S ólo vi el último debate presidencial en Estados Unidos. Donald Trump, deplorable: me recordó a un gringo borracho exigiendo a gritos una margarita en un bar de Cancún. La señora Hillary Clinton, muy sólida y serena. Imagen presidencial. En política y en beis nada acaba hasta que se acaba. Trump tiene menos posibilidades que un equipo que llega a la novena entrada con pizarra adversa 16 vs 2. Gane quien gane México puede temer que en 2017, en una situación económica extremadamente vulnerable, se le llame a una nueva ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). También estamos en una gran vulnerabilidad política. En la amarga realidad no sólo tenemos las desventajas del desequilibrio entre las dos naciones, sino además la pérdida de la legitimidad de nuestros representantes. Enrique Peña Nieto y su equipo han cedido cuanto les han pedido y hoy su credibilidad está más baja que nunca. Desde la forma en que se manipularon los vot