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Allí está el huachicolero mayor: Carlos Romero Deschamps, ordeñando desde siempre a Pemex, enriquecido brutalmente a costa de la industria, cobijado por el PRI y por el fuero constitucional, solapado por los presidentes en turno. Foto: Cuartoscuro. |
+Romero Deschamps, funcionarios, gobernadores…
+Impunes, han ordeñado al erario público
“Al principio no quería (comprar), pero al darme cuenta de cómo se maneja el Gobierno, que ellos sí pueden robarnos…yo sé que lo que hago es un delito, pero también ellos lo cometen…”, es el vox populi en Puebla, en el llamado Triángulo Rojo, justificando así a los huachicoleros, aquellos que roban combustible para luego venderlo a 7 pesos por litro. Razonar el agravio bajo la lógica de Raskolnikov en Crimen y Castigo: hice bien en delinquir.
Robarse el combustible es un delito que debe ser castigado. Sin duda.
Pero atacar solamente a los huachicoleros poblanos – son la consecuencia, más no el origen del conflicto-, equivaldría a matar al perro con rabia, sin combatir a la rabia.
Aún más:
¿Quién podría rebatir ese argumento del vox populi poblano: si el Gobierno roba, por qué nosotros no hacerlo?
Si por décadas el Gobierno no sólo ha permitido el robo de gasolina de los ductos de Pemex sino que, de paso, ha sido cómplice, llenando los bolsillos de empleados y funcionarios beneficiados por este crimen impune, ¿por qué solamente castigar a los huachicoleros?
¿Con qué cara sale Peña Nieto y su gobierno ha lanzar un ultimátum en contra de los huachicoleros, cuando ha sido su administración, su partido y su corrupción, quienes han permitido, durante este sexenio, no solo el robo de combustible, sino también, el enriquecimiento ilícito de colaboradores y aliados del Presidente a costa de la industria petrolera?
Allí está el dato que no miente. Contundente:
Durante el gobierno de Peña Nieto, la ordeña de ductos ha ido al alza. (Efrén Flores/SinEmbargoMX/9-V-2017). ¿Y hasta ahora se dieron cuenta? Hipocresía.
En la última década, el robo de combustible ha sido impune, abierto, a la vista de todos. Desde el sexenio de Calderón y consolidado en el gobierno peñista. Nadie ha movido un dedo. “He dado instrucciones para combatir este delito”, dijo Peña ante los cadáveres de los soldados caídos en el Triángulo Rojo. Si no hubieran matado a los militares – ojalá no ocurriera esta desgracia-, Peña hubiera continuado ciego, sordo y mudo ante la ordeña de ductos.
Hipocresía.
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Son los huachicoleros del Triángulo Rojo. Nocivos.
Y los huachicoleros del sistema político. Nocivos por partida doble: delinquen y son impunes.
Allí está el huachicolero mayor: Carlos Romero Deschamps, ordeñando desde siempre a Pemex, enriquecido brutalmente a costa de la industria, cobijado por el PRI y por el fuero constitucional, solapado por los presidentes en turno – incluido Peña Nieto-, y sin que nadie lo moleste. Allí tiene Peña, frente a frente, al huachicolero en jefe: el líder priista del sindicato petrolero. ¿Pruebas? Ver a mayor detalle el libro “Los demonios del sindicalismo mexicano”. (Cap. Capo di tutti capi. Martín Moreno. Edit. Aguilar/Random House).
Allí, los otros huachicoleros:
Emilio Lozoya, ex director de Pemex, amigo personal de Peña Nieto, acusado desde Brasil de recibir 5 millones de dólares en sobornos por parte de la empresa Odebrecht. (Fuente: Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad).
Y los huachicoleros sistémicos, aquellos que ordeñaron y saquearon las arcas públicas. Sí, los mismos presentados orgullosamente por Peña Nieto como parte del “nuevo PRI” que, al final del cuento, resultaron más pillos que todos:
Javier Duarte, huachicolero en Veracruz.
César Duarte, huachicolero en Chihuahua.
Roberto Borge, huachicolero en Quintana Roo.
Y los Yarrington. Y los Moreira. Y los Eugenio Hernández.
Pero hay más.
Allí está Rafael Moreno Valle, ex Gobernador panista salpicado ya por los huachicoleros: se revela que las tomas clandestinas en el Triángulo Rojo se dispararon en un…¡3 mil por ciento! durante su gobierno, mientras que funcionarios ligados a su administración estuvieron coludidos con el robo de combustibles. Moreno Valle jamás ordenó una sola estrategia para atacar a este delito. (Fuente: Periódico Central de Puebla/ “Huachicol, la tumba de Moreno Valle para 2018”/Viridiana Lozano/ 8-V-2017).
Vamos: los huachicoleros de Puebla son niños con sonaja comparados con los huachicoleros del sistema. Esos son huachicoleros de a de veras: los que han ordeñado a Pemex con cuentas bancarias en el extranjero, yates, propiedades en Miami, y no con mangueras para vender a 7 pesos el litro.
Hay de huachicoleros a huachicoleros.
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Los huachicoleros poblanos enfrentarán toda la fuerza del Estado no por ordeñar ductos de Pemex con la complicidad de funcionarios públicos. No. Irán contra ellos por haber matado a soldados.
Los huachicoleros del sistema ni enfrentarán toda la dureza del Estado ni mucho menos serán castigados. Romero Deschamps seguirá de la mano de Peña Nieto. Lozoya, sin ser investigado. No pasa nada con ellos dos.
Hipocresía, pues.
TW: @_martinmoreno
FB / Martín Moreno