Contralínea
En el último trienio del gobierno de López Obrador, los políticos y empresarios que se oponen a su proyecto de gobierno recrudecerán sus estrategias para intentar debilitar el capital político del presidente, considera el doctor Zaragoza Martínez. Para el académico de la UNAM, los grupos de interés buscarán que el próximo gobernante de México no dé continuidad a las políticas de la 4T
Con la segunda etapa del mandato de Andrés Manuel López Obrador va a haber un recrudecimiento de la estrategia que encabezan políticos y empresarios opositores al proyecto de gobierno de la llamada cuarta transformación, con el objetivo de debilitar el capital político del presidente, considera el profesor-investigador Mario Alberto Zaragoza Martínez.
El comunicólogo y doctor en ciencias políticas y sociales explica a Contralínea que, como hasta ahora sus campañas de desprestigio no han tenido resultados favorables, lo que sigue será más virulento, con una estridencia mayor.
Por ello, el académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM señala que es muy importante que la sociedad se mantenga alerta ante “estas formas simbólicas, estas formas comunicativas que se van a soltar en los próximos meses. Sobre todo porque 2024 será una fecha de alternancia o de continuación de poder”. Ello, porque advierte que los grupos de interés poderosos buscarán que el próximo gobernante de México no dé continuidad a las políticas impulsadas por López Obrador.
El doctor Zaragoza Martínez considera que, a diferencia de los gobiernos pasados –como el de Enrique Peña Nieto y el de Felipe Calderón Hinojosa–, ahora la sucesión presencial, que siempre está muy presente, va a tardar un poco más: “la diferencia con otros presidentes es que fue adelantado ese proceso. Sin embargo, ahora vienen estos tres últimos años del gobierno de López Obrador, y sin lugar a dudas veremos en el espacio público esta estrategia con mayor virulencia, con mayor velocidad y con otros recursos que hasta ahora no habían sido empleados, además de los de siempre. Pareciera que no sólo la estrategia está ya perfilada sino que vamos a tenerla al menos de formas visibles, mucho más presente en la arena de discusión pública y sobre todo en la agenda pública”.
—¿La sociedad podría tener algún tipo de estrategia para contener estás campañas que se aproximan?
—La respuesta de siempre: conocimiento e información. La información por sí misma la genera el proceso de conocimiento, es el conocimiento el que sintetiza la información y es lo que nos permite tomar mejores decisiones. La respuesta es muy precisa: necesitamos que la ciudadanía, que la gente esté informada pero que también tenga el conocimiento suficiente para sintetizar la información. Esto es no solamente en el contexto digital sino siempre lo ha sido en mucha información alrededor de algunos temas, y es importante que la ciudadanía active esta forma de conocimiento para desagregar la información. Desafortunadamente, el conocimiento tampoco es vasto, tampoco se encuentra como manzanas en los árboles. Habrá que hacer un esfuerzo muy importante. Por ahí, hay estrategias muy precisas: el presidente da una conferencia todos los días para evitar estos fenómenos asociados a la desinformación, sin embargo habrá que estar conscientes y también precisar que son las personas informadas quienes a través de sus conocimientos previos pueden distinguir entre estrategias, rumores, entre estas formas de tergiversar la información para tratar de fincar un capital político electoral con miras a 2024.
Para el doctor Zaragoza Martínez, el conocimiento debe ir acompañado con la acción: “si no tenemos conocimiento podemos tener mucha información, pero de pronto esa información no se vuelve nuestra aliada, se vuelve un problema y cuando vemos que hay personas convencidas de sus creencias, convencidas de su propio posicionamiento ante el mundo social, lo que vamos a encontrar va a ser la reproducción de ciertas creencias, de pensar la vida más como un partido de fútbol donde apoyamos a alguien sin distinciones, apoyamos a un equipo más con porras a pesar de si actúa bien o mal. Eso va a distorsionar y a complicar el contexto sobre todo en los últimos 3 años. ¿Qué se necesita?, que las personas estén informadas pero además que puedan tener acceso a conocimiento que les permita sintetizar esa información y poder ver cuando se trata de una estrategia, de un rumor, de una campaña financiada por estos grupos de poder o porque en distintas revistas o distintos semanarios o en distintos periódicos hay una línea editorial muy opuesta a los intereses del presidente, que más que desmentir o usar rumores van solamente a negar lo que se diga en una de las conferencias matutinas”.
El coordinador del libro Crisis, capitalismo y pandemia: Cuestionamientos a los problemas del siglo XXI y coautor de los libros Dimensiones constitutivas y variantes empíricas de la democracia y Comunicación y cultura política recomienda la alfabetización digital: “aprender sobre el contexto digital y la forma de acercarnos a él, porque en las plataformas electrónicas nos encontramos con gran velocidad y encontramos con una gran cantidad de información. El gran tema es que no todo lo que está en internet puede ser verídico, entonces este proceso de verificación es muy cercano al conocimiento o este dudar de las notas que encontramos a bote pronto va a permitir que las personas tengan mejores y mayores herramientas a la hora de pensar y de tratar de traducir lo que nos dicen las notas”.
El académico de la UNAM enfatiza que las personas necesitan más herramientas de conocimiento en el contexto digital, es decir, más posibilidades de tener unos minutos de calma para leer la información y tratar de “traducirla” según el contexto. “Esto por supuesto es muy complejo y muy difícil de conseguir, esto pasa por términos y planos ideales. Pero, ya en acciones concretas, lo que podemos incentivar es que las personas se acerquen a la verificación, que no se queden con las primeras impresiones, que no se queden con leer los titulares, que hagan un esfuerzo por leer las notas y los reportajes completos. Leer todo el documento, toda la información que encontramos en nuestras redes, en nuestros perfiles electrónicos va a facilitar estos procesos de verificación”.
La estrategia del golpe blando
Según el politólogo estadunidense Gene Sharp, se denomina golpe de Estado blando al empleo de técnicas no frontales ni violentas que tienen por objetivo desestabilizar económica, política y socialmente a los gobiernos progresistas. Esta estrategia se basa en cinco fases: comienza por ablandar a la sociedad a través del malestar y la desesperanza; deslegitimar las acciones gubernamentales por medio de la difusión de mensajes adversos, ofensas y noticias falsas; luego se promueven constantes movilizaciones de protesta; se emplean rumores para generar escenarios de falsa carestía y, con ello, señalar la incompetencia del gobierno e iniciar juicios injustos contra los gobernantes; finalmente viene la fractura institucional, donde los procesos judiciales avanzan, los medios de comunicación los apoyan y los gobiernos finalmente caen.
Al respecto, el doctor Zaragoza Martínez considera que en México sí hay una estrategia visible que puede reconocerse como golpe blando y puede hablarse en esos términos, pero quizás lo más indicado es hablar de la estrategia de un grupo opositor. Ello, sobre todo después de las elecciones intermedias y en el contexto de si se realiza o no el ejercicio democrático de la revocación de mandato.
Acerca del grupo opositor que busca debilitar al presidente López Obrador, indica que se trata de los aliados de Sí por México, Va por México, pero también del Frente Cívico Nacional. “La estrategia es muy clara. Son las mismas personas involucradas: un grupo de empresarios, un grupo de políticos afiliados a los partidos de oposición –PRI, PAN, lo que queda del PRD– y las propias estrategias comunicativas, políticas muy bien planteadas para marcar el camino de esta estrategia ahora con miras a 2024”.
El académico añade que “es muy importante decir que la estrategia se sostiene aunque quizás –y lo digo hacia los últimos eventos y sucesos que podemos presenciar– no necesariamente ha tenido los resultados que este grupo opositor busca. Pero de que la estrategia existe, ahí está”.
—¿Cuáles son los elementos de esta estrategia que usted identifica y los personajes que participan en ella?
—Un aliado siempre muy importante será el texto que escribe la colega Alejandra Salas Porras, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de nuestra UNAM [libro Conocimiento y poder. Las ideas, los expertos y los centros de pensamiento], acerca de estos espacios intelectuales de poder que están muy presentes con nombres y apellidos, y que son muy identificables. Este Frente Cívico Nacional encabezado por Emilio Álvarez Icaza, Claudio X González Guajardo, los tres dirigentes de los partidos políticos que están en el lado opositor –PRI, PAN y PRD–, y este grupo que hace también uso y cercanía con centros intelectuales. Por eso el trabajo de la doctora Alejandra Salas Porras es tan importante: reconocer que hay estos centros intelectuales en otros Estados, en otros países que han mostrado esta eficiencia de la estrategia cuando se suman intelectuales, políticos y empresarios. Me parece que por allí van jalando agua a su molino. Hay nombres identificados que me parece muy fácil de verse, e incluso en los logotipos [de sus alianzas] son muy parecidos: todos tienen una cercanía incluso iconográfica o de diseño gráfico. Pueden ver cómo tienen esta presencia que busca incidir o tener cierta presencia para las elecciones de 2024. Lo intentaron en 2021 y quizás desde que se conforman como grupo opositor en los primeros meses de 2020, pues va confirmándose a propósito de estas figuras públicas muy reconocibles y muy fácil de entender en un bando que sin duda está buscando disputar la narrativa al presidente López Obrador.
El investigador indica que en este contexto hay tres actores: el grupo opositor perfectamente identificable –Va por México, FRENAAA, Frente Cívico Nacional–, el presidente –con su narrativa, su discurso oficial– y los grupos de interés. “Sin lugar a dudas, la tercera fuerza que entra en este mapa de lo que Sharp pudiera entender como golpe blando o lo que pudiéramos entender, desde la teoría política, como estrategias en disputa en el espacio público pues es sin lugar a dudas estos grupos de interés. Yo diría que la mejor manera de referirnos a ellos es como eso: grupos de interés por supuesto en su mayoría empresariales, pero son grupos de interés que lo que ven es en peligro o en desventaja ciertos privilegios que en otros gobiernos tenían y que desean recuperar”.
Estos, señala, financian las campañas de desprestigio que se entienden en una línea comunicativa estratégica y que van planteándose como formas de desgaste. “Por la evidencia empírica que tenemos, debemos presenciar que esta estrategia no ha tenido los dividendos que se han buscando pero eso no quiere decir que la estrategia no exista, no quiere decir que estos grupos de interés no han estado financiando, porque eso hacen. Y por eso los think tank son tan importantes, sobre todo para considerar como esta forma de financiamiento se está percibiendo como una estrategia para tratar de desgastar, quizás no con buenos resultados pero por ahí está muy presente”.
El doctor Zaragoza Martínez advierte que entre esos grupos de interés también hay medios de comunicación. Empresas como PRISA, que edita y pública el periódico El País; también The Economist; y las revistas que mantienen una visión imperante en el mundo. “Es importante recordar que el presidente de México se ubica al menos ideológicamente –y él lo ha dicho expresamente en sus conferencias todos lo días– en un lado contrario a estas publicaciones”.
Sobre las campañas de los opositores para desprestigiar y debilitar al actual gobierno de México, legítimamente constituido, el académico de la Facultad de Ciencias Políticas critica que se dan en un tiempo complicado por la pandemia.
“Las estrategias posibles para debilitar el capital político del presidente han sido utilizadas por este grupo reconocido como la oposición y me parece muy delicado, sobre todo porque se ha recurrido incluso a elementos delicadísimos como la pandemia, las variantes recientes como ómicron que incentivan la creación de noticias falsas con tal de debilitar el capital político del presidente. Eso me parece muy riesgoso porque estamos hablando de la salud y de la vida de muchas personas.”
Balance del primer trienio de AMLO
Al hacer un balance del gobierno de López Obrador, el doctor Zaragoza Martínez indica que se pueden evaluar al menos tres factores fundamentales: “la preferencia política del presidente se mantiene por las acciones concretas y no sólo por las estrategias comunicativas, es decir, gran parte de los apoyos de este gobierno a las poblaciones históricamente vulneradas han mantenido no sólo la preferencia sino la decisión favorable de la ciudadanía respecto al presidente. En ese mismo sentido, a tres años también se puede decir que, pese a que el partido al que pertenece el presidente ha hecho distintas alianzas con otra fuerzas políticas por distintas razones, se mantiene en el poder y creo que allí estará gran parte del futuro de 2024; es decir, lo que puede hacer el partido será imprescindible hacerlo notar porque ha tenido que negociar con fuerzas impresentables y de pronto las trae a la cercanía del presidente. En un tercer momento diría que este pilar discursivo del presidente de la lucha contra la corrupción requiere de acciones concretas como por ejemplo, los programas de apoyo social. El tema del discurso contra la corrupción necesita de acciones concretas para mantenerse porque si no va a tener –como sucede en estos casos– una lectura distinta”.
Agrega que aunque la estrategia de luchar contra la corrupción está ahí, si no se ven casos concretos de ésta difícilmente se sostendrá. “De forma preliminar y tratando de hacer un resumen y una síntesis, me parece que el desempeño de tres años puede verse de forma favorable, pero creo que es importante mantener el ojo muy claro y pendiente en temas relevantes, trascendentales como en los proyectos de infraestructura, la seguridad, la lucha contra la corrupción y las temáticas que se acercarán al final del sexenio”.