A
los ojos de la opinión pública está dando el Congreso mexicano un espectáculo penoso; causa grima ver cómo se legisla en estos tiempos en nuestro país, da pena apreciar cuál es el concepto que tienen muchos legisladores de ellos mismos y del importante cuerpo colegiado del que forman parte.
No quisiera hacer la comparación, pero por las notas y declaraciones de los legisladores y sus jefes, que no debieran tenerlos, hay momentos en que nuestro órgano legislativo se acerca o parece un mercado o zoco de regateos, búsqueda de conveniencias personales, negocios lucrativos, pugna de intereses diversos y olvido total del papel histórico y la alta responsabilidad que tienen.
El punto principal para entender cómo se debiera legislar, radica en la misma Constitución, que define a los representantes populares como representantes de la nación (artículo 51 constitucional) no de sus gobernadores, ni de sus estados, tampoco de sus partidos, ni siquiera de su clase social a la que también frecuen…