Por: Jorge Gómez Naredo (@jgnaredo)
24 de abril de 2017. Según el profesor de la Universidad de Cambridge, John B. Thompson, los escándalos son cosa común en las democracias occidentales, especialmente después de la irrupción de las no tan nuevas tecnologías (la televisión y la radio) y de las verdaderamente nuevas (el internet, las redes sociales, etcétera). Para que un escándalo sea escándalo, dice Thompson, se precisa “que se haya producido alguna forma de transgresión: no habría escándalo sin ella”.
Ayer por la mañana, el diario El Universal publicó un video donde aparece Eva Cadena, diputada local de Veracruz con licencia y candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la alcaldía de Choapas, recibiendo dinero de personas a las cuales no se les observa jamás el rostro.
Todos han conceptuado este hecho como un escándalo. Y quizá podríamos pensar que sí, pues hay una transgresión a la honradez que se supone debe guardar un miembro de un partido político, y en especial uno partido que ha basado su diferenciación con los demás organismos políticos en la honradez, la honestidad y la no corrupción.
Ahora bien, habría que preguntarse, ¿este escándalo es individual o es un escándalo grupal, colectivo, de Morena en su conjunto?
El video editado para parecer lo que no es
Eva Cadena recibió, según el video que se difundió ayer por la mañana, medio millón de pesos. Habría que establecer que dicho video está editado, es decir, hay partes que están cortadas con la intención de omitir nombres, conversaciones, palabras y frases que explicarían un contexto más amplio. Partiendo de un video editado (es decir, de un video manipulado que no necesariamente evidencia una verdad o lo que realmente sucedió) tenemos lo siguiente:
- Eva Cadena recibió medio millón de pesos.
- Las personas que le entregaron el dinero a Cadena le pidieron que se lo llevara a Andrés Manuel López Obrador.
- En ningún momento Eva Cadena, o las voces que aparecen en el video, mencionan que López Obrador pidiera el dinero, o que haya tenido conocimiento de la entrega del dinero o de la conversación que se estaba celebrando en ese momento.
- Es muy claro que, los que entregan el dinero, le piden encarecidamente a Cadena que lo lleve AMLO, y hacen que ésta lo repita varias veces (aquí ayuda la edición del video). Es decir, se entiende por la insistencia que Cadena actúa de motu propio, y no como una “operadora” de AMLO, o como objetivamente (entiéndase la ironía) lo mencionó El Universal: “una de las operadoras más cercanas al presidente de su partido”.
- Por la forma en cómo se comportan todos los ahí presentes, y por el ángulo con el cual se hace la grabación, el video parece un burdo montaje, es decir, como si todos ahí estuvieran actuando para un fin, incluso la misma Eva Cadena.
Por lo que se observa en el video, es obvio que quienes entregaron el dinero a Eva trataron de que ésta repitiera (vía la misma conversación, vía la edición que se hizo del mismo o vía un acuerdo previo con la hoy excandidata) hasta el cansancio que entregaría el dinero a AMLO, que lo vería, y que se lo daría.
Está claro que el escándalo es individual: relaciona a una persona (Eva Cadena) que es miembro de un partido político con una transgresión. Sin embargo, el escándalo no muestra ni una práctica generalizada en un organismo político (en este caso, Morena) ni relaciona directamente al líder del partido (López Obrador).
En realidad, lo que demuestra el video es una estrategia bien planeada y delineada con detenimiento para atacar a Andrés Manuel López Obrador y a Morena (organismo político que se ha posicionado como una opción real y viable y que ha adelantado ya al PRI y al PAN).
Hagamos memoria de esta estrategia:
Miguel Ángel Yunes, gobernador de Veracruz, desde hace ya varias semanas comenzó todo: repitió en redes sociales que Andrés Manuel López Obrador recibía dinero de Javier Duarte. Éste fue el primer paso. Tantear el terreno. Sembrar falsedades e irlas inoculando en la opinión pública como “rumores”. Vino después una grabación que nada decía de un supuesto operador político de AMLO relacionado con operadores de Duarte. Estas primeras partes de la estrategia, aunque no tuvieron el impacto deseado, posibilitaron que actores políticos del PAN y del PRI comenzaran a hablar sobre “el dinero” que López Obrador recibía…
Ayer apareció la tercera parte.
Las Choapas es un municipio de Veracruz que tiene poco más de 42 mil habitantes. Es decir, pequeño. La candidata de Morena a esa alcaldía, Eva Cadena, es una protagonista menor de Morena, que sí, se tomó fotos con AMLO en un mitin, como miles y millones de personas lo han hecho, pero que no es cercana o no tan cercana como han querido convencer muchos. Es una diputada local, más no es la “gran operadora” de AMLO en Veracruz.
Como el video está editado, parecería que Cadena es la encargada de recibir miles y miles de millones de pesos y dárselos a AMLO. Esa no es la verdad, sino más bien la intención de quienes grabaron a Cadena, y especialmente la intención de quienes idearon una estrategia para golpear mediáticamente a AMLO.
La estrategia, como estaba ya establecida, continuó: una pléyade de declaraciones cínicas de gente del PAN y del PRI acusando a AMLO de corrupto. Una de la más absurda es la Enrique Ochoa, que además de ser presidente del PRI, se ha enriquecido en Nuevo León vía la entrega ilegal de permisos de Taxis. Este priísta afirmó que AMLO estaba involucrado en el crimen organizado y, además, arguyó: “hoy la sociedad mexicana ha conocido un video que comprueba la corrupción de Andrés Manuel López Obrador. La historia no es nueva, los sobornos, los paquetes de dinero y las ligas es el actuar de todos los días de López Obrador y su camarilla”.
La estrategia es muy clara: usar las partes más débiles de Morena para atacar a Andrés Manuel López Obrador, y en esta estrategia van juntos PAN y PRI, Calderón y Peña, Anaya y Ochoa, Vázquez Mota y Del Mazo, Margarita Zavala y Osorio Chong.
La “transgresión de segundo orden” y las diferencias de Morena y los demás
John B. Thompson menciona que un escándalo puede provocar nuevas transgresiones, a las cual llama “de segundo orden”, es decir, que a partir de un escándalo que pudo haber sido “menor” se pasa a un escándalo mayor por hechos y declaraciones que se producen a partir del primer escándalo. Estas “transgresiones de segundo orden” puede conllevar a más problemas para la persona involucrada en el escándalo.
El PAN y el PRI buscan ello, pero no con intenciones de afectar a la involucrada en el escándalo, es decir, a Eva Cadena, sino con la intención de “embarrar” a López Obrador. Es decir, el PAN y el PRI está buscando que una transgresión de una persona se convierta en una transgresión de López Obrador, y a partir de mentiras y falsedades, crear (e inventar) transgresiones de segundo grado para acabar con la carrera política de AMLO, o al menos para bajarle a él y a Morena unos puntos en las encuestas presidenciales.
Morena tiene una salida fácil: diferenciarse del PAN, del PRI y del PRD, y de todos los demás partidos políticos. Y lo está haciendo: quien actúe mal en Morena, será investigado y expulsado. Y así lo ha determinado ya la misma estructura con Eva Cadena, quien perdió ya su candidatura y pronto, seguramente, será expulsada. Esto contrasta con los procesos del PRI y del PAN, que a sabiendas de que sus miembros están involucrados en actos de corrupción, o no los expulsan o los castigan muchos años después de los escándalos.
Morena tiene la oportunidad de mostrarse diferente.
Ahora bien, sería ingenuo pensar que el golpe del video de Eva Cadena (haya participado ella como “corrupta recibiendo dinero” o como “actriz” para un grupo de enemigos de AMLO) es el último en la estrategia ideada por el PRI y el PAN. No, es el primero de muchos más. Y entre más se acerquen las elecciones, los manotazos hacia AMLO serán más desesperados y más llenos de falacias. Y es que la estrategia que se están montado es, en realidad, un complot tan idéntico al de 2004-2006 que hasta podríamos arriesgarnos a predecir qué es lo que sigue…