jueves, 14 de noviembre de 2019

El presidente Evo Morales más exitoso que Fox, Calderón y Peña

proceso
23 DE MARZO DEL 2018/LA PAZ
Evo Morales junto a  Autoridades nacionales y la  población en general participan de los actos cívicos en conmemoración al Día del Mar, en medio de los alegatos por la demanda maritima en contra de Chile, presentada en la Corte dd La Haya.
FOTO:AFKA/AGENCIAUNO
Por más que la derecha boliviana y regional han tratado de desacreditar la gestión de gobierno del expresidente de Bolivia, Evo Morales, el saldo económico y social que dejan los 14 años en el poder del astuto líder indígena es absolutamente excepcional en el contexto latinoamericano.
Durante sus tres mandatos consecutivos, Evo –como lo llaman en su país– hizo crecer la economía boliviana a un ritmo del 5 por ciento anual y redujo la pobreza en 31 puntos porcentuales, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Lea: Evo Morales renuncia a la presidencia de Bolivia: 3 elogios y 3 críticas a sus más de 13 años de gobierno https://bbc.in/2CBqeCD
De acuerdo con el organismo de Naciones Unidas, cuando Evo llegó a la Presidencia, en enero de 2006, el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia era de 9 mil 549 millones de dólares. Este año, asciende a 40 mil 725 millones de dólares, lo que quiere decir que, durante los gobiernos del indígena de ascendencia aymara, ese indicador creció en 326 por ciento y se cuadruplicó con creces.
Además, la pobreza bajó de 66.1 a 35.1 por ciento y la pobreza extrema pasó de 28.2 a 16.4 por ciento.
No es una exageración decir que ningún presidente latinoamericano del siglo 21 exhibe estos avances en la áreas económica y social. Así lo confirman los datos de todos los organismos internacionales: desde la Cepal hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
Las estadísticas indican que tanto el crecimiento económico como el desarrollo social de Bolivia registraron progresos sistemáticos y sostenidos durante los casi 14 años en el poder de Evo Morales, sin retrocesos abruptos, como en el caso de sus vecinos Brasil y Argentina, ni largos periodos de mediocridad y depauperización social, como en el caso de México.
Cuando Evo juramentó como presidente, Bolivia era el tercer país más pobre de América, detrás de Haití y Honduras. Hoy, si te toma como indicador el ingreso per cápita, hasta Venezuela es más pobre.
Incluso México, tras los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, registra porcentajes de pobreza superiores a los de Bolivia: 41.9 por ciento, según la última medición del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), contra 35.1 por ciento.
Una parte del éxito de la gestión económica de Evo Morales se explica por el alza de precios que registraron las materias primas durante el periodo de bonanza de la economía china, entre 2003 y 2014.
Pero el principal acierto del primer presidente indígena de Bolivia fue haber traducido el auge de precios de los productos primarios en crecimiento económico sostenido y en desarrollo social.
Contra lo que afirma la derecha latinoamericana, en materia económica Evo Morales siguió un modelo más parecido al de Chile que al de Venezuela. Mantuvo el orden macroeconómico, cuidó el equilibrio de las finanzas públicas e incrementó sustancialmente los ingresos tributarios del gobierno.
Esto último lo logró con la nacionalización de los hidrocarburos, en 2006, pues esa medida le permitió cambiar las reglas del juego del sector e imponer tributos más equitativos a las empresas trasnacionales que participan en la explotación de gas natural, la joya de la corona de la economía boliviana.
Evo Morales elevó la recaudación fiscal del gobierno al 26 por ciento del PIB, un porcentaje que ubica a Bolivia entre los países latinoamericanos con mayores ingresos tributarios. México, por ejemplo, recauda apenas el equivalente al 16 por ciento del PIB.
Con esa herramienta de redistribución, el expresidente, quien renunció el domingo bajo presión de la policía y las Fuerzas Armadas tras varios días de protestas por acusaciones de fraude electoral, echó a andar un ambicioso programa de desarrollo social cuyos resultados están a la vista.
Además de la notable reducción de la pobreza, Bolivia se convirtió, junto al Ecuador de Rafael Correa, en el país latinoamericano con mayores avances en distribución del ingreso.
El índice de Gini, un indicador para medir los niveles de inequidad de un país y el cual revela más progreso en el tema entre más bajo sea, era de 58.5 puntos en Bolivia al llegar Evo Morales al poder, en 2006. Hoy, es de 44 puntos.
Esto quiere decir que Bolivia es un país menos inequitativo que México (que tiene 48 puntos Gini), Colombia (49) y Brasil (53).
El problema de Evo Morales fue político. Desde su arribo a la Presidencia enfrentó a la furibunda derecha boliviana e iberoamericana personificadas en los expresidentes Jorge Quiroga (Bolivia), José María Aznar (España), Álvaro Uribe (Colombia) y Vicente Fox y Felipe Calderón (México).
Todos ellos, en su momento, satanizaron a Morales como un “apéndice” del régimen de Hugo Chávez en Venezuela, algo que los hechos se han encargado de desmentir con los años. Bolivia es un país con notables avances económicos y sociales. Venezuela es un país colapsado.
El flanco débil de Evo Morales no viene de sus relaciones con el hoy gobernante de Venezuela, el autócrata Nicolás Maduro, sino de la naturaleza caudillista de su propio proyecto político.
En febrero de 2016, los bolivianos dijeron “No”, en un plebiscito, a una reforma constitucional que hubiera habilitado a Morales para un cuarto período presidencial en 2019.
Pero el gobernante no acató los resultados y llevó el caso al Tribunal Constitucional (TC), que en 2017 consideró que prohibirle una nueva reelección al presidente sería limitar sus derechos políticos.
La reelección presidencial indefinida suele provocar desastres políticos en América Latina.
La renuncia del indígena aymara a la Presidencia se produjo horas después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) rindiera un duro informe preliminar sobre las elecciones del pasado 20 de octubre en Bolivia, en las que, oficialmente, Evo Morales logró una nueva reelección.
Según la OEA, esos comicios estuvieron plagados de “irregularidades”. Por ello, el secretario general del organismo, Luis Almagro, recomendó repetirlos.
Evo Morales ya había aceptado la recomendación. Pero su salida del poder fue precipitada por el ruido de sables. El jefe del Mando Militar de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, le había sugerido horas antes renunciar a la Presidencia. Y un sector de la policía se había sumado a las protestas en su contra.
Por eso Cuba, Venezuela, México y el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, hablan de un “golpe de Estado”. El quiebre del orden constitucional es la peor salida para Bolivia. Lo único que hará es enaltecer los logros económicos y sociales del primer presidente indígena en la historia de esa nación.

Prevé Pelosi aprobar TMEC este año

Washington. La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, dijo este jueves que podría haber un avance inminente en las negociaciones sobre el tratado comercial con Canadá y México (TMEC) y que quiere aprobar el pacto para fin de año.
"Nos estamos moviendo positivamente en términos del acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá. Una vez más, todo se reduce a (...) la aplicación", dijo Pelosi a periodistas en rueda de prensa. "Creo que podemos llevar esto al lugar donde tenemos que estar, lo que es inminente".

CUÁNTA LEGITIMIDAD-Rocha

La rebelión de los narcos

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esde hace más de dos sexenios el comportamiento de los narcos es el de una rebelión social cuya base la constituyen miles de jóvenes que no vieron otra opción de movilidad en el modelo de economía neoliberal. Buscaron acceder a una vida de confort, aunque en ello les fuera la vida. Junto con los adultos metidos a la empresa de las drogas estos jóvenes se concentran en todas las ramificaciones de actividades que genera ese tipo de economía alterna. Aferrados a su principal fuente de ingresos resistirán cualquier amenaza a su estatus. Estudios de investigadores y académicos de la Facultad de Ciencias Sociales (Faciso), de la Universidad de Sinaloa –campus Mazatlán–, como los de Arturo Santamaría, han mostrado que en esta economía, sus sectores se estratifican como en el propio capitalismo en clases altas y bajas, según quiénes sean los propietarios de la producción y distribución de enervantes y quiénes los asalariados; hasta la última categoría de burreros. Estos estudios de carácter regional, pero reflejantes de la realidad nacional, se han centrado también en la participación cada vez más protagónica de la mujer. Igual que en cualquier empresa, las actividades de sus asalariados incluyen profesionales del más diverso orden, como financieros, con la característica de su dispersión y clandestinidad. Quienes intervienen en los procesos técnicos y de orden contable y administrativos, difícilmente participan en operativos de ataque en la guerra entre cárteles.
En efecto, estamos ante una rebelión social vinculada a una parte de la sociedad, cuyo apaciguamiento vendrá en la medida que se pueda disminuir la base social de jóvenes del narco. El diagnóstico de la 4T es correcto, y su estrategia de minar la base social del poder del narco con programas de apoyo a los jóvenes es también certero. Pero los resultados podrían verse sólo en el mediano y largo plazos, lo cual podría complicar la gestión gubernamental porque como toda rebelión, o más bien dicho, más que cualquier otra, la de los narcos resulta susceptible de ser infiltrada y redirigida por otros intereses internos de la República o de fuera. Por eso la 4T necesita complementar su estrategia. Debe existir algo entre el presente que es la realidad de la rebelión social de los jóvenes narcos y la distancia futura de las metas de esos programas gubernamentales. Este es un vacío que en las actuales circunstancias de emergencia sólo la Presidencia puede llenar con suficiencia si selecciona cuatro o cinco regiones y frente a ciudadanos en asamblea popular, recibe propuestas sobre la mejor forma de lidiar en lo inmediato con los jóvenes narcos y su rebelión. Es decir, sí es necesario dedicar a este tema tiempo y atención, pero ir más allá: hasta ahora, la estrategia contra la rebelión ha contado sólo con operativos gubernamentales. Es necesario entenderse con empresarios, partidos, iglesias, sindicatos, clubes, organizaciones populares y democráticas, asociaciones de jóvenes de cualquier causa social incluyendo las deportivas, ecologistas y feministas, con la mira de desarrollar una verdadera alianza macro social que se comprometa con el objetivo de detener la violencia y apaciguar al país. Vale decir, hacer que la sociedad mexicana haga suya e interiorice mentalmente la meta de lograr la paz en el país.
Por medio de los sexenios recientes el Estado ha lidiado con el narcotráfico empleando diferentes estrategias. Una consistió en llegar a acuerdos con los cárteles para que no traspasaran determinados límites. Otra, seleccionar a uno de ellos encumbrándolo del resto para que éste moderara la violencia entre ellos. Felipe Calderón declaró la guerra a todos los narcotraficantes con resultados contraproducentes y Peña Nieto ensayó detener a grandes capos con operativos espectaculares que le sirvieron de idea a los guionistas de Netflix para la producción de sus películas morbosas. Ninguna de ellas funcionó y la posibilidad de que la 4T arribe a buen puerto en materia de sofocar la rebelión depende de factores internos como externos, por lo cual no resulta descabellado suponer que probablemente las cosas empeoren antes de mejorar. La única garantía de éxito consiste en levantar a la sociedad en una cruzada colectiva sin precedente. Igual serviría para analizar junto al pueblo las posibilidades reales de legalizar la producción controlada y despenalizar el consumo de drogas, de tal manera que quitar el sustento económico, el control de la violencia y las ganancias al narco, lo cual aliviaría la pesada carga que ha significado para México el narcotráfico. Junto con esto sí es necesario plantear una desintoxicación masiva de los consumidores mexicanos –incluyendo el alcohol– por medio de centros comunitarios con presupuesto de los tres niveles del Estado mexicano, que serviría para dar trabajo a los jóvenes en busca de empleo.
En una fase paralela a estas acciones es necesario mover los resortes de las organizaciones internacionales para lograr el apoyo a la nueva tendencia mexicana contra el crimen organizado. No se trata de tareas fáciles, sino de algo complejo, pues Estados Unidos permite el trasiego hacia su país por la necesidad que tiene de las drogas para mantener el control sobre la parte marginada de su estructura social y la clase media estadunidense de naturaleza levantisca. A pesar de la propaganda desplegada por los medios de la industria de la (des) información las tendencias de la opinión pública mexicana favorecen las medidas que el gobierno ha tomado en cada uno de los casos de la rebelión narca y la lucha entre cárteles. Por eso es necesario cuidar los vacíos existentes y anticipar las próximas jugadas.
Investigador del Colegio de Sonora

MASCOTA DE LA MASCOTA-Helguera

AMLO: se retomó lo mejor de diplomacia

Digno historial
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Con el asilo del ex presidente de Bolivia salieron a luz posturas racistas, afirma
 
Periódico La Jornada
Jueves 14 de noviembre de 2019, p. 4
Con el asilo otorgado al ex presidente de Bolivia Evo Morales, México retomó lo mejor de la tradición diplomática; ningún país tiene un historial tan consecuente y digno en materia de asilo, sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, consideró que con esta decisión afloraron posturas clasistas y racistas que reflejan la mezquindad conservadora, preocupada por los gastos.
Elogió los logros de Bolivia bajo la presidencia de Morales: Fue un buen gobernante, aunque esto no es lo que nos llevó a tomar la decisión. Se le dio asilo porque estaba en peligro su vida y se actuó de manera consecuente. Ese presidente indígena dejó muy buenos resultados, ojalá se conozca cómo se comportó la economía, cómo sacó a Bolivia de ser pueblo con mucha pobreza, con mucha marginación, cómo lo sacó adelante. Era de los pueblos más atrasados del continente.
–¿Hay tensión con el gobierno que quedó?
–Vamos a valorar cómo se presentan las cosas hacia adelante y eso lo está analizando muy bien la Secretaría de Relaciones Exteriores. Tenemos el compromiso de traer a México a quienes están en la embajada y han pedido asilo.
Reivindica el trabajo de la cancillería y la Sedena
López Obrador reivindicó la actuación de la cancillería y de la Secretaría de la Defensa Nacional, que movilizó a tiempo el avión para trasladar a Morales, porque era una situación de horas.
Calificó de mezquinas las voces que reprochan los costos de tener a Morales en México: No es de extrañarse. Ayudan estas cosas a que emerja lo que está oculto, el racismo, pero que sale, porque está ahí. Incluso recordó que en alguna ocasión que acudió a Santa Fe, cuando era jefe de Gobierno, le gritaron: Andrés Manuel, eres un naco. Y van a la iglesia los domingos y comulgan, pero así es el conservadurismo.

ORGULLOSO PADRE-Fisgón