El rostro de la represión, el personaje oscuro de la política y el pederasta, así consigna la historia a Miguel Ángel Yunes Linares; su pasado negro aparece en sus recuentos biográficos, sobre todo en coyunturas. Y hoy, nuevamente como diputado federal, tiene los reflectores encima por las denuncias de peculado y enriquecimiento ilícito.
Enemigo del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán y ahora del gobernador Javier Duarte de Ochoa, primero priista y ahora panista, el ex candidato a la gubernatura de Veracruz y ahora nuevamente aspirante a la candidatura, tiene a los diputados federales priistas veracruzanos concentrados en hacer que la PGR acelere las investigaciones en su contra.
En los medios se ventila una denuncia por el desvío de 159 millones de pesos en laDirección General del ISSSTE, que debieron gastarse en la compra de medicamentos, y por enriquecimiento ilícito, pues –según los priistas– tiene múltiples propiedades y cuentas bancarias en el extranjero.
Entre Los Demonios del Edén
Con su investigación y su libro Los demonios del Edén, la periodista Lidya Cacho involucró a Miguel Ángel Yunes Linares en la red de pederastia que tiene en la cárcel al empresario Jean Succar Kuri. A diferencia de la sentencia de 112 años de prisión al empresario mexicano de origen libanés, Yunes Linares fue exonerado.
Yo no soy desviado, Yunes a Chuayffet
En medio del escándalo y ya como Subsecretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Yunes Linares se confrontó con Emilio Chuayffet Chemor, entonces coordinador del PRI en la Cámara de Diputados. En febrero de 2006 se discutía la solicitud de juicio político contra el gobernador de Puebla Mario Marín, involucrado también en la red de prostitución infantil.
“Es gravísimo, por supuesto que es gravísimo, una gente implicada o referida en el caso es el Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública”, expresó Chuayffet Chemor en tribuna y cuestionó al entonces presidente Vicente Fox Quezada por haberlo hecho parte del gobierno federal. A los señalamientos hubo respuesta de Yunes Linares.
“Es usted un cobarde. Desde marzo de 2004 en que se publicó por primera vez la infamia en mi contra –de la cual hoy se hace eco–, hasta el 14 de diciembre del mismo año, en que pedí licencia como diputado federal, pudo subir a tribuna y hacer este señalamiento, pero no tuvo el valor de enfrentarme.
“A diferencia de usted, yo, diputado Chuayffet, soy un hombre en toda la extensión de la palabra, no soy un desviado. Tengo una vida personal de la que me siento orgulloso.
“A diferencia de usted, yo, diputado Chuayffet, soy un hombre en toda la extensión de la palabra, no soy un desviado. Tengo una vida personal de la que me siento orgulloso.
“Yo siempre doy la cara, no eludo responsabilidades como usted lo hizo con la matanza de Acteal; por esa razón, personalmente solicité a la PGR y la Procuraduría de Quintana Roo, se investigaran estos condenables hechos y se me llamara a declarar.
“Ambas instituciones resolvieron hace más de un año que no tuve ninguna participación en los mismos (…)
“Públicamente lo reto a que acepte que debatamos este y cualquier otro tema ante el pleno de los diputados. Si lo hace, de inmediato solicitaré mi reingreso a la cámara. Sé que no lo hará. Su vida es una permanente expresión de abyección y cobardía.
“Si determina actuar como varón, aunque sea por una vez en la vida, haga público que acepta debatir, para que yo actúe en consecuencia”.
“Si determina actuar como varón, aunque sea por una vez en la vida, haga público que acepta debatir, para que yo actúe en consecuencia”.
El rostro de la represión
En 1995, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) corroboró que líderes indígenas y campesinos eran hostigados, amenazados y detenidos ilegalmente por los cuerpos de seguridad del Estado de Veracruz. Y giró un paquete de recomendaciones a Miguel Ángel Yunes Linares, en ese entonces Secretario de Gobierno.
Las quejas de Alejandro Salas Romero y Margarito Romero Tzompaxtle hicieron que la CNDH investigara a Yunes Linares por privaciones ilegales de la libertad desde la entonces Delegación Estatal de la Policía Preventiva, Zona Centro, en la ciudad de Fortín de las Flores.
En cinco años y con un gobernador ausente, Yunes Linares tomó el control para reprimir indígenas. Entre 1992 y 1997, los campesinos e indígenas de la huasteca –que exigían tierras– vivieron torturas, encarcelamientos extrajudiciales y fueron víctimas de homicidio, como Anastasio y Rolando Hernández.
En septiembre de 1994 aparecieron los cuerpos torturados de Anastasio y Rolando Hernández Hernández. Al pueblo de El Encinal, llegaron policías estatales y judiciales para llevárselos. Eran originarios de Ixhuatlán del Café y fueron encontrados en los márgenes de un río; no tenían ojos, les cortaron la lengua y sus intestinos estaban destrozados.
A los cuatro años, en 1998, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ordenó al estado mexicano investigar la agresión e indemnizar a los deudos de las víctimas, pero el presidente Ernesto Zedillo Ponce de León decidió archivar el caso y la recomendación de la CIDH, así como Vicente Fox Quezada
Proceso denunció nexos con el narco
El 19 de abril de 2013, Proceso publicó que la Procuraduría General de la República (PGR) identificó vínculos de Yunes Linares al narcotráfico y crimen organizado desde 2001, y que sorprendentemente el presidente Vicente Fox Quezada lo hizo Subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana en la Secretaría de Seguridad Pública.
Según la investigación que publicó Proceso y retomó la periodista Lydia Cacho, el ex Secretario de Gobierno Yunes Linares –junto con el gobernador Patricio Chirinos Calero– protegieron a Albino Quintero Meraz, uno de los líderes del cartel de Juárez que fue detenido en mayo de 2012, en una casa de seguridad del fraccionamiento Villa Rica, en el municipio de Veracruz.
De acuerdo con el trabajo periodístico, Patricio Chirinos y Miguel Ángel Yunes tenían la costumbre de usar el Lear Jet de Quintero Meraz, y recibieron 15 millones de dólares por la protección que otorgaron al narcotraficante.
La ruptura con Elba Esther y desvío de recursos en el ISSSTE
En junio de 2011, Elba Esther Gorillo Morales, entonces presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) pidió públicamente una auditoría a la gestión de Miguel Ángel Yunes Linares como Director General del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE),
“Acepto y reconozco, yo Elba Esther Gordillo que sí apoyé a Yunes y sí, que se aclare que no tuve nada que ver, que se haga una auditoría de fondo, se analice y tome una decisión de quién es el director de Finanzas y la dirección del Instituto (…) Me deslindo y lo que pido es que se haga una auditoría, no como un acto de mala fe, sino una exigencia de transparencia”, dijo Elba Esther Gordillo al solicitar la revisión de 58 mil millones de pesos.
“Acepto y reconozco, yo Elba Esther Gordillo que sí apoyé a Yunes y sí, que se aclare que no tuve nada que ver, que se haga una auditoría de fondo, se analice y tome una decisión de quién es el director de Finanzas y la dirección del Instituto (…) Me deslindo y lo que pido es que se haga una auditoría, no como un acto de mala fe, sino una exigencia de transparencia”, dijo Elba Esther Gordillo al solicitar la revisión de 58 mil millones de pesos.