Aunque no aparece en los #PanamaPapers, el presidente Enrique Peña Nieto está ligado a numerosas personas cuyos nombres sí figuran en los documentos del despacho Mossack Fonseca. Se trata de colaboradores, contratistas o familias mexiquenses cercanas a la del mandatario. Están ahí Emilio Lozoya Austin, los Alcántara, Carlos Hank Rhon y, en primer lugar, Juan Armando Hinojosa Cantú, el artífice de la Casa Blanca.
El presidente Enrique Peña Nieto resultó tocado por los #PanamaPapers. Sin estar directamente mencionado, los nombres de allegados suyos que surgieron de entre los archivos del despacho Mossack Fonseca lo colocaron en la lista de dirigentes políticos referidos en la revelación más grande hasta ahora de quienes esconden su dinero en paraísos fiscales.
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), que coordinó la investigación periodística internacional en la que participó la revista Proceso, realizó un interactivo sobre los líderes mundiales que directa o indirectamente están relacionados con la creación de empresas offshore por parte de la firma panameña.
Después de 12 presidentes, primeros ministros en funciones o retirados, y reyes de los países árabes que compraron empresas offshore a Mossack Fonseca, el presidente de México aparece en una lista de 18 mandatarios cuyos familiares o cercanos pidieron el apoyo de ese despacho para crear complejos esquemas financieros con el propósito de esconder su identidad y la ruta del dinero.
El presidente mexicano está en esa lista con el ruso, Vladimir Putin; la exmandataria argentina Cristina Fernández; y el expresidente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo. En esos casos identificados en la investigación global se trata de personas cercanas a los mandatarios o exmandatarios que no forman parte de su familia y que compraron empresas offshore.
Peña Nieto fue enlistado gracias al contratista Juan Armando Hinojosa Cantú, el hombre que se ha convertido en símbolo sexenal del enriquecimiento a partir de la obra pública y su relación política. Las estimaciones que refiere el ICIJ a partir de investigaciones periodísticas son de 750 millones de dólares obtenidos en contratos con el gobierno.
Las operaciones de Hinojosa Cantú fueron conocidas el pasado domingo 3, cuando los más de 100 medios participantes en la investigación dieron a conocer de forma simultánea los primeros resultados luego de casi un año de trabajo. Proceso lo difundió en su portal al igual que Aristegui Noticias, el otro medio mexicano que tuvo acceso a los archivos de Mossack Fonseca.
El constructor de la llamada Casa Blanca para Peña Nieto en Las Lomas de Chapultepec –inmueble cuyo valor se estima en 7 millones de dólares de acuerdo con la investigación de Aristegui Noticias– buscó movilizar en julio del año pasado 100 millones de dólares, producto de sus “ahorros” y apenas una parte de su riqueza, según las referencias de los despachos que gestionaron la creación de sociedades, empresas y fundaciones para esconder el dinero.
Con ese manejo de dinero, Mossack Fonseca incluyó a Hinojosa Cantú en la categoría de Individuo de Fortuna Neta Elevada (UHNWI, por sus siglas en inglés) por tener activos que rebasan los 30 millones de dólares.
Esa misma información, producto de la filtración de documentos de la firma panameña al periódico alemán Süddeutsche Zeitung, deja en claro las relaciones con Peña Nieto y sus gobiernos en el Estado de México y la Presidencia de la República.
Un documento presentado por sus asesores financieros para la creación de las empresas offshore señala como fuente de ingresos de Hinojosa Cantú los contratos que ha tenido con las administraciones de Peña Nieto.
Fechado el 30 de junio de 2015, el documento enlista 11 de “los proyectos más significativos” del Grupo Higa, propiedad de Juan Armado Hinojosa en los últimos años. Casi todos están relacionados con los gobiernos de Peña Nieto. Sin mencionar un monto total, destacan el proyecto carretero Aeropuerto Toluca-Naucalpan y el contrato por 945.5 millones de pesos para remodelar el hangar presidencial.
También el Aeropuerto Internacional de Toluca y el libramiento Acambay, y numerosas obras carreteras en el Estado de México. Además dice que para junio pasado competía para ganar la construcción de una parte (17%) del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, que dicen será el más grande del mundo.
El documento también menciona las diferentes empresas de Hinojosa: la compañía aeronáutica Eolo, Constructora Teya, Mezcla Asfáltica de Calidad, Impresión Publicitaria, Consorcio IGSA Medical del Perú y Bienes Raíces H&G S. A. de C. V.
Esta última fue la que le vendió su casa de descanso al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en Malinalco, Estado de México, según reveló el diario The Wall Street Journal. Primer responsable de la recaudación de impuestos en el país, Videgaray se negó a hacer comentarios sobre la presencia de Hinojosa Cantú en #PanamaPapers.
Proceso buscó al departamento de Comunicación del Grupo Higa para la investigación, con el propósito de conocer sobre sus ingresos y lo que ha reportado al fisco, sin obtener respuesta. Una semana después de que se dieron a conocer los #PanamaPapers seguía sin responder.
La Presidencia de la República también se negó a comentar el tema. Consultada en los días previos a la publicación, aseguró que se trataba de “un asunto un poco añejo” y remitió a la investigación de la Secretaría de la Función Pública que en agosto pasado negó la existencia de conflicto de interés, justo cuando Hinojosa ya tenía un esquema financiero para mover esos 100 millones de dólares.
Los demás
La referencia al presidente de México en la investigación global se debió también a que Emilio Lozoya Austin fue otro de sus allegados que apareció en los #PanamaPapers. Lozoya, quien fue el primer director de Pemex en el gobierno de Peña Nieto, hasta febrero pasado, está en los archivos de Mossack Fonseca.
La información disponible hasta ahora no demuestra que en efecto haya creado una empresa offshore. Al día siguiente de que proceso.com.mx dio a conocer que en los datos filtrados estaba una copia de su pasaporte, el exdirector de Pemex usó su cuenta de Twitter para emitir un supuesto desmentido.
“Es posible que en alguna transacción, antes de ser funcionario público, cierta contraparte empresarial con la que haya tratado a nivel internacional, intentó crear esta estructura. Lo cual, de ser el caso, nunca se concretó”, escribió Lozoya en su cuenta de Twitter @EmilioLozoyaAus.
“Nunca he tenido trato, de ninguna índole, con el despacho Mossack Fonseca”, escribió el exfuncionario en la misma cuenta en la que Proceso lo había buscado para consultarlo, antes de la publicación de #PanamaPapers, sobre su relación con la firma panameña.
En lo que presentó como un desmentido, que en realidad era un deslinde del escándalo, señaló: “Niego categóricamente haber registrado o creado empresa alguna en Panamá, o que haya tenido o tenga cuentas bancarias en ese país”. Aseguró que siempre ha cumplido con el pago de impuestos “en todas las jurisdicciones en que he debido hacerlo”.
El entorno de Peña Nieto también fue alcanzado con la revelación de que Mossack Fonseca tiene como sus clientes a integrantes de una familia que durante décadas ha sido cercana al presidente de la República: los Alcántara Rojas.
De acuerdo con los documentos de Mossack Fonseca revisados por Proceso, Aurora Rojas Alcántara y su hija Melissa Flores Alcántara son beneficiarias de fideicomisos creados en Nueva Zelanda y Hong Kong para realizar inversiones y operaciones empresariales en distintas partes del mundo.
El creador de estas estructuras es el abogado Luis Doporto Alejandre, esposo de Melissa Flores Alcántara. En los archivos de Mossack Fonseca, Doporto es uno de los mexicanos con más presencia. Su nombre aparece en la creación de numerosas empresas, incluidas las suyas.
Su participación ha sido clave para la reestructuración del mercado de distribución de medicamentos en México a través de presuntas prácticas de connivencia entre competidores y que pone a prueba al gobierno de Peña Nieto para evitar las prácticas monopólicas en ese sensible mercado.
Los Alcántara Rojas son originarios de Acambay, un poblado de 56 mil habitantes en el Estado de México, vecino de Atlacomulco y de donde también proviene la familia de Peña Nieto, cuyo abuelo fue alcalde en cuatro ocasiones.
El jefe del clan es Roberto Alcántara Rojas. Nacido en Acambay, Estado de México, el 19 de abril de 1949, es hijo de Jesús Alcántara Miranda, quien fue presidente municipal de Acambay, dos veces diputado federal y senador (1988-1991), siempre por el PRI, en el que Roberto Alcántara ha participado como recaudador de fondos en campañas presidenciales.
Desde hace medio siglo los Alcántara se dedican al transporte. A la cabeza de los negocios está Roberto Alcántara, quien es dueño de VivaAerobús en México y director general del Grupo Toluca, que posee empresas de transporte terrestre.
Con la llegada de Peña Nieto a la Presidencia los Alcántara diversificaron sus negocios. Apenas había comenzado el sexenio, en 2013, Roberto obtuvo tres contratos por 4 mil millones de pesos para administrar la gestión del cobro electrónico de 49% de las casetas de México bajo el control de Caminos y Puentes Federales, a pesar de que se denunciaron irregularidades (Proceso 1974 y 1975).
Ese mismo año se convirtió en el mayor accionista minoritario de la española Prisa, editora del periódico El País, con una aportación de 100 millones de euros.
Su hermana Aurora Alcántara, quien aparece en los archivos de Mossack Fonseca, es esposa del exgobernador de Oaxaca, José Murat, quien a su vez es padre del actual candidato a gobernador de ese estado por el PRI, Alejando Murat, otro cercano a Peña Nieto.
Integrante del equipo de transición, Peña lo hizo director del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, desde donde trabajó su candidatura al gobierno de Oaxaca, entidad que ya estuvo gobernada por su padre.
José Murat, además, fue el encargado por Peña Nieto para operar el Pacto por México. Con ese acuerdo, Peña Nieto logró generar un consenso entre los principales partidos políticos del país para adoptar las reformas hacendaria, laboral, educativa y energética.
Aunque no logró su propósito de crear empresas offshore con Mossack Fonseca, otro empresario cercano a Peña Nieto es mencionado en los #PanamaPapers.
Carlos Hank Rhon, accionista mayoritario del Grupo Financiero Interacciones, pretendió abrir una cuenta de 10.7 millones de dólares en un banco suizo a través del despacho panameño. La negativa de Mossack Fonseca a Hank se debió al desprestigio de su familia luego del escándalo internacional en el que estuvo involucrada cuando el gobierno de Estados Unidos emprendió a mediados de los noventa la llamada Operación Tigre Blanco.
Sin embargo, Interacciones Casa de Bolsa, propiedad de Hank Rhon, aparecía en los archivos de Mossack Fonseca como un “prospecto de cliente” en 1996, cuando ya estaba en marcha la investigación estadunidense contra la familia de Carlos Hank González, fundador del grupo político Atlacomulco, en el Estado de México, del que surgió el presidente Peña Nieto. l