Fernando Belaunzarán desató, antes que nadie, una campaña por la dirigencia. Es uno de los candidatos anunciados aquí el martes ante lo que se confirmó este fin: la caída de Carlos Navarrete de la dirigencia nacional del PRD. De hecho, la trayectoria política de Belaunzarán ha sido cobijada por Los Chuchos, la corriente liderada por Jesús Ortegay de la que forma parte Navarrete.
Las fuerzas internas opuestas no ven con buenos ojos al diputado Belaunzarán. “Representa más de lo mismo: la continuidad de Los Chuchos”, sostiene Vladimir Aguilar, otro de los aspirantes y líder nacional de Foro Nuevo Sol. Es verdad que Belaunzarán ha empujado asuntos de combate a la corrupción, su agenda legislativa la ha manejado mediante temáticas y es buen tribuno.
Fernando, sin embargo, cayó en esa lógica todopoderosa con que Los Chuchos desbarrancaron al partido. Fue candidato local en Iztapalapa, una delegación que no era la suya y de la que tuvo que huir a toda prisa en camioneta en días de campaña porque los grupos internos lo querían golpear.
Su actual curul es de mayoría relativa y cuando Ortega puso a los pies del entonces priista Ángel Águirre la candidatura del PRD al gobierno de Guerrero, contestó a quienes se oponían o criticaron la acción:
“Pensar así es no saber hacer política. Se hace política con lo que hay”. No nos lo contó nadie, se lo dijo a este reportero que cuestionó el festejo de Los Chuchos cuando la propuesta fue aceptada por Aguirre, quien acabó hundiendo al PRD.
–Dicen sus adversarios internos que usted es más Chucho que Ortega– recordé ayer a Belaunzarán.
–Debemos separarnos de ver al partido como un asunto de corrientes. Reproducir esa lógica no contribuye a cambiar las cosas.
No quiere descalificaciones el integrante de Los Chuchos que más se ha confrontado con López Obrador a quien ha dedicado decenas de tuits y artículos periodísticos y uno de los compromisos asumidos este fin de semana es buscar precisamente a AMLO para tender puentes. Pidió, sin embargo, un voto de confianza para ser él quien saque de la crisis a su partido. Su candidatura se ve complicada.
La otra cara
Quien no padece esas batallas, que son el ADN del partido del sol, es el ya casi presidente del PRI, Manlio Fabio Beltrones. Lo sostiene elteacher López Dóriga: “El miércoles a la una de la tarde entró a Los Pinos”. Y salió con la candidatura sobre la que no se ha escuchado desde el interior del PRI una crítica.
Su aproximación a las bases ha sido estratégica. Esas formas tan cuestionadas, pero tan eficaces en los resultados, deben también añorarla en el PAN, donde Ricardo Anaya y Javier Corral tienen fragmentado al partido. Después de ir con la CNOP, de donde Manlio emergió su liderazgo, esta mañana estará con ONMPRI –organismo de mujeres– donde hará resonar su discurso que busca la cercanía con el gobierno.
Las fuerzas internas opuestas no ven con buenos ojos al diputado Belaunzarán. “Representa más de lo mismo: la continuidad de Los Chuchos”, sostiene Vladimir Aguilar, otro de los aspirantes y líder nacional de Foro Nuevo Sol. Es verdad que Belaunzarán ha empujado asuntos de combate a la corrupción, su agenda legislativa la ha manejado mediante temáticas y es buen tribuno.
Fernando, sin embargo, cayó en esa lógica todopoderosa con que Los Chuchos desbarrancaron al partido. Fue candidato local en Iztapalapa, una delegación que no era la suya y de la que tuvo que huir a toda prisa en camioneta en días de campaña porque los grupos internos lo querían golpear.
Su actual curul es de mayoría relativa y cuando Ortega puso a los pies del entonces priista Ángel Águirre la candidatura del PRD al gobierno de Guerrero, contestó a quienes se oponían o criticaron la acción:
“Pensar así es no saber hacer política. Se hace política con lo que hay”. No nos lo contó nadie, se lo dijo a este reportero que cuestionó el festejo de Los Chuchos cuando la propuesta fue aceptada por Aguirre, quien acabó hundiendo al PRD.
–Dicen sus adversarios internos que usted es más Chucho que Ortega– recordé ayer a Belaunzarán.
–Debemos separarnos de ver al partido como un asunto de corrientes. Reproducir esa lógica no contribuye a cambiar las cosas.
No quiere descalificaciones el integrante de Los Chuchos que más se ha confrontado con López Obrador a quien ha dedicado decenas de tuits y artículos periodísticos y uno de los compromisos asumidos este fin de semana es buscar precisamente a AMLO para tender puentes. Pidió, sin embargo, un voto de confianza para ser él quien saque de la crisis a su partido. Su candidatura se ve complicada.
La otra cara
Quien no padece esas batallas, que son el ADN del partido del sol, es el ya casi presidente del PRI, Manlio Fabio Beltrones. Lo sostiene elteacher López Dóriga: “El miércoles a la una de la tarde entró a Los Pinos”. Y salió con la candidatura sobre la que no se ha escuchado desde el interior del PRI una crítica.
Su aproximación a las bases ha sido estratégica. Esas formas tan cuestionadas, pero tan eficaces en los resultados, deben también añorarla en el PAN, donde Ricardo Anaya y Javier Corral tienen fragmentado al partido. Después de ir con la CNOP, de donde Manlio emergió su liderazgo, esta mañana estará con ONMPRI –organismo de mujeres– donde hará resonar su discurso que busca la cercanía con el gobierno.