A LA RECICLADORA, PAPELERÍA ELECTORAL DE 2015 EN LA CAPITAL. El Instituto Electoral del Distrito Federal comenzó la destrucción de más de 110 toneladas de documentación utilizada durante los comicios del año pasado en la Ciudad de México. Este proceso se realizará con apego a normas ambientales y generará además beneficios para el instituto, ya que se procuró impulsar su aprovechamiento mediante el reciclajeFoto Cuartoscuro
U
na fiesta así no causaría tanto revuelo en una sociedad que confiara en sus políticos, empresarios, religiosos, periodistas, funcionarios y personajes de élite. La concurrencia gustosa en el cumpleaños de uno de ellos sería materia inocua de publicaciones color rosa e incluso podría celebrarse que las divergencias partidistas e ideológicas no fueran tan acerbas como para impedir a los convidados la civilizada convivencia en una reunión de tipo social.
En el México actual, polarizado, proclive a la suspicacia, acostumbrado a ver a los actores principales de su telenovela trágica como cínicos villanos sin remedio, el convite por los 75 años del abogado Diego Fernández de Cevallos (cumplidos, en realidad, mañana) sirvió para ilustrar la significativa compatibilidad de diversos partícipes del escenario político y social que, a pesar de sus aparentes posicionamientos distantes o confrontados, terminan participando con alegría en las fiestas del poder o de los poderes que de diversas maneras y en distintos grados representan.
La fiesta del llamado jefe Diego no ha sido la primera ni es excepcional. Año tras año, por ejemplo, el arzobispo de la Iglesia Ortodoxa Antioqueña en México, Antonio Chedraoui Tannous, festeja su cumpleaños (este enero, el 84) con la aparatosa asistencia de buena parte del elenco de quienes mandan en el país, en una peculiar opción preferencial cristiana por el oropel y las cúpulas. Las páginas de las revistas de
sociales, como Quién, Hola yCaras, muestran en cada edición reuniones privadas en las que se dan cita nombres y apellidos de familias con mucho dinero e influencia. En esas publicaciones suele haber suficiente material para entender lo básico de las redes de poder en México.
Pero la gala ranchera del símbolo máximo del tráfico de influencias en México, el ostentoso Fernández de Cevallos, fue exhibida en esta ocasión por la panista Xóchitl Gálvez a través de Periscope, la herramienta de Twitter para transmitir video y audio en directo que está de moda en el mundo entero y a la que se han aferrado con dispares resultados la propia Gálvez, hidalguense que funge como jefa delegacional en Miguel Hidalgo, Ciudad de México, y su administrador citadino, o conserje de la ciudad ( city manager), Arne aus den Ruthen, éste muy dedicado a documentar por esa vía sus incursiones en calles residenciales para combatir el estacionamiento de automóviles de guaruras en las banquetas.
Xóchitl la infidente paseó su teléfono con cámara, conectado a Periscope, por el salón de fiestas del rancho La Barranca, en Jerécuaro, Querétaro, y con ello dejó involuntario (¿involuntario?) testimonio de la contigüidad física, social y política de una parte del elenco al que un amplio segmento de mexicanos culpa de lo que hoy sucede en México, pero no sólo como individualidades, sino como integrantes de maquinaciones complicitarias que han servido para mantener en el poder al PRI y al PAN, con la ayuda del PRD, y para sostener el régimen de corrupción e injusticia que ha llevado al país a la crisis actual.
Con el indicativo Carlos Salinas de Gortari como invitado sintomático, la cámara de Gálvez mostró al panista en busca del DIF nacional el sexenio entrante, Felipe Calderón Hinojosa; al perredista Carlos Navarrete (miembro del grupo de los Chuchos, firmantes entusiastas del Pacto por México), quien precisó que se estaba
portando bienen su plática con FCH; al sombrío ex jefe de la oficina de la Presidencia con CSdeG, José Córdova Montoya; a dos gobernadores en activo (el de Colima y el de Querétaro); a tres secretarios de estado (Meade, Calzada y Narro, titulares, respectivamente, de Desarrollo Social y Electoral, Agricultura y Conexos, y Salud y Asuntos Universitarios); al ex secretario de Relaciones Exteriores con Vicente Fox, Jorge Castañeda, y a una muestra representativa de la colección de funcionarios negociados o
apoyadospor el anfitrión Diego: los ex procuradores federales de justicia Antonio Lozano Gracia (al que Fernández de Cevallos puso en su representación en la PGR) y Arturo Chávez, y el socio Fernando Gómez Mont, quien fue secretario de Gobernación.
También estuvieron allí el hombre más rico de México y uno de los principales a nivel mundial, Carlos Slim; el dirigente nacional del PAN, el queretano Ricardo Anaya; el ex titular de la PGR general Rafael Macedo de la Concha; el abogado litigante Juan Collado; el cardenal primado, Norberto Rivera; el presidente del IFE en 2006, Luis Carlos Ugalde; el ex secretario particular de Calderón, ahora senador, Roberto Gil; el pluripartidista Porfirio Muñoz Ledo; el secretario mancerista de Desarrollo Económico, Salomón Chertorivsky, y los periodistas Ciro Gómez Leyva y Carlos Marín.
No está de más recordar que Salinas y Fernández de Cevallos urdieron con Carlos Ahumada la difusión de videos en 2006 para tratar de
descarrilaral candidato creciente, Andrés Manuel López Obrador. Aunque el término moleste a ciertas audiencias, ese fue un complot, una confabulación entre personajes de poder para destruir o cuando menos frenar política y mediáticamente a un adversario electoral. El accidentado arribo del precario Calderón a Los Pinos también fue facilitado mediante tramas de élite que llevaron al PRI a dar paso al michoacano electoralmente insuficiente. Otros ejemplos de conjuras en las alturas para nombrar secretarios, procuradores, ministros, magistrados, jueces, senadores y diputados forman parte del historial dorado del llamado jefe Diego, así que tiene justificación el escándalo de impudicia política que ha provocado el cumpleaños periscopeado.
Y, mientras Morena revisa las causas de su nueva derrota en el municipio de Centro, Tabasco, cuya capital es Villahermosa, luego que Octavio Romero (amigo personal y operador financiero y administrativo de AMLO, especialmente impulsado por éste en campaña, al grado de
perdonara un ex candidato priísta
corrupto) perdió en elección extraordinaria frente al perredista Gerardo Gaudiano Rovirosa, impulsado por el gobernador Arturo Núñez, ¡hasta mañana!
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