En marcha, programa de auditorías, entre ellas a Bestel
Habrá una restructuración en tiendas y farmacias del Issste: Hidalgo Monroy
Angélica Enciso L.
Periódico La Jornada
Martes 20 de diciembre de 2011, p. 33
En las tiendas del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) hay un déficit de alrededor de 900 millones de pesos, por lo que en éstas y en las farmacias, se hará una restructuración, anuncio su director, Sergio Hidalgo Monroy. También se refirió a que hay en marcha un programa de auditorías en la institución, entre ellas la del sistema informático (operada por Bestel, filial de Televisa).
A tres semanas de que tomó posesión como director de esta institución, en entrevista colectiva explicó que hay auditorías en marcha y que se trabaja con la Secretaría de la Función Pública (SFP), a la cual se le pedirán algunas “preventivas sobre temas del ejercicio”. Detalló que hay auditorías relacionadas con sistemas, donde se ejerce una parte importante de recursos, aunque no precisó la cantidad. Dijo que una que tiene que ver con sistemas informáticos es para determinar resultados y si se logró a lo que se comprometió en el contrato.
Hay que recordar que los primeros meses de este año se reanudó un debate público entre Teléfonos de México (Telmex) y Televisa sobre un contrato de servicios informáticos del Issste, adjudicado en 2010 a Bestel, filial de la televisora, sobre el cual la telefónica argumentó que el instituto erogó más recursos por el servicio que antes le prestaba.
Veinte legisladores del PRD pidieron a la Auditoría Superior de la Federación revisar el caso por daños al erario. En junio, Jesús Villalobos, entonces director del Issste, dijo que la SFP ratificó el fallo en favor de la empresa propiedad de Televisa y continuaba con el contrato para operar la red de telecomunicaciones del instituto (La Jornada, 23 de junio).
Ayer, sin mencionar explícitamente los casos, Monroy sostuvo que se hacen auditorías de revisión del gasto, “no sobre áreas ni personas, sino sobre procesos por el peso que tienen en el presupuesto; no es por dudas, sino por buenas prácticas. Son contratos de más de 200 millones de pesos”.
En relación con las 334 tiendas del Issste, donde laboran 6 mil 900 trabajadores, detalló que hay un déficit de 900 millones de pesos en la operación y que “se debe reducir, pero cualquier cosa que hagamos va a respetar a las personas que trabajen allí. Si tenemos que reubicar gente para hacerla productiva, la capacitaremos. La pérdida de operación va en contra del instituto, pero aún no hay una decisión”.
Asimismo, dijo que están pendientes 20 inauguraciones de obras de infraestructura, entre ellas tres hospitales en Michoacán y Veracruz, así como centros de atención de primer nivel.
I
nstalado en ese nebuloso terreno legal en el que no puede asumirse como candidato en campaña, aunque sí lo sea (igual que le sucede a Enrique Peña Nieto), Andrés Manuel López Obrador se lanzó de lleno a la especulación posterior al momento de las urnas, al anunciar tres designaciones que en su gabinete realizaría en caso de ganar la Presidencia de la República: Marcelo Ebrard a Gobernación, Rogelio Ramírez de la O a Hacienda y Juan Ramón de la Fuente a Educación Pública.
Tres cartas con dedicatoria específica a públicos electorales que así podrían sumar su voluntad votante al tabasqueño que va retomando sitio, luego de la larga travesía por el desierto mediático impuesta por el calderonismo y sus aliados temporales. Con el todavía jefe del gobierno capitalino, AMLO pretende hacerse de los bonos de la clase media y el segmento liberal o progresista que no comparte estilo ni propuestas de quien finalmente quedó como candidato de
las izquierdas. Ramírez de la O ya había sido en 2006 la propuesta hacia la Secretaría de Hacienda, por su buena reputación profesional, su conocimiento de las élites de tan delicado ámbito y la garantía que así ofrece de compartir las tesis de justicia social de su jefe político sin transgredir las normas de control presupuestal y rigor ortodoxo que los grandes centros de poder económico reclaman. De la Fuente también había asomado en los esbozos de gobierno que en 2006 había hecho AMLO, considerado entonces como un posible secretario de Gobernación. De entonces a la fecha, el ex rector de la UNAM ha aparecido en múltiples combinaciones de futurismo electoral que no han aterrizado.
En términos estrictos de la pelea electoral en curso, el lance de López Obrador parece acertado (aunque con una exageración chirriante al hablar de que conformará un equipo de trabajo como el del presidente Juárez, no sólo porque al hablar así el propio tabasqueño se asume como nueva versión definitiva del oaxaqueño sino, además, porque sus primeras propuestas de funcionarios no acumulan aún méritos contundentes para ser ubicados por decreto en la antesala de los juaristas
gigantes).
Falta ver, desde luego, si Ebrard y De la Fuente están realmente decididos a jugar su suerte con AMLO o, como se puede deducir de los escarceos en que han participado respecto a un futuro gabinete de coalición, estén más encaminados a participar en secretarías con cualquiera que emerja como triunfador, más en términos de dar
gobernabilidadque a comprometerse militantemente con una opción. Ebrard y De la Fuente no desean ser candidatos a nada porque prefieren reservarse para la conformación de un futuro gabinete
plural, gane quien gane la titularidad del Poder Ejecutivo.
Por lo pronto, AMLO acelera el pragmatismo coyuntural que trata de ganar el centro y se desmarca de la izquierda dura que constituyó su refugio y plataforma durante cinco años de sequía. La República Amorosa y el pejecristianismo sirven para eludir confrontaciones y definiciones directas respecto a esa misma izquierda que es animada a conformarse con la consigna de Amor y Paz. Ahora, con las tres cartas que presenta rumbo a diciembre de 2012, el candidato lanza anzuelos, tira lastre y muestra flexibilidad operativa en el timón.
Por otra parte, doblegada por el implacable espíritu de temporada que campea, esta columna considera su obligación cívica, ética y deportiva extender el presente reconocimiento al mérito atlético y la modestia institucional del C. Lic. Felipe Calderón, quien el sábado anterior agregó un logro de antología a su exitosa trayectoria (ampliamente valorada a nivel internacional, por sus varios y siempre exitosos salvamentos a la humanidad) al obtener el primer lugar en la carrera pedestre (es decir, a pie; la RAE especifica que en asuntos deportivos se refiere al andar y el correr) denominada
Molino del Rey, Un día en la vida, en la que participaron
mil setecientos competidores, entre miembros del Estado Mayor Presidencial, sus familiares e invitados externos, cada uno portando una camiseta púrpura como distintivo.
Llevando la identificación frontal con el número 2, el Lic. arrancó al frente del nutrido grupo y en esa misma condición puntera descontó los cinco kilómetros establecidos. El comunicado de prensa de Los Pinos, que en bit.ly/uAtl7n puede ser consultado, rindió cuenta de la proeza:
Después de cruzar la meta en primer lugar de la competencia de cinco kilómetros, el Presidente de México recibió felicitaciones de su esposa Margarita Zavala y sus tres hijos, así como un reconocimiento a su participación por parte del Estado Mayor Presidencial.
Apenas de una manera indirecta, por contraste, el reporte oficial se permite insinuar la extraordinaria fortaleza física del ocupante de Los Pinos que en razón de sus asignadas tareas se supone que está sujeto a grande tensión por asuntos nacionales e internacionales y que gasta parte importante de su tiempo en viajes, actos protocolarios y sesiones de trabajo, sin posibilidades de sostener un programa de entrenamiento a fondo e incluso llevado por las circunstancias a tentaciones en materia de gastronomía y relaciones públicas. Dice el párrafo en mención:
Cabe destacar la gran condición física que mostraron los miembros del Estado Mayor Presidencial, elemento central que debe ostentar todo integrante de este organismo que apoya las actividades del Presidente y su familia.
Aparte de la prueba de cinco kilómetros hubo otra de 10, varias infantiles y un maratón que también fue ganado por un jefe, en este caso por el propio general Jesús Javier Castillo Cabrera, máximo mando del Estado Mayor Presidencial. El testimonio gráfico de la hazaña quedó discretamente registrado en la misma página de Los Pinos citada.
Y, mientras el Cordero rezagado tira golpes a todos lados, esta vez retando a Peña Nieto a debatir sobre economía, ¡hasta mañana, con la Sedena revelando la proporción no áurea sino plúmbea de la actual
guerra: un soldado muerto por cada 18 presuntos delincuentes fallecidos!
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