CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hace una semana, el 27 de mayo pasado, el PRI hizo su último simulacro de la elección del próximo domingo 4: 40 mil 640 integrantes de su estructura fueron movilizados en el Estado de México, y gracias a ello pudieron detectar las regiones donde Alfredo del Mazo podría tener problemas en el llamado “día D”.
Para garantizar el triunfo del primo del presidente Enrique Peña Nieto, el Estado movilizó a sus secretarios, entre ellos Aurelio Nuño, José Narro, Luis Miranda, Gerardo Ruiz Esparza y Luis Videgaray, y también se activaron funcionarios del gobierno de Eruviel Ávila.
Y es que según el encargado de elaborar la estrategia política, el español Jordi Segarra, el 60% de la victoria descansa sobre el respaldo político y económico que ambas partes otorgan. El 40% restante se basa en la estructura del partido, y cero en la figura del candidato.
Segarra creó la plataforma electrónica llamada “Prodem”. Y ahí está la radiografía de todos los distritos electorales, es decir, en cuáles se debe reforzar el trabajo propagandístico, dónde tiene el voto duro Alfredo del Mazo; dónde Delfina Gómez es un peligro para el priista; dónde Josefina Vázquez Mota (si es que tiene alguno); dónde urge el contacto directo por parte de Del Mazo; dónde hay voto fluctuante. En síntesis, las zonas en las que debe trabajar el PRI si no quiere perder el emblemático Estado de México.
Y aunque la estructura partidaria representa apenas el 40% para alzarse con el triunfo, los priistas bien saben la importancia de cubrir las 18 mil 605 casillas electorales, pues es ahí donde opera el fraude.
A cada uno de los partidos políticos contendientes, la ley electoral les permite tener un representante y un suplente en las casillas. Son ellos los que verifican que el llenado de las actas de cómputo se realice conforme al desarrollo de la jornada electoral.
Los representantes de casillas electorales “vigilan” que los duendes de los números no hagan de las suyas luego del cierre de casillas; denuncian la coacción o compra de voto que pudiera darse en los alrededores de la casilla. Son, en suma, los ojos de candidato.
Tradicionalmente el fraude electoral empieza a operar antes de la apertura de la casilla, cuando presidente y secretario “insaculados” por el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) no llegan a tiempo. Eso provoca que entre los votantes que ya se encuentran en la fila, se designa a los principales funcionarios para que ocupen los lugares de quienes no llegaron a tiempo.
Sabedor de la importancia de los funcionarios de casilla, el Revolucionario Institucional siempre ubica en los primeros lugares de la fila a gente afín al partido para que sea gente ligada a ellos quienes al término de la jornada sean los que cuenten los votos.
El nuevo documento del PRI, “Reporte Estado de México 2017”, filtrado al a oposición encabezada por Morena, da cuenta de la importancia de la estructura. Por ejemplo, establece que ya cuentan con 37 mil 932 representantes de casilla (propietario y suplente).
Cada partido requiere de 37 mil 210 representantes, de manera que el PRI cuenta con 722 priistas más que bien pudieran figurar en los primeros lugares de las filas de aquellas casillas donde el voto hacia Alfredo el Mazo es “fluctuante”. Estos 722 priistas podrían ser presidente y secretario de casilla, el próximo domingo, y los que al final hagan la suma de votos en cada una de las actas electorales.
Además, el PRI cuenta con 20 coordinadores regionales (zonas en que divide al estado), 136 coordinadores municipales, 750 coordinadores territoriales, 7 mil 632 comisionados de sección y 70 mil coordinares de cuadrante. Todos ellos serán movilizados este domingo desde las seis de la mañana.
Según el documento filtrado, para las “actividades de la jornada, junio 4 de 2017”, a las 6 de la mañana, desde el call center del Comité Directivo Estatal del PRI, se llamará a toda la estructura; una hora después deberán estar instaladas las llamadas “casa D”; a las 7:30 “el comisionado seccional” estará haciendo el “pase de lista”. Ello incluye a los llamados “comisionados del cuadrante”, los “maestros y movilizadores”, y los “representantes de casilla”.
A las 7:45, antes de que se abra la casilla electoral, el PRI estará haciendo una revisión de los listados que previamente levantó. Se trata de quienes recibieron tarjeta fuerte o tarjeta rosa, los que asistieron a mítines y otros actos con Del Mazo. Para las 8:15 empezará la movilización a través de los llamados “maestros y movilizadores” o, lo que es lo mismo, arrancará el operativo de acarreo.
Así, de las 8:30 a las 10:00, la estructura hará la primera llamada directa de sus seguros votantes; de las 11:30 a las 12:30 realizarán la segunda convocatoria a votar; de las 12 a las 13 horas el PRI llamará a sus militantes registrados; de las 14 a las 15 horas repetirá la operación, y de nueva cuenta de las 15 a las 16 horas.
Lo anterior será observado por los representantes de casilla, hecho que si bien se piensa que todos los partidos realizan, se le dificultará más a Morena, pues desde el 31 de mayo el IEEM les dio la mala noticia de que no había podido entregar a sus representantes de casilla la documentación oficial que los acredite como tales.
El PRI y Morena saben que el punto clave del fraude electoral está justamente en la casilla, y que si no se logra tener el documento que los acredite como representantes de casillas, no podrán ejercer dicha función.
Desde el miércoles 31 de mayo, los funcionarios del IEEM se disculparon con los representantes de Morena, les aseguraron que solucionarán el problema, y que seguro para el día de la jornada electoral tendrán todos los documentos entregados.
El PRI sabe que tiene fortalezas y oportunidades, pero también debilidades y amenazas, por ello, una ayudadita en el retraso de la documentación de los representantes de casilla de Morena les caerá muy bien.
El documento del Revolucionario Institucional revela que aun con todo el dinero y apoyo de los gobiernos federal y estatal, el partido ha tenido algunos problemas en su estrategia electoral, por ejemplo, tuvieron un retraso de tres meses en el arranque de la estrategia.
Esto les generó algunas debilidades, según el mismo documento, como por ejemplo “decisión tardía de montos y alcances de recursos”, lo cual “distrae a la estructura de lo esencial, que es la movilización direccionada (de votantes)”.
También, falta de coordinación entre estructura de partido e institucional; llegada tardía de listados; indiferencia en el cumplimiento de responsabilidades; marginación e indefinición de tareas y roles; debilidad institucional en algunas regiones y, por si fuera poco, SIMULACIÓN.
Los documentos del PRI filtrados a la oposición sólo han demostrado que a pesar de la intromisión de funcionarios federales y estatales, los miles y miles de “movilizadores” y las carretadas de dinero federal y estatal que el tricolor ha destinado para esta elección, ya no garantizan el triunfo de ese partido.
Las redes sociales ayudan hoy a evidenciar más fácilmente el acarreo, la compra de votos y el hartazgo de la gente, y parece que el PRI y sus estrategas extranjeros no han entendido eso.