martes, 8 de agosto de 2017

FAROLITO DE LA CALLE .- Helioflores

Constancia-Hernández

Entre la corrupción y la impunidad

Compitiendo con los saldos de la inseguridad, diariamente sabemos de las imputaciones sobre quién roba más, qué se hacen entre sí funcionarios de todos los niveles. Saquean los dineros públicos tirándose con el excremento de esa corrupción. Y hacen como que se limpian, pero despiden ese hedor a ladrones. Las mutuas acusaciones ponen al descubierto lo que era un secreto a voces: que nuestros politiquillos no han dejado de robar desde que el alemanismo se implantó y se creó el instrumento pionero de las corruptelas: el Partido Revolucionario Institucional; disfrazado con los colores de la Bandera Nacional para simular un patriotismo y nacionalismo depravados. No ha habido un gobernador que no se haya embarrado de esa peste, junto con sus familias. De Miguel Alemán Valdés a Enrique Peña Nieto son más de 70 años de esa descomposición donde sus beneficiarios excepcionalmente pisan la cárcel. Antes bien, son exonerados.
El peñismo es otra cara del alemanismo; son el alfa y el omega de la posrevolución devenida contrarrevolución con la punta de lanza del neoliberalismo económico creador del empobrecimiento masivo de la nación, a partir del período sangriento del depredador Carlos Salinas de Gortari, quien carga con los homicidios políticos de Colosio y Ruiz Massieu; la hija de éste sacando raja, aunque degradada de Relaciones Exteriores a empleada de segundo de abordo de Ochoa Reza quien, con Peña, festejó los 88 años del priísmo anunciando que no se dejarán quitar el poder ni por los votos en las urnas, al grito-divisa de “¡matanga dijo la changa!”.
Peña llegó por la corrupción, y corruptor advierte que al precio de esta perversión heredará el desvencijado trono sexenal. En la fotografía de la reportera Yasmín Ortega (La Jornada, 5 de marzo de 2017), aparece Peña ante sus dinosaurios Gamboa Patrón y Ochoa Reza con pose de boxeador sin guantes, cerrando los puños para demostrar que su PRI está en la pelea; declarando que “nunca pactará su derrota el PRI”. Y en verdad ese priísmo, derrotado ya, no tiene por qué negociar su final, ante el avance de la oposición de centro-izquierda, la caída del PAN, un desdibujado PRD y el resto de los semipartiditos que no podrán ser salvavidas ni de sí mismos.
Y es que éstos también tienen el excremento de la corrupción en la boca, como cómplices de los despojos a la nación. Todos se reparten el patrimonio de los mexicanos como botín; y extorsionan y sobornan a lo descarado (Israel Covarrubias, La corrupción a debate: bibliografía comentada, revista Metapolítica; Enero-febrero, 2006). Y mientras, la democracia directa ha recurrido al populismo para atajar esa corrupción que embarra al sistema (y al régimen, porque se ha pervertido todo mecanismo de representación política). Y esa descomposición nos arrastra en “continuo retroceso hacia lo peor… comienza justamente ahora una época de retroceso” (Immanuel Kant, El conflicto de las facultades). Los mexicanos saben que el estado de derecho está cancelado como medio y fines de la política democrática. Y sólo hay ingobernabilidad, crisis económica y ladrones en los cargos públicos dedicados al robo, pues la impunidad los mantiene a salvo.
Hay rateros en todos los órdenes de gobierno. En la Suprema Corte, donde imparte “justicia” a modo (por ejemplo, para favorecer las represiones de Eruviel en el Estado de México). Rateros en Pemex, en la CFE (cuyo anterior director: Ochoa Reza tiene concesiones en Nuevo León). En las presidencias municipales, cuyos titulares son socios de los narcotraficantes. En las cárceles, donde los presos con dinero hacen túneles para “escapar”. Está la Barrales del PRD, con departamentos en Miami. El panista Anaya con lujosa casa, que alquila en otro lugar estadounidense, dizque para que sus hijos aprendan inglés. No escapa a la corrupción ni el PRD ni el PAN ni el PRI ni los del PVEM. Ni en el Panal. Por esas raterías están presos: la maestra Gordillo, el panista Padrés. Pero libres Medina, Borge y el candidato ahora a presidente municipal: el peñista ¡Humberto Moreira! Angélica Rivera y su esposo Enrique Peña, exculpados por lo de la “casa blanca” y millonarios desde que fueron gobernantes mexiquenses.
Se descobijan, pues, y muestran al desnudo que son cacos, ladrones, saqueadores. Esto es, con todo, un avance. Ya están en la lista de los que roban. Y sólo falta llevarlos ante una PGR, donde no “cantan mal las rancheras” en tono de corrupción, junto con no pocos jueces, magistrados y ministros que se corrompen encubriendo y dando resoluciones para favorecer a los otros funcionarios.
Encontrar un funcionario honrado es buscar una aguja en un pajar. Pues de Alemán a Peña, los presidentes de la República han robado asociados con amigos y familiares. Los desgobernadores roban con sus grupos al estilo de Javier Duarte, al cual esperemos no le “paguen” los millones invertidos en la campaña electoral peñista. Y aparece el Programa Anticorrupción, con el mensaje aparente de que “prometer no empobrece”. Pues ante tanta corrupción económica, política y empresarial (¡Larrea, con sus minas!), su legislación no será retroactiva. Partiremos de cero no obstante tanto ladrón exhibido por todo el país, cuyo número ronda los 15 mil. Le han robado al pueblo. Y no quieren populismo, como la venganza contra tanto corrupto.
En la Ciudad de México donde mandan los hermanos Serna por órdenes de Mancera, también anida la corrupción. Como antes con Ebrard. Nada les harán pues la impunidad salva a perredistas, panistas, priistas y verdes. Qué bueno que se descobijen unos a otros. Así es como nos enteramos de lo que han acumulado como producto de sus raterías. Ya sabemos quiénes son los ladrones y cuánto han robado, pero la Fiscalía Anticorrupción –a la luz de “más vale tarde que nunca”– no se dará tiempo para pescar a tanto ratero que ha sido cubierto con la impunidad.
Álvaro Cepeda Neri

Instrucciones para ver noticias-Fisgón

Fox acepta que acordó darle la espalda a Josefina y apoyar a EPN en 2012 “por las reformas”

En una entrevista con los periodistas Stephent Woodman y Duncan Tucker, para Viva México, el ex Mandatario dijo que “Tenía un acuerdo con él, lo apoyé contra el candidato de mi partido y lo hice porque él se comprometió conmigo a mover dentro del PRI reformas a favor de México”, aseguro el ex Presidente de México.


Ciudad de México, 8 de agosto (SinEmbargo).- Vicente Fox Quesada aceptó que en las eleciones presidenciales del 2012 acordó con el entonces candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Peña Nieto, brindarle todo su apoyo para vencer a la candidata de su partido, Josefina Vázquez Mota, si promovía reformas a favor de México.
“Tenía un acuerdo con él, lo apoyé contra la candidata de mi partido y lo hice porque él se comprometió conmigo a mover dentro del PRI reformas a favor de México”, aseguro el ex Presidente de México.
En una entrevista para Viva México, espacio virtual de “noticias y opiniones sobre México en la era de Trump” que dirigen los periodistas Stephent Woodman y Duncan Tucker, Fox explicó que el actual Presidente de México prometió mover al país con tres reformas: la educativa, la fiscal y la energética.
Aunque Vicente Fox reconoció que el Gobierno de Peña Nieto “no lo está haciendo muy bien”, pues la corrupción y la violencia es “un cáncer” que sigue creciendo en el país.
En 2012, durante el periodo electoral por la presidencia de México, Fox Quesada se pronunció en diversas ocasiones a favor de Enrique Peña Nieto, al llamar a cerrar filas en torno al candidato que encabezaba las preferencias electorales.
“México no puede permanecer otros seis años de confrontación y jaloneo entre la clase política”, dijo en ese momento.
En la entrevista de más de 24 minutos difundida ayerFox dio su opinión sobre Donal Trump, a quien considera “realmente estúpido”, así cómo sobre la legalización del consumo de drogas como medida para poner fin a la violencia de cárteles.
Además, reiteró su desacuerdo sobre la candidatura de Andrés Manuel López Obrador rumbo al 2018, pues lo considera un “líder mesiánico”, “demagógico” y similar a Fidel Castro, en Cuba, o a Hugo Chávez y Nicolás Maduro, en Venezuela.

PRI: Asamblea Meade .- Julio Hernández López

 Predestape o engañifa
 Morena, Gómez y el Pacto
 SRE: ‘‘ahorros’’ 2018

Foto
PROTESTAS EN CHIAPA DE CORZO. Habitantes de esa localidad chiapaneca se manifestaron ayer contra la visita del presidente Enrique Peña Nieto, quien encabezó la conmemoración del Día Internacional de los Pueblos IndígenasFoto Jesús Maza
E
l próximo sábado se realizará la plenaria de la 22 Asamblea Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuyo objetivo parece ya encarrilado: la eliminación de ‘‘candados’’ estatutarios que hasta ahora impiden la participación abierta, en candidaturas, de simpatizantes o personajes ‘‘externos’’. De aprobarse lo que a estas alturas se considera ‘‘planchado’’, el mensaje de esa asamblea de burocratismo partidista será que el actual secretario de Hacienda, José Antonio Meade (pronúnciese ‘‘mid’’) Kuribreña (quien no tiene militancia en ningún partido), podría ser el abanderado presidencial del PRI.
Aun cuando no provocan conmoción social ni la citada asamblea ni su presunto beneficiario inmediato, el desenlace tendrá importancia porque prefigurará el tipo de apuesta que estará dispuesto a lanzar el actual ocupante de Los Pinos, cuyo demérito en el ejercicio del poder le ha llevado a la peor estima pública hasta ahora registrada para ese tipo de cargos.
Enrique Peña sólo podrá transferir al próximo candidato presidencial priísta el portafolio oscuro de inversiones de dinero público y privado y de manipulación de instituciones, al estilo del estado de México con el PRImazo Alfredo del Mazo, y deberá evitar hasta donde le sea posible que ese abanderado priísta sea contaminado mortalmente por la imagen del propio Peña Nieto y del partido de tres colores.
En esa estrategia de necesario alejamiento, de distanciamiento por motivos de salud, encaja la posibilidad de Meade, quien, como funcionario, ha estado al servicio de los gobiernos de Vicente Fox y de Felipe Calderón, al igual que ahora con Peña Nieto. Es, con su expediente récord de carteras de gabinete ocupadas, el más panista o el menos priísta (sin ser militante de ningún partido) de los posibles candidatos que puede presentar el PRI, según el cristal que se escoja para mirar el asunto. Ideal para posibilitar los acuerdos cupulares que pretenden mantener el poder por medio de uno u otro partido, el PAN o el PRI.
Y, sin embargo, aprobados que fueran los cambios en los estatutos del Revolucionario Institucional, y abierto el camino para que Meade sea proclamado candidato (en Hacienda aseguran que el actual director de Pemex, José Antonio González Anaya, concuño de Carlos Salinas de Gortari, está en abierta preparación para entrar al relevo), el gran dedo elector podría extender el suspenso e incluso, en esos giros extraños que pueden darse cuando la decisión depende de una voluntad afectada por la inminente pérdida del poder, cambiar de sentido y haber aprovechado el fantasma Meade como medida distractora.
Una de las corrientes al interior del PRD, denominada Patria Digna, decidió dar un paso que le coloca virtualmente fuera de esa organización, al anunciar que apoyará a Andrés Manuel López Obrador. No es ni ha sido nunca una corriente política influyente o decisiva en el partido del sol azteca, y su reducida membresía aportará al virtual candidato presidencial de Morena en 2018 más ruido que nueces.
Ese ruido mediático se centra hoy no en el directivo de dicha corriente de opinión, Carlos Sotelo, sino en las figuras de Leonel Godoy, quien fue presidente nacional del PRD y gobernador de Michoacán, cuadro siempre cercano a Cuauhtémoc Cárdenas, y de Pablo Gómez, también ex dirigente nacional del sol azteca, quien ha desarrollado una larga carrera como legislador federal y ha sido representante ante el otrora Instituto Federal Electoral; siempre un vigoroso polemista.
En particular, el apoyo de Pablo Gómez trae a colación el papel jugado desde el PRD en apoyo al Pacto por México, factor específico que fue planteado por López Obrador como causa inevitable de ruptura con el sol azteca. Gómez fue miembro del consejo rector de ese pacto (hecho enaltecido por la propia corriente que ahora se distancia del Partido de la Revolución Democrática, aunque en esa fecha se denominaba Democracia Social), cuyos términos ha defendido en lo general, a diferencia del morenismo que los considera una suerte de traición a la Patria.
El 2 de julio de 2015, Gómez publicó lo siguiente en el portal de Aristegui Noticias: ‘‘Sí, el Pacto por México contribuyó al desprestigio del PRD, pero principalmente debido a la torpeza de la dirección de ese partido en la forma en que fue firmado y por la falta absoluta de discusión previa e, incluso, de debate posterior. Si alguien tiene necesidad de apegar sus razonamientos a los hechos concretos, podría leer el pacto y comprobar que esas reformas ahí enunciadas, en su mayoría, siguen siendo necesarias y forman parte de las propuestas progresistas del país. Ojalá se lograran ahora o mañana bajo el gobierno que fuera. Sigue habiendo en la izquierda, en efecto, un conflicto con la democracia a pesar de los años y la experiencia’’ (https://goo.gl/K2y8Qh).
Golpe de fin de sexenio dirigido al personal del Servicio Exterior Mexicano: conforme al oficio OMR/03192, firmado por María Fernanda Casanueva, oficial mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), ‘‘el otorgamiento de recursos relativos a gastos de instalación, con motivo de cambios de adscripción, se otorgará de conformidad con la percepción del rango correspondiente que resulte de menor importe, ya sea de la representación de origen o de la representación de destino’’.
El cónsul de México en Idaho, Celso H. Delgado (quien fue gobernador de Nayarit), además de recordar a la SRE que ‘‘esa cancillería ya tenía contemplado dicho rubro en su presupuesto’’, menciona que la intención de ajustar a la baja los gastos de traslado ‘‘pudiese contradecir la acción de que en conflicto de leyes se buscará siempre lo que mejor convenga al trabajador’’, conforme a la vigente Ley Federal del Trabajo. Por su parte, el embajador Enrique A. Romero, jubilado luego de 41 años de servicio, comentó en Twitter: ‘‘Mal por la SRE. Si van de Honduras a Inglaterra no les alcanzará para mucho’’. Otros comentarios se centraron en la sospecha de que el secretario (Luis) Videgaray trata de hacer ahorros para usos electorales en 2018.
Y, mientras Los Pinos escribe: ‘‘Al 2018 rogando, y con Del Mazo dando’’, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero

En tiempo y forma-Hernández

Carta de Jaime Avilés a Carmen Aristegui


Carta a Carmen Aristegui
Por: Jaime Avilés (@Desfiladero132)
21 de marzo 2015.- Querida Carmen: Contra todo pronóstico, el golpe que derribó a Julio Scherer García de la dirección general de Excélsior, el 8 de julio de 1976, inauguró uno de los ciclos más luminosos en la historia del periodismo mexicano.
Scherer fundó el semanario ProcesoOctavio Paz la revista VueltaManuel Becerra Acostael diario unomásunoEnrique Flores CanoNexosMiguel Ángel Granados Chapa, Humberto Musacchio, Samuel del Villar, Óscar Wong y los estudiantes universitarios de La Guillotina emprendieron proyectos menos duraderos.
Vela que ardió por las dos puntas, unomásuno revolucionó todos los géneros y fue único e irrepetible, pero se derritió pronto y hoy no lo sobrevive ni el recuerdo de su prestigio.Fue tan grande el vacío que dejó aquel tabloide, que sus lectores y sus periodistas se asociaron simbólicamente y pusieron en circulación La Jornada, bajo la batuta de Carlos Payán, que en 1996 tomó Carmen Lira.
Al amanecer de la década de los noventa, en plena consolidación de la rapiña neoliberal, se produjo un hecho insólito: El Financiero, de Rogelio Cárdenas, adoptó una postura crítica, verdaderamente feroz, hacia el gobierno de Salinas de Gortari, y la mantuvo hasta que la devaluación de diciembre de 1994 lo obligó a claudicar.
Durante el tramo final de los setenta fueron célebres las crónicas audiovisuales de los reporteros y camarógrafos de Canal 13 –entonces todavía parte de la televisión pública– grabadas en los frentes de guerra de Nicaragua, donde casi en vivo y en directo nos mostraron el derrumbe de la dictadura de Somoza.
Los programas informativos de Radio Educación y Radio UNAM, a pesar de sus modestos alcances, ampliaron las opciones del auditorio crítico. Y en el espectro de las bandas comerciales, poco a poco se fue haciendo notoria la voz de José Gutiérrez Vivó. Luego apareció en el firmamento la pequeña y solitaria estrella de Carmen Aristegui, que hoy es punto de referencia obligatorio.
El periodista Julio Scherer García después de entrevistar a Mao en Pekín.
El periodista Julio Scherer García después de entrevistar a Mao en Pekín.
Hoy disponemos en abundancia de elementos documentales para demostrar que tras la caída y el inmediato resurgimiento de Julio Scherer, en 1976, la prensa mexicana tuvo un esplendor tan fulgurante como el que alcanzó durante la época de Benito Juárez y Sebastián Lerdo, que se prolongó heroicamente hasta bien avanzado el Porfiriato.
Sin ser demócratas, ni mucho menos, Juárez y Lerdo fueron respetuosos de la prensa disidente porque ésta les resultaba funcional para su proyecto político. López Portillo hizo lo propio básicamente por lo mismo. En ambos casos, valga decir, en ambos siglos, los periodistas disfrutaron de condiciones favorables para su trabajo, hasta que sendos proyectos políticos se desmoronaron.
Porfirio Díaz tomó por asalto la Presidencia de la República en noviembre de 1876, exactamente un siglo antes de que saliera a la venta el primer número de Proceso. No obstante, los periodistas comprometidos con la libertad de expresión, los que no aceptaron sobornos, subsidios ni cargos a cambio de sus elogios o de su silencio, enfrentaron acusaciones penales y demandas económicas, sufrieron amenazas, golpizas, encarcelamientos, destierros y asesinatos.
A la izquierda, FCH con la banda presidencial que le entregó Fox. Al centro, la banda modificada. A la derecha, con la banda que recibió de Calderón.
A la izquierda, FCH con la banda presidencial que le entregó Fox. Al centro, la banda modificada. A la derecha, con la banda que recibió de Calderón.
Más de cien años después, las cosas no son distintas. El ciclo luminoso del periodismo mexicano del siglo XX, que se prolongó hasta los primeros años del XXI, empezó a cerrarse con el golpe de Estado que sentó a Calderón en Los Pinos y concluyó con el relevo, no menos trágico ni fraudulento, de Peña Nieto, a quien si te fijas bien, el señor de las narcofosas le entregó una banda presidencial con los colores invertidos: el rojo de la sangre expuesto y bien visible junto a la yugular, mientras el blanco de la cocaína y el verde de los narcodólares quedan abajo.
Peña la sigue usando. Entiendo que toda alteración de los símbolos patrios sin permiso del Congreso constituye un delito, pero en este caso sospecho que estamos ante un pacto secreto entre ambos dictadores. Quizá con tu gran equipo de investigadores logres averiguarlo.
Pese a que el país vive los tiempos más aciagos desde la tiranía de Victoriano Huerta y las guerras civiles que se sucedieron después, muchas y muchos periodistas mantienen su compromiso con la defensa de la libertad de expresión y sufren golpizas (como Karla Janet Silva, en Silao), encarcelamientos injustos (como el de Pedro Canché, en la prisión municipal de Carrillo Puerto), de Quintana Roo), destierros (como el de Gutiérrez Vivó, refugiado en Estados Unidos), y homicidios como los que acabaron con la vida de Regina Martínez, corresponsal de Proceso en Xalapa, de Moisés Sánchez, el reportero taxista de Medellín, Veracruz, y tantos y tantas y tantas y tantos más.
Moisés Sánchez asesinado en Veracruz y Karla Silva, golpeada en Guanajuato.
Moisés Sánchez asesinado en Veracruz y Karla Silva, golpeada en Guanajuato.
Carmen Aristegui: te escribo con la certeza absoluta que el golpe que te expulsó del noticiero radiofónico más atendido e influyente del país, abrirá un nuevo ciclo luminoso en la historia del periodismo mexicano.
Ante la tristísima evidencia de que los diarios y las revistas de papel están en vías de extinción, la batalla por un periodismo libre, independiente y crítico, a la que antenoche convocaste, Carmen, se dará en los medios electrónicos, y luchará contra la televisión basura y las y los levantacejas a sueldo del crimen organizado que no es otro que el gobierno, y los magnates que usurpan en el radio el espacio que le pertenece al pueblo.
Te escribo esta carta a nombre de Polemón. ¿Eskiusmi?, te habrás preguntado cuando leíste el título de mi gustada y disgustada columna en su entrega de hoy. Pues mira, te cuento: Polemón es el diminuto portal electrónico que hoy abre sus puertas, y del que me haré cargo al frente de un equipo de profesionales del oficio más hermoso del mundo, donde a su vez participarán artistas de todas las disciplinas, que poco a poco se irán incorporando.
De hecho, a partir de hoy, Desfiladero ya no será un blog más, perdido como una sardina en el océano, sino una sección fija de Polemón. Y como un regalo para ti y para los colegas de Mexicoleaks, Polemón te entrega la copia de un convenio suscrito entre la Secretaría de Educación (Sedu) del Gobierno del Distrito Federal y la Fundación Sebastián, que ampara trabajos nunca realizados pero pagados “en dos exhibiciones” por un valor total de 2 millones 240 mil pesos.
Es indignante que mientras el regente Mancera trata de recortarle 150 millones a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, la Sedu le obsequie 2 millones y pico a un maquilador de monumentos horrorosos, que goza de excelente salud financiera. Esta, querida Carmen Aristegui, es la nota “de ocho” del número inaugural de Polemón, un barquito que despliega sus velas y dirige la proa hacia las negras tormentas donde sin duda pronto habremos de encontrarnos.
Para despedirme quiero citar un párrafo de la famosa carta que Víctor Hugo le escribió a Benito Juárez el 20 de junio de 1867: “Usted llevó a cabo una guerra de gigantes, combatiendo a golpes de montaña”.
Te abrazo con rabia. Jaime Avilés.

Muere 'Rius', maestro de ‘moneros’


Ciudad de México. El referente cultural del país, maestro informal de muchos mexicanos, el más entrañable de los caricaturistas y formador de conciencias, el historietista Eduardo del Río (Zamora, Michoacán, 1934), mejor conocido como Rius, murió a los 83 años en Tepoztlán, Morelos.

Eduardo del Río figuró entre los máximos exponentes de la caricatura mexicana e hizo del humor una forma de vida, se trazó un objetivo y lo cumplió: cultivar la caricatura. Por ello en cada uno de sus libros de historietas rompió con la solemnidad para abordar con humor temas de filosofía, capitalismo, marxismo, historia, religión y hasta nutrición vegetariana.
Durante más de cinco décadas orientó, divirtió y formó a miles de vegetarianos y ateos; también politizó a muchos mexicanos con sus historietas Los supermachos y Los agachados.
Elena Poniatowska considera a Rius como uno de los grandes educadores de México del siglo XX, mientras Carlos Monsiváis dijo en su momento que en el país existen tres secretarías de educación: la SEP, Televisa y Rius.
A Eduardo del Río, quien se inició involuntariamente como católico –después fue seminarista, burócrata, embotellador, vendedor de jabón, office boy, encuadernador, cajero, profesor sin títulos y enterrador en Gayosso–, le gustaba ver la vida “con humor y optimismo. No siempre es posible pero se hace la lucha. Los mexicanos no le damos tanta importancia a las cosas serias de la vida; lo que más nos critican es que somos una bola de irresponsables que llegamos tarde a todas partes, pero creo que es una forma de vida que deberían envidiarnos los extranjeros.
Sus colegas El Fisgón, Hernández y Trino lo describieron como “genio incomprendido, obispo fracasado y eterno curioso”, descubrió que mediante el humor los lectores comprenden mejor temas religiosos, filosóficos y de sexualidad.
Entre los más de cien libros que Rius publicó figura el Manual del perfecto ateo, con el cual se ganó la excomunión.

Jaime Avilés falleció

Jaime Avilés falleció

Redacción (@revistapolemon)
Con un dolor que, de tan fuerte que traemos, no sabemos explicar, Polemón, revista mensual que sale todos los días a veces, informa a todos sus amigos y lectores que Jaime Avilés Iturbe, nuestro director general, murió esta madrugada en la Ciudad de México.
Su hija, Juncia Avilés, nos informó que su papá había fallecido después de un día de incomodidades y dolores.
El 26 de junio del presente año, nuestro director general, Jaime Avilés, fue sometido a una cirugía: le extrajeron un tumor de la cabeza. La operación, fue un éxito. Después de analizarse el tumor extraído, supimos que tenía un cáncer en el pulmón, el cual se había extendido al cerebro.
Días después, Jaime fue trasladado a Instituto Nacional de Cancerología. Ahí se le hicieron estudios y el diagnóstico que se había hecho en el hospital privado fue confirmado. Jaime estuvo varios días en Cancerología, hasta que los médicos decidieron darlo de alta. Fue a sesiones de raditerapia y hace apenas unos días recibió el primer tratamiento de quimioterapia.
Él estaba dando la batalla con mucha fuerza, pero las fuerzas de las enfermedades desgraciadamente eran muy poderosas.

El periodista y director de Polemón, Jaime Avilés. Foto: Jorge Gómez Naredo
Avilés nació en 1954, y fue reportero y columnista de los diarios Unomásuno y La Jornada y del semanario Proceso.
Cultivó la crónica, género que sin duda manejaba con soltura y del cual fue un maestro. De ello dan testimonios sus libros La Rebelión de los maniquíes (Grijalbo) y Los manicomios del poder (Debate), y cientos de textos que publicó a lo largo de su vida en la prensa. Carlos Monsiváis lo incluyó en su antología de crónica mexicana A ustedes les consta, en la que recopiló textos de los que a su parecer fueron los mejores cronistas en los últimos dos siglos.
Hace unos días, Humberto Musacchio indicó sobre Jaime: “participó en uno de los talleres literarios Punto de Partida, de la UNAM, precisamente en el coordinado por el ecuatoriano Miguel Donoso Pareja, donde fue compañero de Juan Villoro, José Joaquín Blanco y otros escritores que han ganado sitio en el mundillo de las letras”.
Cubrió el alzamiento zapatista en 1994, y conoció como poco sus entrañas. Junto con Gianni Minà, escribió Marcos e l’insurrezione zapatista.
Nuestro director general publicó dos versiones de una novela sobre el alzamiento zapatista Nosotros estamos muertos (Grijalbo) y Adiós cara de trapo (UACM).Su obra ha sido traducida al francés y al italiano.

El periodista y director de la Revista Polemón, Jaime Avilés. Foto: Especial
En 2012 publicó el libro AMLO: vida privada de un hombre público (Grijalbo), que se ha convertido en un referente para quienes desean conocer de cerca a Andrés Manuel López Obrador y explicarse el porqué de su empeño para transformar a México.
Elena Poniatowska escribió que, para hacer sus crónicas, Jaime “sabía moverse en los cinturones de miseria y en el hacinamiento de los miserables”. Por su parte, Carmen Aristegui, en alguna ocasión, indicó que su pluma era “fantástica, con una estupenda carga literaria”.
En la Enciclopedia de la Literatura en México, es presentado como “dramaturgo, periodista, narrador y cronista. Ha sido marinero, actor de carpa, activista político y criador de conejos”.
Jaime, además escribió sketches de teatro, y en mucha de sus obras participaba como actor.
Jaime Avilés será velado por sus familiares y amigos a partir de las 1:00 de la tarde en laFuneraria J. García López ubicada en la avenida Miguel Ángel De Quevedo no. 483, en la colonia Romero Terreros de la Delegación Coyoacán.

En su día, indígenas repudian visita de Peña a Chiapas y los reprimen con gas lacrimógeno

El repudio contra Peña en Chiapas. Foto: Especial

CHIAPA DE CORZO, Chis. (apro).- Con protestas y enfrentamientos con la policía, pobladores de esta ciudad colonial recibieron al presidente Enrique Peña Nieto en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas.
Unos 500 hombres y mujeres se movilizaron con pancartas y consignas en las principales calles del centro del este pueblo mágico para manifestar su rechazo a la visita del mandatario federal, quien llegó a la Unidad Deportiva en compañía del gobernador Manuel Velasco Coello.

Desde antes de la llegada de Peña Nieto, los manifestantes sostuvieron varios choques con palos y piedras contra la policía, misma que respondió con gases lacrimógenos. La iglesia repicaba la campana para llamar a más pobladores.
Los inconformes con la visita del presidente de México se congregaron en el recién rehabilitado exconvento de Santo Domingo, un edificio arquitectónico del Siglo XVI que sirve de museo, sala para talleres artesanales, sala de exposiciones y conciertos.
Uno de los argumentos que movilizó a los chiapacorceños es la supuesta entrega de éste y otros monumentos históricos “a la Banamex”. Sin embargo, City-Banamex aclaró a Apro que no tiene nada que ver con esas versiones que circularon en la ciudad. Además, se deslindó de la supuesta entrega-recepción de estos monumentos históricos recientemente remodelados.
Aunque se anunció que después de su encuentro con los pueblos indígenas en Chiapa de Corzo, Peña Nieto recorrería las calles de esa ciudad colonial y supervisaría la rehabilitación de algunos monumentos históricos, al final el presidente sólo llegó, saludó a todos de mano en su camino y al final abandonó el lugar a bordo de un helicóptero.
En el acto, miles de mujeres vitorearon al mandatario federal con cantos como: “¡A la víbora, víbora de la mar, de la mar, por aquí puede pasar, adelante Peña Nieto y las mujeres van atrás!” y “¡Peña amigo, el pueblo está contigo!”. La mayoría de las asistentes eran beneficiarias del programa federal gubernamental Prospera de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y del programa estatal Bienestar para la Familia.
Mientras ellas echaban porras, junto a la iglesia de Santo Domingo de Guzmán el choque entre la Policía y los manifestantes no paraba. Algunos denunciaron el intento del ingreso de los uniformados al templo donde muchos pobladores se refugiaron tras la refriega. Palos y piedras fueron lanzados a los policías, pero éstos respondieron con gases lacrimógenos.

Escándalos de Luis Mendoza Acevedo