sábado, 24 de septiembre de 2011

La derecha se nutre de la Traición. René Arce, priista.

‘Arropan’ líderes priistas a Arce en su Quinto Informe

Política •
Enrique Peña Nieto, Beatriz Paredes, Jesús Murillo Karam y Manuel Jiménez Guzmán se presentaron en el Hemiciclo a Juárez para acompañar al senador durante su Quinto Informe.
Ciudad de México • El ex gobernador de Estado de México, Enrique Peña Nieto, se presentó al Quinto Informe del senador René Arce. Acompañado además por la plana mayor del DF, con personalidades como Beatriz Paredes, Jesús Murillo Karam, Manuel Jiménez Guzmán y líderes del Partido Verde Ecologista, como Jorge Emilio González y Jorge Legorreta Ordorica.
En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, arribaron al Hemiciclo a Juárez a través de una valla humana, que se extendió por toda Avenida Juárez, con asistentes provenientes de Iztapalapa, trasladados por más de un centenar de camiones estacionados a los alrededores.

"Fualipe".... Caserra

Son mexicanos, son valientes

"¿No tiene usted miedo, alcalde?" "Todos tenemos miedo, compadre". Cada vez hay más mexicanos que se plantan ante el narco y se enfrentan al terror a pecho descubierto. Aquí están sus historiasNo tuvieron que irse a la guerra, la guerra vino a buscarlos. Desde 2007 hasta ahora, más de 40.000 mexicanos han muerto víctimas de la guerra que sostienen calle a calle las organizaciones criminales y el Gobierno de Felipe Calderón. Día tras día, los periódicos cuentan historias espeluznantes de matanzas, decapitaciones, policías y políticos corrompidos por el narcotráfico. A ritmo de ametralladora, las editoriales publican libros sobre los principales carteles y hasta la revista Forbes sigue manteniendo en su nómina de multimillonarios al mítico Chapo Guzmán, el fugitivo líder del cartel de Sinaloa. El mal, por tanto, tiene su cuota de gloria en la vida cotidiana de México. El resto del paisaje lo conforman unas autoridades sin prestigio ni credibilidad y una sociedad asustada y desvertebrada, como ausente, sin capacidad de alzar la voz sobre el tableteo constante de las armas de alto poder. Sin embargo, de un tiempo a esta parte van saliendo a la luz historias de gente corriente que, lejos de claudicar o brincar la frontera hacia Estados Unidos, decidió anteponer la dignidad al miedo y enfrentarse al terror, muchas veces con la única protección de su pecho descubierto. Un cirujano de Ciudad Juárez que fue percatándose de que los sicarios a los que trataba de salvar la vida cada vez se parecían menos a él -un hombre de 40 años- y más a su hija adolescente. Una alcaldesa de la tierra caliente de Michoacán, una de las zonas más peligrosas de México, que un día -después de que unos criminales mataran a su marido- se levantó la blusa y mostró su cuerpo roto a tiros y su decisión de no claudicar. Un edil de Nuevo León al que los criminales ya han emboscado tres veces, llevándose por delante a varios de sus escoltas. Un poeta que perdió a su hijo y ahora recorre el país intentando a duras penas resucitar la conciencia cívica, el orgullo de ser mexicano. Son los nuevos héroes. El México heroico que lucha contra el México salvaje.


Cuerpo roto por disparos de sicarios
María Santos, alcaldesa de Tiquicheo, muestra el cuerpo roto por disparos de sicarios. En un ataque anterior había muerto su marido y padre de sus tres hijos.- CONTACTO CIUDADANO
 
De pie junto al quirófano del Hospital General de Ciudad Juárez, el doctor Arturo Valenzuela, de 45 años y con una hija adolescente, se fue dando cuenta de que, hace solo tres años, a su quirófano llegaban dos heridos de bala a la semana, a veces tres, tipos duros, herederos de una estirpe acostumbrada a matar y a morir según las reglas de la droga y la frontera, pero que, mes a mes, la fisonomía de los heridos y de los muertos se iba suavizando hasta tener los rasgos de una mujer joven. Espantado, pensó en huir. "Lo tenía fácil", reconoce, "además de la mexicana, yo tengo la nacionalidad canadiense. Así que pensé que era hora de probar otra vida, de sacar a mi hija y a mis padres de aquí, de ponerlos a salvo cruzando la frontera". Una frontera que separa Ciudad Juárez de El Paso. La ciudad más peligrosa del mundo, de la ciudad más pacífica de Estados Unidos.

Al tiempo que valoraba la posibilidad de marcharse, el doctor Valenzuela también iba constatando, horrorizado, que en Ciudad Juárez ya se habían acabado los sicarios de 40 años. Ya no se trataba, pues, de una guerra tradicional entre carteles. Yo te mato a tres. Tú me matas a siete. Se trataba ya de una guerra total. Empujados por la pobreza, por la desigualdad, por la falta de afecto en una ciudad acostumbrada a tratar a las mujeres como esclavas -en la cadena de montaje o en la casa-, cientos de muchachos crecidos a la intemperie de barrios sin asfalto ni escuelas, sin energía eléctrica ni agua corriente, fueron engrosando las filas del único ejército que los aceptaba. A un ritmo endiablado, sin capacidad de elegir, esos muchachos bautizados a semejanza del último galán de la última telenovela, fueron subiendo rápidamente por la escalera del crimen. De halcón -el que alerta de la llegada de la policía- a camello. De camello a sicario. De sicario a muerto. El doctor Valenzuela pensó que la única manera de intentar interrumpir ese último salto mortal pasaba por quedarse. "Me dije que mi hija o mis padres no eran los únicos que lo estaban pasando mal. Que en la biografía de mi conciencia no podía escribir con tinta indeleble que cuando mi ciudad me necesitó, yo me fui. Así que me senté con otros médicos a ver qué se podía hacer...". No hace falta escribirlo. El doctor Valenzuela decidió quedarse.

"La primera marcha que organizamos fue en noviembre de 2008. Unos 200 médicos. Muchos con cubrebocas, por temor a represalias. Ya se habían disparado los secuestros, las extorsiones telefónicas y los homicidios con armas largas, aunque no tantos como ahora. Se estaba empezando a fraguar el Comité Médico Ciudadano y yo me sumé. Lo primero que hicimos fue crear una página de Internet con información práctica para enfrentar los secuestros. ¿Cómo piensa el secuestrador? ¿Qué víctima es más vulnerable? Incluso pusimos un botón de pánico para que la gente nos llamara en caso de necesidad, porque ya por entonces nadie se fiaba de la policía. Hay que tener en cuenta que en el año 2007, en Ciudad Juárez se denunciaron siete secuestros. En 2008 ya fueron 28. Al año siguiente ya había más de 200 denuncias... La gente no sabía qué hacer. Negociaban mal. Pagaban rescates espantosos. Cometían errores que ponían en peligro a la víctima. Y lo peor de todo: una vez que pagaban, ya jamás los dejaban en paz, seguían extorsionándolos. Mucha gente empezó a marcharse de la ciudad".

El párrafo anterior, sin interrupciones, es la pura declaración del doctor Valenzuela. En ese párrafo, y en los que vendrán después, está sintetizada la historia de lo que ha sucedido en México en los últimos cinco años, la clave apenas apuntada en la primera frase del reportaje: los mexicanos no fueron a buscar la guerra, la guerra se plantó un día en la puerta de su casa. La verdadera clase de tropa de esta guerra sin cuartel -es bueno no equivocarse- no la forman los miles de militares sacados urgentemente de los cuarteles o los miles de policías federales instruidos a toda prisa, conectados a una máquina de la verdad para certificar la pureza de sus intenciones, armados hasta los dientes después y finalmente puestos a patrullar en ciudades que a muchos de ellos les resultan hostiles y remotas. Los verdaderos soldados a la fuerza de esta guerra son los ciudadanos. Los concejales de ciudades pequeñas que, pese a la oferta de plomo o plata, deciden apretar los dientes y seguir sirviendo a sus comunidades. Las profesoras que, entre la clase de matemáticas y la de dibujo, tienen que enseñar ahora la de supervivencia. En caso de balacera, hay que tirarse al suelo, no levantar la cabeza, entonar tan fuerte como sea posible una canción divertida. "No pasa nada", les decía Martha Rivera Alanís a sus alumnos de seis años mientras fuera repicaban las balas, "nada más pongan sus caritas en el piso. Vamos a cantar fuerte una canción: ¡si las gotas de lluvia fueran chocolate...!". El vídeo que grabó aquella valiente maestra de Nuevo León venía a demostrar hasta qué punto la violencia forma ya parte de la vida cotidiana de México, pero también de qué forma los mexicanos de a pie lo enfrentan de forma valerosa. "Echándole ganas", por utilizar una expresión local.

Como le echan ganas cada día los periodistas mexicanos del norte. Hasta hace muy pocos años ejercían su oficio decente y tranquilamente en los pequeños diarios de las ciudades del norte, hasta que, de un día para otro, se convirtieron en corresponsales de guerra. Solo que ellos no se visten con chalecos antibalas, no presumen de haber estado en conflictos lejanos ni dan conferencias al regreso. Ellos -los periodistas de Chihuahua, de Tamaulipas, de Nuevo León- ni siquiera tienen que cruzar la calle para irse a la guerra. Lo hacen después de dejar a sus hijos en el colegio, a veces en el mismo colegio que los hijos de los criminales, temiendo cada día que, después de cubrir la última balacera en el barrio más bravo de la ciudad, el teléfono de la redacción suene y al otro lado de la línea una voz muy convincente sugiera que al reyezuelo local del cartel del Golfo o de Los Zetas no le gustaría que tal o cual dato ocupara la portada del día siguiente. Y a pesar de todo, los periodistas mexicanos siguen ejerciendo su oficio. La prueba es que la ONU acaba de otorgarle a México el dudoso galardón de haberse convertido en "el país más peligroso de América para ejercer el periodismo", un premio al que solo se opta reuniendo muchas coronas de flores.

Hay muchos alcaldes en México que, día a día, desprecian el dinero sucio y ponen en riesgo su vida. Pero tal vez no haya muchos que sean capaces de contarlo con el desparpajo del ingeniero Jaime Rodríguez Calderón, alcalde de García, una localidad de 150.000 habitantes en el área metropolitana de Monterrey, la capital de Nuevo León.

-¿Cuántas veces han atentado contra usted?

-Tres.

-¿Cuál fue la primera?

-Cuando inicié mi campaña para alcalde, en junio de 2009.

-¿Por qué?

-Porque le dije a la gente lo que ya venía viendo desde hacía unos años, que los policías estaban involucrados en el narcotráfico, cobraban extorsiones, se dedicaban al narcomenudeo... Pero, a pesar de la amenaza de los criminales, gané la alcaldía.

-¿Y qué fue lo primero que hizo como alcalde?

-Puse al frente de la policía a un general incorruptible. Me lo mataron al cuarto día. Y yo, después de ir al funeral, eché al cuerpo de policía al completo, despedí a 165 agentes y empecé a reclutar a gente nueva. Contraté a otro militar incorruptible y empezamos a limpiar la ciudad. Clausuramos 250 narcotienditas, sacamos a los capos de la ciudad, metimos en la cárcel a 27 policías y otros salieron huyendo. Son esos los que me quieren matar. Estoy pisando muchos callos, pero no quiero que un día mis hijos digan que fui un cobarde.

-Y, ya como alcalde, ha sufrido dos atentados más...

-Se me pone la piel chinita al acordarme. Yo jamás he disparado un arma, nunca tuve una pistola. Pero nos emboscaron y tuve que poner mi camioneta blindada entre los sicarios y los escoltas para que no los fusilaran allí mismo. Ahí ya me mataron a uno...

-¿No tiene usted miedo, alcalde?

-Todos tenemos miedo, compadre. Pero yo lo sé controlar. Mire, hay gente que le tiene tanto miedo a la muerte que no aprende a disfrutar de la vida. Hay vivos que están ya muertos. Y yo no quiero ni ser un muerto en vida ni que mis hijos me recuerden como un cobarde.

En las dos historias siguientes también adquieren especial importancia los hijos. Los hijos pequeños de María Santos Gorrostieta y de Marisol Valles. Los hijos muertos de Marisela Escobedo, de Luz María Dávila y de Javier Sicilia.

María Santos Gorrostieta, la joven alcaldesa del pequeño municipio de Tiquicheo, en el Estado de Michoacán, apenas ocupó un par de días los titulares de la prensa. Dijo lo que tenía que decir y luego, sensatamente, volvió a desaparecer. Y lo que tenía que decir era que el 15 de octubre de 2009 sufrió el primer ataque del crimen organizado. ¿De quién exactamente? No se sabe. Estas cosas no suelen saberse en México, donde la impunidad supera el 98% de los casos. Aquel día, la joven alcaldesa fue atacada por un grupo de sicarios armados con rifles de asalto y granadas de fragmentación -esos juguetes que con tanta facilidad se pueden comprar en las 12.000 armerías estadounidenses abiertas junto a los 3.000 kilómetros de frontera con México-.

No lograron matarla, pero se llevaron por delante a su marido y padre de sus tres hijos pequeños. En cuanto se recuperó de sus heridas, María Santos regresó a sus labores de alcaldesa, pero solo tres meses después volvieron a atacarla. Esta vez, cuando salía de un acto en la Tierra Caliente del Estado de Guerrero. La camioneta Ford Lobo que conducía su hermano recibió varias ráfagas de metralleta. Tres proyectiles hicieron blanco en el tórax, la pierna y el abdomen de María Santos. De nuevo estuvo a punto de morir. De nuevo se salvó. Y fue entonces cuando la joven alcaldesa llamó a un fotógrafo, se remangó la blusa, mostró su hermoso cuerpo roto por los disparos y dijo: "A pesar de mi propia seguridad y la de mi familia, tengo una responsabilidad con mi pueblo, con los niños, las mujeres, los ancianos y los hombres que se parten el alma todos los días sin descanso para procurarse un pedazo de pan...; no es posible que yo claudique cuando tengo tres hijos a los que tengo que educar con el ejemplo". Dicho esto, María Santos Gorrostieta, la alcaldesa valiente de Tiquicheo, regresó de puntillas a sus labores de madre y alcaldesa.

María Santos sabía que no es prudente significarse demasiado. En ninguna dictadura lo es. Tampoco en esta del terror creciente que sufre México desde principios del año 2007. Tan creciente que un reciente estudio realizado por el experto Eduardo Guerrero para la revista Nexos demuestra que -en contra de la versión oficial- cada vez son más los municipios mexicanos azotados por la violencia. Si en 2007 eran 53 los municipios donde se registraron 12 o más homicidios ligados al crimen organizado, en 2008 ya pasaron a ser 84; en 2009 la cifra subió a 131 municipios y en 2010 ya fueron 200 las localidades con 12 o más ejecuciones. La cifra de lugares aquejados por el cáncer de la violencia se ha cuadruplicado en solo cuatro años y aún no se vislumbra una salida.

Por eso, significarse es peligroso. Muchos de los protagonistas de nuestro México heroico lo supieron desde el principio. Otros lo fueron sabiendo. Del primer grupo mencionado podemos rescatar la lucha de una mujer llamada Marisela Escobedo.

Marisela tenía una hija de 16 años que se llamaba Rubí. La mataron en Ciudad Juárez en agosto de 2008, apenas unas semanas después de dar a luz a su bebé. Marisela, como otras muchas de las más de 500 madres cuyas hijas han sido asesinadas en la ciudad norteña, emprendió la búsqueda del asesino de su hija. Un año después, y gracias a su insistencia, la policía detuvo a un tal Sergio Rafael Barraza, el exnovio de Rubí, quien confesó que la había matado y quemado después, indicando a los agentes el lugar donde se encontraba el cadáver. Pese a todo, el convicto solo pasó unos meses en prisión. El 29 de abril de 2010 fue puesto en libertad por "falta de pruebas". Marisela volvió a echarse a la calle para seguir clamando justicia para su hija. Logró que el juicio fuera revisado, pero el asesino, lógicamente, ya había puesto pies en polvorosa. Barraza fue condenado en rebeldía a 50 años de prisión. Marisela se plantó entonces frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua, el Estado fronterizo con Estados Unidos cuya ciudad más poblada y más violenta es Ciudad Juárez. La presencia de Marisela allí, durmiendo en plena calle, era un grito constante que dejaba al descubierto las graves carencias del sistema de seguridad y justicia en México. No pasó mucho tiempo hasta que empezó a recibir amenazas. Las denunció frente a las cámaras de televisión. "No me voy a esconder", dijo, "si me van a asesinar, tendrán que venir a asesinar aquí para vergüenza del Gobierno. Tengo amenazas por parte del asesino de mi hija, de su familia. Me han dicho que él ya está involucrado en un grupo del crimen organizado. ¿Qué está esperando el Gobierno? ¿Que venga y termine conmigo? Pues que termine conmigo, pero aquí enfrente del Palacio de Gobierno, a ver si les da vergüenza".

Así lo hicieron. Terminaron con ella allí mismo, en plena calle, frente al edificio símbolo de la autoridad, el jueves 16 de diciembre de 2010. El vídeo grabado por una cámara de seguridad hizo posible que todo México pudiera ver casi en directo la ejecución anunciada de Marisela Escobedo. Tres tipos la atacaron, ella cruzó la calle intentando salvarse, pero un sicario la alcanzó, le disparó mortalmente en la cabeza y se alejó caminando, tan campante, hasta que un coche blanco lo recogió y lo sacó del lugar.

Marisela -que hoy reposa junto a los restos de su hija Rubí- sabía que la iban a matar. Y aun así dio el paso. Marisol Valles, en cambio, no se percató en un principio de lo que significa enfrentarse al crimen. El pasado mes de octubre, ante la negativa de todos los hombres, decidió hacerse cargo de la policía de su municipio, Práxedis G. Guerrero, fronterizo con Estados Unidos, en pleno Valle de Juárez. Ante la estupefacción de medio mundo, Marisol Valles, de 20 años de edad, madre de una recién nacida y estudiante de Criminología, se convirtió en la jefa de 19 policías, nueve de ellos mujeres. Los antecedentes no eran halagüeños precisamente. Solo un par de días antes, en el pueblo de al lado, el crimen había abatido sin contemplaciones a un comisario y a su hijo. ¿Quién los mato? Posiblemente los mismos que, unas semanas después y sin que trascendiera a la opinión pública, empezaron a mandarle mensajes envenenados a Marisol Valles. Tal vez fueron los hombres de Vicente Carrillo, jefe del cartel de Juárez, o tal vez los del Chapo Guzmán, jefe del cartel de Sinaloa. Lo que sí trascendió es que, cuatro meses después y sin decírselo ni al alcalde, la joven jefa de policía cogió a su hijo y cruzó la frontera para ponerse a salvo. No ha sido hasta ahora cuando, a través de una cadena de televisión estadounidense, Marisol Valles ha declarado con lágrimas en los ojos que sí, que tuvo miedo, que la amenazaron con asesinarla a ella, a su bebé, a su familia...

Mientras todo eso sucedía, muy cerca de allí, junto a un quirófano del Hospital General de Ciudad Juárez, el doctor Valenzuela seguía observando la progresiva destrucción de su ciudad, pero no solo de la suya. Como piezas de dominó que provocan con su caída la caída de las demás, muchas ciudades del norte del país se fueron convirtiendo en verdaderos campos de batalla -Tijuana, Reynosa, Matamoros- hasta terminar contagiando al seis doble, la joya de la corona, Monterrey, la capital del Estado de Nuevo León, otrora el orgullo indiscutible del México moderno y emprendedor y hoy una ciudad que vive de sobresalto en sobresalto. Sus vecinos se han acostumbrado a avisarse a través de las redes sociales -sobre todo a través de Twitter- de los bloqueos de carreteras que los sicarios de tal o cual cartel suelen organizar para evitar que los rivales o la autoridad los interrumpan mientras hacen de las suyas. Por ejemplo, el pasado martes, un vecino de Monterrey avisaba a través de su tuiter: "Situación de riesgo en Chapultepec y Revolución, hombres colgados en puente y disparos, eviten la zona #MtyFollow". El tuit informativo era contestado enseguida por TrackMty, una red ciudadana con más de 40.000 ciudadanos que intenta ayudar a los ciudadanos a no convertirse en víctimas de la violencia. Unas horas después, los periódicos locales ya traían la fotografía de los ahorcados en un puente del centro de Monterrey, a plena luz del día. La conmoción que viven ahora los regiomontanos ante la caída de su ciudad la vivieron ya hace tiempo los juarenses. También fueron testigos de cómo los intentos de rescatar la ciudad con la bayoneta calada fueron fracasando.

Lo cuenta el doctor Valenzuela: "Fue entonces cuando llegaron los militares a Juárez. Capturaron a muchos delincuentes. Pero no supieron armar los expedientes y los jueces los dejaban en libertad. La impunidad estaba por arriba del 98%. Ya teníamos una buena cantidad de homicidios todos los días, los secuestros se dispararon y se había puesto de moda el cobro de piso. A tu negocio llegaba un tipo, a cara descubierta, y te entregaba un papel con un número de teléfono: a partir de mañana recibirás protección a cambio de 5.000 pesos (300 euros) a la semana. Y si no pagabas... Empezaron a cerrarse gran cantidad de negocios y los homicidios ya superaban los 5.000. Ninguno se investigaba. La policía estaba infiltrada. La procuración de justicia no existía. Pedimos que viniera a la ciudad el presidente Felipe Calderón. Se nos dijo que el presidente iba a venir... Pero entonces pasó lo de Villas de Salvárcar y eso lo aceleró todo...".

Lo de Villas de Salvárcar... Hay un antes y un después de "lo de Villas de Salvárcar". Ocurrió el 31 de enero de 2010. Quince jóvenes que celebraban una fiesta en un barrio de Ciudad Juárez fueron acribillados. Desgraciadamente, no fue la crueldad del crimen lo que lo convirtió en famoso, sino unas declaraciones que hizo el presidente Felipe Calderón. Sin salirse de la versión oficial, que sostiene que la inmensa mayoría de los caídos desde 2007 son sicarios que se matan entre sí, el presidente de la República atribuyó la matanza a un ajuste de cuentas entre bandas. El patinazo no pudo ser mayor. Enseguida se supo que los muchachos eran en su mayoría buenos estudiantes y deportistas, víctimas de la espiral de locura y muerte que azota a Ciudad Juárez, donde en 2010, y a pesar del despliegue de más de 10.000 policías federales, se produjeron 3.100 homicidios. El presidente Calderón no tuvo más remedio que ir ocho días después a Juárez y disculparse ante los familiares de los muchachos. Una de las madres, Luz María Dávila, rota por el dolor, lo encaró: "Disculpe, señor presidente, yo no le puedo decir bienvenido porque para mí no lo es. Yo quiero justicia. Mis hijos eran dos muchachitos que estaba en una fiesta. Y quiero que usted se retracte de lo que dijo. Dijo que eran pandilleros. Mentira. Mis dos hijos estudiaban y trabajaban. No tenían tiempo de andar en la calle. Eran mis dos únicos hijos y ya no los tengo. Ahora quiero justicia. Ustedes siempre hablan y no hacen nada. Quiero que se ponga en mi lugar y sienta lo que ahorita estoy sintiendo yo. No me diga que sí, ¡haga algo, señor presidente!".

Aquella súplica sigue pendiente. La situación del país va de mal en peor. La cifra de asesinatos, de secuestros, de asaltos, de robos... va en aumento. Durante los últimos meses han sido cientos los cadáveres encontrados en fosas clandestinas. Hay zonas, como Tamaulipas, donde el Estado no es capaz de garantizar la seguridad ni en la carretera principal, la 101, la que une la capital del Estado, Ciudad Victoria, con la fronteriza Heroica Matamoros. Hace unas semanas se supo que una madrugada sí y otra también, grupos de sicarios a bordo de lujosas camionetas y manejando fusiles de alto poder se sitúan al borde de la carretera, dan el alto a los autobuses de línea, suben a ellos, eligen a punta de pistola a unas cuantas mujeres y a unos cuantos hombres y los bajan. A ellas las violan allí mismo y a ellos se los llevan para intentar extorsionar a sus familias. Luego los entierran en fosas clandestinas. ¿Cuántos? No se sabe. ¿Quiénes? Tampoco. ¿Por qué? Menos. Estas tres preguntas con sus respuestas -o la falta de ellas- se pueden aplicar a la guerra que vive México. Más de 40.000 muertos, 9.000 sin identificar, 5.000 desaparecidos...

Y justo ahora, cuando todas las veredas parecían conducir inexorablemente al precipicio, un rumor ha empezado a escucharse en la calle. A ratos sordo como un lamento. A veces indignado. Ante la incapacidad del Gobierno de detener la sangría constante -y también de abrazar a las víctimas de la barbarie-, un hombre de pelo cano, sombrero de paja y dos relojes en la mano izquierda, se ha puesto en camino. Se llama Javier Sicilia. Es poeta. Como la mayoría de los mexicanos, observaba con horror la deriva de su país. Pero también como la mayoría, permanecía quieto. El pasado 28 de marzo, su hijo Juan Francisco, de 24 años, fue asesinado en Cuernavaca junto a otros cuatro jóvenes y dos adultos. Sicilia, que se encontraba en Filipinas, regresó a México, anunció que jamás volvería a escribir poesía, puso junto a su reloj el de su hijo y se echó a la calle para intentar recuperar la conciencia cívica, enfrentarse al miedo, reclamar justicia.

-¿Por qué, en vez de encerrarse en su dolor, ha salido a la calle a decir basta?

-Por dignidad. Y por mi hijo. Porque su desgracia le está poniendo cara y nombre a la de 40.000 desconocidos. Y, sobre todo, porque tengo que hacer todo lo posible para que no muera ni un muchacho más.

A través del poeta Sicilia, de Marisela Escobedo o de Luz María Dávila, los mexicanos se han ido enterando de que la versión oficial no es del todo cierta. Que muchos de los 40.000 muertos tal vez sí fueran sicarios, pero que otros muchos no pudieron evitar su mala fortuna.

Un día, sin avisar, la guerra vino a buscarlos.

Casi 1 millón mensual nos cuesta el avión del secretario



Las mentiras de Peña y los muertos de Duarte. Carlos Puig

¡ Cómplices !

Historias del más acá 2011-09-24

Mientras a Enrique le dicen mentiroso por dar información falsa sobre los homicidios ocurridos en el Edomex, el gobernador de Veracruz tiene una estrategia diferente para lidiar con ese tipo de muertes. Él sólo cuenta las de aquellos que no tengan antecedentes penales. Y luego de que le aparecieran 35 cadáveres en plena calle, pregunta que cuál es el lío, si todos eran delincuentes.

Compañeros del mismo dolor. Septiembre de 2011. Foto: José Candelario/Cuartoscuro

A veces hay que repetir las cosas para entender la magnitud del absurdo.

Mientras en Veracruz matan periodistas, Los Zetas se apropian de las ciudades, cientos de policías tiene que ser destituidos porque, entre otras cosas, no hacen caso a las órdenes del gobernador Duarte, nada mejor se le ocurre al gobierno estatal que ir a arrestar a dos tuiteros utilizando, de manera al menos rara, una ley. El escándalo mediático que se arma hace que el gobernador envíe una nueva iniciativa a su congreso, la cual el congreso —nomás faltaba— aprueba en segundos y entonces su procurador se desiste de su averiguación… en fin. Como de señores feudales. Y de congresos sumisos. Por cierto, alguien convence al gobernador —y yo supongo que le cobra— de que es buena idea crear algunos usuarios de Twitter para que lo alaben. Estrategia que es descubierta por la comunidad de las redes sociales en segundos.

Mientras todo esto sucede, el gobernador Duarte hace un paréntesis para tomarse un cafecito con Enrique Peña Nieto en la Parroquia.

Sí, con el mismo Enrique Peña Nieto al que una de las revistas más influyentes del mundo le acaba de decir mentiroso. Sí.

Reproduzco parcialmente lo que se publicó el día 22 en el blog de The Economist:

“Destacó en su informe (Peña Nieto) la sorprendente afirmación de que la tasa de homicidios en el Estado de México había caído a más de la mitad en su sexenio. De 16.5 por cien mil habitantes a 7.6 en 2010, según dijo. Esto resultó particularmente sorprendente dado que la tasa nacional de homicidios se ha casi duplicado durante el mismo periodo. (Aquí, el autor de la entrada del blog inserta la liga para ver los números en el informe escrito, hay que buscar en la página 222, bajo homicidios dolosos. http://igecem.edomex.gob.mx/descargas/informe/6Tomo2.pdf)

“La afirmación es absolutamente falsa. Los números enlistados por el señor Peña en el informe son de hecho las cifras oficiales, pero no hacen mención de una revisión estadística hecha en 2007 que redujo a la mitad la tasa de homicidios de un día para otro. Usted puede ver el desagregado estadístico mes a mes en la página web del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Comparando diciembre de 2006 y enero de 2007, cuando la nueva metodología se implementó, y uno puede ver el número de homicidios en el Estado de México se cae, mágicamente, 62% en un mes.

“Yo noté esto mientras escribía una nota sobre crimen en México hace unos meses. Ayudantes del señor Peña me explicaron que la revisión implicó borrar muertes que se habían, erróneamente, clasificado como homicidios (suicidios, accidentes y otros). Me dijeron en ese entonces que estaban seguros de que la metodología era más precisa, y probablemente tengan razón. Lo que nadie puede dudar es que es una tontería con afán de confundir comparar los homicidios después de 2007 con los de antes de ese año, porque fueron contabilizados de manera completamente diferente”.

El reportero de The Economist hace las cuentas correctas y de hecho señala que la tasa de homicidios del Estado de México se mantuvo relativamente estable en los primeros años de Peña. Pero en la primera mitad de este 2011 se han disparado 40 por ciento más que en el mismo periodo de 2007. Y concluye el periodista de The Economist: “Aún tomando en cuenta el aumento de la población, esto significa que la tasa de homicidios en el Estado de México ha aumentado substancialmente. ¿Seguirá el señor Peña afirmando lo contrario?”.

La gente de Peña Nieto ha de pensar que nadie lee en inglés por acá, por eso no les importó decir la verdad en The Economist del 26 de mayo, y luego decir mentiras en español en el informe de septiembre.

Habrá que entenderlos, lidiar con el crimen no es sencillo.

El compañero de cafés con leche de Peña, el señor Duarte, tiene una estrategia diferente para lidiar con los homicidios. Él sólo cuenta los de aquellos que no tengan antecedentes penales.

En una de las declaraciones y campañas más increíbles de los últimos meses, después de que le aparecieran 35 muertos en plena calle, Duarte se empeñó en preguntarnos que cuál era el lío, si todos eran delincuentes. La inserción pagada en los diarios, tomada del boletín de prensa, no tiene desperdicio: “Se confirma vínculo de asesinados en Boca del Río con crimen organizado: PGJ. Los 35 habían estado involucrados en delitos como secuestros, robo de autos, extorsiones y homicidios”. Sospecho que en algún momento, el boletín decía: “Se lo merecían”. Pero prefirieron quitárselo.

Hace semanas que funcionarios de seguridad e inteligencia federales, y no digamos de la Marina Armada de México, le dicen a quien quiera escucharlos que la situación en Veracruz es un desastre. Vaya, que hasta el C-4 estatal (el centro de comando) está en manos de la delincuencia. Que no sería raro que aparecieran algunas fosas clandestinas y que la guerra apenas comienza.

El gobernador anda en otra cosa. Pelándose con las redes sociales, maltratando muertos y tomando lecheros con Peña Nieto, a quien The Economist ya le dijo mentiroso.

El desempleo, al alza: afecta a 2.83 millones

Negocios •
Se trata también de la sexta cifra más elevada de desocupación de los últimos 11 años, sólo superada por algunos registros generados durante la reciente crisis financiera internacional; las mujeres, con la mayor afectación en el periodo.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo elaborada por el INEGI mostró que la tasa de desempleo en el mes referido es la sexta más elevada en los últimos 11 años, sólo superada por los reportes de la fase más crítica de la pasada crisis financiera mundial.
En los últimos 12 meses se sumaron más de 188 mil personas al desempleo, pues en agosto de 2010 la cifra de personas sin obtener alguna plaza laboral, ascendían a 2.64 millones, para igual mes de este año el total es de 2.83 millones.
El resultado del INEGI sorprendió negativamente al consenso de los analistas del mercado, que esperaban una ligera disminución en el desempleo, pues estimaban que la tasa pasaría de 5.62 por ciento observada en el séptimo mes de este año a 5.60 para el presente reporte.
Nuevamente las condiciones laborales fueron poco favorables para las mujeres, ya que la tasa de desocupación femenil llegó a 6.2 por ciento en el octavo mes de este año, la cuarta más elevada desde 2000.
Eso significó que el número de mujeres sin empleo sumó 1.1 millones, es decir, 59 mil 200 más que las observadas un año antes, siendo el segmento más afectado la población que contó con el nivel académico más elevado.
La tasa de desempleo entre los hombres fue de 5.53 por ciento, es decir, 1.6 millones de varones sin trabajo, cifra que superó en 73 mil plazas canceladas a las registradas en el mismo periodo de 2010.
Las entidades federativas que tuvieron los mayores niveles de desempleo fueron Tamaulipas, con una tasa de 9 por ciento, seguida de Aguascalientes, Zacatecas, Chihuahua, Distrito Federal y Tabasco, por encima de 7 por ciento; Estado de México, Nuevo León, Sonora, Tlaxcala, Durango, Coahuila, Baja California Sur y Nayarit, por arriba de 6 por ciento.
Las menores tasas de desocupación se vieron en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Campeche, Yucatán, Michoacán y Morelos, todas las entidades con niveles por debajo de 4 por ciento.
En cuanto a la población subocupada, es decir, aquellas personas que tuvieron necesidad y disponibilidad de trabajar más horas, representó a 9 por ciento de la población ocupada, nivel superior al 8.7 del mismo mes del año pasado.
Este porcentaje equivale a que 4.1 millones de trabajadores no consiguieron la remuneración suficiente y tuvieron que optar por un segundo empleo para compensar sus necesidades económicas. Respecto a agosto del año pasado, se sumaron 163 mil 430 personas.
En su cuenta de Twitter, el secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano, admitió el incremento en la tasa anual de desempleo en el país, lo que aunado a la incertidumbre en la economía mundial “evidencia la necesidad de aprobar las reformas pendientes”.
Sonia Machain, analista de Banamex, indicó que la “creación de empleo formal se desacelerado en los últimos meses. Este comportamiento responde directamente al menor dinamismo de la economía mexicana. Prevemos una mayor tasa de desocupación en lo que resta del año”, advirtió la analista.
Samuel Moreno, del departamento de análisis de Invex, Casa de Bolsa, dijo que es extremadamente difícil que el nivel del empleo se reacomode a los niveles previos a la crisis, pues el crecimiento de la actividad económica no ha sido suficiente.

Desde Fox hasta Vázquez Mota confesaron, de manera cínica, que se cometió un fraude en el 2006: AMLO

Jalapa, Veracruz
Viernes 23 de septiembre de 2011






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* Ahora todo mundo sabe que nos robaron la Presidencia de la República”, asegura Andrés Manuel López Obrador

* El problema principal estriba en el daño que se causó al país y a su pueblo, aclara

Desde Vicente Fox hasta Vázquez Mota han confesado de manera cínica que se cometió un fraude electoral en el 2006 y “ahora todo mundo sabe que nos robaron la Presidencia de la República”, aseguró Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, aclaró que el problema principal estriba en el daño que se causó al país y a su pueblo, dada la actual decadencia, fruto de la crisis económica, política, social, de violencia e inseguridad.

En entrevista que concedió al término de una reunión con empresarios de diversas ramas de la actividad productiva del estado, el presidente legítimo de México se refirió a las recientes declaraciones hechas por la panista y aspirante a la candidatura presidencial Josefina Vázquez Mota, sobre la llamada que recibió del entonces presidente consejero del Instituto Federal Electoral, Luis Carlos Ugalde, para informarle la noche del 2 de julio de 2006 para proporcionarle un reporte sobre los resultados de la contienda por la primera magistratura.

“Ya todos han confesado que hubo un fraude electoral en el 2006. “Confesó Fox de manera cínica que había cargado los dados a favor de Calderón", recordó.

Por su parte, abundó, el entonces presidente nacional del PAN, Manuel Espino, dijo que les habían ayudado los gobernadores priistas en la comisión del fraude electoral".

En su turno, la líderes sindical del magisterio, Elba Esther Gordillo, reconoció su contribución y ahora la legisladora Vázquez Mota manifiesta que recibió una llamada Telefónica de Ugalde, añadió.

Tanto en la conversación con los comunicadores como en las asambleas informativas en Martínez de la Torre, Veracruz, y en Teziutlán, Puebla, López Obrador reconoció que le robaron la Presidencia de la República un puñado de potentados, que se niegan a cualquier cambio a favor del pueblo, pero también se concretó porque no había organización.

En esta ocasión el Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) cuenta con comités municipales en todo el país y alrededor de dos millones 400 mil protagonistas del cambio verdadero, que tienen la tarea de convencer a cinco ciudadanos más sobre la necesidad de un cambio verdadero y el día de la elección se dedicarán a cuidar las urnas y a defender el voto, puntualizó.

En la entrevista, afirmó que mantiene un acuerdo con el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, de que será candidato a la Presidencia por las fuerzas progresistas aquel que esté mejor posicionado en víspera de la contienda del primer domingo de julio del 2012.

También hizo énfasis en que mantiene una buena relación con Ebrard y descartó cualquier división con su correligionario. "Eso es lo que quisieran los dueños de Televisa y el jefe de la mafia del poder, Carlos Salinas, que nos dividiéramos, pero se van a quedar con las ganas".

En Martínez de la Torre calificó de lamentables los hechos de violencia que se registran en Veracruz. Se trata de actos que se han extendido a toda la geografía nacional y que han cobrado miles de vidas humanas.

La guerra estúpida que el presidente espurio Felipe Calderón declaró en contra de la
delincuencia organizada arroja un saldo de 50 mil muertes, pero el gobierno usurpador no ataca los orígenes de la violencia e inseguridad, que son la falta de oportunidades de estudio y de trabajo para los jóvenes, así como garantizar mínimos de bienestar a los mexicanos en condiciones de pobreza.

El fracaso de la estrategia militar-policiaca de Calderón se expresa en los nulosresultados que están a la vista de todos y el problema de inseguridad no se resolverá con soldados, marinos, policías, amenazas de mano dura y leyes más severas, subrayó.

Para mañana, el presidente legítimo sostendrá reuniones informativas en los municipios poblanos de Zacapoaxtla, Zacatlán y Huauchinango.

Feo septiembre

Satiricosas


Por Manú Dornbierer


En el México calderónico real, el 15 de septiembre pasado fue un día desolador para los mexicanos conscientes del gravísimo estado del país, de la ciudad, del sitio particular en que le tocó vivir a cada quien, diría mi querida amiga Cristina Pacheco. Por desgracia para muchísimas familias fue día de duelo por sus seres queridos victimados durante esta aberrante guerra gringa -tan evidente que hasta le dieron medallita a Calderón esta semana- padecida por todos los mexicanos, salvo su “aplicador”, hoy convertido en “rey guía de turistas” que promueve su propia imagen -so pretexto de promover a un país destrozado por él, en un documental llamado “Royal Tour” ni más ni menos, que se inventó con la Gloria que tiene en Sectur y con 2 millones de dólares pagados por el erario a la agencia publicitaria, por supuesto también gringa, Cordis Communications, como relató en detalle Dolia Estévez a Carmen Aristegui.
¿Cómo viviste el Quince, lector? Mientras me cuentas, te cuento. Para mí fue día de pozole. Unos cuantos tristes decidimos reunirnos en un restaurante con vista a la espléndida bahía de Acapulco, Acapulco, Acapulco, único puerto conocido con ese nombre en el planeta, NO
Santa Lucía, pues hay más de cien “santalucías” en el mundo, como insisten en llamarla los cursis desde que hubo aquí un obispo proselitista que consideró que una santa siciliana que el calendario celebra el 13 de diciembre, día en que el primer barco español llegó a la caleta que hoy es club de yates, tiene más derecho que los pobladores autóctonos a nombrar a la bahía que ha hecho famoso a este puerto. Cuando llegué al “Lindavista” una mujer cantaba muy bien y con mucha clase. Era una cliente. Me gustó su canción, sobre todo que venía oyendo en el coche una detestable canción de José Alfredo Jiménez que se llama “La vida no vale nada” en el estado de Guanajuato, ahogado en panismo. Eso deben pensar los miles de matones desatados en el país y refulgentes de armas para complacer a los gringos, pensé. Celia Nava cantó durante un buen rato con aplausos de los presentes y dedicó una canción a su hermano secuestrado, torturado y asesinado, José Eduwiges Nava Altamirano, Alcalde de Zacualpan, Estado de México. Ese Quince cumplía el mes de haber sido secuestrado…
“No hemos vuelto nadie de la familia al pueblo donde era alcalde.
“Fue a una comunidad que se llama ‘El Despoblado’ a llevar despensas, que por cierto compró con sus recursos, y a checar que no había luz, que un transformador se había averiado. Una familia de allí lo invitó a almorzar, y llegaron, en camionetas 12 jóvenes entre 25 a 30 años, altamente armados, con cuernos de chivo entre otras armas que sólo usa el Ejército, se bajaron y comenzaron a disparar. Obvio que alguien avisó que mi hermano estaba allí. ¿Quién? No sabemos, pero lo traicionaron, oyó disparos, mataron al guardia que estaba afuera en la puerta, mi hermano no estaba armado. Con la balacera alguien de la casa lo metió a un cuarto. El pudo haberse ido por la parte trasera, dicen que lo intentó, pero que cuando oyó a esos hombres decir que iban a matar a más gente, se regresó y él mismo se entregó, se subió por su propio pie con esos matones. Se lo llevaron y algunos de los secuestradores se dieron el lujo incluso de decir sus “alias” amenazando a la gente con regresar a matarlos si los delataban. La valentía de mi hermano es muy loable, pero de nada sirvió, porque se lo llevaron, torturaron y al final lo mataron, a golpes los muy salvajes, ni una bala, y lo dejaron el 20 de agosto tirado en “unos parajes” como dijeron las autoridades del estado de Guerrero, entre Iguala y Teloloapa (que por cierto nada han hecho), contó Celia Nava. Y completó: “José Eduviges ‘El Bueno’, reconocía cada sabor, cada olor, cada sonido, cada paisaje de su queridísimo Real de Minas de Zacualpan. Aunque era 100% mexiquense, sus amigos lo consideraban un híbrido mexiquense, guerrerense y morelense, Lic. José Eduviges Nava Altamirano: Alcalde de Zacualpan, Estado de México, por siempre”.

¡VIVAN LOS MAESTROS DE ACAPULCO!
El 21 de este septiembre Acapulco fue un caos vial ni siquiera visto en el DF, porque la Costera es la única real avenida que tiene y la bloquearon los maestros que esperaban ver descender en el pasto del Centro de Convenciones a su nuevo gobernador, que no hace mucho tiempo vino a pedirles su voto y que ahora parecía olvidarlos en la peligrosa situación en que se encuentran, acosados por La Maña, no sólo en las escuelas donde ya se tomaron algunas precauciones para proteger a los niños, sino en sus propias casas que conocen los delincuentes, como conocen el monto de sus percepciones de las que exigen el 50%. Ah, pero el 22 de septiembre apareció una foto en el Sol de Acapulco, bajo el título “Lamentable Bloqueo”. En ella lucían Añorve y su mujer rodeados de agradecidos “adultos mayores” que recibieron la limosna de lentes de contacto y el alcalde inició sus declaraciones contra los maestros: “Al calificar el bloqueo que realizaron los maestros en protesta por la inseguridad, afirmó que su gobierno está cumpliendo con la parte que le corresponde -¿la entrega de todos los acapulqueños a La Maña?, pregunto- y pidió que no se politice el tema de la seguridad –Ah, vaya, digo yo- ¿entonces cómo se debe tratar?, al tiempo que no descartó actuar legalmente en contra de los docentes por afectar derechos de terceros y la comisión del delito de ataque a las vías de comunicación”. De risa, Manuel. Qué POCA… reflexión. Como siempre los maestros que protestan son unos flojos, unos tales por cuales, unos abusivos, no están preparados, etc.
A ver si leyendo: “La sociedad mexicana debe aprender a diferenciar entre los profesores que educan a sus hijos: del millón y medio de profesores empleados en Educación Pública, 300 mil pertenecen a la CNTE, es decir, a la Coordinadora que lucha por una buena educación, por la educación pública, gratuita, laica y popular; en contra de la privatización y la corrupción que siempre ha dominado. Y los otros millón 200 mil, obedecen a una dirección sindical muy corrupta y corruptora encabezada hoy por la líder Ester Gordillo. Estos profesores no luchan, les importa muy poco la educación y se conforman con acudir a la escuela a cumplir formalmente y cobrar. Además, de éstos hay más de 25 mil comisionados que cobran en la SEP por ponerse al servicio de los líderes ‘charros’ o gordillistas que se dedican a apoyar elecciones del gobierno en turno. Si la educación en México ocupa los últimos lugares en el mundo, se debe a que el gobierno ha sido incapaz.” Pedro Echeverría, desde Yucatán.

¿Y QUE PASA EN EL RUTILANTE DF?
En el DF las cosas no van tan bien como dice Marcelo. Parece que el acercamiento al espurio y su ejército no es cosa de un simple apretón de manos que habría podido evadirse, si Marcelo no se hubiera rajado. Recibo informaciones como ésta:
Doña Manú: Le platico las desagradables nuevas de esta mañana, al llegar a dejar a mi hija al Colegio Madrid hoy a las 7:10, me topé con dos camiones de la Policía Federal con diez o veinte elementos a las puertas del colegio, armados hasta los dientes con rifles y metralletas listas para usar, intimidando obviamente a los niños y niñas, es una zona de alta densidad habitacional y escolar. Acto seguido, me dirijo hacia la calzada de Tlalpan por la avenida Acoxpa, que sale al Estadio Azteca y me encuentro un convoy de marinos en quince camiones “patrullando” con las metralletas inmensas que trae cada camión igual en posición de ataque, cada camión con quince a veinte marinos igual armados con rifles y metralletas apuntando hacia todos lados, amedrentando a la población, da verdadero pavor ir al lado o detrás de estos convoyes ya que los gorilas encapuchados tienen la mirada perdida al parecer van drogados y ven en los ciudadanos un enemigo en potencia.¡Qué peligroso! Asimismo desde hace varias semanas me he encontrado camiones y camionetas con los emblemas de la policía del Estado de México en este tipo de operativos en el Sur del DF. ¿Qué hacen policías del Estado de México patrullando el DF? ¿Me pregunto si Marcelo Ebrard ya puso en manos de Calderón y Peña Nieto el destino de los capitalinos en su afán de ser el candidato de la “coalición”? ¡Qué manera de aterrorizar a la población! Saludos.
O bien: Balacera en el Wings de Palmas y Periférico en Polanco, a las 22 horas entraron 5 individuos vestidos de federales y mataron a tres personas. Versión oficial: el móvil fue una deuda de dinero.
En cuanto al acercamiento con Salinas, ya ni hablar. Mario Delgado, exencargado de Finanzas del DF al que quiere imponer a fortiori Ebrard cuando deje el puesto para contender por la presidencia, es gente de Aspe, es decir de Carlos Salinas.

YO TAMBIEN QUIERO DEMANDAR A CALDERON
Existe ya una demanda internacional contra Felipe Calderón Hinojosa y me quiero unir a ella, aumentando algunos cargos de última hora contra el presidente espurio que andó (sic) esta semana por USA recibiendo medallas y aplausos por la guerra que le organizó al Tío (Sam) a nuestras costillas y con miles de muertos mexicanos y otros cientos de migrantes de diferentes partes del mundo. Quiero invitar a los lectores a unirse a hacer lo mismo. Esta es la información tal cual:
“Mexicano ante ONU”. El Sol del Sur (periódico de Tampico, Tamaulipas, México). Mexicano Presenta Querella Penal en Contra de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, ante la ONU. La querella se presentó ante los tribunales internacionales de La Haya, Holanda, y se pide que la sentencia a la cual se acredite sea la máxima, ya que está actuando con las agravantes de premeditación, alevosía y ventaja ante un pueblo que ¡no está en guerra, que no quiere esta guerra y no está armado, y que además está bajo dos fuegos, las fuerzas armadas y el crimen organizado. La denuncia ya fue ratificada por el mexicano Jesús Jaime García Miramontes, ante el presidente magistrado de la Corte Penal Internacional a quien se le solicitó que fuera aceptada y se investigue y se le culpe al Sr. Felipe Calderón Hinojosa por los delitos de genocidio, crímenes de lesa humanidad, por crímenes de guerra, por crímenes contra la administración de justicia, por crímenes de agresión contra el pueblo de México. Con sólo 3 abstenciones: por supuesto México, además de Estados Unidos y Costa Rica, pero con más de 400 comisionados votando en favor, la querella fue aceptada por el tribunal de la Naciones Unidas que investigarán al Presidente de México”.

http://satiricosas.es.tl

Fascista, plan penal de Calderón, alertan senadores de PRI y PRD

Pruebas ilegalmente obtenidas serían la base para condenar, coinciden Labastida y Tomás Torres
Daría cauce legal a los atropellos militares: Encinas
Busca eficacia contra la delincuencia: Arturo Zamora
Foto
Es preocupante que se insista en un Estado policiaco, advierten los senadores Francisco Labastida y Tomás Torres. La imagen, durante un operativo del pasado lunes en Ecatepec, estado de México, donde se capturó a 15 secuestradores y se liberó a una víctimaFoto Alfredo Domínguez
Andrea Becerril y Roberto Garduño
 
Periódico La Jornada
Sábado 24 de septiembre de 2011, p. 5
Senadores y diputados de PRI y PRD advirtieron que no avalarán cambios que limiten derechos e instauren un Estado policiaco.
En las primeras reacciones acerca de la iniciativa del Ejecutivo para crear un nuevo Código Federal de Procedimientos Penales, los senadores Francisco Labastida (PRI) y Tomás Torres (PRD) señalaron que desde el inicio del sexenio, el presidente Calderón ha intentado que el Congreso apruebe figuras que vulneran garantías constitucionales, y ahora insiste en ellas con la propuesta entregada en días pasados en la Cámara de Diputados.
Significaría regresión de 100 años
Es preocupante que se insista en un Estado policiaco, recalcó el priísta, mientras Torres advirtió que de aprobar la iniciativa de Calderón, sería una regresión de 100 años en la impartición de justicia.
Se trata –sostuvo– de una propuesta de código fascista que no avanza en aplicar el proceso penal acusatorio y los juicios orales, sino que se va por un procedimiento policiaco donde la confesión y las pruebas ilegalmente obtenidas son la base para condenar.
No vamos a permitir que pasen disposiciones regresivas. Más valiera en todo caso que se hubiera quedado el sistema de enjuiciamiento como se contemplaba antes de la reforma constitucional de 2007, subrayó.
En San Lázaro, donde empezará el análisis de la iniciativa a partir de los trabajos de la Comisión de Justicia, diputados de PRI y PRD expresaron opiniones encontradas acerca de las consecuencias de aplicar detenciones en caso de urgencia por medio de un sistema de investigación sin autorización judicial, así como el cateo a domicilios por denuncia anónima y la integración de un cuerpo de agentes infiltrados.
Para el vicecoordinador jurídico priísta, Arturo Zamora, el contenido del texto es de ponderar, porque busca modificar todo el sistema de procedimientos en el ámbito penal para llegar a la verdad y contribuiría a revertir el rezago judicial y la impunidad en el país, porque de cada 100 delitos sólo se castigan dos.
Por el contrario, Mauricio Toledo, integrante de la bancada del PRD, dijo que la iniciativa presidencial es una mescolanza de propuestas que antes el Congreso federal ha rechazado; ahora pretende que los legisladores ingenuos se sumen a ella porque incluye temas que no se pueden rechazar, como los juicios orales, pero se sustenta en aminorar los derechos y propiciar miedo entre los ciudadanos mediante cateos.
Expuso que la propuesta del Ejecutivo federal se enfila a instituir un “Estado policial, que reduce las libertades y propicia que las instituciones se sobrepongan al interés y las garantías; resulta inadmisible –resaltó– que a priori ya se escuchen voces que den por buena la iniciativa.
Alejandro Encinas (PRD) advirtió que se trata una vez más de un proyecto desesperado por enmendar y dar justificación legal a los atropellos policiacos y militares que su guerra contra el crimen organizado ha generado en los últimos cinco años contra los mexicanos. La Cámara de Diputados –añadió– no puede ni debe legislar bajo consigna en un tema de tanta delicadeza como es la seguridad, porque se corre el riesgo de que, lejos de ayudar, la situación empeore.
El proyecto recibido plantea, entre otras cosas, dar mayores facultades a los cuerpos policiacos federales, y nos llama la atención que así sea, cuando en la realidad las autoridades civiles han sido desplazadas por el Ejército, se encuentran infiltradas por el crimen organizado y no han sido restructuradas.
Para el priísta Zamora, la iniciativa es un instrumento que pretende abatir el abuso de la prisión preventiva y disminuir las cargas de trabajo en los tribunales, mismo que será la herramienta de los agentes del Ministerio Público para combatir con más eficacia la delincuencia. Y esto significa –dijo– una revolución prácticamente a todo el sistema de justicia penal del país.
En el Senado, Labastida coincidió con el comentario de Encinas de que hay partes de la iniciativa que despiertan grandes dudas, entre ellas las detenciones en casos de urgencia, que ya en otras ocasiones el Ejecutivo pretendió que se aprobaran.
De la reforma penal de 2007 –recordó– se eliminaron figuras que violaban garantías constitucionales, como la irrupción policiaca en domicilios. Pese a ello, nos encontramos con que la policía se mete a la casa de un poeta y le roban un reloj, le rompen la puerta, y hacen lo mismo en la casa de un diputado, sin orden de cateo.

Antílopes: no se lo digan a nadie

Desfiladero

Jaime Avilés
Desde Los Pinos, por diversos conductos y con sospechosa insistencia –para que todo el mundo lo sepa, pues–, están revelando” el plan “secreto” de Felipe Calderón hacia las elecciones de 2012: imponer a Ernesto Cordero como candidato del PAN –derrotando a Josefina Vázquez Mota en la contienda interna, haiga de ser como haiga de ser–, y luego obligarlo a declinar en favor de Marcelo Ebrard, para forjar un “gobierno de coalición”.

Mientras el rumor se propaga, han ocurrido tres hechos públicos que lo fortalecen. El primero fue un “prolongado” encuentro que la tarde del 15 de septiembre sostuvieron en un restaurante capitalino (Reforma, 16/09/11) los diputados Javier Corral Jurado (PAN) y Armando Ríos Piter (PRD), los ex candidatos a los gobiernos de Hidalgo (Xóchitl Gálvez, PAN) y Nayarit (Guadalupe Acosta Naranjo, PRD) y otros “antílopes” (como les dicen ahora, en las filas del Morena, a quienes intentan por todos los medios impedir la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador).

En el ágape, tanto el apasionado defensor de la Ley de Seguridad Nacional (Corral) como el coordinador de los diputados perredistas (el ex priísta y ex panista Ríos Piter) y el prominente miembro de la facción de Los Chuchos (Acosta Naranjo), hablaron de formar un “gobierno de coalición” (¿con Ebrard como presidente?) y, en el Congreso, una “mayoría legislativa” para impulsar una “agenda común”.

Tres días después, Manuel Camacho Solís, padrino político de Ebrard, publicó un artículo (El Universal, 19/09/11) para exaltar las supuestas bondades que ofrecería al país ese “gobierno de coalición”. Entre ellas, “reducir la confrontación en 2012, conformar una nueva mayoría, hacer frente a la crisis de seguridad y a la difícil situación de la economía” y “transitar a un nuevo régimen semipresidencial que nos aleje de los riesgos de anarquía, retorno autoritario y metástasis de la corrupción”.

El tercer hecho público –aunque paradójicamente menos visible, pues lo transmitió el Canal del Congreso, que casi nadie ve– se verificó el 20/09/11, durante la sesión de la Cámara de Diputados, cuando la bancada del PRI elevó su enérgica protesta contra la Secretaría de Marina por el allanamiento ilegal del domicilio de Eduardo Bailey Elizondo, legislador federal, cuya casa en Monterrey fue invadida por elementos de la Armada, que cometieron destrozos y aterrorizaron a su esposa y a sus hijos, sólo 24 horas después de que el diputado exigiera que una comisión de esa cámara investigue a fondo el negocio de los casinos, en el cual los panistas, empezando por Santiago Creel, tienen mucha cola que les pisen.

Pero mientras los del PRI se quejaban por ese cateo y por el asesinato del diputado federal guerrerense Moisés Villanueva, los panistas, encabezados por Javier Corral, aprovecharon el debate para insistir en que se apruebe la Ley de Seguridad Nacional, que no aspira sino a extenderle un certificado de legitimidad al cuartelazo que estamos sufriendo pero todavía no se atreve a decir su nombre.

A los ridículos e insostenibles argumentos de Corral –“la Ley de Seguridad Nacional va a armonizar los derechos humanos con la presencia de las fuerzas armadas en las calles”– se opusieron rotundamente el perredista Alejandro Encinas y no pocos diputados del PT –Mario di Costanzo, Jaime Cárdenas Gracia, Gerardo Fernández Noroña, entre ellos– que se identifican con el Morena. Lo escalofriante, sin embargo, fue que ninguno de los perredistas que coordina Ríos Piter abrió la boca. ¿Para “reducir la confrontación”, como escribió Manuel Camacho? ¿Para amarrar la “agenda común”?

¿Qué pretende con estos malabarismos el hombrecito de Los Pinos? ¿A qué le apuestan Ebrard y Camacho al seguirle la corriente? Lo cierto es que mientras todos ellos intentan jugar al mago Chen Kai, en el puerto de Veracruz 35 cadáveres fueron dejados en la calle a las puertas de la reunión nacional de procuradores de justicia, al mismo tiempo que el dólar se iba a 14 pesos y la Bolsa Mexicana de Valores se venía abajo.
En 1998, mientras la humanidad entera contemplaba la primera fase eliminatoria del campeonato mundial de futbol, en México hubo una efímera pero brusca devaluación: el dólar saltó de 10 a 12 pesos. Sin duda para opacarla, el gobierno de Ernesto Zedillo, con escasos días de diferencia, generó dos terribles noticias: las fuerzas armadas atacaron a los zapatistas en el paraje de El Bosque, allá en Chiapas, y acribillaron a un grupo de supuestos guerrilleros en El Charco, Guerrero.

Zedillo acaba de ser acusado por un despacho jurídico de Estados Unidos como el máximo responsable de la matanza de Acteal (22 de diciembre de 1997), pero sus enseñanzas, al parecer, han sido puestas en práctica en Veracruz. ¿Alguien recuerda que, apenas en julio, el sacerdote Alejandro Solalinde denunció el secuestro de alrededor de 80 migrantes centroamericanos que viajaban a bordo del tren de la muerte a su paso por aquella entidad? Nunca más volvió a saberse de ellos.

Ahora, con una ligereza que indigna y a la vez horroriza, el procurador veracruzano, Reinaldo Escobar Pérez, sólo unas horas después del hallazgo de los 35 cadáveres en Boca del Río, “informó (sic) que la mayoría de los cuerpos fueron identificados y que se sospecha pertenecen a una célula del crimen organizado” (La Jornada, 21/09/11). Dos días más tarde, de acuerdo con funcionarios del Servicio Médico Forense del puerto de Veracruz “solamente han sido identificados seis de los 35 cuerpos” (La Jornada, 23/09/11).

¿Quiénes eran esas 35 personas? ¿Cómo se llamaban? ¿Qué edad tenían? El pasado 17 de junio, en la comunidad de El Lencero, a las afueras de Jalapa, soldados y marinos torturaron y dieron muerte a tres pacíficos profesionistas de una empresa constructora que viajaban a bordo de una camioneta blanca. Sus cadáveres, desfigurados por los golpes de la tortura y de las balas, fueron retratados a bordo de una camioneta negra. El procurador Escobar Pérez y el gobernador Javier Duarte aseguraron a la prensa que eran “sicarios”. Desde ese momento su credibilidad es nula.

Pero como estamos en pleno naufragio, y todo se hunde bajo nuestros pies, en medio del torbellino de noticias negativas, Calderón envía al Congreso una iniciativa de reforma al Código Federal de Procedimientos Penales que vuelve a exigir del Poder Legislativo la aprobación de normas que anulan las garantías individuales: cateos a domicilios sin orden de un juez, “en atención a una denuncia anónima”, grabaciones de conversaciones telefónicas que pueden ser utilizadas como pruebas de culpabilidad en contra de un acusado, “detenciones urgentes”, etcétera. Si en 2007 fracasó su intento de imponernos la Ley Gestapo, ahora vuelve a la carga con este proyecto que parece un complemento, o quizá un sucedáneo, de la Ley de Seguridad Nacional. Qué bien que ponga todas sus cartas sobre la mesa.

Porque ahora llegó el momento de quitarse las máscaras. Los panistas van por un régimen de mano durísima. ¿Quiénes, desde el PRD, los acompañarán en esa aventura, jugando a cogobernar con ellos en coalición? ¿Quiénes impulsarán las reformas a la Ley de Seguridad Nacional y al Código Federal de Procedimientos Penales formando con la extrema derecha una “nueva mayoría legislativa” para impulsar “una agenda común”? ¿Su idea de “reducir la confrontación en 2012” significa dejar fuera de la contienda a López Obrador? Urgen las respuestas a estas preguntas.

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