sábado, 2 de mayo de 2009
Con Calderón 1 MIL 300 MDP a líderes charros
La administración de Felipe Calderón Hinojosa “dona” más de 1 mil 300 millones de pesos a los sindicatos de la burocracia. El petrolero, encabezado por Carlos Romero Deschamps, obtiene casi la cuarta parte de las transferencias, revela la ASF.
En tanto, la SHCP reporta que en 2008 la CTM fue la principal beneficiaria.
El gobierno de Felipe Calderón Hinojosa entrega más de 1 mil 300 millones de pesos en “donativos” a las cúpulas sindicales de la administración pública, revelan informes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Durante los ejercicios fiscales de 2007 y 2008, la lista de los favorecidos está encabezada por el sindicato de Petróleos Mexicanos (Pemex), que recibió de la paraestatal más importante del país 318 millones de pesos.
El año pasado, la Confederación de Trabajadores de México ocupó el primer puesto con 12 millones 280 mil pesos. Los recursos federales donados por Pemex fueron utilizados para cubrir gastos de viajes y subsidios al Comité Ejecutivo General (CEG) del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) –liderado por Carlos Romero Deschamps–, “préstamos” a las secciones sindicales, así como los festejos de la expropiación petrolera y el desfile del 1 de mayo, entre otros, indica el Informe de resultados de la revisión y fiscalización de la cuenta pública 2007.
La ASF fiscalizó de manera “especial” 319 millones 69 mil 600 pesos, como muestra de los 1 mil 326 millones 758 mil 900 pesos erogados.
En el desglose de los recursos transferidos destacan los 318 millones 747 mil 600 pesos otorgados al STPRM “para cumplir con las obligaciones estipuladas en el contrato colectivo de trabajo”.
Otros 322 mil pesos fueron entregados al Congreso del Trabajo, y se revisó información de otras más de 270 entidades relacionadas con la administración pública federal.
Transferencias millonarias
En el sexenio de Vicente Fox, el manejo de los donativos que Pemex entregó a su sindicato causó escándalos públicos, como el llamado Pemexgate II y la inhabilitación de funcionarios de alto nivel.
Por ese caso, el 20 de julio de 2007, la Secretaría de la Función Pública inhabilitó por 10 años al exdirector general de Pemex, Raúl Muñoz Leos, y al abogado general de la dependencia, Juan Carlos Soriano Rosas. Ambos exfuncionarios participaron en el traspaso de 1 mil 724 millones de pesos al sindicato petrolero “sin la autorización del Consejo de Administración ni apegarse a la normatividad”. También impuso una sanción económica por 862 millones 259 mil 470 pesos a cada uno.
Sin embargo, la ASF, que encabeza Arturo González de Aragón, dictaminó que no existe ninguna irregularidad en la transferencia de recursos respecto de los nuevos donativos.
Antes, en 2001, se puso al descubierto un primer traspaso de fondos, ocurrido en 1999 y conocido en los medios de comunicación como Pemexgate.
Entonces los recursos que la paraestatal entregó al sindicato petrolero fueron a parar a la campaña presidencial de Francisco Labastida Ochoa, candidato del Partido Revolucionario Institucional en 2000. Romero Deschamps, quien está al frente de la secretaría general del sindicato desde junio de 1993, figuró entre los señalados de supuestamente participar en aquel “fraude”.
La cláusula 251
El documento del máximo órgano de fiscalización indica que de los más de 318 millones entregados al sindicato de Pemex, 126 millones 582 mil 900 pesos corresponden a la cláusula 251 del contrato colectivo de trabajo (CCT), en la que se presupuestan viáticos del CEG y festejos.
Según el mismo apartado del CCT 2007-2009, “el patrón (Pemex) se obliga a pagar los salarios y prestaciones, viáticos, ayuda para transporte y gastos conexos foráneos a 68 funcionarios del Comité Ejecutivo General, que incluye asesores sindicales y Consejo General de Vigilancia, cinco consejeros sindicales, 86 integrantes de las comisiones nacionales mixtas que se señalan en este contrato y 162 comisionados nacionales, así como a 12 comisionados adscritos directamente a las órdenes del secretario general del STPRM”.
De los recursos entregados, 88 millones 200 mil pesos fueron asignados para “gastos” derivados de la revisión anual del CCT. Los festejos del 1 de mayo costaron 24 millones 601 mil 600 pesos; los gastos de viaje del CEG, 22 millones 316 mil 700 pesos.
En plena discusión de la reforma petrolera –en la que se pretendía incluir la participación extranjera en Pemex–, el sindicato de la paraestatal obtuvo 13 millones 781 mil 300 pesos para la celebrar un año más de la expropiación petrolera. Además, la ASF documenta los préstamos a nueve secciones sindicales por 56 millones 520 mil pesos, consignados en la cláusula 246 del contrato colectivo. El renglón correspondiente al “transporte de personal” costó 37 millones 322 mil pesos.
Mediante el acuerdo CMG-029, el Comité Ejecutivo obtuvo 73 millones 136 mil 700, catalogados como “ayudas varias”. También, la banda de guerra del STPRM significó un desembolso de 1 millón 846 mil 800 pesos; en “libros de la biblioteca” se gastaron 523 mil 700 pesos y en el fomento al deporte, 498 mil 800 pesos.
Apoyos por 1 mil 300 MDP
Según el informe de la ASF, del Presupuesto de Egresos de la Federación 2007 fueron destinados 1 mil 326 millones 758 mil 900 pesos a sindicatos, asociaciones y organismos sindicales de los trabajadores al servicio del Estado.
El documento señala que de las 167 entidades que mantuvieron “relación jurídica” con 225 sindicatos, sólo 150 de estos obtuvieron recursos.
Entre las que asignaron fondos, de acuerdo con su CCT, están las “entidades sectorizadas” que asignaron a 122 cúpulas sindicales 726 millones 50 mil 500 pesos. Le siguen las “entidades no coordinadas”, con 253 millones 115 mil 700 pesos para cuatro organizaciones. Las “dependencias” públicas tuvieron acuerdos con 16 gremios, que significaron 163 millones 854 mil 900 pesos.
La Cámara de Diputados donó 129 millones 996 mil 800 pesos a su organización gremial. La Procuraduría General de la República, 45 millones 820 mil 100 pesos; la Cámara de Senadores, 3 millones 745 mil pesos.
Los órganos autónomos entregaron 1 millón 875 mil 400 pesos a tres de sus asociaciones; la Suprema Corte de Justicia de la Nación dotó de 1 millón 382 mil 200 pesos a su sindicato, mientras que el Consejo de la Judicatura Federal entregó 1 millón 918 mil 300 pesos por el mismo concepto.
Irregularidades con el Congreso del Trabajo
Otro de los beneficiados por los donativos de la federación es el Congreso del Trabajo, encabezado por el priista Enrique Aguilar Borrego. Los 322 mil pesos que recibió del Comité Nacional Mixto de Protección al Salario (Conapros) –que depende de la Secretaría del Trabajo–, representan el único posible daño al erario en ese rubro.
El Conapros fue creado en 1974, a instancias del Congreso del Trabajo, “con el objetivo de apoyar a los trabajadores en diversos rubros para lograr una relación obrero patronal más equitativa”.
Según la ASF, el 2 de enero de 2007 la central obrera solicitó al Conapros un “donativo” de 40 mil 200 pesos mensuales “por las oficinas que ocupa en el edificio propiedad del Congreso del Trabajo”.
El argumento fue el “coadyuvar a la capacitación de los dirigentes y trabajadores sindicalizados, así como fomentar la cultura y el deporte”.
Sin embargo, el Conapros no justificó ante el máximo órgano de fiscalización que “los donativos se aplicarían para beneficiar actividades educativas, culturales, de salud, de investigación científica, de aplicación de nuevas tecnologías o de beneficencia”.
Donativos 2008
El Informe sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública al cuarto trimestre de 2008, elaborado por la Secretaría de Hacienda, revela que a diciembre del año pasado se erogaron otros 51 millones 474 mil 900 pesos por concepto de “donativos”.
Las transferencias reportadas por las dependencias a la SHCP muestran que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) –cuyo titular es Javier Lozano Alarcón– fue la principal donadora, con 12 millones 630 mil pesos.
Los recursos públicos se destinaron a tres asociaciones distintas, de las que destaca el Centro Sindical de Estudios Superiores de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), con 12 millones 280 mil pesos.
La central que dirige el priista Joaquín Gamboa Pascoe obtuvo el millonario donativo para “apoyar los gastos de operación del centro sindical, llevar a cabo las actividades inherentes a la educación superior, capacitación obrera, adiestramiento y aquellas que conllevan al fortalecimiento de la educación y la cultura en el sector obrero”.
También asignó 350 mil pesos al sindicato de la STPS para la celebración del 1 de mayo. En tanto que el Conapros volvió a donar 307 mil 100 pesos al Congreso del Trabajo para patrocinar actividades educativas.
El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, a cargo de Miguel Ángel Yunes Linares, entregó a su cúpula sindical 9 millones de pesos para brindar “seguridad social” a sus agremiados.
Mientras, la Secretaría de Economía –entonces encabezada por Eduardo Sojo Aldape– transfirió 7 millones 753 mil 900 pesos a dos sindicatos: el primero obtuvo 7 millones 623 mil 84 pesos para organizar eventos en beneficio de los trabajadores afiliados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Economía; otros 130 mil 816 pesos se donaron, por el mismo concepto, al Sindicato Nacional Independiente de los Trabajadores de la Secretaría de Economía.
La cancillería –encabezada por Patricia Espinosa Cantellano– también asignó al Sindicato de Trabajadores de la Secretaría de Relaciones Exteriores 700 mil pesos como “apoyo para realizar el primer Congreso General Extraordinario 2008”.
DF: pueblo ejemplar
Bernardo Bátiz V.
Los habitantes del Distrito Federal han demostrado en múltiples ocasiones su alto sentido de responsabilidad social ante catástrofes y problemas colectivos; un hecho ya remoto que viene a la memoria es la defensa heroica que la Guardia Nacional hizo ante el asedio a la ciudad por las tropas estadunidenses en 1847. En Churubusco se batieron bajo las órdenes del general Pedro María Anaya hasta disparar el último cartucho, no los soldados de línea, que estaban en los lomeríos cercanos al valle de México sin intervenir, sino los artesanos, los artistas, los cocheros, los cargadores y los profesionistas de México, incluidos los que por burla eran llamados polkos, todos, defendieron su ciudad con valor y generosidad.
En los temblores de 1985, mientras que las autoridades, desde las más altas hasta las menores, se quedaron pasmadas ante la cantidad de edificios derrumbados y la suspensión de los servicios básicos, los habitantes de la capital fueron quienes se organizaron para buscar víctimas, rescatar algo y poner orden en el caos que siguió a la desgracia. Todavía algunas de las organizaciones que surgieron con motivo de los sismos, siguen vivas y actuando en favor de la comunidad, un ejemplo es la agrupación que lleva el nombre de la luchadora social Benita Galeana, que aún encabeza grupos de marginados deseosos de mejorar su situación.
Ahora, con motivo del riesgo de pandemia que se vive en todo el mundo, pero especialmente en esta ciudad capital, el pueblo que la habita, los siempre participativos vecinos, han vuelto a dar muestras de responsabilidad y de sentido del deber.
Al circular por las calles semidesiertas de la gran urbe, por todos lados vemos a las personas con su tapabocas, con lo que tratan de cumplir las instrucciones que las autoridades federales han dado hasta el cansancio para evitar el contagio; son admirables los agentes de policía que se encuentran a lo largo de las avenidas, cuidando la circulación y soportando el calor, así como frecuentemente, la insolencia de los automovilistas. En las mañanas los recolectores de basura cumplen puntualmente con su deben, los operadores del Metro y de los microbuses enguantados y con las mascarillas, continúan con el servicio que tienen encomendado.
La orden que dio el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, de cerrar los restaurantes, bares, cantinas y otros establecimientos similares, ha sido cumplida y aun cuando algunos han protestado porque les ha parecido excesiva, la misma Organización Mundial de la Saludad confirmó, contradiciendo la crítica velada del presidente Calderón, que la medida fue oportuna y necesaria.
Estoy cierto de que esta hermosa y hospitalaria ciudad de México saldrá otra vez adelante de esta nueva desgracia que se cierne sobre ella; a pesar de lo densamente poblado de la urbe en que se asientan los poderes federales, de las dificultades con motivo de le escasez de agua y algunas compras de pánico provocadas por las exageraciones de la televisión, los habitantes han demostrado disciplina y orden.
Ciertamente, han corrido rumores diversos sobre el origen del virus y sobre la credibilidad de las autoridades federales; esto se explica principalmente porque quienes tiene el deber de orientar e informar a la sociedad, han incurrido en ridículas contradicciones acerca del número de personas fallecidas y han cometido el grave error de tratar de aprovechar una desgracia colectiva para sacar ventajas políticas; un ejemplo de ello es la insistente publicidad sobre la cantidad de pisos de cemento que han ordenado desde Los Pinos, como si esa obra de elemental solidaridad fuera algo más que una mínima parte del deber de justicia social que tiene el gobierno con los más necesitados.
La ciudad con sus autoridades al frente, saldrá adelante y como siempre, el tiempo irá decantando quiénes hacen bien las cosas y quiénes las hacen sin sensibilidad social y buscando ventajas personales o partidistas.
jusbbv@hotmail.com
La PANdemia ramplona
por Momis Fitch
Nosotros los mexicanos
la tenemos más cabrona,
porque estamos en las manos
de una PANdemia ramplona.
Nomás vean al de Salud,
que sale en las conferencias
con su cara de ataúd,
a decir inconsistencias.
¿Y el resto de involucrados,
el enano, la marrana, Horcasitas y Lozano?
Pues igual de atarantados,
puros datos de trasmano.
Lo que sí es incuestionable:
La PANdemia es mucho mal,
pero se vuelve incurable
en las garras del Fecal.
Nosotros los mexicanos
la tenemos más cabrona,
porque estamos en las manos
de una PANdemia ramplona.
Nomás vean al de Salud,
que sale en las conferencias
con su cara de ataúd,
a decir inconsistencias.
¿Y el resto de involucrados,
el enano, la marrana, Horcasitas y Lozano?
Pues igual de atarantados,
puros datos de trasmano.
Lo que sí es incuestionable:
La PANdemia es mucho mal,
pero se vuelve incurable
en las garras del Fecal.
La superioridad del capitalismo
¿Qué es una crisis capitalista? Veamos en primer lugar lo que no es una crisis capitalista.
Que haya 950 millones de hambrientos en todo el mundo, eso no es una crisis capitalista.
Que haya 4.750 millones de pobres en todo el mundo, eso no es una crisis capitalista.
Que haya 1.000 millones de desempleados en todo el mundo, eso no es una crisis capitalista.
Que más del 50% de la población mundial activa esté subempleada o trabaje en precario, eso no es una crisis capitalista.
Que el 45% de la población mundial no tenga acceso directo a agua potable, eso no es una crisis capitalista.
Que 3.000 millones de personas carezcan de acceso a servicios sanitarios mínimos, eso no es una crisis capitalista.
Que 113 millones de niños no tengan acceso a educación y 875 millones de adultos sigan siendo analfabetos, eso no es una crisis capitalista.
Que 12 millones de niños mueran todos los años a causa de enfermedades curables, eso no es una crisis capitalista.
Que 13 millones de personas mueran cada año en el mundo debido al deterioro del medio ambiente y al cambio climático, eso no es una crisis capitalista.
Que 16.306 especies están en peligro de extinción, entre ellas la cuarta parte de los mamíferos, no es una crisis capitalista.
Todo esto ocurría antes de la crisis.
¿Qué es, pues, una crisis capitalista?
¿Cuándo empieza una crisis capitalista?
Hablamos de crisis capitalista cuando matar de hambre a 950 millones de personas, mantener en la pobreza a 4700 millones, condenar al desempleo o la precariedad al 80% del planeta, dejar sin agua al 45% de la población mundial y al 50% sin servicios sanitarios, derretir los polos, denegar auxilio a los niños y acabar con los árboles y los osos, ya no es suficientemente rentable para 1.000 empresas multinacionales y 2.500.000 de millonarios.
Lo que demuestra la superior eficacia y resistencia del capitalismo es que todas estas calamidades humanas -que habrían invalidado cualquier otro sistema económico- no afectan a su credibilidad ni le impiden seguir funcionando a pleno rendimiento. Es precisamente su indiferencia mecánica la que lo vuelve natural, invulnerable, imprescindible. El socialismo no sobreviviría a este desprecio por el ser humano, como no sobrevivió en la Unión Soviética, porque está pensado precisamente para satisfacer sus necesidades; el capitalismo sobrevive y hasta se robustece con la desgracias humanas porque no está pensado para aliviarlas. Ningún otro sistema histórico ha producido más riqueza, ningún otro sistema histórico ha producido más destrucción. Basta considerar en paralelo estas dos líneas -la de la riqueza y la de la destrucción- para ponderar todo su valor y toda su magnificencia. Esta doble tarea, que es la suya, el capitalismo la hace mejor que nadie y en ese sentido su triunfo es inapelable: que haya cada vez más alimentos y cada vez más hambre, más medicinas y más enfermos, más casas vacías y más familias sin techo, más trabajo y más parados, más libros y más analfabetos, más derechos humanos y más crímenes contra la humanidad.
¿Por qué tenemos que salvar eso? ¿Por qué tiene que preocuparnos la crisis? ¿Por qué nos conviene encontrarle una solución? Las viejas metáforas del liberalismo se han revelado todas mendaces: la "mano invisible" que armonizaría los intereses privados y los colectivos cuenta monedas en una cámara blindada, el "goteo" que irrigaría las capas más bajas del subsuelo apenas si es capaz de llenar el cuenco de una mano, el "ascensor" que bajaría cada vez más deprisa a rescatar gente de la planta baja se ha quedado con las puertas abiertas en el piso más alto. Las soluciones que proponen, y aplicarán, los gobernantes del planeta prolongan, en cualquier caso, la lógica inmanente del beneficio ampliado como condición de supervivencia estructural: privatización de fondos públicos, prolongación de la jornada laboral, despido libre, disminución del gasto social, desgravación fiscal a los empresarios. Es decir, si las cosas no van bien es porque no van peor. Es decir, si no son rentables 950 millones de hambrientos, habrá que doblar la cifra. El capitalismo consiste en eso: antes de la crisis condena a la pobreza a 4.700 millones de seres humanos; en tiempos de crisis, para salir de ella, sólo puede aumentar las tasas de ganancia aumentando el número de sus víctimas. Si se trata de salvar el capitalismo -con su enorme capacidad para producir riqueza privada con recursos públicos- debemos aceptar los sacrificios humanos, primero en otros países lejos de nosotros, después quizás también en los barrios vecinos, después incluso en la casa de enfrente, confiando en que nuestra cuenta bancaria, nuestro puesto de trabajo, nuestra televisión y nuestro ipod no entren en el sorteo de la superior eficacia capitalista. Los que tenemos algo podemos perderlo todo; nos conviene, por tanto, volver cuanto antes a la normalidad anterior a la crisis, a sus muertos en-otra-parte y a sus desgraciados sin-ninguna-esperanza.
Un sistema que, cuando no tiene problemas, excluye de una vida digna a la mitad del planeta y que soluciona los que tiene amenazando a la otra mitad, funciona sin duda perfectamente, grandiosamente, con recursos y fuerzas sin precedentes, pero se parece más a un virus que a una sociedad. Puede preocuparnos que el virus tenga problemas para reproducirse o podemos pensar, más bien, que el virus es precisamente nuestro problema. El problema no es la crisis del capitalismo, no, sino el capitalismo mismo. Y el problema es que esta crisis reveladora, potencialmente aprovechable para la emancipación, alcanza a una población sin conciencia y a una izquierda sin una alternativa elaborada. Se equivoque o no Wallerstein en su pronóstico sobre el fin del capitalismo, tiene razón sin duda en el diagnóstico antropológico. En un mundo con muchas armas y pocas ideas, con mucho dolor y poca organización, con mucho miedo y poco compromiso -el mundo que ha producido el capitalismo- la barbarie se ofrece mucho más verosímil que el socialismo.
Por eso hay que auparse en los islotes de conciencia y en los grumos de organización.
Cuba bloqueada, Cuba azotada por los vientos, Cuba pobre, Cuba incómoda, Cuba a veces equivocada, Cuba improvisada, Cuba disciplinada, Cuba resistente, Cuba ilustrada, Cuba siempre humana, mantiene abierta una tercera vía, hoy más necesaria que nunca, entre el capitalismo y la barbarie. Si no podemos ayudarla, podemos al menos ayudarnos a nosotros mismos pensando en ella con alivio y agradecimiento.
3 de Noviembre de 2008
En una sociedad alienada hasta el tuétano, el loco es el ser de lucidez más exquisita, y más subversiva.
Que haya 950 millones de hambrientos en todo el mundo, eso no es una crisis capitalista.
Que haya 4.750 millones de pobres en todo el mundo, eso no es una crisis capitalista.
Que haya 1.000 millones de desempleados en todo el mundo, eso no es una crisis capitalista.
Que más del 50% de la población mundial activa esté subempleada o trabaje en precario, eso no es una crisis capitalista.
Que el 45% de la población mundial no tenga acceso directo a agua potable, eso no es una crisis capitalista.
Que 3.000 millones de personas carezcan de acceso a servicios sanitarios mínimos, eso no es una crisis capitalista.
Que 113 millones de niños no tengan acceso a educación y 875 millones de adultos sigan siendo analfabetos, eso no es una crisis capitalista.
Que 12 millones de niños mueran todos los años a causa de enfermedades curables, eso no es una crisis capitalista.
Que 13 millones de personas mueran cada año en el mundo debido al deterioro del medio ambiente y al cambio climático, eso no es una crisis capitalista.
Que 16.306 especies están en peligro de extinción, entre ellas la cuarta parte de los mamíferos, no es una crisis capitalista.
Todo esto ocurría antes de la crisis.
¿Qué es, pues, una crisis capitalista?
¿Cuándo empieza una crisis capitalista?
Hablamos de crisis capitalista cuando matar de hambre a 950 millones de personas, mantener en la pobreza a 4700 millones, condenar al desempleo o la precariedad al 80% del planeta, dejar sin agua al 45% de la población mundial y al 50% sin servicios sanitarios, derretir los polos, denegar auxilio a los niños y acabar con los árboles y los osos, ya no es suficientemente rentable para 1.000 empresas multinacionales y 2.500.000 de millonarios.
Lo que demuestra la superior eficacia y resistencia del capitalismo es que todas estas calamidades humanas -que habrían invalidado cualquier otro sistema económico- no afectan a su credibilidad ni le impiden seguir funcionando a pleno rendimiento. Es precisamente su indiferencia mecánica la que lo vuelve natural, invulnerable, imprescindible. El socialismo no sobreviviría a este desprecio por el ser humano, como no sobrevivió en la Unión Soviética, porque está pensado precisamente para satisfacer sus necesidades; el capitalismo sobrevive y hasta se robustece con la desgracias humanas porque no está pensado para aliviarlas. Ningún otro sistema histórico ha producido más riqueza, ningún otro sistema histórico ha producido más destrucción. Basta considerar en paralelo estas dos líneas -la de la riqueza y la de la destrucción- para ponderar todo su valor y toda su magnificencia. Esta doble tarea, que es la suya, el capitalismo la hace mejor que nadie y en ese sentido su triunfo es inapelable: que haya cada vez más alimentos y cada vez más hambre, más medicinas y más enfermos, más casas vacías y más familias sin techo, más trabajo y más parados, más libros y más analfabetos, más derechos humanos y más crímenes contra la humanidad.
¿Por qué tenemos que salvar eso? ¿Por qué tiene que preocuparnos la crisis? ¿Por qué nos conviene encontrarle una solución? Las viejas metáforas del liberalismo se han revelado todas mendaces: la "mano invisible" que armonizaría los intereses privados y los colectivos cuenta monedas en una cámara blindada, el "goteo" que irrigaría las capas más bajas del subsuelo apenas si es capaz de llenar el cuenco de una mano, el "ascensor" que bajaría cada vez más deprisa a rescatar gente de la planta baja se ha quedado con las puertas abiertas en el piso más alto. Las soluciones que proponen, y aplicarán, los gobernantes del planeta prolongan, en cualquier caso, la lógica inmanente del beneficio ampliado como condición de supervivencia estructural: privatización de fondos públicos, prolongación de la jornada laboral, despido libre, disminución del gasto social, desgravación fiscal a los empresarios. Es decir, si las cosas no van bien es porque no van peor. Es decir, si no son rentables 950 millones de hambrientos, habrá que doblar la cifra. El capitalismo consiste en eso: antes de la crisis condena a la pobreza a 4.700 millones de seres humanos; en tiempos de crisis, para salir de ella, sólo puede aumentar las tasas de ganancia aumentando el número de sus víctimas. Si se trata de salvar el capitalismo -con su enorme capacidad para producir riqueza privada con recursos públicos- debemos aceptar los sacrificios humanos, primero en otros países lejos de nosotros, después quizás también en los barrios vecinos, después incluso en la casa de enfrente, confiando en que nuestra cuenta bancaria, nuestro puesto de trabajo, nuestra televisión y nuestro ipod no entren en el sorteo de la superior eficacia capitalista. Los que tenemos algo podemos perderlo todo; nos conviene, por tanto, volver cuanto antes a la normalidad anterior a la crisis, a sus muertos en-otra-parte y a sus desgraciados sin-ninguna-esperanza.
Un sistema que, cuando no tiene problemas, excluye de una vida digna a la mitad del planeta y que soluciona los que tiene amenazando a la otra mitad, funciona sin duda perfectamente, grandiosamente, con recursos y fuerzas sin precedentes, pero se parece más a un virus que a una sociedad. Puede preocuparnos que el virus tenga problemas para reproducirse o podemos pensar, más bien, que el virus es precisamente nuestro problema. El problema no es la crisis del capitalismo, no, sino el capitalismo mismo. Y el problema es que esta crisis reveladora, potencialmente aprovechable para la emancipación, alcanza a una población sin conciencia y a una izquierda sin una alternativa elaborada. Se equivoque o no Wallerstein en su pronóstico sobre el fin del capitalismo, tiene razón sin duda en el diagnóstico antropológico. En un mundo con muchas armas y pocas ideas, con mucho dolor y poca organización, con mucho miedo y poco compromiso -el mundo que ha producido el capitalismo- la barbarie se ofrece mucho más verosímil que el socialismo.
Por eso hay que auparse en los islotes de conciencia y en los grumos de organización.
Cuba bloqueada, Cuba azotada por los vientos, Cuba pobre, Cuba incómoda, Cuba a veces equivocada, Cuba improvisada, Cuba disciplinada, Cuba resistente, Cuba ilustrada, Cuba siempre humana, mantiene abierta una tercera vía, hoy más necesaria que nunca, entre el capitalismo y la barbarie. Si no podemos ayudarla, podemos al menos ayudarnos a nosotros mismos pensando en ella con alivio y agradecimiento.
3 de Noviembre de 2008
En una sociedad alienada hasta el tuétano, el loco es el ser de lucidez más exquisita, y más subversiva.
Desfiladero. Jaime Avilés.
Influenza: los nombres de los muertos
Ante todo, el brote de influenza que ha cambiado la vida (y la muerte) del país, es una denuncia mundial del saqueo y la devastación que millones de mexicanos hemos sufrido despiadada y sistemáticamente a lo largo de los recientes 27 años y que hoy nos ha convertido en un foco de infección para la humanidad. Era lógico que ocurriera esto. No podía tener sino consecuencias catastróficas el ejercicio de una política irresponsable que empobreció a 100 millones de personas, día tras día, hasta no dejarle a las grandes mayorías hambrientas otra salida que la emigración o el narcotráfico.
Durante el sexenio de Vicente Fox, México recibió las más abundantes ganancias de su historia por la venta de petróleo en el exterior, pero no quedó absolutamente nada de eso: el grueso del dinero fue utilizado para devolver a los más ricos de los ricos los impuestos que habían pagado; el resto, la propina, está en las trancas y el estiércol de un rancho en Guanajuato, en las empresas de los hijos de Marta Sahagún y en las cuentas bancarias de los hombres y mujeres del régimen.
En cambio, aquí, no existe un solo laboratorio, ni siquiera en la UNAM, capaz de detectar la mutación de un virus como el de la influenza porcina, que tras el exterminio de cerdos ordenado por el fanatismo del gobierno de Egipto, ahora se llama A/H1N1, para que nadie culpe a nadie. Como bien lo han documentado Enrique Galván Ochoa y Luis Linares Zapata en las páginas de este diario a lo largo de esta semana insólita, en México existía una empresa paraestatal denominada Birmex (Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México), que según su portal electrónico surtía “las vacunas, sueros, inmunoglobulinas y reactivos de diagnóstico que requieren los organismos públicos descentralizados de salud de los estados que integran la República Mexicana”, y que en los hechos fue desmantelada por Fox.
Antes de éste, Zedillo acabó con el Instituto Nacional de Higiene y con el Instituto Nacional de Virología, que se dedicaban a la investigación científica de las cepas virales y al diseño de vacunas para combatirlas. Hoy no tenemos nada de eso. Los primeros casos de influenza en la ciudad de México no fueron detectados, entre otras cosas, porque la Secretaría de Salud no contaba con herramientas para identificarlos. Y no fue sino hasta días después cuando la multiplicación de los contagios y los primeros decesos movieron al médico del régimen –el siempre limitado y titubeante José Ángel Córdova Villalobos– a enviar muestras clínicas a laboratorios de Canadá, para que desde allá nos hicieran el favor de avisar qué era lo que estaba provocando esta gripe desconocida.
El planeta entero está asombrado porque, 10 días después del terrorista mensaje de Córdova Villalobos el jueves de la semana pasada a las 11 de la noche, el “gobierno” (o lo que que sea) de Felipe Calderón todavía no ha revelado cómo se llamaba ni siquiera una de las víctimas fatales del virus de la gripe mexicana, como tarde o temprano esta plaga será recordada por la historia. Después de un accidente aéreo, de un camionazo, de un terremoto, de una inundación, de un incendio, las autoridades suelen dar a conocer los nombres de los muertos. Pero en esta ocasión no lo han hecho y nadie sabe explicarse por qué.
No hace falta ser muy suspicaz para entender que si Calderón y su doctor se niegan a entregar esta lista de difuntos es porque ocultan datos claves que echarían por tierra su manejo del fenómeno mediante el pánico social. Por ello es fundamental que sepamos: cómo se llamaban los muertos, qué edad tenían, dónde vivían, cuál era su condición socioeconómica, a qué se dedicaban. En otras palabras, ¿en su casa contaban con agua corriente, excusado, regadera, piso de cemento y electricidad? ¿De cuántos miembros constaba la familia, cuántos dormían en un mismo cuarto, cada cuánto se bañaban? ¿Eran obesos, estaban desnutridos, cuántas veces comían al día, cuáles eras sus hábitos alimenticios? Al transitar por su barrio o pueblo, ¿pasaban cerca de criaderos de puercos, flotaba en el ambiente de su vida cotidiana excremento de aves o cerdos, trabajaban en contacto con vísceras de animales?
Una sospecha muy extendida en la sociedad mexicana –y que tarde o temprano se esclarecerá– es que los muertos de este brote epidémico pertenecen a las capas más desprotegidas de la población, es decir, que estamos ante una nueva enfermedad de la miseria, y como en México hay más de 50 millones de personas en situación de pobreza extrema, las medidas que se han aplicado hasta ahora –cierre total de escuelas, de restaurantes y bares, de oficinas públicas, de cines y teatros, de gimnasios y albercas, etcétera–, lo que en realidad pretenden es aislar a los más pobres de los que no lo somos tanto y, por supuesto, de los ricos.
En un acto más de autoritarismo, Calderón ha instaurado por sus pistolas el secreto funerario, violando el derecho a la información no sólo de los mexicanos sino de toda la humanidad. Mientras oculte datos elementales como los nombres de los muertos, el aparato del terror electrónico podrá seguir manipulándonos a sus anchas. ¿No será la hora de solicitar a nuestros amigos en todas partes una ola de solidaridad internacional en contra de esta forma de la censura? Exijamos la autopsia de esa franja de la sociedad mexicana que murió a consecuencia de esta gripe. ¿Tendremos que hacer plantones en el Zócalo, huelgas de hambre, bloqueos de carreteras o qué para que nos digan al fin cómo se llamaban los muertos?
En el continente americano, México es uno de los países más grandes y ricos en recursos naturales, pero una peste más voraz, destructiva y mortífera que la influenza de los puercos –la de los políticos neoliberales del PRI y del PAN, la plaga de los Salinas y los Zedillo, de los De la Madrid y los Fox, al servicio de un puñado insaciable de millonarios–, nos ha convertido en un país más débil, indefenso y hambriento que Haití, que apenas ocupa la mitad de una isla en el Caribe, o que la pobre Honduras, bananera sin bananas. ¿Por qué lo hemos permitido, por qué hemos tolerado que nos hicieran caer tan bajo? ¿Acaso nos equivocamos cuando salimos a las calles con banderas blancas a frenar la rebelión de los indios de Chiapas?
¿Por qué se alivian los que viven en mejores condiciones sanitarias? ¿Por qué han desatado la sicosis de que A/H1NI prefiere a los jóvenes entre 20 y 45? ¿Por qué nos hemos dejado convencer de ello si tampoco sabemos las edades de los muertos? Después de la campaña “López Obrador es un peligro para México”, después del fraude “haiga sido como haiga sido”, después de la violación de todas sus promesas empezando por la del empleo, después de la artificiosa guerra “contra” el narco para militarizar el país y tratar de afianzarse en el poder, a costa de la seguridad nacional junto con la de Estados Unidos, los mexicanos tenemos la claridad y la madurez necesarias para saber que Calderón es capaz de cualquier cosa: si un día se vistió de sargento para lanzar a las fuerzas armadas a una aventura trágica, ahora se pone la bata blanca de doctor para mantenernos en arresto domiciliario, sudando de pánico.
A raíz de esta gripe, dos nuevos objetivos aparecen en nuestra agenda ciudadana: exigir con todos los recursos a nuestro alcance que el “gobierno” (o lo que sea) entregue los nombres de los muertos, y movilizarnos por un cambio radical en materia de inversión para la investigación científica. Así como obligamos al espurio a construir una nueva refinería, ahora debemos luchar por nuevos laboratorios, y por la conservación de la filosofía, de la ética y de la estética entre las materias del bachillerato. ¡Basta, basta ya de una vez por todas, no soportemos un día más la tiranía de la ignorancia panista!
jamastu@gmail.com
Ante todo, el brote de influenza que ha cambiado la vida (y la muerte) del país, es una denuncia mundial del saqueo y la devastación que millones de mexicanos hemos sufrido despiadada y sistemáticamente a lo largo de los recientes 27 años y que hoy nos ha convertido en un foco de infección para la humanidad. Era lógico que ocurriera esto. No podía tener sino consecuencias catastróficas el ejercicio de una política irresponsable que empobreció a 100 millones de personas, día tras día, hasta no dejarle a las grandes mayorías hambrientas otra salida que la emigración o el narcotráfico.
Durante el sexenio de Vicente Fox, México recibió las más abundantes ganancias de su historia por la venta de petróleo en el exterior, pero no quedó absolutamente nada de eso: el grueso del dinero fue utilizado para devolver a los más ricos de los ricos los impuestos que habían pagado; el resto, la propina, está en las trancas y el estiércol de un rancho en Guanajuato, en las empresas de los hijos de Marta Sahagún y en las cuentas bancarias de los hombres y mujeres del régimen.
En cambio, aquí, no existe un solo laboratorio, ni siquiera en la UNAM, capaz de detectar la mutación de un virus como el de la influenza porcina, que tras el exterminio de cerdos ordenado por el fanatismo del gobierno de Egipto, ahora se llama A/H1N1, para que nadie culpe a nadie. Como bien lo han documentado Enrique Galván Ochoa y Luis Linares Zapata en las páginas de este diario a lo largo de esta semana insólita, en México existía una empresa paraestatal denominada Birmex (Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México), que según su portal electrónico surtía “las vacunas, sueros, inmunoglobulinas y reactivos de diagnóstico que requieren los organismos públicos descentralizados de salud de los estados que integran la República Mexicana”, y que en los hechos fue desmantelada por Fox.
Antes de éste, Zedillo acabó con el Instituto Nacional de Higiene y con el Instituto Nacional de Virología, que se dedicaban a la investigación científica de las cepas virales y al diseño de vacunas para combatirlas. Hoy no tenemos nada de eso. Los primeros casos de influenza en la ciudad de México no fueron detectados, entre otras cosas, porque la Secretaría de Salud no contaba con herramientas para identificarlos. Y no fue sino hasta días después cuando la multiplicación de los contagios y los primeros decesos movieron al médico del régimen –el siempre limitado y titubeante José Ángel Córdova Villalobos– a enviar muestras clínicas a laboratorios de Canadá, para que desde allá nos hicieran el favor de avisar qué era lo que estaba provocando esta gripe desconocida.
El planeta entero está asombrado porque, 10 días después del terrorista mensaje de Córdova Villalobos el jueves de la semana pasada a las 11 de la noche, el “gobierno” (o lo que que sea) de Felipe Calderón todavía no ha revelado cómo se llamaba ni siquiera una de las víctimas fatales del virus de la gripe mexicana, como tarde o temprano esta plaga será recordada por la historia. Después de un accidente aéreo, de un camionazo, de un terremoto, de una inundación, de un incendio, las autoridades suelen dar a conocer los nombres de los muertos. Pero en esta ocasión no lo han hecho y nadie sabe explicarse por qué.
No hace falta ser muy suspicaz para entender que si Calderón y su doctor se niegan a entregar esta lista de difuntos es porque ocultan datos claves que echarían por tierra su manejo del fenómeno mediante el pánico social. Por ello es fundamental que sepamos: cómo se llamaban los muertos, qué edad tenían, dónde vivían, cuál era su condición socioeconómica, a qué se dedicaban. En otras palabras, ¿en su casa contaban con agua corriente, excusado, regadera, piso de cemento y electricidad? ¿De cuántos miembros constaba la familia, cuántos dormían en un mismo cuarto, cada cuánto se bañaban? ¿Eran obesos, estaban desnutridos, cuántas veces comían al día, cuáles eras sus hábitos alimenticios? Al transitar por su barrio o pueblo, ¿pasaban cerca de criaderos de puercos, flotaba en el ambiente de su vida cotidiana excremento de aves o cerdos, trabajaban en contacto con vísceras de animales?
Una sospecha muy extendida en la sociedad mexicana –y que tarde o temprano se esclarecerá– es que los muertos de este brote epidémico pertenecen a las capas más desprotegidas de la población, es decir, que estamos ante una nueva enfermedad de la miseria, y como en México hay más de 50 millones de personas en situación de pobreza extrema, las medidas que se han aplicado hasta ahora –cierre total de escuelas, de restaurantes y bares, de oficinas públicas, de cines y teatros, de gimnasios y albercas, etcétera–, lo que en realidad pretenden es aislar a los más pobres de los que no lo somos tanto y, por supuesto, de los ricos.
En un acto más de autoritarismo, Calderón ha instaurado por sus pistolas el secreto funerario, violando el derecho a la información no sólo de los mexicanos sino de toda la humanidad. Mientras oculte datos elementales como los nombres de los muertos, el aparato del terror electrónico podrá seguir manipulándonos a sus anchas. ¿No será la hora de solicitar a nuestros amigos en todas partes una ola de solidaridad internacional en contra de esta forma de la censura? Exijamos la autopsia de esa franja de la sociedad mexicana que murió a consecuencia de esta gripe. ¿Tendremos que hacer plantones en el Zócalo, huelgas de hambre, bloqueos de carreteras o qué para que nos digan al fin cómo se llamaban los muertos?
En el continente americano, México es uno de los países más grandes y ricos en recursos naturales, pero una peste más voraz, destructiva y mortífera que la influenza de los puercos –la de los políticos neoliberales del PRI y del PAN, la plaga de los Salinas y los Zedillo, de los De la Madrid y los Fox, al servicio de un puñado insaciable de millonarios–, nos ha convertido en un país más débil, indefenso y hambriento que Haití, que apenas ocupa la mitad de una isla en el Caribe, o que la pobre Honduras, bananera sin bananas. ¿Por qué lo hemos permitido, por qué hemos tolerado que nos hicieran caer tan bajo? ¿Acaso nos equivocamos cuando salimos a las calles con banderas blancas a frenar la rebelión de los indios de Chiapas?
¿Por qué se alivian los que viven en mejores condiciones sanitarias? ¿Por qué han desatado la sicosis de que A/H1NI prefiere a los jóvenes entre 20 y 45? ¿Por qué nos hemos dejado convencer de ello si tampoco sabemos las edades de los muertos? Después de la campaña “López Obrador es un peligro para México”, después del fraude “haiga sido como haiga sido”, después de la violación de todas sus promesas empezando por la del empleo, después de la artificiosa guerra “contra” el narco para militarizar el país y tratar de afianzarse en el poder, a costa de la seguridad nacional junto con la de Estados Unidos, los mexicanos tenemos la claridad y la madurez necesarias para saber que Calderón es capaz de cualquier cosa: si un día se vistió de sargento para lanzar a las fuerzas armadas a una aventura trágica, ahora se pone la bata blanca de doctor para mantenernos en arresto domiciliario, sudando de pánico.
A raíz de esta gripe, dos nuevos objetivos aparecen en nuestra agenda ciudadana: exigir con todos los recursos a nuestro alcance que el “gobierno” (o lo que sea) entregue los nombres de los muertos, y movilizarnos por un cambio radical en materia de inversión para la investigación científica. Así como obligamos al espurio a construir una nueva refinería, ahora debemos luchar por nuevos laboratorios, y por la conservación de la filosofía, de la ética y de la estética entre las materias del bachillerato. ¡Basta, basta ya de una vez por todas, no soportemos un día más la tiranía de la ignorancia panista!
jamastu@gmail.com
Influenza Mentira por Víctor Hernández
01 de Mayo, 2009
El miércoles por la noche el ex-candidato presidencial panista, Felipe Calderón, apareció en cadena nacional para pedirle a la gente que no salga de vacaciones durante el puente del viernes primero al lunes cuatro de mayo. Insistió, además, en que la gente usara cubrebocas y en general siguó atizando el pánico colectivo que se ha destado gracias al mal manejo de la información por la influenza porcina que se ha dado en el país.
Ni dos horas habían pasado desde que Calderón hizo esa cadena nacional cuando el diario El País, de España, soltó otra bomba más que volvió a poner en evidencia al gobierno panista. El diario más importante de España publicó las declaraciones del director de epidemiología de la Secretaría de Salud y Asistencia federal, Miguel Ángel Lezana, en las que afirmó que nadie en la SSA usa cubrebocas porque los cubrebocas no son efectivos contra el contagio de la influenza.
Lezana explicó que los cubrebocas no son efectivos por su porosidad y porque el virus de la influenza porcina no puede vivir en el aire por más de unos segundos. Que el verdadero riesgo está en los objetos. Ya que si alguien contagiado de influenza esturnuda y la saliva cae en un objeto, es más probable que el virus se mantenga vivo por hasta 48 horas en el objeto.
Peor: Lezana admitió con todo el cinismo del mundo que el gobierno federal le estaba recomendando usar cubrebocas a la población "para que esté tranquila". A pregunta expresa de por qué la recomendación, Lezana dijo:
"Bueno, es más una demanda de la población. La gente se siente más segura llevándolas, más tranquila, y no les hace ningún daño."
¿Una demanda de la población? Válgame. Entonces al gobierno federal le parece que es más sabia y docta en epidemias de la histeria colectiva que sus propios epidemiólogos. Siendo ese el caso, tenemos entonces que en la SSA el PAN tiene a una bola de ineptos que en vez de darle tratamiento a la gente le da... pero el avión.
Para acabarla de fregar, el diario Los Angeles Times dio a conocer ayer una nota en la que revelaron que los científicos que estudian el virus de la influenza porcina está llegando al consenso de que la influenza estacional (la "normal" que la da a la gente todos los años) es más peligrosa que la influenza porcina."...Científicos que estudian el virus (de la influenza porcina) están llegando al consenso de que este cepa de la influenza--por lo menos en su forma actual--no está resultando ser tan fatal como las cepas que causaron algunas de las pandemias anteriores," dice la nota firmada por Karen Kaplan y Alan Zarembo.
"De hecho, la actual brote del virus H1N1, que emergió en San Diego y el sur de México a finales del mes pasado, tal vez no haga tanto daño como los brotes normales de infuenza que pasan cada invierno sin mucho escándalo."
¿Por qué entonces la insistencia del gobierno panista en llenar a la gente de miedo con esto de la influenza?
Con razón la gente ha estado enviando decenas de miles de emails tachando a esto de la influenza como "influenza mentira". Simple y sencillamente está llegando el punto en el que la gente, harta de tanta desinformación y alarmismo, ya no le cree nada al gobierno panista.PD: el mensaje para celular de hoy:
El Chapo, sexto más influyente del mundo, dice TIME. No votaré por el PAN ni por el PRI. Reenvía.
PD2: El mensaje para celular es cierto. Ayer la revista TIME dio a conocer su lista de 105 personas más influyentes del mundo y en sexto lugar está el Chapo Guzmán. A ver con que babosada salen ahora en el gobierno panista para tratar de tapar esa nueva balconeada por parte de la prensa de Estados Unidos.
PD3: Siguen los panistas de Nuevo León lucrando con la influenza. Por medio de un SPAM enviado por info@pannuevoleon.tv con el título "En Nuevo León ... queremos VIVIR sanos", miles de personas recibieron ayer un video en el que el PAN de Nuevo León hizo proselitismo con el tema de la salud. Al parecer, la salud de los mexicanos para lo único que le interesa a los panistas es para lucrar en campaña electoral
El miércoles por la noche el ex-candidato presidencial panista, Felipe Calderón, apareció en cadena nacional para pedirle a la gente que no salga de vacaciones durante el puente del viernes primero al lunes cuatro de mayo. Insistió, además, en que la gente usara cubrebocas y en general siguó atizando el pánico colectivo que se ha destado gracias al mal manejo de la información por la influenza porcina que se ha dado en el país.
Ni dos horas habían pasado desde que Calderón hizo esa cadena nacional cuando el diario El País, de España, soltó otra bomba más que volvió a poner en evidencia al gobierno panista. El diario más importante de España publicó las declaraciones del director de epidemiología de la Secretaría de Salud y Asistencia federal, Miguel Ángel Lezana, en las que afirmó que nadie en la SSA usa cubrebocas porque los cubrebocas no son efectivos contra el contagio de la influenza.
Lezana explicó que los cubrebocas no son efectivos por su porosidad y porque el virus de la influenza porcina no puede vivir en el aire por más de unos segundos. Que el verdadero riesgo está en los objetos. Ya que si alguien contagiado de influenza esturnuda y la saliva cae en un objeto, es más probable que el virus se mantenga vivo por hasta 48 horas en el objeto.
Peor: Lezana admitió con todo el cinismo del mundo que el gobierno federal le estaba recomendando usar cubrebocas a la población "para que esté tranquila". A pregunta expresa de por qué la recomendación, Lezana dijo:
"Bueno, es más una demanda de la población. La gente se siente más segura llevándolas, más tranquila, y no les hace ningún daño."
¿Una demanda de la población? Válgame. Entonces al gobierno federal le parece que es más sabia y docta en epidemias de la histeria colectiva que sus propios epidemiólogos. Siendo ese el caso, tenemos entonces que en la SSA el PAN tiene a una bola de ineptos que en vez de darle tratamiento a la gente le da... pero el avión.
Para acabarla de fregar, el diario Los Angeles Times dio a conocer ayer una nota en la que revelaron que los científicos que estudian el virus de la influenza porcina está llegando al consenso de que la influenza estacional (la "normal" que la da a la gente todos los años) es más peligrosa que la influenza porcina."...Científicos que estudian el virus (de la influenza porcina) están llegando al consenso de que este cepa de la influenza--por lo menos en su forma actual--no está resultando ser tan fatal como las cepas que causaron algunas de las pandemias anteriores," dice la nota firmada por Karen Kaplan y Alan Zarembo.
"De hecho, la actual brote del virus H1N1, que emergió en San Diego y el sur de México a finales del mes pasado, tal vez no haga tanto daño como los brotes normales de infuenza que pasan cada invierno sin mucho escándalo."
¿Por qué entonces la insistencia del gobierno panista en llenar a la gente de miedo con esto de la influenza?
Con razón la gente ha estado enviando decenas de miles de emails tachando a esto de la influenza como "influenza mentira". Simple y sencillamente está llegando el punto en el que la gente, harta de tanta desinformación y alarmismo, ya no le cree nada al gobierno panista.PD: el mensaje para celular de hoy:
El Chapo, sexto más influyente del mundo, dice TIME. No votaré por el PAN ni por el PRI. Reenvía.
PD2: El mensaje para celular es cierto. Ayer la revista TIME dio a conocer su lista de 105 personas más influyentes del mundo y en sexto lugar está el Chapo Guzmán. A ver con que babosada salen ahora en el gobierno panista para tratar de tapar esa nueva balconeada por parte de la prensa de Estados Unidos.
PD3: Siguen los panistas de Nuevo León lucrando con la influenza. Por medio de un SPAM enviado por info@pannuevoleon.tv con el título "En Nuevo León ... queremos VIVIR sanos", miles de personas recibieron ayer un video en el que el PAN de Nuevo León hizo proselitismo con el tema de la salud. Al parecer, la salud de los mexicanos para lo único que le interesa a los panistas es para lucrar en campaña electoral
Marchas en el DF y los estados pese a la emergencia sanitaria
México.- Los representantes del Frente Sindical Mexicano y maestros de la CNTE realizaron ayer, de manera aislada, protestas contra la política laboral del gobierno del presidente Felipe Calderón, a pesar de las disposiciones oficiales para cancelar eventos multitudinarios y evitar la propagación del virus de influenza humana.
Un total de 50 trabajadores del Sindicato de Electricistas y de la Alianza de Tranviarios montaron por la mañana una guardia de honor en el Ángel de la Independencia y colocaron en las escalinatas del monumento dos coronas con la leyenda “Secretaría del Trabajo y Previsión Social” .
El secretario general del SME, Martín Esparza, criticó las medidas que tomaron los gobiernos federal y local en materia laboral para combatir la epidemia de influenza, pues afectarán a los trabajadores, ya que no se les tomó en cuenta.
Dos horas después, pero ahora en el Zócalo, maestros disidentes efectuaron un mitin frente a Palacio Nacional, en el que reiteraron su rechazo a la Alianza por la Calidad de la Educación, y anunciaron que el próximo 8 de mayo presentarán una demanda laboral.
Consignas y pandemia
En tanto, el magisterio de Oaxaca y la Asamblea Popular de los Pueblos volvieron a tomar las calles lanzando nuevas consignas y haciendo referencia a la contingencia sanitaria.
Los profesores, algunos con tapabocas y otros encapuchados, dejaron entrever la posibilidad de que las protestas se radicalicen y fijaron como plazo el 15 de mayo para que haya una solución a sus reclamos, amenazando que podría repetirse el escenario de 2006.
En Morelia, la Organización Estatal Independiente de Padres de Familia y agremiados de la Asociación de Trabajadores del Estado de Michoacán se concentraron en el primer cuadro del estado.
Los líderes sindicales acusaron a la federación de utilizar la influenza como artimaña para “tapar” los problemas de crisis que enfrenta México.
Un total de 50 trabajadores del Sindicato de Electricistas y de la Alianza de Tranviarios montaron por la mañana una guardia de honor en el Ángel de la Independencia y colocaron en las escalinatas del monumento dos coronas con la leyenda “Secretaría del Trabajo y Previsión Social” .
El secretario general del SME, Martín Esparza, criticó las medidas que tomaron los gobiernos federal y local en materia laboral para combatir la epidemia de influenza, pues afectarán a los trabajadores, ya que no se les tomó en cuenta.
Dos horas después, pero ahora en el Zócalo, maestros disidentes efectuaron un mitin frente a Palacio Nacional, en el que reiteraron su rechazo a la Alianza por la Calidad de la Educación, y anunciaron que el próximo 8 de mayo presentarán una demanda laboral.
Consignas y pandemia
En tanto, el magisterio de Oaxaca y la Asamblea Popular de los Pueblos volvieron a tomar las calles lanzando nuevas consignas y haciendo referencia a la contingencia sanitaria.
Los profesores, algunos con tapabocas y otros encapuchados, dejaron entrever la posibilidad de que las protestas se radicalicen y fijaron como plazo el 15 de mayo para que haya una solución a sus reclamos, amenazando que podría repetirse el escenario de 2006.
En Morelia, la Organización Estatal Independiente de Padres de Familia y agremiados de la Asociación de Trabajadores del Estado de Michoacán se concentraron en el primer cuadro del estado.
Los líderes sindicales acusaron a la federación de utilizar la influenza como artimaña para “tapar” los problemas de crisis que enfrenta México.
Los trabajadores, en triple crisis
La conmemoración del Día Internacional del Trabajo, realizada ayer en diversas partes del mundo, tuvo en nuestro país un telón de fondo particularmente desalentador para los trabajadores y la población en su conjunto.
En los años recientes, la celebración del primero de mayo se ha vuelto el espacio propicio para las expresiones de repudio a la política económica neoliberal, vigente en el país desde hace más de dos décadas, que ha implicado, entre otras cosas, la caída sostenida del poder adquisitivo del salario, la aplicación de medidas de contención salarial por demás injustas, la desaparición de conquistas y derechos laborales y sociales, el “adelgazamiento del Estado” y la consecuente imposición de dietas presupuestarias para los organismos de seguridad social. Además, el desmantelamiento de mecanismos de bienestar, la apertura indiscriminada de los mercados, la liberalización de precios, la privatización de los bienes nacionales y la aplicación de una política fiscal clasista que privilegia a los potentados y se ensaña con los contribuyentes cautivos. La obediencia a estas directrices –del salinato al calderonismo– ha dejado un profundo deterioro de las condiciones de vida del común de la población, ha cancelado las perspectivas de movilidad social y ha colocado a los trabajadores en una suerte de crisis permanente desde hace más de cuatro lustros.
Ahora, además, el país y el mundo acusan los efectos de una crisis financiera que ha exhibido la naturaleza autodestructiva del neoliberalismo y arrojado a millones de personas a las filas del desempleo. Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), alrededor de 3.2 millones de personas podrían perder su trabajo en América Latina y el Caribe. El Banco de México (BdeM), al modificar sus proyecciones económicas para el presente año, previó una contracción del producto interno bruto entre 3.8 y 4.8 por ciento, lo que significa que buena parte de los despidos pronosticados por la OIT ocurrirán en nuestro país.
A estos dos procesos críticos habrá que añadir la postración económica que tendrá lugar en el país por efecto de la emergencia sanitaria por el brote de influenza humana, que pondrá a cientos o aun miles de pequeñas y medianas empresas en riesgo de desaparecer. Esta situación sigue sin ser atendida; hasta ahora autoridades federales y estatales sólo han exhibido su proverbial indolencia con respecto a la situación de los asalariados y sólo el Gobierno del Distrito Federal ha anunciado medidas orientadas a respaldar económicamente a las empresas y los trabajadores que acusen caídas en sus ingresos mientras dure la contingencia sanitaria.
Por lo demás, los trabajadores del país continúan padeciendo la ausencia de un movimiento obrero amplio y representativo: hoy, las centrales independientes de trabajadores se debaten sin liderazgos y propuestas; el país asiste a un refrendo del inveterado pacto corporativo con el charrismo sindical y a la continuación de expresiones de represión e injerencia gubernamental en los conflictos laborales en favor de los intereses patronales.
En suma, la situación es por demás hostil para los trabajadores del país, en la que se conjugan elementos nocivos de larga data con otros de reciente aparición, y en la que el denominador común es la falta de interés y de sensibilidad de las autoridades por atender las demandas y las necesidades de los asalariados y sus familias.
En los años recientes, la celebración del primero de mayo se ha vuelto el espacio propicio para las expresiones de repudio a la política económica neoliberal, vigente en el país desde hace más de dos décadas, que ha implicado, entre otras cosas, la caída sostenida del poder adquisitivo del salario, la aplicación de medidas de contención salarial por demás injustas, la desaparición de conquistas y derechos laborales y sociales, el “adelgazamiento del Estado” y la consecuente imposición de dietas presupuestarias para los organismos de seguridad social. Además, el desmantelamiento de mecanismos de bienestar, la apertura indiscriminada de los mercados, la liberalización de precios, la privatización de los bienes nacionales y la aplicación de una política fiscal clasista que privilegia a los potentados y se ensaña con los contribuyentes cautivos. La obediencia a estas directrices –del salinato al calderonismo– ha dejado un profundo deterioro de las condiciones de vida del común de la población, ha cancelado las perspectivas de movilidad social y ha colocado a los trabajadores en una suerte de crisis permanente desde hace más de cuatro lustros.
Ahora, además, el país y el mundo acusan los efectos de una crisis financiera que ha exhibido la naturaleza autodestructiva del neoliberalismo y arrojado a millones de personas a las filas del desempleo. Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), alrededor de 3.2 millones de personas podrían perder su trabajo en América Latina y el Caribe. El Banco de México (BdeM), al modificar sus proyecciones económicas para el presente año, previó una contracción del producto interno bruto entre 3.8 y 4.8 por ciento, lo que significa que buena parte de los despidos pronosticados por la OIT ocurrirán en nuestro país.
A estos dos procesos críticos habrá que añadir la postración económica que tendrá lugar en el país por efecto de la emergencia sanitaria por el brote de influenza humana, que pondrá a cientos o aun miles de pequeñas y medianas empresas en riesgo de desaparecer. Esta situación sigue sin ser atendida; hasta ahora autoridades federales y estatales sólo han exhibido su proverbial indolencia con respecto a la situación de los asalariados y sólo el Gobierno del Distrito Federal ha anunciado medidas orientadas a respaldar económicamente a las empresas y los trabajadores que acusen caídas en sus ingresos mientras dure la contingencia sanitaria.
Por lo demás, los trabajadores del país continúan padeciendo la ausencia de un movimiento obrero amplio y representativo: hoy, las centrales independientes de trabajadores se debaten sin liderazgos y propuestas; el país asiste a un refrendo del inveterado pacto corporativo con el charrismo sindical y a la continuación de expresiones de represión e injerencia gubernamental en los conflictos laborales en favor de los intereses patronales.
En suma, la situación es por demás hostil para los trabajadores del país, en la que se conjugan elementos nocivos de larga data con otros de reciente aparición, y en la que el denominador común es la falta de interés y de sensibilidad de las autoridades por atender las demandas y las necesidades de los asalariados y sus familias.
GDF: virus no ha dejado más víctimas fatales en las últimas horas
De ayer a hoy 21 personas fueron internadas con síntomas; a tres se les dio de alta por mejoría.
Notimex
Publicado: 01/05/2009 09:57
México, DF. El Gobierno del Distrito Federal (GDF) informó este viernes que en los hospitales capitalinos no se ha registrado en las últimas horas deceso alguno por influenza humana y se prepara para el periodo preventivo a fin de estabilizar la situación económica, laboral, de salud y educativa.
En conferencia conjunta, el secretario de Salud del Distrito Federal, Armando Ahued, precisó que de ayer a hoy han ingresado 21 pacientes con alguna sintomatología sospechosa de la influenza, tres de los cuales fueron dados de alta por mejoría.
Indicó que permanecen hospitalizados por problemas respiratorios 133 personas y hasta el momento se han atendido 65 mil 231 que se han acercado a la red hospitalaria, de ellos 38 mil 577 con alguna sintomatología respiratoria.
A través del programa Angel que recorre las diferentes colonias, se han detectado en domicilios particulares 51 casos de personas con problemas respiratorios que han sido evaluadas, en tanto que vía telefónica se han atendido 59 mil llamadas, de ellas 49 casos fueron canalizados a algún hospital.
Asimismo se han repartido 10 mil 500 trípticos, un millón 200 mil cubrebocas y se cuentan con 30 mil nuevos tratamientos con lo que se garantiza que se seguirá prestando el servicio.
Ahued Ortega pidió a la población guardar los cubrebocas en una bolsa de plástico o papel y depositarlo en los botes de basura y evitar tirarlos en la vía pública.
A su vez, el titular deñ GDF, Marcelo Ebrard Casaubon, resaltó la importancia de que no se haya presentado en las últimas horas ninguna defunción, y de iniciar un plan de reactivación y continuidad en instituciones educativas, actividades económicas, empleo, transporte, donde se debe considerar que por un periodo amplio seguirán las medidas preventivas.
Indicó que a partir de este viernes se repartirán en el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro 400 mil paquetes informativos sobre el virus de la influenza con jabón, cubrebocas y gel antibacterial, y este sábado se entregarán 500 mil.
El mandatario local explicó que los primeros 10 días de alerta el semáforo se pone en rojo y después inicia la fase amarilla de prevención, que aunque se empieza a estabilizar el número de casos y a no presentarse defunciones, se debe preparar para el rebote.
Por ello, subrayó, las medidas preventivas y el cuidado de la población infantil permanecerán por varias semanas.
En este sentido señaló que se determinará si el regreso a clases y a la actividad económica será el 6 de mayo, pero antes se hará limpieza en las instalaciones educativas, y se dará a conocer a los niños las medidas preventivas como el uso de cubrebocas y el lavado constante de las manos.
Destacó que este lunes instalarán el Consejo Ciudadano para preparar a la ciudad de México a la reactivación económica, educativa, de empleo, considerando un plan de continuidad de medidas precautorias, y de apoyo a las empresas.
Ebrard Casaubon puntualizó que la Cámara de Diputados aprobó recursos para apoyar la reactivación de los estados en esta contingencia y, en el caso de la ciudad de México, que aporta 21 por ciento del Producto Interno Bruto, resaltó, es importante esta ayuda.
Notimex
Publicado: 01/05/2009 09:57
México, DF. El Gobierno del Distrito Federal (GDF) informó este viernes que en los hospitales capitalinos no se ha registrado en las últimas horas deceso alguno por influenza humana y se prepara para el periodo preventivo a fin de estabilizar la situación económica, laboral, de salud y educativa.
En conferencia conjunta, el secretario de Salud del Distrito Federal, Armando Ahued, precisó que de ayer a hoy han ingresado 21 pacientes con alguna sintomatología sospechosa de la influenza, tres de los cuales fueron dados de alta por mejoría.
Indicó que permanecen hospitalizados por problemas respiratorios 133 personas y hasta el momento se han atendido 65 mil 231 que se han acercado a la red hospitalaria, de ellos 38 mil 577 con alguna sintomatología respiratoria.
A través del programa Angel que recorre las diferentes colonias, se han detectado en domicilios particulares 51 casos de personas con problemas respiratorios que han sido evaluadas, en tanto que vía telefónica se han atendido 59 mil llamadas, de ellas 49 casos fueron canalizados a algún hospital.
Asimismo se han repartido 10 mil 500 trípticos, un millón 200 mil cubrebocas y se cuentan con 30 mil nuevos tratamientos con lo que se garantiza que se seguirá prestando el servicio.
Ahued Ortega pidió a la población guardar los cubrebocas en una bolsa de plástico o papel y depositarlo en los botes de basura y evitar tirarlos en la vía pública.
A su vez, el titular deñ GDF, Marcelo Ebrard Casaubon, resaltó la importancia de que no se haya presentado en las últimas horas ninguna defunción, y de iniciar un plan de reactivación y continuidad en instituciones educativas, actividades económicas, empleo, transporte, donde se debe considerar que por un periodo amplio seguirán las medidas preventivas.
Indicó que a partir de este viernes se repartirán en el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro 400 mil paquetes informativos sobre el virus de la influenza con jabón, cubrebocas y gel antibacterial, y este sábado se entregarán 500 mil.
El mandatario local explicó que los primeros 10 días de alerta el semáforo se pone en rojo y después inicia la fase amarilla de prevención, que aunque se empieza a estabilizar el número de casos y a no presentarse defunciones, se debe preparar para el rebote.
Por ello, subrayó, las medidas preventivas y el cuidado de la población infantil permanecerán por varias semanas.
En este sentido señaló que se determinará si el regreso a clases y a la actividad económica será el 6 de mayo, pero antes se hará limpieza en las instalaciones educativas, y se dará a conocer a los niños las medidas preventivas como el uso de cubrebocas y el lavado constante de las manos.
Destacó que este lunes instalarán el Consejo Ciudadano para preparar a la ciudad de México a la reactivación económica, educativa, de empleo, considerando un plan de continuidad de medidas precautorias, y de apoyo a las empresas.
Ebrard Casaubon puntualizó que la Cámara de Diputados aprobó recursos para apoyar la reactivación de los estados en esta contingencia y, en el caso de la ciudad de México, que aporta 21 por ciento del Producto Interno Bruto, resaltó, es importante esta ayuda.
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