lunes, 26 de diciembre de 2016

Poder mediático, deshumanización y periodismo

Los medios de comunicación están crisis: su periodismo mercantilista adolece de credibilidad y ya no es funcional para el sostenimiento del statu quo. Los contenidos en general le apostaron tanto a la banalización que su poder se diluyó. El otrora “cuarto poder” se encuentra en los estertores del fin del modelo mediático capitalista. Nuevos procesos comunicativos-subversivos surgen para un nuevo tipo de sociedad

Isabel Soto Mayedo/Prensa Latinaprensa-latina-519-02
Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos… Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias, afirmaba el periodista e historiador Ryszard Kapuscinski.
Esa opinión, plena de humanismo, casi quedó fuera del juego en un mundo donde priman aplastantes consorcios mediáticos y formadores de opinión empeñados en legitimarse, sin otra preocupación que abarrotar bolsillos y egotecas.
 “Tenemos un sistema que es amnésico, que sólo vive con la rapidez, y que además es puramente coral. Usted verá las mismas imágenes, los mismos análisis. Entonces, para qué sirven esa cantidad de medios, si en realidad, es la misma canción”, graficó el director de la revista mensual Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonét.
Las transnacionales mediáticas y sus repetidoras nacionales hacen lo indecible por legitimar el supuesto valor del “tener” por encima del “ser”, lejos de contribuir a esclarecer, a reafirmar identidades o a aunar esfuerzos a favor del bien común. Idiotizar parece ser la meta final de estos aparatos ideológicos de la globalización de matriz neoliberal, como los calificó Ramonet.
Parajes turbios del entramado social, escenas grotescas y plenas de morbo, obran como reservorio de donde los vasallos de los magnates de la comunicación sacan la materia prima para hilvanar historias con las cuales atraer al gran público.
Telenovelas, reality showtalking show, y tablazos de todo tipo, por sólo citar algunos, son una invitación directa a enajenarse de las causas que impulsan los problemas apremiantes de la comunidad y a disfrutar sin recato del dolor ajeno. “Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”, delimitó Kapuscinski.
Desde entonces, el concepto de hecho noticioso se distorsionó y ganó terreno la reproducción de discursos que expropian la posibilidad de la palabra a los condenados en la escala de valores sacralizada por el poder mediático.
Rasgo distintivo de esta época es el endurecimiento del discurso de la exclusión, con la creación de héroes y antihéroes, la criminalización de lugares y personas, y la violación del derecho a la privacidad.
La impunidad prima en la actuación de estos difundidores de verdades únicas, cuyos agentes pagados persiguen la posible noticia, sin revelar las condiciones estructurales que explican, más allá del hecho, el drama de los actores sociales involucrados.
Los más afectados en este maremoto de informaciones y mensajes publicitarios, que circulan junto a los eslóganes de la democracia y de la libertad de expresión son los pobres y, entre ellos, de manera particular, las mujeres, indígenas, jóvenes, y negros.
La estrategia ahora no es ocultarlos, sino reforzar su presunta condición de víctimas de un sistema que los redujo a estereotipos o simples representaciones de ignorante, maloliente, violento o productor de violencia, asociado a los diversos eslabones de la cadena delictiva.
Tal imaginario actúa como resorte del miedo, con lo cual posibilita justificar políticas represivas y la opresión.
Los medios de comunicación globalizados son la expresión más visible de una estructura de desigualdad que muestra sin recato el peor rostro de la discriminación por razones de sexo, orientación sexual, edad, raza, credo político, o religioso.
Como si no bastase, estos acuñaron hace mucho el modo en que las personas deben vestir, mantener sus cuerpos, el cabello, oler y hasta andar, a despecho de la heterogeneidad impuesta por la Madre Naturaleza.
Salirse de la regla implica una condena directa al patíbulo de los cuestionamientos y hasta al rechazo. Por ende, a pagar el doble para avanzar hacia las metas personales.
La mercantilización de los medios está a la orden. Todo cuanto puede hacerse por ganar, es poco, en desmedro de la cacareada objetividad o de análisis más reposados de lo que acontece para incentivar el pensamiento a la búsqueda de soluciones a los problemas de la comunidad.
El periodismo, en crisis
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A juicio de los especialistas, el periodismo está en crisis y muchos periodistas adolecen de una falta de identidad terrible, en gran medida debido a la crisis económica producida por la pérdida de credibilidad que enfrentan los medios concentrados.
Mantener el lugar alcanzado en la nómina de una empresa de renombre o al menos, bien pagada, obliga de forma constante a hacer concesiones y poco importa lo que pueda impactar el resultado final del trabajo, para bien de la sociedad, si arranca el aplauso de los contratistas.
El imaginario que condena a muchos y enaltece a unos pocos, triunfadores de bolsillos llenos y presencia ceñida al parámetro hollywoodense, es afianzado con la complicidad de los medios y aquellos que venden su intelecto al mejor postor.
Estos promueven lecturas únicas, despojadas de historicidad, donde los villanos y sus víctimas pueden diferenciarse sin gran esfuerzo, ante determinadas situaciones, e incitan a amar con la misma crudeza que mueven al odio, incluso contra quienes ayer trataban como amigos.
La inmediatez es enarbolada muchas veces como paliativo de la rigidez en las reflexiones y de evaluaciones simplistas de hechos que, divorciados de otros que contribuyeron a desencadenarlos, poco responden a la necesidad de crear espacios de intelección más profundos.
La batalla por democratizar la información suele entenderse como la lucha por romper con el oligopolio mediático, aunque cada vez son más los que abogan por que ésta comprenda la búsqueda de alternativas reales a esa visión sesgada de la realidad.
El malestar con los medios genera frustraciones, miedos, soledades, seres de cartón, atraídos por el consumo irrefrenable, sin parar mientes en la magnitud de sus recursos monetarios para hacer frente a la avalancha de cosas que los tientan en el mercado.
Estos entes irreflexivos, egocéntricos, apáticos con respecto a cuestiones medulares que atañen a sus congéneres, tienen un único sueño: entrar en la lista de los más ajustados al metamorfoseado concepto de modernidad vigente y convertirse en fetiche del resto, en modelo de turno.
Mientras esta masa crece, atraída por los cantos de sirena de los edulcorados programas donde reverencian a un bailador de stripper devenido estrella de cine o donde un cantante bajo la ducha gana miles de dólares en un concurso para aficionados, otra buena parte cuestiona.
La incredulidad está en juego, pero sobrevive, a pesar de las series plagadas de mujeres de belleza artificial, maquilladas y peinadas hasta para dormir, luciendo atuendos fastuosos durante el día, en casas que parecen salas de exhibición de opciones decorativas pero, jamás, hogares.
Los inconformes polemizan ante tanta sangre y lágrimas bañando la pantalla, tanta publicidad insustancial, tanto sexo signado por lo animal sin dosis de espiritualidad, y tanto fetiche inalcanzable para seres de carne y hueso, de mundos diversos, desde todos los ángulos.
Para algunos resulta incuestionable el derecho a hacerle el juego a esta estrategia de domesticación, más cabe escuchar a quienes alertan del gusto creciente por lo banal debido a la incidencia de las corporaciones mediáticas, garantes del debatible “entretenimiento”.
Esta industria razonada para crear adicción, creó códigos y signos que ejercen una suerte de imperio y restan al gusto individual la libertad para elegir.
La inocencia está descartada. Lo que llaman “guerra mediática” no es capricho de políticos trasnochados o de intelectuales bohemios empeñados en inventar novedades.
Los adictos a ciertos programas televisivos, publicaciones, o webs de dudosa reputación, sobrepasan la media en cualquier parte. Quizás, sin darse cuenta de que son víctimas de lo que por cultura llega bajo el manto de la amplitud de horizontes regalada por los canales de la comunicación contemporáneos.
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Violación de derechos humanos

En este amanecer de siglo, en el cual el pensamiento personal y el social surgen y dependen cada vez más del funcionamiento de los medios, múltiples mensajes transmitidos por estos violan los derechos humanos.
Aunque las alternativas mediáticas afloran, en los últimos decenios los reproductores de la lógica neoliberal afianzaron posiciones en todo el orbe y naturalizaron un orden social que legitima la validez del mercado en detrimento de los seres humanos.
Mecanismos sutiles mal disfrazan la matriz patriarcal de la mirada única extendida: adultos poseedores de razón y jóvenes descarriados, mujer sujeto de goce para el macho, masculinidad sinónimo de fuerza y virilidad, jamás de delicadeza; pobres igual a marginalidad y violencia, en fin…
La satanización de las protestas populares, de líderes políticos y otros; la deformación de hechos noticiosos, y la manipulación de la jerarquía en la escala informativa, distinguen a este modo de concebir la comunicación.
Para sus artífices, son meras trivialidades las masacres étnicas, el deceso diario de miles de personas por hambre o enfermedades curables, o el ametrallamiento de poblaciones enteras bajo cuestionables ideales democráticos.
La crisis del modelo occidental de desarrollo impuesto y sus detonantes –la climática, energética, hídrica, medioambiental, económica y otras– poco importan a estos pulpos de la comunicación y cuando son abordadas, la superficialidad reina.
Tal estado de hecho mantiene vivo el debate entre derechos humanos y comunicación, el cual alude a una relación cultural, porque ronda en lo esencial la polémica entre inclusión y exclusión.
El surgimiento de nuevas televisoras, radiodifusoras, productoras de cine, proyectos editoriales y otros; así como la elaboración de nuevas leyes sobre políticas de comunicación apenas son pasos hacia la solución de esta problemática.
Es válido el derecho a la comunicación, pero ésta debe estar dotada de contenido y es allí donde las cosas se complican, por la ligazón del tema a la disputa entre los diferentes proyectos sociales que pretenden conquistar hegemonía.
La solución de este diferendo, signado por un colosal componente político e ideológico, definirá quienes quedarán incluidos y quienes perderán espacio en medio de la inconformidad reinante con el desempeño de los medios, considera la investigadora peruana Rossana Reguillo.
Esta insatisfacción responde en buena medida al modo en que la mayoría de ellos avivan la sensación de que cuanto ocurre responde a un orden natural inalterable y que, por mucho que hagamos, el deterioro social seguirá cuesta abajo.
Los medios son las bombas que explotan y matan al enemigo político, pero también a los inocentes, mediante la manipulación de la información a través del silencio, la censura, y la propaganda, tendientes a crear dudas, temores y zozobras.
Las enseñanzas de cómo se prepara desde estos el terreno para justificar una guerra fueron constantes en este siglo y revelaron el incalculable potencial de la información para arrastrar a un conflicto.
En igual medida, demostraron la capacidad de la prensa y agentes publicitarios para usar la verdad, en menoscabo de sí y a riesgo de la credibilidad, tan reverenciada en el discurso.
El totalitarismo de los medios condiciona a veces la actuación de los gobernantes; y los negados a seguir esta corriente terminan descuartizados o cuando menos tambaleantes ante la opinión popular, tras recias campañas que ponen en entredicho sus consideraciones y trayectorias como personas.
En el desenfreno noticioso de cada día, que lejos de informar desinforma por exceso, la tendencia es a invisibilizar o criminalizar de igual modo a los movimientos sociales populares y a los líderes de sus luchas.
La progresiva concentración de los medios, a partir de la absorción de los más débiles –como en la Bella Época de fines del XIX– y su proclividad a transformar noticias en mercancías, expresan el importante espacio alcanzado por la comunicación en el ámbito económico.
De esta forma, se acrecienta la alienación del carácter social que debe adoptar la actividad informativa, con lo cual se resquebraja aún más la diversidad e independencia de las fuentes de información.
La coincidencia de intereses entre los más poderosos también estableció una suerte de consenso mediático, cimiento de lo que motivara al ensayista y poeta uruguayo Eduardo Galeano a distinguir esta etapa como la de la “macdonalización del pensamiento”.
La uniformidad en los modos de decir y de fomentar opiniones distingue a la potente maquinaria propagandística que en esta era mediática procura apagar los vestigios de las culturas locales y amenaza la superviviencia hasta de numerosos idiomas ancestrales.
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Razones para la esperanza

El apego a las reglas del espectáculo está en el sustrato del arraigo obtenido por los pulpos mediáticos en esta batalla de símbolos, cuyos creadores e instigadores tal vez nunca previeron reacciones tan adversas a las constatadas por la red de redes en el último decenio.
En ese sentido destacaron las blogoguerras o insurrecciones mediáticas contra el proyecto estadunidense de crear un Área de Libre Comercio en las Américas, los tratados bilaterales llamados eufemísticamente de libre comercio y el golpe de Estado en Honduras (2009).
La acción resuelta de movimientos sociales e individuos aislados contra el poder de los medios en este siglo creció en el entorno de la globalización neoliberal, en la misma medida en que la comunicación devino un renglón de punta de la economía a escala internacional.
Esto último, emparentado con los intereses de las transnacionales, y de otros grupos de notable fuerza, indujo a muchos a cuestionarse si el antes identificado como “cuarto poder” superó las débiles barreras que lo separaban de los primeros escaños.
Los medios funcionan como el principal partido articulador de las clases dominantes y, cuando ceden una brecha a voces críticas o sectores subalternos, los tergiversan de manera sistemática.
Cuestiones como éstas, denunciadas en varios foros internacionales, impulsaron la creación de fuentes de información alternativas orientadas a rescatar la heterogeneidad cultural, lingüística y mediática.
En América Latina, en particular, batieron palmas la creación del canal multinacional Telesur (con sede en Caracas y corresponsalías en buena parte del mundo) y el surgimiento del Sistema de Radiodifusoras Culturales Indigenistas, en la región Purhépecha de Michoacán, México.
Propuestas como éstas, inclusivas e interactivas por esencia, estimulan la participación ciudadana en los debates actuales, el aprecio a las peculiaridades de las culturales locales y la aceptación de las diferencias a partir del reconocimiento a la diversidad social.
De eso se trata la otra comunicación, como la denominan algunos entendidos, que crece al calor de la resistencia al modelo impuesto por el capital en sintonía con los dictados de sus organismos financieros.
Contrario a lo previsto, internet y otras tecnologías de la comunicación devinieron bumerán para sus creadores, porque posibilitaron dialogar directamente con productores independientes, alfabetizadores mediáticos, defensores del software libre, u observatorios de diversa índole.
Esto incidió en el proceso de recomposición gradual de las formas organizativas de los actores sociales y en la conformación de redes de carácter regional, interesadas en potenciar propuestas transformadoras. El imperativo de recuperar la palabra como arma cobró fuerza en esa coyuntura, que exigió y/o animó a muchas y muchos a convertirse en suerte de maestros también de la escritura.
Si antes ser periodista era pertenecer a un selecto club de hacedores de palabra o una suerte de identidad, la profesión ganó otro sentido con la proliferación de espacios donde cualquiera puede exhibir su pluma fácil.
El cambio radical en el plano de la comunicación redobló el desafío para los encargados de ejercer esta disciplina científica.
Sin embargo, su misión sigue siendo la definida por Kapuscinski: más que pisar cucarachas, prender la luz, para que la gente vea cómo éstas corren a ocultarse.
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Mercantilización mediática bajo signo neoliberal

Mucho antes de este amanecer de siglo, el respeto a las leyes de la información cedió el terreno a la producción de noticias bajo las leyes de la oferta y la demanda, al calor de la impronta neoliberal.
Un repaso a medios de prensa de cualquier parte del mundo permite comprobar que hasta los mejor intencionados adaptan sus formas de decir y hacer, con el propósito de insertarse en el mercado y vender mejor.
En ese esfuerzo, los medios de difusión masiva siguen las leyes de la retórica y otras dominantes en la cultura de masas. Prevalecen los efectos de emisión, simplicidad, espectacularidad, maniqueísmo, velocidad, urgencia, e instantaneidad, en el sentido de la velocidad en tiempo real.
Gracias a la magia de la internet, espacio es un concepto pasado de moda para las comunicaciones en este siglo. La noción del tiempo real, llevada al mundo de la información, destruyó la obediencia al período necesario para elaborar las noticias y destapó la premura por transmitir, en desmedro de la verificación oportuna de datos y de la calidad del producto comunicativo.
El valor de la información ahora descansa en la agilidad con que llegue a los receptores, tras ocurrir el hecho noticioso, y el de los medios de difusión masiva, en su capacidad de competir por llegar primero a vender. La gratuidad en los servicios de esa naturaleza, cultura impulsada también por la red de redes, perturba a su vez los mecanismos comerciales de la información.
 “El negocio consiste en vender ciudadanos a los anunciantes”, definió el doctor en semiología e historia de la cultura Ignacio Ramonet. Los vendedores de productos comunicativos batallan por atrapar a más receptores en esta época y recibir, en proporción, más solicitudes de campos para publicidad. Para ello, la información tiene que bajar su nivel de elaboración, reajustarse para atrapar al menos interesado en consumirla. Cuanto más atrayente y sencilla sea ésta, más numerosos serán los que se le acerquen y el medio ganará más interesados en publicar sus anuncios en él. Tantos leen, escuchan o miran un medio, tantos pueden ser capturados por los promotores de los bienes de la sociedad de consumo y la urgencia en modificar el funcionamiento estructural de la información, para lograrlo, redunda en el descuido de parámetros esenciales como la verdad.
La globalización neoliberal, impensable sin el progreso desmesurado de las comunicaciones en su arista tecnológica, modificó todas las estructuras de funcionamiento de la sociedad.
La revolución digital, hija de un proyecto encaminado a agilizar el trasiego de capitales y no a proporcionar el placer del amor o la amistad a despecho de distancias físicas, creó un sexto continente: la internet. Desde entonces, texto, imagen, símbolos y sonido, andan tomados de la mano por las autopistas del ciberespacio, mientras la rentabilidad es la única preocupación de las megaempresas telefónicas, informáticas y comunicativas.
En ese contexto, los medios dejaron de insistir en preservarse como el “cuarto poder” y reacomodaron sus expectativas. Convertidos en actores dominantes en sociedad, a partir de su matrimonio con el poder financiero, asumen el papel de aparatos ideológicos de la globalización, afirma Ramonet. Para el investigador de origen español, ésta penetra con el apoyo del ahora Segundo Poder –detrás del financiero y por delante del político–, que la estableció y defiende como sinónimo de progreso o modernidad.
Aparejada a esta idea, corre una orientada a inmovilizar cualquier síntoma de resistencia, sustentada en la tesis de la imposibilidad de luchar contra la pareja infernal que suponen los medios y el poder financiero.
La voluntad política de supeditar a ambos es un arma temida por los adalides del sostenimiento de la ideología globalizadora. No es gratuito que esta expresión de resistencia a la intención de dominar el mundo sea la más atacada por el aparato mediático en estos tiempos. De ello dan fe las maquinaciones contra la República Bolivariana de Venezuela; el presidente ecuatoriano Rafael Correa; su par boliviano Evo Morales y los casos de Cristina Fernández (Argentina) y Daniel Ortega (Nicaragua), por sólo citar algunos.

prensa-latina-519-02Impactos en América Latina

Las dictaduras militares diseminadas por América Latina en la dpecada de 1980 y los sucesivos descalabros de sistemas políticos orientados al socialismo, permitieron cultivar un imaginario derrotista ante las revoluciones, sacudir las utopías, y reforzar la cultura del mercado.
Las nociones predicadas por la modernidad adelantaron camino en este escenario y muchos aceptaron de modo acrítico la devaluación de ideologías, de proyectos políticos transformadores, de prácticas sociales colectivas, y de valores humanos considerados trascendentes.
El “vale todo” plantó sus botas sobre las culturas locales y trocó todo en descartable y efímero, con el respaldo de una discursiva mediática potenciadora de la desfragmentación y el desprecio a las prácticas anticapitalistas conscientes o simbólicas, señala la argentina Claudia Korol. Los avances tecnológicos, en tanto favorecieron la mundialización del conocimiento, propiciaron la conformación de la subjetividad de esta época, la saturación informativa y la incomunicación alienante, agrega.
Especialistas concuerdan en que la enajenación de los sujetos se puso a la orden del día, por el distanciamiento creado por la política hegemónica, entre las imágenes y dichos que saturan los medios y el ancho campo de las resistencias, los dolores y las esperanzas populares. Ello redundó en el desencuentro entre las palabras y sus significados, y de las imágenes y símbolos que consumimos con las representaciones de nuestros actos cotidianos.
La “comunicación en formato zapping” frena la comprensión de las relaciones causa-efecto y del papel protagónico de las masas populares o sujetos colectivos en la historia. Ello explica en buena parte la proliferación de interpretaciones mesiánicas, de fundamentalismos; la exacerbación de los individualismos, y la continua frustración de la creencia en los fetiches sucesivos establecidos por el mercado.
La generación permanente de mensajes estimuladores de necesidades y ansiedades materiales es inherente a un sistema social cuya prioridad es la reproducción ampliada del capital.
El embellecimiento de éstos responde a la necesidad de fomentar la cultura consumista, y los medios de difusión masiva son los encargados de pervertir los sentimientos sobre lo que debe tenerse para ser. Disímiles ejemplos existen, además, de que el sentido de pertenencia localista se diluye con las ofertas de los emporios del audiovisual y otros tipos de prensa.
Muchos no encuentran respuestas a sus necesidades básicas en la cotidianeidad y, ante lo que les llega por estas vías, sienten cada día más empobrecidos los rasgos distintivos que los identifican. En medio de todo ello, el terrorismo mediático es una suerte de moda que a pecho descubierto demuestra la complicidad de los medios con los segmentos sociales más retrógrados y su predisposición a secuestrar mentes e inducirlas a aceptar el dominio al que se les somete.
Terrorismo es infundir pánico, miedo e inseguridad en individuos o colectivos, mediante acciones sistemáticas de naturaleza física y violenta, o mediante acciones sicológicas capaces de causar dudas y desasosiego ante la realidad, según el venezolano Gregorio Javier Pérez Almeida. En el primero de los casos, los medios son las bombas que explotan y matan no sólo al enemigo político sino a los inocentes. El segundo alude a la manipulación de la información, mediante el silencio, la censura, y la propaganda, para crear dudas, temores, y zozobras con varios fines.
Pérez Almeida, como tantos seguidores de la cuestión, insiste en que el terrorismo, cualquiera que sea su origen o naturaleza, clasifica entre las peores invenciones humanas.
Las enseñanzas de cómo se prepara desde los medios el terreno para justificar una guerra fueron constantes en el último medio siglo, en que el terrorismo mediático casi siempre fue camuflado por una retórica seductora, para que sus propósitos pasaran inadvertidos y atrapar incautos. La guerra mediática, complemento de las otras, se suma a las formas tradicionales de represión contra los pueblos, y en América Latina cobra rango de problema de seguridad nacional y regional. El progreso de tal práctica mucho debe a la mercantilización de la información, de raíz neoliberal, y enfrentarla exige la unión de académicos y activistas sociales capaces de asumir la problemática como cuestión regional y articular propuestas de defensa ante esa agresión.
Isabel Soto Mayedo/Prensa Latina

IV. Movimientos sociales, “amenaza” para el Estado: Cisen

Baja producción en refinerías provoca desabasto de gasolina: Amegas

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CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Petróleos Mexicanos (Pemex) informó que el desabasto de combustible en una tercera parte del país derivó de una medida tomada por la empresa, luego de que las refinerías empezaron a fallar en el envío que hacían a las terminales de almacenamiento.
“En septiembre los empresarios nos dimos cuenta que empezaron a fallar las refinerías en el envío por poliducto a las terminales de almacenamiento (…) Se hizo una revisión en el marco de protección de vida a las personas que trabajan en las refinerías y se desmantelaron los equipos que estaban en malas condiciones”, puntualizó el presidente de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas), Pablo González.
En entrevista con Radio Fórmula, precisó que desde ese mes se inició la reparación de equipos que estaban en malas condiciones, lo que provocó que algunas refinerías pararan o trabajen al 20% de su funcionamiento. Eso, a su vez, ocasionó que hubiera un cuello de botella y que el producto que refinamos en el país sea menor, señaló.
Destacó, asimismo, que en algunos lugares el desabasto se debe a las tomas clandestinas, como ocurrió en Guanajuato, donde el poliducto fue asaltado.
“En otros lugares sigue atacando los poliductos la delincuencia organizada, y hay problemas graves en San Luis Potosí, en Guanajuato, en Michoacán y en Puebla, y creo que también en Sinaloa el poliducto se clausuró, tiene como mes y medio sin trabajar, todo se está llevando por tierra, entonces es un problema de logística… No hay pipas suficientes en el país para reemplazar el transporte que se realiza por el poliducto”.
Sostuvo que están tomando medidas de prevención ante la especulación en cuanto al abasto y a un aumento en el precio de gasolinas.
Agregó que ha estado en comunicación con el área de logística de Pemex y los presidentes regionales de la Amegas, y tiene conocimiento de que se está trabajando para solucionar el tema de desabasto.
González también se refirió al anuncio de la liberación de los precios de la gasolina, e indicó que los empresarios gasolineros consideran que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público cometió un error al no dar las reglas y metodología con anticipación.
“La liberación es atrabancada, es adelantando mucho los tiempos, y provocó que se abra en solamente dos estados, Baja California y Sonora, el día 30 de marzo. Y en todo el país la siguiente semana, el 1 de enero, va a haber un precio máximo en toda la República, que Hacienda y Crédito Público seguramente va a determinar el 31 (de diciembre) en la tarde”.
Pablo González recalcó que han recomendado al gobierno federal y a la Secretaria de Hacienda valorar el impacto social que tiene el aumento en el precio de la gasolina, y que no se corra el riesgo de hacer un aumento indiscriminado cuando no existen condiciones de competencia efectivas.

Impiden a padres de los 43 realizar misa en altar central de la Basílica


Ciudad de México. Una vez más en la Basílica de Guadalupe se impidió que los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa realizaran una misa en el altar central de dicho templo.
Luego de que la peregrinación llegó al atrio de la Basílica y fuera recibida y bendecida por el obispo de Saltillo, Raúl Vera, el arzobispo de Acapulco y arzobispo elector de Morelia, Carlos Garfias Merlos, la columna de los padres fue dirigida hacia la entrada de las capillas que se encuentran en la parte alta del templo.
Debido a la gran cantidad de representantes de medios de comunicación y simpatizantes del movimiento se generó un caos. Hubo empujones, gritos y personal de seguridad del templo mariano señaló que la misa era privada.
Al concluir la homilía Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, precisó que fue una misa “tensa por este trato humillante de parte de las autoridades de la Basílica hacia los padres de Ayotzinapa”.
Relató que fue el obispo Vera el que reclamó durante la celebración religiosa que ésta no se haya efectuado en el altar central y añadió que debido a que simultáneamente se realizaba una misa poco era lo que se escuchaba de la homilía de Vera y Garfias.
Personal de comunicación social de la Basílica advirtió a la prensa que la misa sería privada y en la capilla número seis, y que habían sido los padres los que así lo habían determinado. Sin embargo, Rosales negó esta versión e indicó que fueron autoridades del templo las que determinaron las condiciones de la celebración religiosa y apuntó que el rechazo a los padres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa ha sido “sistemático” en este templo, “no les quieren dar una palabra de aliento”.
Comentó que el trato que recibieron en este lugar ni siquiera lo han tenido en la Secretaría de Gobernación. En la misa cuatro policías federales custodiaron la realización de este acto e impidieron que los familiares tomaran fotos o videos, aseguró el abogado.

Próximamente .- Hernández

Cartón de Hernández

Toluquitas, entreguistas como polkos, alemanistas, salinistas…


En el nauseabundo anaquel de los grupos que han saqueado y traicionado a la Nación se inscriben cinco claques que, nadie puede dudar, han socavado los principios y las esperanzas del pueblo a través de los siglos: los polkos, los científicos porfiristas, los alemanistas, los salinistas y sus presidentes-secuela del PAN, y —last, but not least— los ignorantes toluquitas y pachucos del presente.
‎Todos han llenado su época de infamia y de vergüenza. A todos los ha guiado el infame argumento de abogar por la conducción positiva del gobierno, por el desarrollo tecnológico y estructural del país. Ninguno lo ha logrado, pero se han hecho fabulosamente ricos a la sombra de este dislate. Junto a ilustrados saqueadores del pasado , aparecen hoy personitas deleznables de pacotilla, balbuceando los mismos sonsonetes.
Las constantes inalterables que los han agrupado son el conservadurismo, el entreguismo, la oligarquía y la corrupción sin freno. Su identificación, rayana en mentes colonizadas, con lo peor del sector financiero local e internacional, es históricamente un sinónimo absoluto de corrupción, molicie e inconsciencia.
El toluquita es un grupo genéticamente ‎indolente y depredador
‎Pese a todo, los polkos, aliados de Santa Anna, colaboracionistas lacayos de la intervención armada estadunidense, han sido los únicos que públicamente se han quitado las máscaras de la hipocresía para cercenar el país, a cielo abierto. Así, con mucho, los toluquitas y pachucos son los más ignorantes del elenco bufo, sin duda, los más peligrosos, los que han batido todos los récords de sumisión y voracidad.
Destrozan sin argumento. Entregan sin condiciones. Arrasan sin medir los rebotes. El toluquita es un grupo genéticamente ‎indolente y depredador, confeccionado a mano por los intereses locales y foráneos que no han parado en mientes para recetarnos lo peor de la claque , la especie reptiliana, decidida a hundirnos en el punto del no retorno.
Porque estará usted de acuerdo, junto a los Limantour, Bulnes, Vera Estañol, Rabasa, Casasús, Macedo, Creel, Olegario Molina y Corral, los infames toluquitas son sólo un parche mal puesto en el lienzo de la historia de la infamia nacional. Anodinos, disléxicos, deprimidos, voraces y culiempinados ante el exterior.
Para los rebeldes, los científicos usaban sus campos de exterminio
‎Si tanto polkos como científicos del porfiriato fueron quienes pusieron el primer ejemplo de vasallaje, al menos lo hicieron defendiendo un modelo anexionista para un país descabezado por las luchas fratricidas. Y, por qué no decirlo, para establecer una visión propia sobre lo que debía ser el futuro, anclado a los intereses internacionales.
‎Su corriente, la centralista oligopólica, constituía la visión más certera para facilitar la adecuación a un modelo foráneo hecho a la medida de los explotadores de la época. El capital llegó a nuestras tierras, con canonjías y privilegios sin límites, alentado por gobiernos de octogenarios y reaccionarios, alejados de su función de representación colectiva.
El mercantilismo colonialista vino a construir, a su medida, ferrocarriles, absorber petróleo, vaciar las entrañas de las minas, instalar puertos, medios de comunicación, servicios públicos para la clase media emergente… y a ensamblar las estructuras comerciales, financieras y agroexportadoras que permitieran el perfecto enclave en la división del trabajo. Una visión muy especial.
Los científicos le llamaban “intensificar la especialización productiva”, núcleo duro del modelo del centralismo político conservador que tendía a fortalecer, al costo de cualquier libertad o derecho colectivo, poderosos nexos de subordinación y coloniaje en zona hegemónica imperial. Para los rebeldes, sólo existían Valle Nacional y San Juan de Ulúa, sus campos de exterminio.
Todo, absolutamente todo, para los represores mandamases
Se trataba de justificar las medidas que acentuaran un perverso juego de mecanismos aparentemente competitivos y de acumulación privada en pocas manos, que deberían conducir ciegamente al progreso total y al orden civil, porque así lo exigía una visión desvelada del capitalismo industrial. Hicieron escuela.
Todo, a partir de la explotación brutal de las actividades agropecuarias, lo concentraba el centralismo decimonónico en beneficio del industrialismo urbano. Trasladaban los excedentes necesarios para la riqueza de las clases empresariales y financieras. Ése fue el guión de los indeseables. Todo, absolutamente todo, para los represores mandamases.‎ Para los demás, garrote o bala.
Manuel Calero, llegó a decir en 1903, que esa manera de interpretar el liberalismo juarista “se ha transformado entre nosotros en una religión sin culto y sin templo”. Un modelo político, económico y social que estaba vinculado intrínsecamente a la vida misma del Dictador y su declinante biografía.
Miguel Alemán: una copia chusca, en nombre de la industrialización
Alentaron la desintegración del país y la generalización de la miseria, defendiendo a capa y espada el hacinamiento de la mano de obra en las macrocefalias‎ urbanas. Argumentando que las actividades en los centros urbanos tenían una “superioridad natural” sobre las que se desarrollaban en el campo.
‎Medio siglo después, el cacareado “carisma” de El dientón de Sayula, Miguel Alemán Valdés, no se apartó un ápice del libreto: concentración del excedente económico, mano de obra mal pagada, destrucción del campo, estímulo a la exportación indiscriminada y apoyo para el crecimiento, siempre y cuando fuera desigual y desequilibrado. Una copia chusca, en nombre de la modernización industrial, para beneficio del Imperio.
El salinismo entregó las mejores concesiones a sus favoritos
‎El salinismo y sus presidentitos-secuela del PAN terminaron de refinar el juguetito, partiendo de las mismas bases: seguir a pié juntillas desmantelando el Estado, respetando ad nauseam las reglas macroeconómicas de Washington y Nueva York, desbaratando la planta productiva nacional y rindiendo pleitesía al borrego de oro, dibujando el entorno de país débil, presa fácil de las ambiciones imperiales.
Prometieron la abundancia, el paso al Primer Mundo, desorganizaron a las masas trabajadoras e involucraron a sus líderes en los negocios fáciles y jugosos del poder, para que nadie chistara a la mera hora de la entrega de cuentas. Implantaron para siempre el hambre y la miseria. ¡Y todavía quisieron ponerle candados, entregando las mejores concesiones a sus socios y favoritos!
Parece ser que los traidores nunca tendrán su merecido real
A su paso por el gobierno, tanto porfiristas como alemanistas y salinistas cancelaron toda posibilidad de crítica, comprando con el dinero del pueblo a una caterva de intelecuales orgánicos, a precio de oro.‎ Hoy se sigue premiando públicamente a los culpables del destrozo, tanto en moneda de cuño corriente, como en concesiones y homenajes laudatorios.
‎Nuestra historia es demasiado cíclica. Parece ser que los traidores nunca tendrán su merecido real. Empero, con los toluquitas y próceres hidalguenses, dio un salto cuántico. Aunque todos lo previeron, nadie dimensiono el tamaño de la catástrofe, menos se opuso a la llegada al poder del macabro clan del Estado de México.
Han hecho todo como sus antepasados descastados. Pero lo mejoraron en sevicia y estulticia. Sin brújula y sin puerto, que no fuera el robar, su ratero más avorazado, el cruel Videgaray se colgó del primer gancho y vendió las reformas estructurales, un adefesio de la falta de programa de gobierno, para prometer Jauja.
En el terreno práctico, sometió al aparato a parar toda actividad, “mientras las reformas fraguaran”. Nunca sucedió este supuesto condicional. Pero se dio vuelo secando la economía, atentando fiscalmente contra los productores, sustrayendo billones de pesos de efectivo y robando lingotes de oro para guardarlos en paraísos fiscales, en espera de su destape, para aquello de los gastos, usted sabe.
La codicia y la ambición desenfrenada de la dupla Videgaray – Peña Nieto, todavía en ejercicio demencial, ha rebasado los límites de corrupción de todos los grupos de poder que hemos padecido los mexicanos. Lo peor: ha dejado al país sin futuro, algo que no se perdona en ninguna latitud conocida del planeta.
Y los toluquitas quieren que la realidad se ajuste a sus caprichos
Con todo el país en contra, con niveles de aprobación de menos de un dígito, los toluquitas actúan a mansalva, roban en despoblado, asesinan, torturan, exterminan y reprimen como si trajeran un cheque en blanco. Y los paniaguados de siempre, creen que cancelan‎ toda posibilidad de crítica, porque tienen los medios formales a su servicio, pagados con dinero público.
¡Qué equivocado concepto de la realidad, que quieren se ajuste a sus caprichos!
¿No cree usted?

Índice Flamígero: Una prueba más de que el toluquismo inoperante y rapaz quiere que la realidad se ajuste a sus deseos y caprichos está contenida en el mensaje de Nochebuena que Enrique Peña Nieto difundió la noche del sábado: “Hoy tenemos un México fuerte y unido. Mantengamos el compromiso con las futuras generaciones y con los que hoy ya no están con nosotros. Creamos en nuestro país, hablemos bien de él.” Y sí, nunca he sabido que alguien hable mal de México, de quien en cambió invariablemente se habla mal es de sus administradores –que no gobernantes–, quienes no dan motivo alguno para elogiarlos o albarlos, como este individuo quisiera. Peor ahora, ¿a poco no? + + + Hace una semana y bajo el título Golpe a Tradeco, “la Higa de Felipe Calderón”, le comenté parte de las pillerías que, bajo el amparo de los panistas, perpetró la empresa del ex senador (blanquiazul, but of course) Federico Martínez Urmeneta. Hoy le tengo información adicional enviada por un lector del Índice Político: “En la administración del Ex-Gobernador Gabino Cué Monteagudo, se inició el proyecto ‘Presa Paso Ancho’, con mucho bombo y platillo, el Ex-Gobernador instruyó al entonces Director General de la Comisión Estatal del Agua, Ing. Julián Rubén Ríos Ángeles, para que de inmediato se realizarán los trabajos de la Presa Paso Ancho, proyecto anunciado como uno de sus principales ejes rectores para su Plan Estatal de Desarrollo 2010-2016. El Director General de la Comisión Estatal del Agua, obtuvo de inicio fuertes recursos financieros (Mil Millones de pesos). con dichos recursos simuló la compra de los terrenos ejidales donde supuestamente se construiría la Presa Paso Ancho, para convencer a las autoridades ejidales y pobladores de los Coatlanes, así como de la Agencia Municipal de Paso Ancho, Sola de Vega, Oaxaca. Este nefasto ex-funcionario público les ofreció dinero y obras a cambio de sus terrenos. Las obras de infraestructura como agua potable y alcantarillado, y recursos económicos ofrecidas nunca llegaron a las comunidades, por el contrario tanto la Secretaría de las Infraestructuras (SINFRA), a cargo de Netzahualcóyotl Salvatierra y la Comisión Estatal del Agua (CEA), a cargo de Julián Ríos Ángeles, encargados de ejecutar las obras, simularon procesos licitatorios adjudicando directamente la obra de la Presa Paso Ancho a la empresa constructora Grupo Tradeco, S.A. de C.V. y cometieron grandes desvíos de recursos financieros para entregarlos a la empresa constructora referida, pero también estos servidores públicos se han quedado con un considerable porcentaje (moche$), por haberse prestado a estas maniobra de corrupción, contratando empresas a modo que jamás cumplieron con las obras encomendadas. La Presa Paso Ancho, obra que dotaría de agua potable a la ciudad de Oaxaca de Juárez y a los municipios conurbados, jamás se inició, pero tuvo un gran desvío financiero de mil millones de pesos…” ¿Dónde quedaron esos mil millones? ¿En los bolsillos de Martínez Urmeneta y sus protectores del PAN? ¿Entre los socios políticos de Cué? ¿Y el agua para Oaxaca? + + + Don Alfredo Álvarez Barrón cita hoy a Donald Trump, quien dijo: “Estados Unidos debe fortalecer y expandir enormemente su capacidad nuclear hasta que llegue el día en que el mundo entre en razón…” Y El Poeta del Nopal envía su bienvenido e infaltable epigrama: “En sus discursos advierto / extraña premonición: / cuando el mundo ‘entre en razón’ / ¡todos estaremos muertos!”.

En la escuela, sólo 62% de jóvenes de 15 años en México, indica estudio de OCDE

La estadística, de las más bajas entre los países que participan en la prueba Pisa
El organismo internacional advierte que el ausentismo a clases es otro obstáculo en la enseñanza
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En México, 26 por ciento de los estudiantes de 15 años falta al menos un día a clases a lo largo de dos semanas, y 49 por ciento admite que llega tardeFoto Cristina Rodríguez
Laura Poy Solano
 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de diciembre de 2016, p. 14
México mantiene una de las matrículas más bajas de jóvenes de 15 años que asisten a las aulas entre los países que participan en el Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (Pisa, por sus siglas en inglés), elaborada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
De acuerdo con el reporte para México de Pisa 2015, en el país hay una menor proporción de alumnos de 15 años en la escuela en comparación con otras naciones latinoamericanas, donde el porcentaje de estudiantes matriculados en el primer año de bachillerato o en grados superiores y que cumplen con los requisitos para participar en la prueba estandarizada es más elevado.
En México, apenas 62 por ciento de la población adolescente en ese rango de edad está representada en la muestra, mientras que en Chile alcanza 80 por ciento, Colombia 75, Perú 74, Uruguay 72 y Brasil 71.
Gabriela Ramos, directora de gabinete de la OCDE, afirmó en entrevista que el alto porcentaje de jóvenes en edad de cursar su bachillerato que se encuentran fuera de las aulas, es una de las principales característica que comparten los adolescentes en América Latina.
Agregó que además de tener resultados que son relativamente bajos, existe una buena cantidad de chicos que están fuera de las aulas a los 15 años, y es evidente que se debe evitar la deserción escolar y tener medidas muy sólidas para frenarla.
Sin embargo, apuntó que también se debe impulsar una mayor sensibilización con el fin de evitar que dejen los estudios, aunque evidentemente tenemos que elevar el valor que le ponemos a la escuela, pues pareciera que muchas de las familias no transmiten el mensaje sobre la importancia que tiene prepararse.
Otro de los obstáculos para mejorar la calidad de los aprendizajes que se alcanzan en el aula, es el incremento del ausentismo de alumnos.
De acuerdo con datos del año pasado de Pisa, entre 2012 y 2015 el porcentaje de estudiantes que había faltado al menos un día a clases en las dos semanas previas a la aplicación de la prueba estandarizada se incrementó 5 por ciento en los países miembros de la OCDE, donde dos de cada 10 no asistieron al plantel.
En México, la tasa se eleva a 26 por ciento, pero 49 por ciento reportó que en ese mismo lapso llegó tarde, frente a una media de 44 por ciento en las naciones que integran el citado organismo.
Ramos consideró que una vez que los jóvenes abandonan las aulas es más complejo su reingreso a la escuela y frenar el fenómeno del rezago educativo.
Las escuelas vocacionales, agregó, son un elemento fundamental que se debe desarrollar, como lo han hecho muchos países europeos, para la contratación de chicos de bajas calificaciones, a fin de invertir en este grupo con ofertas educativas mucho más flexibles, que no necesariamente tengan que estar estructuradas de la forma tradicional, pues muchos de estos chicos que dejan la escuela lo hacen porque necesitan trabajar.
Necesitamos, enfatizó, que se reconecten con la escuela con el fin de que tengan acceso a programas flexibles de capacitación y educación para el trabajo, e incluso aplicar incentivos financieros, dar alguna prima o garantía, como lo han hecho en Europa, y con la cual tengan una base económica, quizá no demasiado alta, que les permita volver a las aulas.