BLINDAN IGUALA. A las 15 horas de ayer arribaron a la ciudad considerada cuna de la Bandera Nacional nueve autobuses con elementos de la Gendarmería, mismos que se instalaron en la 35 Zona Militar. Se espera que a partir de este martes realicen patrullajes en este municipio. Por otra parte, también llegaron cientos de integrantes de la Policía Federal, quienes ya recorren las calles como parte del operativo de seguridadFoto Rubicela Morelos Cruz
E
nrique Peña Nieto emitió ayer un mensaje de cuatro minutos para informar que seguirá informando sobre los informes que reciba respecto de lo sucedido a ‘‘jóvenes estudiantes’’ que resultaron ‘‘afectados y violentados en sus derechos en el municipio de Iguala’’. Desde el Patio de Honor de Palacio Nacional, desplegó un cantinfleo bordado alrededor de conceptos como ‘‘esclarecimiento’’, ‘‘justicia’’, ‘‘investigaciones’’ y ‘‘aplicación de la ley’’. En dos ocasiones pronunció la frase maestra de la poco sustanciosa alocución, al calificar los ‘‘hechos’’ de ‘‘indignantes, dolorosos e inaceptables’’. Al principio de su discurso se declaró ‘‘profundamente indignado y consternado ante la información que ha venido dándose a lo largo del fin de semana’’.
Fue un mensaje impreciso, vacuo, con tufo de improvisación o atasque en arreglos políticos de última hora, a pesar de que de entrada EPN dijo que deseaba ‘‘fijar una posición muy clara’’ respecto a ‘‘los muy lamentables hechos de violencia de los que ha conocido la sociedad mexicana en el municipio de Iguala’’. Éste y otros entrecomillados anteriores se han insertado aquí para mostrar que EPN no quiso mencionar las cosas por su nombre, utilizando fraseos evasivos, sin puntualizar que los ‘‘jóvenes estudiantes’’ eran normalistas rurales ni que la ‘‘información que ha venido dándose’’ se refiere específicamente a masacres, constriñendo los ‘‘hechos’’ a afectaciones y violaciones, como si en la Suiza mexicana algunos ‘‘chavos’’ (como se ha referido el secretario Osorio Chong a otros jóvenes estudiantes, los del Poli) hubiesen sufrido ciertos agravios procesales o determinadas maniobras de fuerza contrarias a ‘‘sus derechos’’. La cereza oscura de esta videograbación fue el señalamiento de que no habrá ‘‘el más mínimo resquicio para la impunidad’’, palabras estas que equivalen a mencionar la soga de la niña Paulette, y el resquicio de su colchón, en la casa de los secuestrados, torturados, desollados (en algunos casos) y calcinados.
El comunicado peñista (que pareció urgido de reinstalar a aquel vocero de Los Pinos, Rubén Aguilar, que solía salir al frente para explicar a los medios lo que ‘‘había querido decir el Presidente’’) tuvo como consecuencias específicas, posteriormente anunciadas, el envío de Gendarmería federal a Iguala, diez días después de los hechos que han causado conmoción nacional e internacional, y la designación de Jesús Murillo Karam, titular de la PGR, como ominoso comisionado peñista para retomar las indagaciones y precisar responsabilidades.
Sugiere jaloneos cupulares y entendimientos no alcanzados el hecho de que EPN no hubiera expresado puntualmente esas acciones (la Gendarmería y JMK, que horas más tarde le fueron comunicadas a AAR (Ángel Aguirre Rivero) por Osorio Chong vía telefónica), y que hubiera preferido fórmulas genéricas al informar que la administración federal asumiría las funciones que le corresponden (lo cual no necesita ser proclamado en grabación específica en Palacio Nacional). Como si esta vez no tuviera libreto en firme en el tradicional teleprompter o por las circunstancias hubiera tenido que improvisar, el mexiquense mandó como verdadero mensaje el de la inseguridad política.
Como telón de fondo estuvo a lo largo del día la versión de que Ángel Aguirre Rivero estaría por recibir instrucciones superiores de presentar una solicitud de licencia por tiempo indefinido a la gubernatura de Guerrero, o que le sería nombrado un comisionado en forma, al estilo Michoacán. Carlos Navarrete, a quien la crisis guerrerense ha llevado con inesperada rapidez a mostrarse atado al esquema chuchista de intereses y complicidades que según eso estaría decidido a reformar, dijo con Carmen Aristegui que ‘‘cuando hay toda una ofensiva diciendo, una demanda generalizada, que se vaya el gobernador (Ángel Aguirre), yo digo, no me opondría, si se va junto con Eruviel y se va junto con el gobernador de Tamaulipas’’. No me defiendas, Navarrete, tal vez haya respingado algún atribulado político en Chilpancingo.
El propio Aguirre Rivero aceptó la posibilidad de irse del cargo, al ser entrevistado por Joaquín López Dóriga: ‘‘Pues mira, yo lo que respondo es que si mi renuncia ayuda a resolver el problema, no tengo ningún inconveniente en irme, ¿sí? Desde luego, yo sí quiero dejar muy en claro y ser muy tajante: vámonos a toda la investigación. Es un asunto de responsabilidad de lo que está pasando; obviamente yo tengo que asumir plenamente lo que a mí me corresponde, y obviamente yo soy el primero en decir que yo me someto al escrutinio de la población y me someto a las instituciones a las que me deba de someter’’ (http://bit.ly/1rdWgVt ).
Para defender la plaza bajo acoso, el sol azteca realizará hoy una efectista sesión plenaria en Iguala, con sus diputados, senadores y directivos nacionales, mientras Aguirre mostraba en Twitter un talante casi… guerrero. ‘‘Yo no voy a detenerme, el gobierno seguirá marchando, los programas seguirán continuando, no nos vamos a detener’’, decía en un tuiteo. En otros: ‘‘Aquí está Aguirre, y Aguirre no se raja’’. ‘‘Aquí estoy, y seguiré en mis giras de trabajo. Nadie nos va a parar y vamos a seguir con todo acabando con la delincuencia en Guerrero’’.
Recuérdese que días atrás Peña Nieto, en el contexto de Iguala, exigió que gobernadores cumplieran con sus obligaciones, y que el año entrante habrá elecciones de gobernador en Guerrero, y Los Pinos pareciera empeñado en recuperar expresamente esa posición. Atrás quedó 2009, en que Aguirre tuvo a EPN como padrino en sus bodas de plata, o 2010, en que, siendo senador priísta, hizo un jolgorio por sus 54 años de edad en el que declaró que ‘‘la fiesta es una ratificación de amigos, es la ratificación y el refrendo de la amistad que me une con Enrique Peña Nieto. No es la primera vez que él acude a una celebración de este tipo, estuvo en mi cumpleaños en la ciudad de México hace tres años; además, hace un poquito más de un año estuvo acompañándome en mis bodas de plata. No es algo nuevo, casi se sigue volviendo una tradición; espero que cuando sea Presidente nos siga acompañando’’ (http://bit.ly/1yIrFcL). ¡Hasta mañana!
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