MÉXICO, D.F. (apro).- Un grupo de apenas 12 diputados de izquierda se impuso al presidente de la Mesa Directiva, Ricardo Anaya, y ante la ausencia del coordinador del PRI, Manlio Fabio Beltrones, impidieron que en el pleno de sesiones se votara fast track la Ley de Consulta Popular.
Entre otros, Ricardo Mejía y Alfonso Durazo, de Movimiento Ciudadano (MC); Manuel Huerta, del PT, y Socorro Ceceñas, del PRD, tomaron ayer la tribuna después de pedir que se retirara el primer punto de la orden del día, debido a que en él se incluía “la dispensa de trámite, discusión y votación” de la norma.
Ante la sorpresa de que el primer punto a discutir era la minuta enviada por el Senado en materia de consulta popular, Alfonso Durazo, Manuel Huerta y Carlos de Jesús Alejandro, del PRD, exigieron desde su curul que no se continuara violentando el reglamento interno de la Cámara de Diputados y se enviara a comisiones la minuta para luego ser discutida y votada en el pleno.
En sus intervenciones, los tres legisladores pidieron a Anaya que por ser su último día como presidente de la Mesa Directiva, evitara salir de San Lázaro “manchando” su conducción al violentar el reglamento.
“Presidente, es muy grave lo que está ocurriendo con el debate que se pretende dar de la consulta popular”, reclamó Manuel Huerta a Ricardo Anaya.
Añadió:
“En este momento nos acaban de dar un nuevo anexo de la Gaceta Parlamentaria, donde bajo el título de ‘control de cambios’ pretenden que sólo se modifique lo que ahí está escrito y no a propuesta de los diputados. Incluso a mi me acaban de rechazar los cambios que propongo a la minuta”.
El panista respondió que estaba a la espera de una posible modificación a la agenda elaborada por parte de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), pero aclaró que aun así “el trámite sí lo pondremos a consideración del pleno”.
El ánimo de los diputados de izquierda se exacerbaba a cada respuesta del presidente de la Mesa Directiva. Manuel Huerta lanzó: “De albazo, nos presentaron un ‘control de cambios’ (y aún) no ha pasado por comisiones. Esto es muy grave, sería una violencia grave del Reglamento”.
Y exigió que la minuta pase por comisiones.
“Usted ha hecho un papel medianamente o muy digno. No se marche usted, manchándose con este tipo de arbitrariedades que se pretenden hacer por el pleno”, asestó al presidente de la Mesa Directiva.
En su turno, Alfonso Durazo aclaró al panista que no se trata de ver si el pleno decide o no qué trámite darle a la minuta, sino cumplir con una disposición reglamentaria que dice que “todo tema sujeto a consideración del pleno o toda minuta pase por la comisión correspondiente”.
No hay ninguna urgencia, ninguna justificación, ni ningún argumento contenido en la minuta, agregó, que pudiera llevarnos a considerar la dispensa del trámite.
“El asunto es que este tipo de atropellos al procedimiento parlamentario es recurrente y queremos ponerle un alto a cualquier violación, venga de donde venga, en particular si procede de la Jucopo, que se ha empeñado en atropellar el procedimiento”, subrayó Durazo.
Los diputados reclamaron entonces al presidente de la Mesa Directiva que el documento recién entregado, nombrado “control de cambios”, no lo elaboró ninguna comisión y se desconoce quién fue el autor, por lo que ni siquiera debiera ponerse a consideración del pleno, además de que la propia minuta no ha sido discutida en comisiones.
Desde su curul, el perredista Carlos de Jesús Alejandro lanzó a Ricardo Anaya: “Esta Cámara se esta viciando. Sistemática y reiteradamente hemos estado violando el reglamento interno. No es posible que los dictámenes que vienen del Senado no pasen por comisiones”.
Luego preguntó: ¿qué razón tienen de ser estas comisiones legislativas de este honorable Congreso, que son espacios de deliberación, de aportes, pero también de consensos y acuerdos?
Y al grito de: “No estamos de acuerdo en que se siga violentado esta soberanía, señor presidente”, la docena de diputados de MC, PT y PRD tomó la tribuna, lo que provocó que Anaya se levantara y se dirigiera a la curul del perredista Silvano Aureoles, presidente formal de la Jucopo.
Al cabo de unos minutos regresó a su lugar y dijo: “Se instruye que la minuta de referencia sea turnada a la comisión de Gobernación”. Los diputados de izquierda aplaudieron y liberaron la Mesa Directiva.
Casi de inmediato entró al salón de plenos el priista Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien no ocultó su molestia por lo ocurrido en su ausencia.
De acuerdo con la versión del diputado Manuel Huerta, Aureoles habló con el vicecoordinador del PRI, Manuel Añorve, y éste dio su aval para que se cumpliera con el trámite legislativo y la minuta se discutiera la tarde de este miércoles para que mañana pueda ser aprobada.
Por vez primera desde que inició la actual legislatura, un pequeño grupo de diputados de izquierda logró darle un albazo al coordinador del PRI, Manlio Fabio Beltrones. En su ausencia, lograron presionar al presidente de la Mesa Directiva para que regresara a comisiones una minuta.
Según Huerta, Anaya –quien pidió licencia para buscar la secretaría general del PAN, en fórmula con Gustavo Madero, que intentará ser reelegido como presidente de ese partido– le dijo que había sido su decisión reponer el trámite legislativo, pero Silvano Aureoles aseguró que no, que fue gracias a la Jucopo.
Mientras tanto, Beltrones, Añorve y uno de los hombres cercanos a Enrique Peña Nieto, el diputado José Manzur, discutían lo sucedido. El albazo se había consumado. Los operadores de Manlio Fabio no lograron frenarlo.
El pasado 27 de febrero, el Senado de la República aprobó la minuta de ley de consulta popular, avalada el 10 de diciembre de 2013 por la Cámara de Diputados. Después de hacerle modificaciones, el Senado la remitió de nueva cuenta a San Lázaro, por lo que ahora los diputados deberán discutirla en la Comisión de Gobernación en ausencia de su presidente, el priista Alejandro Moreno Cárdenas, quien se encuentra fuera de la ciudad, pero además nunca pensó que esa ley se discutiría en comisiones.
Quizá se le ocurrió que sucedería lo mismo que aquel 10 de diciembre, cuando llegó la iniciativa y se votó de inmediato en el pleno, sin discusión de por medio.