jueves, 28 de febrero de 2019

La entrevista más vergonzosa de Duque con el “cerco diplomático”.

Elena Poniatowska en su etapa del “adiós”

La abuela, escritora, princesa y mexicana de corazón reconoce que está en la fase final de su vida y hace un recuento de sus mayores logros, sus arrepentimientos y de su amor por nuestro país

"A mis casi 87 años, estoy en la etapa de salida, en la del adiós, que les vaya bien. Que me recuerden como se les dé la gana y si quieren, que me olviden". Foto Yaz Rivera
Eran las cinco de la tarde en la colonia Chimalistac, al sur de la Ciudad de México. Caminamos por el empedrado, pasando por la parroquia de San Sebastián Mártir, hasta llegar a casa de la señora Elena. Salían camarógrafos y mucha gente de la puerta, pues ese fue el primer día de la grabación de un documental de la escritora que saldrá próximamente.
Entramos a la casa y ahí estaba Poniatowska, sentada en su sillón amarillo, con un cojín bordado en punto de cruz con la imagen de AMLO. El cojín tiene 20 años. Si te fijas, todavía tiene el color amarillo del PRD, por eso cuando Andrés Manuel viene, dice que no le gusta, porque él ya no pertenece a ese partido, me dijo.
Toda la casa está llena de libros 14 mil, para ser exactos. En una de las mesas tiene varios retratos, los que nos llamaron la atención fueron unos de cuando la escritora era joven y otro que muestra a Elena abrazando a su amigo del alma, Carlos MonsiváisMi Monsi, como le dice Elena, quien agarró el retrato y lo miraba con profunda melancolía. Odiaba a las mujeres, a todas, dijo. La foto más grande de la mesa era la de sus nietos. Tiene 10.
Después de mostrarnos sus múltiples retratos, nos dirigió hacia otra habitación, donde tenía varios óleos, y es que Elena pinta y sí que lo hace bien. Uno de sus cuadros favoritos era el de ella de pequeña con su papá. Era muy guapo, muy alto y tocaba muy bien el piano, dijo. Aunque mi cara no me salió tan bien en la pintura, me puse la boca chueca. Le gusta pintar y lo llama terapia ocupacional. Eso pasa cuando tienes 87 años, antes jamás hubiera tenido tiempo de esto, me contó.
Allá afuera (en el jardín) está Lolo, un loro verde que no habla y que sufre cuando vienen las ardillas y lo atacan. Tenía antes un perro, Shallow, que era un labrador negro y se murió. ¿Le gustaría tener otro perro?, le pregunté. Me gustaría, pero Martina, no quiere, respondió. Martinalleva trabajando en la casa de la señora Poniatowska 10 años y a leguas se ve la complicidad que ambas tienen. La acompaña a caminar por el empedrado de Chimalistac, donde antes paseaba a Shallow. Me gustan los perros pero no los que tienen las señoras ricas arriba del busto todo el día. A mí me gustan los de verdad, mencionó.
¿Y quién va a escribir la entrevista?, me preguntó. Yo, le contesté inmediatamente. Qué gusto. Porque ahora ya hay muchas mujeres que sólo quieren salir maquilladas y en la tele, y se olvidan de escribir, me dijo.
Entonces empecé con la entrevista a una princesa. La llamada Princesa roja, la escritora, la periodista, la política, pero también la mamá, la abuela y la ama de casa.
Entrevisté a la famosa Elena Poniatowska en todas sus facetas.
Elena, ¿desde hace cuánto tiempo vive aquí?
Toda mi vida. Llevo muchísimos años. Aquí han venido a verme mis nietos que son 10, y a veces hasta duermen aquí. Son tres mujeres y siete hombres. Las mujeres se llaman, Luna, que vive en Mérida, que canta y baila y es muy chistosa; Carmen, que vive en Puebla y su hermana Inés, que quiere ser actriz. Se quiere ir a estudiar fuera para prepararse. Andrés es muy poético y muy guapo y Thomas acaba de regresar a Mérida y ya vive en la Ciudad de México.
¿Cómo es usted como abuela?
Pues habría que preguntarles a mis nietos, pero no soy nada molona. Nunca les digo que se acaben su chocolate o su Chocomilk. Los oigo, me oyen y trato de no aburrirlos.
¿Les habla en francés a sus nietos?
Ellos entienden perfecto, porque estudiaron en el Liceo Francés. Mis hijos, en cambio, lo hablan poco pero entienden muy bien.
¿Cuál es el espacio favorito de su casa?
En general es donde escribo. En el piso de arriba. Donde tengo mi máquina, ahí es donde paso la mayor parte del tiempo.
¿Qué hace diariamente?
Soy madrugadorsísima. Antes tenía un perro labrador negro, llamado Shallow, que lo llevaba a caminar. Luego me pongo a escribir y dizque hago ejercicio, pero la verdad es que fallo a cada rato.
Este año cumple 87 años, el 19 de mayo. ¿Se arrepiente de algo?
Sí. Me arrepiento de no haber sido universitaria. Me hubiera gustado. Yo tuve una educación de colegio de monjas en Estados Unidos, en el convento del Sagrado Corazón y me ayudó mucho porque aprendí a hablar inglés muy bien, pero siempre sentiré mucho el no haber sido universitaria.
De haber podido ir a la universidad, ¿hubiera estudiado Periodismo?
Yo creo que no. Hubiera estudiado Medicina, pero en esa época se pensaba que estaba mal que una mujer viera encuerados, como que no era bien visto. Era más fácil ser periodista, en ese entonces, porque ahora, ya piden mucha preparación y hay varias escuelas de Periodismo. En mis épocas, improvisabas. Yo hice mi primera entrevista al embajador de Estados Unidos en México que se llamaba Francis White, sin haber hecho antes algo parecido en mi vida. Es más difícil todo hoy en día.
A sus casi 87 años, ¿cuál es su mayor orgullo?
Tengo mucho orgullo de mis hijos, de mi país y de Andrés Manuel López Obrador. Me enorgullecen las cosas que ha logrado la gente de mi país. Me siento feliz de haber querido a Carlos Monsiváis y que se haya convertido en mi gran amigo. Me encantó tener cercanía con Luis Buñuel y con el camarógrafo Gabriel Figueroa.
Ahora que llegó Andrés Manuel López Obrador, ¿cómo se sintió usted?
Para mí fue una enorme emoción que ganar. Dentro de mi corazón yo sabía que iba a resultar ganador, pero no me imaginaba la cantidad de votos que iba a tener. Pensé que fue un premio a tantas desveladas, tantas caminadas y veo actualmente que el Presidente sigue matándose de trabajo. Empieza muy temprano y no para.
¿Qué es lo que más le gusta del México de hoy?
El sexenio actual. Me gusta cómo ha empezado y la buena voluntad y decencia de los políticos de ahora.
¿Qué sigue ahora para usted?
Estoy trabajando en una novela, en la que estoy echando todos los kilos del mundo y todo el tiempo que tengo.
¿De todos sus escritos y publicaciones, ¿cuál es la que más le ha gustado?
La que más me conmovió fue La noche de Tlatelolco porque fue una terrible masacre.
Hablando de esas épocas… ¿ya vio la película Roma?
Sí ya la vi. Me llamó personalmente Alfonso Cuarón desde Hollywood para invitarme a ver la película. La vi solita en un cine inmenso, en Churubusco. En una función a la una de la tarde. No lo conozco personalmente, pero como he escrito sobre esos temas, me llamó para invitarme.
¿Le gustó?
Me gustó mucho. Lo único es que yo creo que la escena en que los Halcones se meten a la mueblería, no hubiera sido factible que pase, pero en general, Roma me pareció conmovedora y buenísima película. La prueba es el éxito que ha tenido y la respuesta de la gente.
Me imagino que cuando la gente la ve en la calle, la reconocen y la saludan…
Sí, hay reconocimiento, aunque en realidad lo que siento es que pertenezco aquí. Que soy mexicana aunque nací en París y me vine a los 10 años. Siento que escogí este país y me encuentro muy feliz y orgullosa de mi mexicanidad.
¿En qué momento de su vida se encuentra?
En la etapa de salida, en la final. Ya me voy. Estoy en la etapa de adiós, adiós, que les vaya muy bien.
¿Cómo le gustaría que la recordaran los mexicanos, sus nietos y sus hijos?
Como se les dé la gana. No tengo reglas y no las tendré. Que recuerden lo que quieran y si quieren olvidar, que olviden lo que se les pegue la gana. Me tiene sin cuidado.
Sobre su título de princesa
  • Pues ese título es parte de mi vida, pero yo creo que uno vive a partir de lo que hace. Al final, tú misma logras las cosas, sin importar cualquier título o privelegio.
Sobre Elena
  • Nació en París, en 1932. Forma parte de una familia de la nobleza polaca. Llegó a México con 10 años de edad y obtuvo la ciudadanía muchos años después, en 1969.
Su trayectoria
  • Lilus Kikus fue su primera obra en 1954 escrita bajo la tutela de Juan José Arreola.
  • En 1963, publicó Todo empezó el domingo, reunión de relatos-crónicas acerca de la vida dominical de los ciudadanos.
  • Hasta no verte Jesús mío es un relato de las anécdotas de una empleada doméstica.
  • 3 Hijos tiene la escritora.
  • 10 Nietos, de los cuales 7 son hombres y 3 son mujeres.
El más conmovedor
  • La Noche de Tlatelolco, publicada en 1971, ha sido la obra que más la ha conmovido, debido a que trata de la masacre ocurrida en el 68, contra los estudiantes.
Su vida diaria
  • Le encanta pintar, cuando tiene tiempo. Hizo un cuadro de su papá con ella cuando era chiquita.
  • Tenía un perro labrador negro llamado Shallow.
  • Sale a caminar cada vez que puede por las calles empedradas de afuera de su casa.
  • El espacio que más le gusta de su casa es donde está la máquina de escribir.
  • Tiene un loro llamado Lolo, en su jardín.




Por María del Mar Barrientos

Desnudan públicamente las maniobras yanquis contra Venezuela

Dos grandes victorias nuestroamericanas.- Ángel Guerra Cabrera

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El Chavismo movilizado en la frontera con Colombia
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plastante la derrota infligidael 23 de febrero por el chavismo al gobierno neofascista de Estados Unidos y sus lacayos del Grupo de Lima. El montaje mediático de lo que se suponía el paso de la supuesta ayuda humanitaria fue una verdadera emboscada que, los enemigos del pueblo venezolano consideraron de antemano, sería letal. Maduro no podría pasar de el gran día que invocó la víspera el inefable Pompeo. Pero desde el desangelado concierto de pinochetistas, uribistas, nostálgicos de viejas glorias, o simplemente tontos, organizado por el magnate Richard Branson, aquello no mostraba visos de seriedad. Peor aún con la llegada del fantoche secretario general de la OEA, Luis Almagro, y sus iguales, los presidentes Sebastián Piñera, de Chile, y Mario Abdo, de Paraguay, recibidos por el colombiano Iván Duque, neoliberal y neofascista educado en la escuela del paramilitarismo. Todos en ropa de yatman y lentes de sol, como quien anda de vacaciones. La víspera, Piñera tuiteó, con seguridad digna de asombro, que estaría el sábado, junto a su colega Duque, repartiendo ayuda humanitaria al pueblo venezolano.
Ya voy perdiendo la cuenta de las derrotas de Trump, su flamante equipo Venezuela y sus títeres ante el chavismo, no obstante la asesoría del senador Marco Rubio y el representante Mario Díaz-Balart, supuestos expertos en el tema que, eso sí, no cosechan una sola realización en sus carreras políticas que no haya sido dañina para Cuba ni, en los últimos años, para Venezuela. Si hacer mucho daño no fuera siempre su objetivo, si no los poseyera el odio visceral a los cubanos y a toda idea progresista, si no estuvieran jugando a desencadenar el incendio de nuestra región, uno se desternillaría de la risa con estos personajes, suerte de piezas museables de la más conspicua politiquería cubana prerrevolucionaria, pues como payasos casi rivalizan con el autoproclamado Guaidó. Hasta allí fue a unírseles en un helicóptero de la fuerza aérea colombiana, supuestamente abordado cerca de territorio venezolano.
Guaidó se acabó. Murió políticamente el 23 de febrero, aunque subsista un tiempo apuntalado por los gringos. ¡Se les quemó el cartucho! Había que ver las caras largas no a él, también a Almagro, Piñera, Duque y Abdo ese día por la tarde. Aunque desde el lado colombiano los mercenarios de la guarimba, henchidos de droga y alcohol, habían desatado un torrente de cohetones, cocteles molotov, clavos y otros objetos contra los guardias y policías nacionales bolivarianos, no pudieron cruzar ni una bolsa con la supuesta ayuda humanitaria. Luego, nuestro compañero Luis Hernández Navarro reportaría desde el lado venezolano, visto por sus propios ojos, los implementos para la guarimba que predominaban en los primeros contenedores con la ayuda quemada por los guarimberos. Es visible en las fotos aéreas la enorme distancia entre el dispositivo de seguridad venezolano y los tráilers, quemados del lado colombiano del puente Francisco de Paula Santander, pero de inmediato los mentirosos compulsivos de la prensa hegemónica salieron a culpar a Maduro.
Y como el presidente constitucional de Venezuela había dado decenas de exitosas entrevistas a representantes de muchos de esos medios, desde Estados Unidos se cocinó una burda provocación contra Maduro por el desprestigiado periodista y conductor de Univisión, Jorge Ramos, quien de inmediato fue exhibido en las redes digitales, no sólo de Venezuela, sino de México. Qué hazmerreir Ramos. Ahora dice que fue detenido por agentes cubanos.
El tono de la declaración formulada el lunes por el Grupo de Lima da una idea de la derrota sufrida. Ni sus lacayos le aceptaron al vicepresidente Mike Pence y a Duque la intervención militar como opción. Se quedó solo Estados Unidos en todas las opciones sobre la mesa, pues hasta la Unión Europea se apresuró a rechazar también la agresión armada. La amenaza militar sigue, pero con un chavismo más cohesionado, combativo y sabio.
Mientras el presidente Maduro y el chavismo se anotaban esta tremenda victoria el 23 de febrero, Cuba bateaba de jonrón al día siguiente en el referendo constitucional, al ascender a casi 87 por ciento la aprobación de la nueva Constitución. Una victoria estratégica de la revolución. A 60 años del triunfo, es toda una definición de la dignidad, cultura política y entereza de la mayoría del pueblo cubano, su identificación plena con un socialismo radical, muy humano, muy cubano, muy latinocaribeño y muy universal, como el propugnado por la Carta Magna.
El referendo da culminación a un proceso democrático de masas mediante el cual el pueblo ha ido definiendo a lo largo de más de una década en debates vivos cómo serán los fundamentos políticos y jurídicos de la nueva economía, la nueva política y la nueva sociedad cubanas, continuidad del largo batallar por su independencia y su libertad.
Twitter: @aguerraguerra

TERNURITAS-Hernández

Con Zedillo, los ferrocarriles y miles de millones fueron para Peñoles, Grupo México y Tribasa

Ferromex y Ferrosur de Grupo México, así como Kansas City Southern de México (antes Transportación Ferroviaria Mexicana) son las empresas ferroviarias que acaparan 93 por ciento de la participación en el mercado, luego de que de 1996 a 1998 el gobierno de Ernesto Zedillo comenzó la privatización del sector.

Ciudad de México, 28 de febrero (SinEmbargo).– De 1996 a 1998, el gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León privatizó el sistema ferroviario mexicano. Otorgó concesiones por entre 20 y 50 años al Grupo Ferroviario Mexicano (Ferromex), Grupo Acerero del Norte (Peñoles), Medios de Comunicación y Transporte de Tijuana, Grupo Triturados Basálticos (Tribasa) y por mil 400 millones de dólares a Transportación Ferroviaria Mexicana (TFM), asociada con la estadounidense Kansas City Southern Industries.
Al término de su gobierno, Zedillo participó en el Consejo de Administración de Union Pacific, miembro del Grupo Ferroviario Mexicano (GFM) formado también por Grupo México e Ingenieros Civiles Asociados (ICA), a quien le dio una concesión en 1997 para operar el Ferrocarril Pacífico Norte.
Las líneas concesionadas cubrieron 22 mil 130 kilómetros de vía, el 84 por ciento de la red ferroviaria y el 95 por ciento del sistema ferroviario nacional a finales de la década de los 90; el personal empleado era de 15 mil 500 personas y se contaba con mil 220 locomotoras y 254 mil carros de carga, de acuerdo con el Instituto Mexicano del Transporte (IMT). Para 2017, la infraestructura ferroviaria en México suma un total de 23 mil 366 kilómetros de vía en operación, de acuerdo con la Agencia Reguladora de Transporte Ferroviario (ARTF).
El 55.4 por ciento de la carga total transportada por ferrocarril se concentra en el maíz, el cemento, los contenedores y los laminados de fierro y acero, muestran datos de la ARTF.
“No se vio bien, no es ético. Zedillo promueve la privatización de los ferrocarriles y termina su mandato y se va a trabajar de asesor a una de las empresas que se beneficiaron con la privatización de los ferrocarriles nacionales”, declaró el Presidente Andrés Manuel López Obrador en una conferencia matutina sobre “la puerta giratoria” de ex presidentes.
Su gobierno plantea la construcción del Tren Maya y un corredor transístmico para el desarrollo integral del Istmo de Tehuantepec a través de la asociación público privada.
“El primer ferrocarril se hizo en la época de la República Restaurada, lo inició Juárez, lo terminó Lerdo, fue el ferrocarril de la Ciudad de México a Veracruz, poco más de 600 kilómetros; y Porfirio Díaz hizo más de 20 mil kilómetros, se comunicó a todo el país; y luego en la Revolución, lo mismo. Y llegaron estos tecnócratas, corruptos, irresponsables, y en un abrir y cerrar de ojos acabaron con los ferrocarriles”, reiteró el mandatario la semana pasada.
Un tren de Ferromex, de Grupo México. Foto: Ferromex.
LA VENTA DE TRENES 
La primera ruta México-Veracruz fue inaugurada en 1873 durante la presidencia de Sebastián Lerdo de Tejada. Los Ferrocarriles Nacionales de México fueron creados por Porfirio Díaz en 1907, sirvieron en la Revolución para transportar tropas y fueron nacionalizados por Lázaro Cárdenas del Río en 1937.
Pero en 1995 inició el proceso de privatización del sistema ferroviario mexicano al aprobarse una reforma al Artículo 28 Constitucional que permitió la inversión privada en ferrocarriles.
En diciembre de 1996, Transportación Marítima Mexicana, asociada con la estadounidense Kansas City Southern Industries y filial de Transportación Ferroviaria Mexicana, ofreció al gobierno mil 400 millones de dólares por la concesión de 3,960 mil kilómetros de vías, más de 3 mil locomotoras y alrededor de 10 mil vagones. Ese tramo de vías férreas, que movía el 40 por ciento de la carga, se conectó con vías de Estados Unidos y Canadá.
Ferromex empezó a operar en 1998. Foto: Ferromex.
En junio de 1997, se pagó la concesión de 50 años por 4.5 millones de dólares del Ferrocarril Pacífico Norte al Grupo Ferroviario Mexicano (GFM) formado por Grupo México, Ingenieros Civiles Asociados (ICA) y la norteamericana Union Pacific, de la que fue consejero el ex Presidente Ernesto Zedillo. La empresa Ferrocarril Mexicano (Ferromex) empezó a operar la línea de 6 mil 200 kilómetros un año después.
En octubre de 1997, se dio la concesión por 20 años de la línea corta Coahuila-Durango, al Grupo Acerero del Norte asociado a Industrias Peñoles, así como la concesión por 20 años de la línea corta Tijuana-Tecate a Medios de Comunicación y Transporte de Tijuana.
Y en julio de 1998 julio se anunció la concesión del Ferrocarril del Sureste por 50 años al Grupo Triturados Basálticos (Tribasa) por 322 millones de dólares.
Las ventas se dieron bajo el argumento oficial de que 81 por ciento de las vías estaban deterioradas y el parque de vehículos operaba a 60 por ciento de su capacidad.
Para agosto de 1999, Ferrocarriles Nacionales de México dejó de administrar y operar las vías generales de comunicación ferroviaria y de prestar el servicio público de transporte ferroviario.
LOS TRES LÍDERES
Red ferroviaria en México en operación y existente. Imagen: Agencia Reguladora de Transporte Ferroviario.
Ferromex y Ferrosur de Grupo México, así como Kansas City Southern de México (hasta 2005 Transportación Ferroviaria Mexicana) son las empresas ferroviarias que acaparan el 93.6 por ciento de la participación en las vías terrestres, de acuerdo con la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario.
Grupo México, de Germán Larrea Mota Velasco, se define como la empresa de transporte ferroviario más grande, más rentable y de mayor cobertura en México al ofrecer servicios de carga general e intermodal por ferrocarril, así como de transporte de pasajeros. Sus filiales son Ferromex, Ferrosur e Intermodal México.
De acuerdo con el Portal de Transparencia, Ferromex ha recibido 33 concesiones desde la administración de Ernesto Zedillo Ponce de León, con vigencias de cinco a 50 años, incluyendo el permiso para instalación de anuncios publicitarios.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) le ha dado 20, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) le ha brindado una y de las 12 dadas por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) destacan las vías Pacífico-norte, en Ojinaga-Topolobampo y la Vía Corta Nacozari, que suman 46 por ciento de la participación en el mercado.
De transporte de pasajeros, Ferromex ofrece servicios turísticos en la zona de haciendas tequileras en Jalisco, llamado “Tequila Express” y otro en las Barrancas del Cobre, en la ruta del “Chepe” de Chihuahua a Los Mochis, Sinaloa.
La filial Ferrosur, que opera 14 por ciento del total de participación, ha obtenido 12 concesiones desde Ernesto Zedillo hasta la fecha, con vigencia de 30 a 50 años. Ocho han provenido de la SCT, entre ellas, para las Vías Cortas Oaxaca y Sur, y las otros cuatro de la Conagua.
KCS opera en México la vía ferroviaria del Noreste. Foto: KCS.
En mayo pasado, durante el proceso de campañas, Grupo México emitió una carta a sus empleados, colaboradores y accionistas para asegurar que las concesiones mineras, ferroviarias y carreteras que opera no son producto de corrupción como el entonces candidato presidencial “injustamente” acusó.
“El término ‘concesión’ no es sinónimo de corrupción ni de compadrazgo como se ha insinuado recientemente”, escribió Germán Larrea, quien en la lista de Forbes está en el segundo lugar de los hombres más ricos de México, con una fortuna cifrada en 17 mil 300 millones de dólares. “Como empresario creo en un modelo capitalista de libre mercado con un alto contenido de responsabilidad social”, aseguró. Por lo que criticó las intenciones de “un gobierno populista” y la “estatización de empresas”.
López Obrador respondió desde un mitin que entendía que Larrea Mota Velasco “no quiera el cambio porque le ha ido muy bien. Él, antes de Salinas [Carlos Salinas de Gortari], no aparecía en la lista de los hombres del mundo […] Aparece desde que Salinas le entregó la mina histórica de Cananea, en Sonora”.
Esta semana ambos se reunieron en Palacio Nacional para hablar sobre las víctimas de la mina Pasta de Conchos.
Respecto a Kansas City Southern de México, dirigida por José Guillermo Zozaya Delano, el Portal de Transparencia registra siete concesiones por 50 años dadas por la SCT y Conagua para la vía ferroviaria del Noreste, que opera el 32.80 por ciento de la participación del mercado ferroviario.
“Hemos podido contactarnos con Obrador y todos los equipos de los candidatos y hablar de esto en términos de concesión; todos ellos nos han expresado directamente su interés en respetar los términos de la concesión y, por supuesto, el imperio de la ley. Entonces nos sentimos muy seguros en ese sentido”, manifestó Zozaya en el periodo de elecciones respecto a la continuación de las concesiones.

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