Dayton, Ohio. El presidente Donald Trump arribó el miércoles a Dayton, Ohio, donde lo recibieron manifestantes que atribuían a su retórica incendiaria el aumento de las tensiones políticas y raciales. Trump inició así su visita a los dos sitios de las matanzas del fin de semana, donde se reunió con sobrevivientes y familiares y rindió homenaje a los socorristas.
Junto con la primera dama Melania Trump, el mandatario estadunidense visitó el hospital donde eran atendidas varias víctimas del ataque del domingo. La Casa Blanca dijo que Trump saludaría a los socorristas y el personal del hospital antes de reunirse con las víctimas y sus familias.
Frente al hospital Miami Valley se congregaron unos 200 manifestantes para reclamar un mayor control sobre las ventas de armas. Algunos dijeron que no era bienvenido en la ciudad.
Fue una muestra de furia y hostilidad en medio de una tragedia nacional, impulsada por opositores que sostienen que las palabras del propio Trump pueden haber contribuido a las matanzas en Ohio y en El Paso, Texas.
Trump rechazó esa idea al partir de la Casa Blanca y criticó a quienes lo acusan de contribuir a las divisiones.
“Mis críticos son políticos”, dijo Trump, al destacar la tendencia política aparente del agresor en Dayton e insinuar que podría ser partidario de los demócratas.
“No tuvo nada que ver con el presidente Trump”, dijo el propio Trump. “Esta gente busca una ventaja política”.
Negó que su retórica fomentara la violencia y aseguró que, por el contrario, “une a la gente. Nuestro país marcha increíblemente bien”.
Es un dilema inusual para un presidente estadounidense, que intenta consolar a una población y una nación en medio de señalamientos de que él mismo ha contribuido a un clima generador de violencia.
Trump visitó Ohio antes de viajar a Texas. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que las visitas serían similares a las que realizó anteriormente a sitios de masacres como Parkland, Florida, y Las Vegas. El presidente y la primera dama realizarán un homenaje a los socorristas y se reunirán con sobrevivientes y familiares de las víctimas.
"Quiere ir a estas poblaciones y compartir el luto, orar con ellas y ofrecer condolencias", dijo el vocero de la Casa Blanca, Hogan Gidley, el martes. Trump también quiere "mantener una conversación" acerca de cómo prevenir episodios similares en el futuro, añadió.
"Podemos hacer algo con impacto para impedir que esto vuelva a suceder si nos unimos", dijo el vocero.
Es una tarea difícil para un presidente que prospera con las divisiones y que, según sus colaboradores, considera la discordia y el malestar en torno a los cambios culturales, económicos y demográficos como la clave de su reelección.