▲ El presidente Andrés Manuel López Obrador, acompañado del titular de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú.Foto José Antonio López
Alonso Urrutia y Néstor Jimenez
Periódico La Jornada
Miércoles 9 de octubre de 2019, p. 6
Miércoles 9 de octubre de 2019, p. 6
En vísperas de que el proceso de aprobación del tratado comercial en América del Norte entre en su
fase decisiva–como lo definió el canciller Marcelo Ebrard–, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió una carta a la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi. En la misiva expresó la postura mexicana favorable a que se consolide este mecanismo comercial que será benéfico para las economías de los tres países, incluido Canadá.
El documento se entregó en la reunión efectuada en Palacio Nacional con congresistas demócratas encabezados por Richard Neal, presidente del estratégico Comité de Medios y Procedimientos –instancia responsable de aprobar los temas que van al pleno– y del grupo de negociación demócrata abocado al Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). En el encuentro, la parte mexicana, encabezada por López Obrador, disipó las dudas de los congresistas sobre la vigencia de la reforma laboral en México.
Durante su conferencia, el Presidente dijo que en la carta pediría,
de manera respetuosa, que se procure una aprobación pronta para este importante asunto, que es todo un acontecimiento para favorecer la economía de los tres países, y que no se mezcle y no se contamine con el proceso electoral que se está llevando a cabo en Estados Unidos.
Al ser entrevistado al término de la reunión que calificó de efectiva, Ebrard subrayó que las principales preocupaciones de los cinco legisladores demócratas eran en el ámbito laboral. Se les informó que está en marcha la reforma en la materia y el Presidente les planteó claramente que
los cambios en salarios y de condiciones de los trabajadores son los objetivos principalísimos de la Cuarta Transformación, independientemente del tratado. Eso está cambiando en México y va a seguir cambiando; México no va a sostener más su desarrollo en bajos salarios.
Tras destacar que del encuentro México puede desprenderse un
optimismo razonable, precisó que las dudas de los congresistas se basaban en dos ámbitos: el escaso presupuesto que vieron para su instrumentación en la Secretaría del Trabajo y los alcances de los amparos interpuestos en su contra.
La parte mexicana (conformada además por los secretarios de Hacienda, Arturo Herrera, y del Trabajo, Luisa María Alcalde, así como la embajadora en Estados Unidos, Martha Bárcena, y el subsecretario para América del Norte, Jesús Seade), explicó que se les informó que la complejidad de lectura del presupuesto en México no permite determinar cuáles son los recursos asignados para instrumentar la reforma laboral, pues incluye fundamentalmente el Poder Judicial Federal y estatales.
En torno a los amparos –figura inexistente en el derecho estadunidense– se les explicó que a diferencia de Estados Unidos, donde la resolución de un caso impacta a todo el país, en México el otorgamiento de un recursos sólo aplica para el promovente.
Por su parte, Seade destacó que las proyecciones optimistas para aprobar el T-MEC son que pueda salir en noviembre. Existe convencimiento tanto entre demócratas como entre republicanos, por lo que confió en que las diferencias por el entorno electoral o el impeachment que se ha promovido no afecten su aprobación.
Ebrard destacó: “lo que nos dijeron es: ‘Sí nos interesa que se ratifique; es una cosa importante para nosotros y por eso venimos hasta acá para escuchar el punto de vista de la máxima autoridad mexicana, en quien, además, sí confiamos’”.