David, el hijo de Diego Fernández de Cevallos, jamás se imaginó que su vida se convertiría en una pesadilla de violencia doméstica. Sus padres creyeron que el joven hijo de uno de los abogados más poderosos y corruptos de México, cambiaría; pero sucedió lo contrario. Cuando Jimena pidió ayuda le pidió el divorcio. Como muchos agresores poderosos, él la encerró durante casi cuatro meses. El aislamiento, amenazas de muerte y la reiterada intimidación de la familia Fernández de Cevallos a Jimena, terminaron en una amenaza: si ella quería el divorcio jamás volvería a ver a sus hijos. Ella escapó de casa cuando se desató la crisis del secuestro de Diego.
Este jueves, David Fernández de Cevallos, acompañado de un primo y su hermano Rodrigo, llegaron a la casa de la familia Foucher en Cozumel, en una zona residencial cuyos testigos creyeron inicialmente que se trataba de un ataque de narcotraficantes por el despliegue de violencia. Protegidos por agentes encapuchados de la AFI, los hombres armados entraron en la casa a llevarse a los niños; cuando los vecinos llamaron a la policía local, ante la confusión, se vivieron momentos de gran tensión. Todos cortaron cartucho al ver que los supuestos federales no se identificaban. Ante cámara de video, frente al asombro de los vecinos, los Fernández de Cevallos se llevaron a los niños por la fuerza, aparentemente escoltados por un camión militar. El Ejército niega haberles protegido; asegura que “sólo atestiguó la diligencia”.
Como muchos maltratadores de mujeres, David se consideraba propietario de su joven esposa. Con el aparato de justicia al servicio de su familia, la acusación por violencia intrafamiliar y el proceso de divorcio fueron una verdadera pesadilla para la madre de los dos pequeños. Finalmente, Jimena había logrado que un juez le otorgara la custodia temporal de sus hijos y volvió a Cozumel con sus padres. Según testigos, David sabía que sus pequeños estaban seguros y bien cuidados con su madre, y lo que él quería no era lograr tener visitas paternas para el bien de los niños, de uno y cuatro años, sino vengarse de la desobediencia y quitárselos.
Además de los testigos presenciales, que aseguran que el hijo de Diego portaba un arma, hay un video. En la denuncia 1656/10/2010 por secuestro, ataque y lesiones, la madre de los pequeños y los abuelos explican que fueron golpeados, que les esposaron y encañonaron y recibieron amenazas de muerte. Todo esto sucedió, aseguran, en un contexto de compra de autoridades, colusión de servidores públicos (jueces, federales y militares). La Procuraduría de Quintana Roo asevera que no hubo solicitud de orden de colaboración, por tanto, los federales habrían cometido un ilícito. Mientras se investiga el caso, quedó en evidencia la complicidad machista de varios servidores públicos que justifican los hechos.
La Ley de acceso a las mujeres a un vida libre de violencia debería de proteger a todas las ciudadanas, pero entre la letra y su cumplimiento encontramos la colusión de servidores públicos que ponen la justicia al servicio de los agresores, de los poderosos. Tal vez lo único bueno de esta desgracia es que Jimena ahora está protegida por la sociedad. Si algo le sucede a ella, a sus familiares, todo México sabrá quién es responsable. Jimena no está sola.
‘Cultos populares: La Santa Muerte en México’ Carlos Murillo González
Entrevista con el maestro Roberto García Zavala* sobre los cultos populares y la adoración a la Santa Muerte en México.
1. ¿Qué son los cultos populares?
Desde la antropología de la religión los cultos populares o también llamado religiosidad popular son aquellos en donde los miembros adheridos a un sistema de creencias toma símbolos del universo sagrado, los refuncionalizan de acuerdo a las necesidades propias de la comunidad y en donde, el ritual juega un papel fundamental ya que es ahí donde el símbolo cobra importancia además de cohesionar al grupo.
Se debe mencionar que la religiosidad popular no solo toma algunos símbolos del universo sagrado de un sistema de creencias, sino que tiene la característica de que puede erigir como sagrado a personajes, objetos y seres etéreos; como ejemplo de ello tenemos a Jesús Malverde, la Bendita Ánima de Juan Soldado, el Niño Fidencio y la Santa Muerte.
Así que, un culto “popular” no es aquel que sea lo contrario o lo que se opone a lo “oficial” pensado este último como las normas que la institución establece para el culto a lo sagrado.
Desde la antropología, los cultos populares o religiosidad popular tienen que ver con aquello que no es normado por la institución pero que a su vez es normado por el grupo social que utiliza los mismos símbolos sagrados pero en diferentes rituales con códigos propios de su comunidad.
Debemos de dejar de pensar lo “popular” como lo propio de los subalternos, como lo pasional, como lo colorido, como lo propio de los barrios o lo rural. Así como una persona o una comunidad peregrina a un santuario para pedir que cesen o bien que no caigan desgracias; de igual manera una persona o grupo con un poder adquisitivo mayor lo realiza a otros espacios a través de lo que se conoce como turismo religioso.
Los cultos populares o religiosidad popular no son exclusivos del sistema de creencias católico ya que en otros sistemas de creencias se presentan los elementos antes descritos (apropiación simbólica-refuncionalización-rituales de respuesta inmediata), veamos los siguientes ejemplos:
a) Un culto popular del Taoísmo sería la re funcionalización del símbolo Taijitu (conocido como el Yin-Yang), en donde, dentro del sistema de creencias taoísta tiene un sentido diferente al que la corriente New Age le ha “construido” como un símbolo de equilibrio. Si bien aquí estamos hablando de un préstamo cultural, el símbolo conserva sus elementos propios pero el sentido que le otorga el grupo que lo “adopta” es diferente así como los rituales en donde se encuentra el taijitu como símbolo ritual.
b) En lo que respecta al sistema de creencias católico la feligresía “adopta” determinados símbolos del universo sagrado a los cuales les asignan “funciones” diferentes que cumplen en la institución religiosa. Mientras que para la institución religiosa católica los santos cumplen con la “función” primordial de la imitación, es decir, que la feligresía a través de su vida y ministerio sigan su camino para alcanzar la santidad que es el fin último a que todo feligrés católico esta llamado. Pero en la religiosidad popular existe una “especialización” de santos, vírgenes u objetos del universo sagrado del sistema de creencias católico a los que la feligresía les reconoce la capacidad de obrar milagros y a los cuales acude para pedir en situaciones de crisis ya sea individual o comunitario.
2. ¿Hay diferencia entre la religiosidad popular y la religiosidad institucional de una iglesia católica, por ejemplo?
En esencia no existe diferencia, solo que los caminos son paralelos. Para entenderlo tenemos que saber que la religiosidad es la manera en que un individuo, un grupo o una institución establecen el vínculo con lo sagrado. Este tipo de vínculo se efectúa a través de los rituales que gracias a la apologética logran institucionalizarse. Pero tratemos de ver dentro del catolicismo donde no existirían las diferencias y donde existen.
No existen diferencias entre la religiosidad popular y la institución católica cuando los símbolos rituales presentes en lo popular emanan del Universo Sagrado Católico, es decir, mientras sea San Judas Tadeo, Virgen de Guadalupe, San Ramón Nonato, San Francisco de Asís u otros los que han tomado un grupo para celebrar rituales paralelos (el oficial es la liturgia) la institución no se manifestara en contra de ellos, este es un claro ejemplo de lo que llaman cultos tolerados.
Pero la diferencia existe cuando los símbolos rituales no forman parte del Universo Sagrado Católico aunque los rituales que se elaboran en torno a ellos sean netamente católicos ya que son celebrados por los mismos católicos; un claro ejemplo de ello es el culto a la Santa Muerte.
Estos cultos serán condenados por la institución religiosa como movimientos heréticos sobre los cuales lanzaran anatemas y harán un constante llamado para que aquellos feligreses que lo profesan vuelvan al “rebaño”.
La relación entre un sector de la feligresía que rinde culto a los santos, vírgenes, objetos sacramentales u seres etéreos y la institución católica ha sido de constante tensión en todo su historia. Punto de tensión y en ocasiones de ruptura es el hecho de que la institución se reserva el derecho de determinar quién puede o que puede ser santo y con ello ser elevado al culto.
Antonio Rubial García [1]ubica en el siglo XII con la promulgación de la institución religiosa como la única en erigir la santidad como el punto de ruptura entre la feligresía y la institución religiosa, sobre ello refiere:
La canonización fue derecho exclusivo del pontificado, con ello rompía con una tradición que data del siglo V en donde la elevación de un personaje al culto público era realizada por la devoción popular y ratificada con la autorización del obispo de la región y muy rara vez por el Papa. En el siglo XIII los decretos de Gregorio IX postularon, como parte del derecho canónico, que sólo el Sumo Pontífice tenía la potestad para elevar a una persona al culto público y se mencionaban los dos pasos a seguir en el proceso: La beatificación y la canonización. Para el siglo XVI se introdujeron cambios con referencia a llevar a los “Siervos de Dios” al culto público. Debido a la Contrarreforma y el Concilio de Trento, se produjo dentro de la religiosidad del mundo católico una perspectiva novedosa. Por un lado la Iglesia ejerció un mayor control sobre las manifestaciones populares del culto y se atribuyó el derecho de canonizarlas o prohibirlas. Por el otro fomentó en tal forma los elementos rituales externos, que fertilizó el terreno para que se fortaleciera un cristianismo mágico lleno de prácticas paganas. Así, al mismo tiempo que se proponían la veneración de imágenes y reliquias, los nuevos misales postridentinos eliminaban muchos elementos de los antiguos oficios de los santos y el papado imponía una serie de reglas a los procesos de canonización como a la literatura hagiográfica.
Así que, los movimientos y las tensiones que existen entre la feligresía y la institución religiosa no tienen nada de novedoso. Ambas formas de apropiación e interpretación de los símbolos sagrados ha existido desde que se fundó la Iglesia Católica.
Sobre los rituales que se elaboran en torno a estos símbolos se debe mencionar que algunos de ellos se realizan dentro del espacio de la iglesia (como puede ser el “limpiar” a una persona con una veladora) y otros más especializados (las limpias con hierbas) se harán en un espacio particular.
Tanto la institución católica como la feligresía que profesa el culto a diversos símbolos del universo sagrado del catolicismo han sabido delimitar los límites de su religiosidad. Por una parte la institución “tolerara” determinados cultos que después de un tiempo (pueden pasar siglos) puede ser incorporada al calendario de festividades de la institución. Mientras que la feligresía mantendrá una relación de respeto con la institución religiosa mientras no vea atentado contra su religiosidad y si ello sucede, se alejará de la iglesia pero sin romper el vínculo con lo sagrado.
3. Dentro de los cultos populares en México, ¿cuáles son los más practicados?
Los principales son los cultos marianos, ellos son: Virgen de Guadalupe, Virgen de San Juan de Los Lagos, Virgen de Zapopan y Virgen de Juquila. Le siguen las diversas advocaciones de Jesucristo, ellos son: Nuestro Señor de Chalma y Sagrado Corazón de Jesús, Santo Niño de Atocha, Divino Niño.
El culto a los santos se remite más a una cuestión local. Así tenemos que San Lorenzo es el santo patrono de ciudad Juárez, San Francisco de Asís es el santo patrón del barrio de Tepito o San Caralampio como santo patrón de Comitán, Chis.
Ahora bien, existen santos “populares” que tiene gran demanda por sus comprobadas cualidades taumatúrgicas, ellos son: El Niño Fidencio, el Ánima de Juan Soldado, San Maximón (santo popular guatemalteco que recientemente se ha incorporado al universo sagrado de la religiosidad popular) y otros santos de carácter local.
De que un santo tenga mayor proyección y mayor número de devotos depende directamente del grado de especialización que se le ha conferido. Por ello, existen santos que sobresalen como son: San Judas Tadeo (el patrono de las causas difíciles), Santo Toribio Romo (Mártir cristero que ayuda a las personas en su peregrinar para llegar a los Estados Unidos), el Ánima de Juan Soldado (cumple con la misma función que Santo Toribio Romo pero en la región de Tijuana), el Niño Fidencio (cuya especialización es el devolver la salud), la Santa Muerte (a la que se le puede pedir salud, amor o dinero).
4. ¿Es posible ser “católico” y tener o hacer otro tipo de adoración, de práctica digamos, no oficial o incluso contraria a la de una religión establecida o reconocida por la Ley de cultos?
Si, se puede ser católico y a su vez tener una devoción –más que adoración- a otros simbólicos que no pertenezcan al universo sagrado católico.
¿Cómo puede ser ello? La religiosidad popular tiene su fundamento en lo práctico, es decir, en aquello que esta comprobado que funciona y si al símbolo sagrado o ritual que se acude no cumple con esa característica se desecha.
Charles Guignebert[2] plantea que el mismo San Agustín se vio ante el mismo fenómeno que implicaba el deber ser de la iglesia y la manera en que los simples ejercían su religiosidad.
San Agustín no hizo sino fundar teología de Occidente, establecer los temas principales de su especulación, orientar su mística y formular las reglas de su moral pública; nadie trabajó más para fortificaren la Iglesia, quiero decir, en el cuerpo constituido de las autoridades eclesiásticas, el principio de autoridad en materia de fe; nadie contribuyó más que él a hacer aceptar la opinión de una decisión de la Iglesia es una verdad contra la cual la razón humana no tiene calidad para rebelarse y que las propias Sagradas Escrituras valen sólo por la garantía y según la interpretación de la Iglesia…..Esta afirmación hallaba sólido apoyo en la fe popular a la que San Agustín sabía bien que era necesario hacerle algunas concesiones, tales como las de contentarse con su asentimiento sobre los puntos esenciales de la doctrina, cerrar por fuerza los ojos ante sus menudos extravíos y, sobre todo, perdonarle sus involuntarios retornos a costumbres atávicas (invocar a los muertos o realizar sacrificios humanos con fines adivinatorios). Pero no comprendía completamente qué ardiente deseo de fijeza ocultaba la aparente movilidad de aquella fe.
El hecho de que una persona adscrita al catolicismo acuda a símbolos ajenos a su sistema religioso no importando que ese símbolo sagrado o ritual sea antitético a su sistema de creencias tiene su fundamento en las crisis vitales de los hombres (vida-muerte, salud-enfermedad, bonanza-carencia). Esta persona puede acudir prácticas tales como la lectura de cartas, la bahúa, lectura de café, limpias precedidas por un “brujo” y amuletos, Lo que he mencionado no es permitido por la iglesia católica, pero es una práctica recurrente entre su feligresía.
El mismo Charles Guignebert menciona:
Sin duda los simples son accesibles a todas las sugestiones despasado, de las circunstancias y del medio; su sensibilidad religiosa se conmueve tanto más rápidamente y reacciona tanto más profundamente cuanto más colectivamente impresionada sea y de ordinario son incapaces de reglarla, de modo que muy a menudo ponen en aprieto a los teólogos. Por instinto, también, se sienten arrastrados a multiplicar y agrandar los objetos de su fe. De hecho, pues son en la Iglesia un elemento de agitación más o menos sensible según los tiempos, pero activo y constantemente inestable. Y sin embargo, nada los alarma más la idea de un cambio en sus creencias y nada es más lógico que esta alarma.
En mi andar como estudioso del fenómeno religioso y en especial de la religiosidad popular no he encontrado adhesión de individuos a otras prácticas rituales que no estén registradas dentro de las Asociaciones Religiosas y Culto Público. Ello no quiere decir que no puedan existir, pero su característica principal sería el anonimato y solo los iniciados podrían tener acceso a ello.
Contrario a lo que se puede pensar, los estudios sobre la religiosidad popular no son fáciles ya que se trabaja con el principal elemento que dota de sentido a los hombres…su vínculo con lo sagrado.
5. El culto a la Santa Muerte popularmente se le relaciona con prácticas satánicas, violentas y oscuras y con profesiones como las de narcotraficante o sicario, ¿qué tan cierto es esto?
Primeramente me gustaría mencionar que el antropólogo de la religión no “certifica” o descalifica culto alguno. Su trabajo consiste en describir el fenómeno guiado por categorías de análisis propias de su disciplina como son: el mito, el símbolo y los rituales.
Ahora bien, debemos separar lo que es la opinión de los individuos que comparten características iguales a los devotos a la Santa Muerte. Me refiero a la misma grey católica que también se encuentran insertos en la religiosidad popular y que cuando se le pregunta opinión con respecto a los que profesan devoción a la Santa Muerte manifiestan su desacuerdo pero también su respeto a esa decisión.
El vínculo entre Santa Muerte- narcotraficante, Santa Muerte-personas en situación de calle, Santa Muerte-prostitución, Santa Muerte-secuestradores y las que se puedan imaginar no son más que una creación de los medios de comunicación masiva.
Todo empezó con la aprehensión de Daniel Arizmendi “el mocha orejas” en donde los reporteros captaron en imágenes el espacio donde se refugiaba y encontraron un altar a la Santa Muerte con sus respectivas ofrendas como son las manzanas y los cigarros. De este evento se da inicio a la asociación del símbolo ritual (como lo puede ser cualquier santo) con actividades delictivas.
Una característica fundamental de la religiosidad popular es que en las peticiones que se elaboran a símbolos rituales solamente se piden dos cosas: que no caiga la desgracia o que cese la desgracia. Luego entonces, una diversidad de personas con oficios o profesiones diferentes puede acudir a una diversidad de símbolos rituales entre los cuales se encuentra la Santa Muerte.
Con respecto al vínculo Santa Muerte-práctica satánica, es una versión que proviene de la iglesia católica la cual no puede ser refutada ya que responde a su posición milenaria de no aceptar estos tipos de cultos por las razones expuestas en las preguntas anteriores.
Ahora bien, de acuerdo a mis estudios[3] sobre el fenómeno del culto a la Santa Muerte en la ciudad de México puedo decir que el tipo de personas que profesan devoción a la Santa Muerte se encuentran personas de diversas edades y diversos oficios. El tipo de ritual que se celebra es el rezo de un rosario; las ofrendas van desde manzanas, dulces y cigarros; en las oraciones que se ofrendan se le pide a la Santa Muerte salud para la familia, que los proteja en cada una de las actividades que realizan, que les permita llegar a casa, ayuda en las actividades escolares, que rinda el dinero, que les permita tener trabajo.
6. ¿Por qué la fascinación con la Santa Muerte en México? Pareciera que nuestra cultura mexicana está muy arraigada o es a fin a comprender la muerte como algo sagrado, tiene algo que ver con nuestra tradición prehispánica, con tradiciones como el día de los muertos en noviembre?
No, no existe una fascinación por la Santa Muerte en México aunque se debe mencionar que existen devotos en todo el país.
Pero quizá la pregunta este referida a la supuesta fascinación del mexicano hacia la muerte y la famosa frase “los mexicanos nos reímos de la muerte”. Lo digo como antropólogo y tanatólogo que no hay nada más falso que dicha frase.
La muerte es aquello que no queremos que llegue y por más que nos hagamos a la idea de que llegará nunca se esta preparado para ello.
Ahora bien, las festividades de “día de muertos” tiene un carácter religioso y su fundamento básico es la de rememorar a los que se han ido. En ese día los muertos no lo son ya que se convierten en elementos dinámicos e integradores.
Ahora bien, sobre el vínculo muerte-mexicano se debe mencionar que también se trata de una “creación” en este caso de la literatura, las artes plásticas y de la cinematografía en especial del llamado “ciclo de oro”.
El supuesto vínculo del mexicano con la muerte proviene de dos películas a saber: Macario y El ahijado de la muerte. En la primera el protagonista establece un convenio con la muerte y por ello se hace acreedor de un brebaje que puede devolver la salud física. En la segunda, el protagonista es protegido de la muerte y por ello su carácter temerario.
Otro argumento que se utiliza para “comprobar” el vínculo del mexicano con la muerte se encuentra en las obras de José Guadalupe Posada. Aquí estamos en presencia de una descontextualización total de la obra del autor ya que su obra tenía un carácter contestatario en el tiempo previo al movimiento revolucionario. Hoy en día es impensable separar su famosa “catrina” de los altares dedicados a los difuntos.
7. En relación con otros cultos populares como el de Malverde, adorado principalmente en el norte de México y relacionado también con el narcotráfico, ¿estamos frente a una “necesidad” de las personas por encontrar ídolos más afines con su realidad de vida o es una respuesta a lo que otros cultos o religiones no le ofrecen a la gente?
Espero haber logrado que el lector haya repensado la idea de establecer vínculos entre una actividad profesional liminal y un símbolo ritual en específico.
Los individuos y los grupos acuden a símbolos rituales que ofrecen respuestas inmediatas en situaciones de crisis. Ellos acudirán con quién en boga de muchos es el más milagroso no importando si es San Judas Tadeo, San Lázaro, San Charbel Majluf, Malverde, Santa Muerte u otros símbolos rituales Orishas como lo son Eleggúa, Changó o Babalú ayeé.
No importa para ellos si recurren a elementos rituales ajenos a su sistema de creencia como puede ser adquirir un Buda preparado con semillas y monedas o acudir a Maximón. Lo que se necesita es una respuesta inmediata y se acudirá con aquel que pueda aliviar la aflicción.
El hecho que la feligresía acuda o erija símbolos rituales ajenos al universo sagrado católico no debe pensarse como una “falla” de la institución religiosa o que se encuentre lejos de su feligresía. Pensémoslo así: la institución religiosa ofrece una recompensa a futuro (después de la muerte), pide soportar el dolor de manera estoica ya que este purifica y pide no hacer mal al prójimo. Pero la feligresía necesita parar el dolor, necesita dinero, necesita poseer al ser deseado (y no el amado), necesita protegerse de los enemigos, necesita “suerte” en sus ventas. En fin, se acude a los símbolos rituales para alterar de manera súbita los eventos que causan aflicción, mientras que la institución religiosa acepta y busca el sentido en esas aflicciones…. ¿A caso Cristo o los santos renegaron de su situación?
8. ¿Consideras que puede haber un incremento del culto a la Santa Muerte en lugares donde la violencia o el asesinato es una constante, como en Ciudad Juárez, donde en los últimos dos años se contabilizan más de tres mil muertes relacionadas con la “guerra contra el narcotráfico”?
No, no creo que el culto a la Santa Muerte se pueda arraigar en una ciudad como lo es Juárez por el hecho de que su situación en los últimos dos años haya venido a pique con tantas ejecuciones.
Pero si creo que el vínculo de los juarense para con lo sagrado es más estrecho por la necesidad de encontrar una respuesta inmediata a este problema emergente y con ello difiero un mucho sobre tú idea de “la muerte de Dios en ciudad Juárez”.
El culto a la Santa Muerte tiene presencia en ciudad Juárez, pero su uso esta referido a los rituales de respuesta inmediata como lo son el amor, la salud y el dinero. Basta con acudir al mercado Cuauhtémoc y observar que la Santa Muerte es el símbolo ritual que más se oferta (ello no quiere decir que es el que más se consume) y preguntar a los encargados de los locales los usos básicos de dicho símbolo ritual.
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*Roberto García Zavala es licenciado en Sociología por la UACJ y candidato al grado de Doctor en Antropología Social con especialidad en estudios de religiosidad popular por la ENAH, tanatólogo por la AMTAC y ex –docente de la UACJ y la UACH
[1] Rubial García, Antonio; “Los Santos milagreros y malogrados de la Nueva España”, en: García Ayluardo, Clara y Ramos Medina, Manuel (coordinadores); Manifestaciones religiosas en el mundo colonial americano, INAH-UIA-CONDUMEX, México, 1997.
[2] Guignebert, Charles; El cristianismo medieval y moderno, FCE, México, 1988.
[3] Se puede consultar García Zavala, Roberto; “El culto a la Santa Muerte: mito y ritual en la ciudad de México”, en Escalante Paloma, Cuéllar Carmen (coordinadoras); Conurbados e imaginarios urbanos vol. 2, ENAH-UAM, México, 2007, pp. 183-225, ISBN: 978-968-03-0268-0
visite: http://carmugosociologico.blogspot.com/
En 2012, la Iglesia y Televisa buscarán erigirse en árbitros, advierte Muñoz Ledo
Roberto Garduño
Periódico La Jornada
Lunes 1º de noviembre de 2010, p. 9
Frente al proceso electoral de 2012, la Iglesia católica y Televisa pretenderán ubicarse en el centro del espectro político para fungir de árbitros en los comicios federales, afirma Porfirio Muñoz Ledo, actor y crítico del poder político, quien observa en su reciente libro, La vía radical para refundar la República, que a la gobernabilidad en México le urgen las reformas en el Congreso, el Estado y en los medios de comunicación, precedidas de la movilización social como único vehículo de cambio.
En entrevista, ubica la vía radical en política: “Estaba satanizada –aduce– pero no es otra cosa que ir a la raíz de las cosas; hacerlas a fondo. Era importante reivindicar esa palabra. Toda posición convencional nos lleva a la catástrofe; imagina con la política dónde va ahora el país. La Cámara de Diputados es un desperdicio de mayoría; le llamé mayoría de chisguete, sólo sirve para miaditos de reformitas y cochupitos”.
Recuerda su paso por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), organismo político que en su fundación se negó a considerarse de izquierda –consta en sus estatutos de 1989–, y “fue hasta 1999 cuando logré que se llamara partido de izquierda. Y ahora todas las tribus perredistas se llaman izquierda nueva, izquierda antigua, izquierda renovadora, todas se dicen izquierdas. He logrado, perdóname, desacralizar, desatanizar la palabra izquierda en México”.
–¿Usted es partidario del régimen parlamentario?
–En la reforma del Estado se trataba, por iniciativa del senador Manlio Fabio Beltrones, de cambiar la forma de gobierno. Esto porque va a ganar quien tenga una mayoría en la Cámara que le permita gobernar, una mayoría monocolor; la única forma es que el gobierno sea investido por el Congreso.
–El equilibrio entre mayoría social y la mayoría política…
–Es imposible que salga de aquí un gobierno que cambie el rumbo del país, las estructuras, que modifique las instituciones que están naufragando cuando se depende del repunte de la economía de Estados Unidos; quiere decir que estamos condenados a crecer 3 por ciento. ¿A qué estamos jugando, si Perú y Panamá ya crecen a 9 por ciento? Hay una crisis nacional profunda. Por este camino no va salir el mundo, ¡no es cierto! Y nadie quiere cambiar el modelo económico.
–¿El servilismo en política interior y exterior?
–El problema fue cómo los tecnócratas convencieron a Miguel de la Madrid, y antes a José López Portillo; se los comieron. De la Madrid era muy dubitativo y tenía ciertas vetas pusilánimes de carácter. Y nos impuso al que lo indujo a la práctica neoliberal, a (Carlos) Salinas, y lo hizo a la mala, aunque se haya retractado de esa decisión.
–¿Se ha envilecido la política? –se le insiste.
–Nunca ha sido muy pura en México, pero sí hay una degradación grave de la política, y mira, el fracaso más grande en este país, aparte de la debilidad de De la Madrid y de la frivolidad de López Portillo, fue Vicente Fox, quien conjuntó frivolidad, entreguismo y pasión por los negocios. Generó descrédito y a la alternancia, a la pluralidad las convirtió en desorden, no hizo las reformas del Estado a que se comprometió conmigo.
“Y (Felipe) Calderón es fruto de todo eso, es la ilegitimidad. Llega Calderón porque Fox le tomó verdadera vesania a Andrés Manuel López Obrador. El pleito lo comenzó Fox, le vino el temor porque estaba metido en negocios turbios y por eso empezó a decir que iba a parar a López Obrador.
Porfirio Muñoz Ledo, durante la entrevistaFoto Carlos Ramos Mamahua
“Una vez me dijo: ‘¿y tu amigo López Obrador?’, y le contesté: ‘qué tienes contra él, es mejor que tengas buena relación con el jefe de Gobierno de la ciudad’, y me respondió: ‘no es que es esto y es lo otro’, y le comenté que ya le habían metido una jiribilla que le iba a costar mucho al país.
“No sabía él qué evidencias había contra el jefe de Gobierno. Y todavía me invita a cenar para decirme que necesita operadores políticos, y me suelta: ‘yo quiero desaforar a este cabrón’, ya comenzó a usar palabras más fuertes, y le dije: ‘¿qué te pasa, cómo lo vas a desaforar tú? Y dijo: ‘sí, mira, el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial ya están de acuerdo. Uno lo va a acusar, ya tenemos arreglados a los del PRI y luego ya hablamos con el Judicial’. Y le respondí que iba a destrozar el sistema democrático del país. Le señalé: ‘te equivocaste’. Y así Fox generó la ilegitimidad, habiendo tenido la más alta legitimidad desde Madero.”
–¿El servilismo encuadra en la idiosincrasia del mexicano?
–Somos valientes, pero a veces no nos atrevemos; somos contestatarios, nos quejamos, pero no acabamos de ser buenos ciudadanos. Obviamente hay que crear ciudadanía, tenemos bajo nivel (…) porque sólo se participa en elecciones; la crítica política es baja y 80 por ciento está sometida a la radio y a la televisión. No hay pelea. Ha sido castrada por el autoritarismo. El presidencialismo castró a los mexicanos.
–Y el sistema político se enfila a seguir reproduciéndolo...
–Se necesita sacar al Ejército de las calles o en 2012 se dudará de la validez de las elecciones. Eso impediría que ese año se dé una salida y sí influirá en lo que sería una posibilidad de confrontación nacional que no sabemos qué proporciones pueda tener.
–¿Una mínima paz pública?
–De aquí a las elecciones no están excluidos incidentes; Luis Donaldo Colosio se murió en una campaña, sobre todo estando el narco en la calle y el Ejército también. Necesitamos garantías para llegar, pero sobre todo una gran movilización social; a eso lo llamo la vía radical, porque no pienso que una revolución armada sea posible y deseable en México, porque las armas las tienen los narcos y el Ejército.
–¿La administración actual pretende borrar de un plumazo las ideologías?, ¿prescindir de la izquierda o la derecha?
–Quieren reivindicar el centro. En México es un espacio de operación política, es la maniobra. Es un centro operacional que es abusivo. Esto se está viendo en las alianzas. El verdadero centro ético no existe en México y lo quiere recuperar la Iglesia. Y te adelanto que, bajo otra modalidad, Televisa se va a presentar como el centro. Tal como lo hizo con su Iniciativa México y con Javier Aguirre anunciándose en el Ángel; este tipo de propaganda hueca, patriotera, vacía, infantil del ‘vamos a salir adelante’, con ello va a buscar, con la Iglesia católica y empresarios importantes, ser el centro para arbitrar y agarrar más poder
Santoral Miguel Ángel Granados Chapa Periodista
Distrio Federal– San Judas Tadeo ocupa un lugar preponderante en la religiosidad popular mexicana. Para rezarle, cada día 28 se congregan pequeñas multitudes en el templo de san Hipólito, situado en avenida Hidalgo, Zarco y Paseo de la Reforma, en la colonia Guerrero de la ciudad de México. Pero las reuniones mensuales, muy concurridas, se quedan cortas frente a la afluencia de feligreses que llega a esa parroquia, de todos los puntos cardinales, el 28 de octubre, que en el santoral católico es el día de la festividad de San Juditas, como suele llamársele.
Ese día, el jueves pasado, la gente llega en arribazones que no cesan a lo largo del día. Acuden a las misas celebradas cada hora, o sólo a decir una oración al santo, generalmente dedicada a pedir favores. San Judas Tadeo es el santo de las causas difíciles y desesperadas. Quizá porque su oficio cuenta entre esas causas, San Juditas es una suerte de patrono de raterillos, que asisten al templo no necesariamente a pedir perdón por sus pequeños hurtos, sino a agradecer que no caen en las manos de la policía, como si la eficacia del intercesor ante Dios y no la ineficacia de las corporaciones de seguridad fuera el factor que los deja a salvo.
Los fieles suelen llevar imágenes de san Judas Tadeo, y no es infrecuente que carguen estatuas del santo, para que sean bendecidas. En la estación del Metro más próxima al lugar, Hidalgo, en la confluencia de las líneas uno y tres, se agudizan los cotidianos conflictos por el notorio incremento del pasaje y la impedimenta que los usuarios llevan consigo.
No intentaré siquiera, porque no estoy capacitado para hacerlo y sería impertinente pretenderlo aquí, explicar las motivaciones de la religiosidad popular. Pero creo que por desconsuelo, desprotección, desesperanza, los fieles buscan asirse a alguna certeza, a algún poder capaz de remediar problemas, de obtener empleo o la cura de enfermedades. La creencia popular no necesariamente tiene presente el papel formal que la Iglesia asigna a los santos, como intermediarios ante Dios que, en último término puede alterar el orden establecido por él mismo y suscita o permite prodigios. Para el público en general, son las imágenes, las efigies de santos y vírgenes (ni siquiera consideradas como advocaciones de la Madre de Dios, sino como entidades integrantes de una suerte de politeísmo) las que son “milagrosas”.
Ya caído en la tentación de hablar de la religiosidad popular, sin más título que el haberla vivido, conjeturo que la presencia más numerosa de fieles ante San Judas Tadeo este 28 de octubre es una señal de la creciente desazón social, de la multiplicación de obstáculos y peligros para la vida diaria, que mueve a la búsqueda de auxilio, de apoyo, de certidumbre.
En el santoral católico, hoy es el día de Todos los santos y mañana el de los Fieles difuntos. La religiosidad popular mexicana dedica la festividad de hoy a “los muertos chiquitos”, niños y bebés que si habían sido bautizados iban al cielo pero si no lo estaban iban al limbo, esa entidad metafísica que la jerarquía eclesiástica ha declarado inexistente. Se atribuía aquel destino a quienes no cargaban más que con el pecado original y en su inocencia no pudieron perpetrar ninguno más por cuenta propia. No podían, en consecuencia, ser condenados al fuego del infierno ni retenidos en el purgatorio mientras expiaban culpas que no podían serles achacadas.
A mitad del camino entre la infancia y la adultez, los adolescentes y los jóvenes que dejan de existir requerirían que el santoral los acogiera también. Ni allí tienen un lugar los muchachos que, salvo excepciones privilegiadas, se encuentran con un mundo que les niega motivos y maneras de realizarse plenamente como personas. La criminalidad creciente en nuestro país se ceba en ellos, como víctimas y como verdugos. Cada día son más jóvenes los consumidores de drogas, y son más numerosos. Cada día son igualmente más jóvenes los sicarios a quienes se les pagan dos mil pesos por el asesinato de una persona a la que los matones ni conocen.
Supongo, espero, que la sociedad esté conmovida por los asesinatos recientes de muchachos, el juvenicidio como ya empieza a llamarse a este fenómeno. En Ciudad Juárez fueron muertos con brutalidad muchachas y muchachos que festejaban un cumpleaños. En Tijuana y en Tepic las víctimas eran adictos en trance de rehabilitarse. En la propia Ciudad Juárez, en Chihuahua, centros de rehabilitación han sido, en el pasado no remoto, blanco de ataques homicidas. Ignoramos los móviles de este género particular de matanzas, que van configurando un patrón de conducta. No conocemos esos motivos porque no se suele detener ni procesar a los asesinos. Podemos conjeturar causas que, aisladas o en conjunto, mueven a privar de la vida a quienes quieren recobrarla alejándose de las drogas.
Puede ser que se les mate por ruines motivaciones mercantiles, como evitar que el consumo se reduzca o que crezca la insolvencia. En el mercado de los estupefacientes el crédito insoluto no se puede reclamar ante los tribunales. Y el que no paga muere, para que el brutal ejemplo impida la generalización del no pago. Puede ser también una medida cautelar, ante la posibilidad de que los adictos rehabilitados descubran la trama del comercio del que dependían. Puede ser, en fin, que con esa crueldad extrema se practique uno de los principios de las mafias que actúan en la clandestinidad: quien ingresa al circuito de las drogas no debe salir de él por ningún motivo, para garantizar el secreto.
No nos quedemos estáticos… De La Redacción EL DIARIO
En el mar encrespado de violencia e inseguridad que mantiene en la oscuridad y la zozobra a este barco naufragante que es nuestra ciudad, comienzan a otearse en el horizonte, allá muy a lo lejos todavía, algunos destellos que, de concretarse, podrían ser faros que en determinado momento ayudarían a llegar a algún puerto a nuestra perdida comunidad.
Empero, que no se nos malentienda: con todas las desgracias que se han acumulado en las últimas semanas, como son la masacre de estudiantes en Horizontes del Sur, el ataque a los camiones de personal de una maquiladora, el atentado de los federales contra la marcha de universitarios, los policías municipales ladrones y la complicidad de sus compañeros para liberarlos, los homicidios, secuestros, extorsiones y robos que no paran, la angustia, la desolación que permean a la mayor parte de los juarenses, sería muy ingenuo de nuestra parte hablar en estos instantes de optimismo.
Es tal la cauda de calamidades que se han abatido sobre esta población por causa de la guerra entre los cárteles del narcotráfico y de la confrontación que el Estado les ha opuesto, que difícilmente se pueden espulgar factores que encuadren en el marco de lo positivo o esperanzador.
Aun así, decíamos al inicio, hay barruntos de intenciones que, de seguir adelante, pueden ir constituyéndose en lazos que nos permitieran aferrarnos a ellos para comenzar a subir, aunque sea poco a poco, de las profundidades de este pozo en el que nuestra comunidad parece no ha encontrado el fondo.
De alguna manera tenemos que reiniciar este rescate que con otras estrategias no ha dado resultado, antes de que terminemos de perder por completo a nuestra frontera que, como lo hemos reiterado en anteriores espacios, se encuentra en fase terminal.
Y es que en este torbellino de intereses de todo tipo que confluyen e influyen para que Ciudad Juárez se mantenga en el hoyo, es perentorio que quienes no son los grupos en pugna por la plaza comiencen a tomar la punta en la búsqueda de soluciones reales, porque, de lo contrario, serán esas organizaciones las que sigan imponiendo su poder o su desgobierno con la fuerza de las armas.
Mañana cumple la nueva administración estatal cuatro semanas al frente de la entidad. Ciertamente, para el estado de cosas en que asumió es difícil reclamarle respuestas tan contundentes e inmediatas, aun cuando la exigencia de los chihuahuenses, y de los juarenses en particular, siempre está latente: queremos justicia, queremos paz, queremos volver a la etapa de tranquilidad relativa que teníamos antes de que el presidente Felipe Calderón le declarara la guerra a los cárteles.
Una de las tenues luces de las que hablábamos al inicio tiene que ver con este arranque gubernamental. La experiencia de los tres años pasados es pródiga en paradigmas de lo que no debió hacerse por una ciudad que requería la colaboración entre los tres órdenes de gobierno.
Lo dijimos hasta el cansancio: la coordinación nunca existió ni entre los gobiernos estatal y federal, como tampoco entre el estatal y el municipal –José Reyes Ferriz fue muy claro en evidenciar esto último.
Si cada instancia de gobierno trae su agenda particular y sus propios intereses, lo único que veremos como resultado es lo que sucedió en Juárez: el fracaso rotundo para cualquier operativo o estrategia enunciada.
En estas pasadas cuatro semanas se ha observado un giro en ese contexto. No hablamos de algo espectacular, pero sí es indudable que se ha visto más coordinación entre los tres niveles de gobierno, elemento sustancial para cualquier estrategia que se pretenda emprender en contra de los grupos del narcotráfico.
Otro aspecto a resaltar es que tanto el gobernador César Duarte como el fiscal general Carlos Manuel Salas han dejado atrás el discurso de culpar de todo a la Federación.
Desde su protesta ante el Congreso del Estado, Salas fue muy específico en manifestar que “no podemos seguir escudándonos en el pretexto de la incompetencia de las facultades de gobierno para no combatir la delincuencia y el crimen… eso más bien es incompetencia mental”, además de subrayar que trabajaría de manera estrecha con el Ejército, con la PGR, con el Ministerio Público Federal, con los 67 municipios de la entidad y con las policías federales.
A su vez, en una reunión que sostuvo el viernes con organizaciones ecologistas y de campesinos en la que estuvieron presentes funcionarios de los tres niveles, el Ejecutivo estatal se salió del tema para señalar que “no reniego ni regateo mi responsabilidad. Todo asunto que afecte a un chihuahuense le incumbe al gobernador del Estado”.
Asimismo, expresó que su gobierno tiene la voluntad “de hacer un cambio en las políticas públicas para prevenir a mediano y largo plazo este fenómeno –de la violencia– y también podemos hacer alianzas con el Gobierno federal, para sofocar las difíciles condiciones que vivimos”.
Es obvio que ni las palabras ni las buenas intenciones resuelven un problemón como el que atravesamos, y tan no lo son que octubre terminará hoy como el mes con la cifra de homicidios más alta de la historia en esta frontera –hasta ayer al mediodía se contabilizaban 335 muertos, mientras que agosto pasado, que ostentaba ese récord, registró 339–, sin contar todas las tragedias que nos han sobrecogido.
Aún falta muchísimo por hacer. Es una tarea colosal la que tienen enfrente los gobiernos, pero el hecho de que exista la confianza entre unos y otros es un principio alentador. Hemos notado el desmantelamiento de bandas de secuestradores, hemos observado las primeras de una serie de modificaciones legales para ir adecuando el sistema de justicia a la realidad que estamos viviendo, hemos visto cambios de actitudes en la manera de tratar los casos más sobrecogedores entre las corporaciones estatal y federal…
En contraparte, a cuatro semanas todavía se percibe desorganización en la estructura, sobre todo en la comisionada a la procuración de justicia; se advierte que los encargados, sobre todo algunos de los ministerios públicos, siguen arrastrando los mismos vicios y defectos que llevaron a la ciudadanía a desconfiar y corroborar el alto nivel de impunidad que aún no se disipa.
En ese aspecto, la Fiscalía ha tenido que remar contra corriente porque hay muy pocos abogados que quieran entrarle al tremendo paquete que representa esta dependencia en las actuales condiciones. Ello, sin considerar que sigue operando con la misma planta policial que antes estaba dividida entre la Ministerial y el Cipol, lo que significa la necesidad de seguir limpiando, no sólo al cuerpo estatal, sino a la misma Municipal que ahora está más coordinada y en unos meses tendrá que pasar a la estructura del Estado, sino también a la Federal, que el viernes nos dio una muestra más de la impericia con la que opera.
El argumento esgrimido por los agentes que dispararon contra el estudiante universitario José Darío Álvarez, es que lo hicieron porque éste traía el rostro cubierto. Una respuesta por demás irracional, porque en esa lógica cabría esperar que hoy, día en que numerosos fronterizos celebran Halloween, podría haber muchos muertos puesto que no son pocos los que utilizan máscaras. ¿Usarán los federales sus armas contra quienes desde anoche se disfrazan como dicta la costumbre de esta celebración? Absurdo por donde se le quiera mirar.
Mucho tendrán que hacer el Gobierno federal y su corporación, además de coordinarse mejor con el Estado, para cambiar la imagen tan deteriorada que tienen entre los juarenses.
En días pasados también se constituyó el Consejo Estatal de Seguridad, en el que están integrados representantes del sector oficial pero también de la sociedad civil, con la encomienda de replantear estrategias encaminadas a buscar respuestas a la situación que vivimos.
Si bien, consejos de este tipo han proliferado a lo largo de trienios y sexenios, tendremos que concederle el beneficio de la duda a este nuevo proyecto porque necesitamos iniciativas en las que estén representados los ciudadanos, que son los que mayormente se han visto afectados con la gran avalancha de violencia.
Y, en ese sentido, otro de los destellos que se vislumbran en el horizonte de respuestas, viene precisamente de este sector que ha sido la víctima más torturada, que es la sociedad civil.
Una muestra de lo que pueden hacer los sectores cuando se organizan la pusieron la semana pasada los médicos, quienes si bien no tuvieron el eco esperado en la marcha a la que convocaron, han dejado entrever que se están moviendo, que están buscando. Le están diciendo al resto de la población que lo peor que puede suceder ante el embate que sufrimos, es el inmovilismo que genera el miedo, porque el repliegue total sólo puede llevarnos a entregar por completo la ciudad en manos de quienes así lo pretenden.
No es responsabilidad de los ciudadanos enfrentar a los cárteles del narcotráfico como tampoco buscar ejercer la justicia por propia mano, pero sí es una obligación cívica el no quedarse callados ni inmóviles cuando nuestra ciudad se apaga.
Así como los médicos, que están presionando a las autoridades para que hagan su trabajo, hay muchos grupos y organizaciones que en el silencio mediático, alejados de los reflectores, están picando piedra, trabajando por construir en medio de este vendaval de destrucción. Son voces que claman en este desierto, llamando a otras a que se les unan en el intento de no rendirse por completo al poder fáctico que representan los grupos en pugna.
Casi nada ha cambiado de lo que hemos venido arrastrando en los últimos tres años. La estructura del narcotráfico permanece incólume, no se ataca el grave problema del lavado de dinero, prosigue la corrupción policiaca, los delitos y las muertes se han incrementado, el narcoterrorismo, los rumores y las amenazas van en aumento al estilo de cómo sucedió en Colombia y ocurre en Afganistán –de acuerdo con los expertos–, en tanto que las bajas de inocentes se han acrecentado.
Por ello es tan importante que alentemos cualquier iniciativa, sea oficial o de la sociedad civil, que se erija en luz dentro del túnel oscuro en el que estamos, en alternativa de solución –aunque sea fraccionada– para este aprieto tan complicado en donde estamos atorados. No podemos quedarnos estáticos.
Internet y los criterios de
inmediatez y de verdad
La conmoción ocasionada por las dos partes del video en el que el hermano de la ex procuradora de Justicia Patricia González ha lanzado acusación tras acusación, no es para menos.
Ante una opinión pública tan lastimada, tan desconfiada, tan urgida de respuestas, que el hermano de una ex funcionaria que no dejó tan buena imagen entre los chihuahuenses sea presentado frente a una cámara y sea filmado soltando tantos señalamientos que involucran a gran número de personas, desde el ex gobernador Reyes Baeza hasta policías y ex policías, incluyendo, por supuesto, a su familiar, resulta un festín para muchos que se han solazado en admitir a pie juntillas el vasto contenido de la grabación.
¿Qué tanto es verdad y qué tanto es mentira de lo que el abogado Mario González –secuestrado desde el jueves 21– ha declarado hasta ahora a su oculto interrogador, pero forzado por el impresionante círculo que lo rodea de guardianes armados? No lo sabemos, pero el video debe dar pauta para que las autoridades federales y estatales, aun cuando la filmación no sea una prueba jurídica como lo han dicho hasta ahora, investiguen las aseveraciones contenidas allí.
También tendría que ser el video un instrumento acogido con la mayor de las reservas, puesto que, además de que es obvio que las respuestas del abogado fueron obtenidas bajo la presión de amenazas y de las armas –cualquiera en esas circunstancias acusaría hasta a Castro o Kennedy de lo que sucede en Juárez–, debe encuadrarse dentro del contexto de la guerra intestina que confronta a los grupos del crimen organizado.
En ese sentido, resulta evidente que esta lucha entre los cárteles se ha vuelto mediática. Quienes filmaron ese interrogatorio y lo subieron a Internet sabían lo que hacían y lo que podían esperar de él, en términos de respuesta tanto de los gobiernos, como de los contrarios y, sobre todo, de la sociedad.
En las redes sociales electrónicas como Facebook, Twitter y otras, la mayor parte de quienes comentaban la grabación daban por hecho, como verdaderas, todas las respuestas vertidas por el hermano de la ex fiscal.
De allí la trascendencia que ha alcanzado el uso del Internet para la difusión de mensajes a la velocidad del momento, aun cuando en muchas ocasiones esos contenidos sean parciales o contengan verdades a medias, que sin embargo para numerosos receptores se convertirán en criterios de certeza indiscutible.
El Diario fue uno de los primeros en subir a su sitio digital el video mencionado, lo cual suscitó reacciones encontradas y hasta de rechazo de parte de algunas personas, entre ellas de la misma ex procuradora, quien al ser entrevistada por reporteros de esta empresa respondió como si aquí se hubiera hecho la filmación o como si fuéramos los responsables de la misma. Y sin embargo, más tarde sí concedió entrevistas a otros medios.
A estas alturas del siglo XXI, cualquier medio electrónico que se precie aprovecha la inmediatez para difundir informaciones, sobre todo que sean de impacto. Si El Diario no hubiera subido el video de marras a su sitio digital, otros lo hubieran hecho, como así sucedió.
En las actuales condiciones es realmente difícil guardar la discrecionalidad de alguna información porque se corre el riesgo de que otros medios electrónicos la manejen con rapidez. Ha sucedido con algunos secuestros. En El Diario, por ética profesional no acostumbramos manejar los nombres de las personas plagiadas para no poner en riesgo su vida. Sin embargo, hemos visto cómo otros sitios digitales han divulgado de inmediato los particulares de esas personas, ante lo cual, en algunas ocasiones y ya conocida la información, también la hemos publicado.
En estas circunstancias, sería absurdo no haber manejado el video mencionado, cuando incluso numerosas personas ya reciben este tipo de contenidos hasta en sus teléfonos celulares.
La responsabilidad del medio radica en que, junto con información que pueda prestarse a juicios controvertidos, maneje otras notas con opiniones de especialistas y representantes que puedan orientar criterios.
Internet, en ese sentido, y a pesar de que ya es una herramienta fundamental en la vida diaria, puede ser un monstruo que desoriente, sobre todo si hay esa intención detrás de quienes así lo utilizan.
La seriedad y el profesionalismo también tienen que imponerse en quienes manejan medios electrónicos, no obstante la inmediatez de los mismos.
Sigo esperando a Calderón: Fox
SAN CRISTÓBAL, Gto., 31 de octubre (Apro).- Sin responder a su sucesor Felipe Calderón sobre sus omisiones en la lucha contra el crimen organizado –en declaraciones del mandatario a la BBC de Londres-, Vicente Fox Quesada optó por mandarle un recordatorio: lo ha invitado muchas veces a San Cristóbal para que conozca el Centro Fox, y lo sigue esperando.
“Estoy esperando que venga Calderón aquí, un día de éstos…ya lo he invitado muchas veces”, dijo Fox, renuente, luego de inaugurar una exposición alusiva al Día de Muertos en las instalaciones del centro que lleva su nombre.
-¿Para qué lo ha invitado?-
“Para invitarlo, para que vea esto…”.
Fox se negó a comentar la entrevista de Calderón a la BBC, en la cual criticó la falta de acciones contra los cárteles del narcotráfico durante su sexenio, entre el 2000 y el 2006.
“Ustedes quieren amarrar navajas…”, fue lo primero que comentó a los reporteros este domingo, al mostrar nuevas áreas del centro de estudios que están en proceso de habilitación porque le faltan más de 30 millones de dólares para terminarlas y sigue buscando aportaciones, aunque ya lleva más de 250 millones de pesos invertidos en el sitio.
“De eso no voy a hablar, ahí en Twitter ya estoy metiendo mensajitos, así como escondiditos”, reiteró.
En la referida red social, Vicente Fox insistió en plantear la discusión sobre la legalización de las drogas, y en que la despenalización “dará oportunidad de salvar vidas jóvenes, de ejercer libertad con responsabilidad” así como, aseguró, “recuperar paz, tranquilidad, seguridad”.
De paso, recordó que el Estado es responsable de garantizar la seguridad de la población; “de que nuestros hijos lleguen sanos y salvos a casa”, y propuso por esta vía estudiar a fondo las motivaciones de los jóvenes “para optar por la vía del crimen y la violencia”.
“Entendiendo podemos descubrir nuevas soluciones (sic)”, escribió Fox, cuatro años después de haber concluido su gestión como presidente y unos minutos antes de emprender un viaje a España donde ofrecerá un par de conferencias, paseará con Marta Sahagún y sus hijos Cristina y Rodrigo, además de asistir al clásico Atlético-Real Madrid, según compartió también vía Twitter.
¿Existe el fondo 'Comanda Azul'? ... Más corrupción panazi.
Desde hace un par de semanas suena que la bancada panista en la Cámara de Diputados obtuvo de la Secretaría de Hacienda un fondo de 600 millones de pesos para pavimentar calles. A este fondo le llaman “Comanda Azul”. Desde la semana pasada, se dice, Josefina Vázquez Mota habría encargado al diputado Alfredo Freddy Rodríguez Dávila de Monterrey que trabajara con el grupo parlamentario para repartir el ejercicio del fondo. Y así lo hizo. Pero resulta que 90% de los recursos, más de 500 millones, quedaron en sólo unas cuantas manos. Freddy está en esa lista, nos aseguran legisladores inconformes. Algunos juran que tiene una constructora y en Monterrey se dice que ofrece a los ayuntamientos “paquete completo”. Otro beneficiario es Roberto Gil Zuarth, de acuerdo con los panistas inconformes. Nos dicen que entre los dos legisladores se repartió 30% del fondo y que 120 quedaron fuera. La tarde-noche del miércoles pasado, muchos diputados, principalmente los inconformes, estallaron. Hubo acusaciones serias; entre ellas, que algunos de los beneficiarios están cobrando a los ayuntamientos amigos 10% de lo que obtengan por su gestión. Se habla de Diputados ten per cent. Nos dicen que Gil, quien quiere ser presidente nacional del PAN, habría recibido 100 millones del fondo. De ser cierto lo anterior, hay muchas dudas que deberían responderse. La primera es si “Comanda Azul” existe; o la legalidad misma de este fondo. O si otras bancadas fueron beneficiarias, o si sólo fue para legisladores del partido en el gobierno. Hay muchas más, por supuesto. Queda claro que mucha gente debe algunas explicaciones…
Buscan evangelizar a militares mexicanos... ¡ Uta madre !
Los miembros de la Iglesia que buscan evangelizar a los militares de América Latina para evitar que caigan en la corrupción o el crimen organizado y respeten los derechos humanos, se reunieron en México para replantear sus estrategias pastorales y buscar que las puertas de los cuarteles se les abran.
Sin embargo, advirtieron, el camino es difícil, sobre todo en naciones como México y Uruguay, donde existe un Estado laico que les impide ingresar a los cuarteles y atender el “derecho” de espiritualidad que, consideran, tienen los soldados.
Otro problema que se presenta en los cuarteles son las nuevas tendencias religiosas, las cuales ven como una amenaza y aseguran haber detectado una campaña de ateísmo, que afirma que el hombre no necesita a Dios, y la “invasión” de filosofías orientales y grupos religiosos de carácter esotérico, así como un retorno a las religiones naturales. Además de que están presentes la santería y el espiritismo. Por lo que reconocen que los militares de mayoría católica van disminuyendo por la acción proselitista de nuevos grupos y sectas.
En entrevista con MILENIO, el obispo Fabio Suescún, responsable de la Pastoral Castrense del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), explicó que desde hace 32 años se busca evangelizar a los militares de la región.
¿Por qué evangelizar a militares?
Porque estamos convencidos de que son personas de una gran sensibilidad religiosa.
Además, están muy cerca de la muerte, son personas que para garantizar la vida y libertad de otra gente, arriesgan la suya; por el honor que tienen, por las tentaciones a las que se enfrentan en el cumplimiento de su deber, por eso es necesaria la ayuda espiritual.
El Vaticano en algunos países, dijo, ha establecido concordatos y se tienen lugares de culto en los cuarteles y seminarios castrenses.
No obstante, reconoció que la situación de México y Uruguay, que tienen constituciones laicas que “separan radicalmente la atención espiritual de los cuarteles, cierran las puertas o no las tienen abiertas. Por eso los obispos se las han ingeniado para responder a la atención de los militares, colocando parroquias cercanas a los cuarteles”.
¿En México, actualmente, están en las calles en la lucha contra el crimen organizado, qué opina de esta situación?
Evangelizar significa enseñar un profundo respeto a todas las personas y sus derechos, amar al prójimo es cumplir con todos los deberes de justicia de cada persona y respeto a los derechos humanos. En este campo se ha avanzado mucho en la fuerza pública en América Latina.
Ahora se les exige a los militares respeto a los derechos humanos, porque por su autoridad tienen la tentación de no respetarlos en ciertos momentos, pero se ha avanzado porque la ley lo exige y la fe cristiana parte de ese hecho.
Sin embargo, siempre hay lagunas, siempre hay peligro y riesgo, los ejércitos tienen que formar a los hombres y mujeres en un respeto a los derechos humanos, esto forma parte de la ética castrense.
Son los militares los que salieron a las calles en Colombia, a veces tienen que salir, especialmente en el campo del terrorismo y el narcotráfico. Las fuerzas armadas están para defender donde sea la libertad y la tranquilidad, la vida de todos los ciudadanos.
¿Qué les hace falta a los militares para evitar caer en el crimen organizado?
Al militar se le debe dar respaldo, ayudar en sus necesidades básicas, el militar es muy sensible a la familia, si está bien tiene mayor disposición de servicio. Por eso el Estado tiene que cumplir con los deberes de justicia en relación con los militares, cuyo servicio muchas veces no tiene valor porque es arriesgar la vida. Primero deben tener un salario justo para satisfacer sus necesidades y no caer en la trampa de la seducción de la delincuencia, porque ésta si no los mata, los seduce por medio de la corrupción y los apartan del cumplimiento de su deber.
¿Caen fácilmente en la corrupción?
Es un peligro que existe en América Latina y el mundo, la delincuencia tiene dos formas de lucha para salir adelante: matar o quitar de en medio al que se interpone en sus caminos, por eso tenemos tantos mártires.
El segundo camino es la seducción, el dinero, siempre es un lazo para disuadir del cumplimiento de su deber a los policías y soldados, por eso hay que fortalecerlos moralmente, tienen que estar muy fuertes para ser capaces de no caer en la tentación de la corrupción, a la cual todos somos demasiado sensibles.
¿La Organización de los Estados Americanos advirtió de riegos de golpes de Estado en la región, como el que se intentó en Ecuador, usted considera latente este peligro?
Cada día descubro a los militares como más profesionales, es decir, a personas que saben que están para defender la Constitución y a los gobiernos legítimamente constituidos. Eso que pasó hace 30 y 40 años en el continente lo veo distante. El militar es cada vez más profesional, entre más se solidifique la democracia será menor el riesgo de golpes de Estado de militares, es una etapa superada en el continente.
Eugenia Jiménez
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