jueves, 11 de febrero de 2010
Astillero
Entre PANdillas
¿Elecciones 2012?
Mesías militar
GM: ajuste de cuentas
Julio Hernández López
Pareciera que Felipe Calderón está en campaña para mantenerse en el poder aun sin elecciones. Entre más tensa al país, más va sembrando indicios políticos que abonarían la “necesidad” de darle continuidad a un mando autoritario sin necesidad de los mecanismos institucionales que, aun deteriorados y pervertidos como hoy están, serían un obstáculo en el curso de un proyecto de largo plazo para la “salvación” nacional.
Los resultados de la gestión calderónica deben leerse en sentido inverso a lo que percibe la mayoría de la sociedad si el propósito real es el de crear caos económico, social y político que permitan “justificar” la toma de medidas “dolorosas pero inevitables”. Hundida la nación en la pobreza, la injusticia, la criminalidad, la militarización y el miedo colectivo, será más fácil llevar a un colapso intencional lo poco que subsista de esperanza en lo político, partidista y electoral. En ese menú dictatorial son platillos preparatorios la desesperanza y la confusión, como en el caso de las alianzas perreánicas, y la satanización de la política (campañas maniqueas contra el Congreso, los partidos y el gasto electoral).
En ese contexto, los discursos del general secretario de la Defensa Nacional, este martes, y de Felipe Calderón, ayer, apuntan a una dirección estremecedora: el uso de la fuerza armada para orientar o dirimir las naturales discordias y conflictos que conlleva en sí el sano ejercicio de la política mediante sus órganos de representación. Es un grave error el permitir o inducir a un máximo orador militar a pronunciarse en materias estrictamente políticas, e inclusive advertir de los riesgos que significaría la desaprobación de reformas propuestas por su jefe civil. Un conductor institucional del país, haiga llegado al cargo como haiga llegado, no debería permitir que su operador militar realice tales incursiones en lo civil, y específicamente en lo político.
Pero el propio Felipe demostró ayer, con su discurso en Tecámac, en el Día de la Fuerza Aérea Mexicana, que comparte el tono y el contenido de lo dicho un día antes por el general Guillermo Galván Galván, pues en lugar de asumir un perfil conciliador, de entendimiento de las protestas ciudadanas por los sangrientos operativos militarizados contra narcotraficantes, de búsqueda de reconciliaciones con los mexicanos sometidos nacionalmente al terror y el abandono, remarcó el tono belicista, insistió en las acusaciones peligrosas contra quienes disienten y habló en términos de un mesianismo verde olivo que pareciera tender puentes de fuego hacia una continuidad forzosa de su proyecto, al cumplimiento extremo de una presunta misión depuradora.
Al enredo como política de gobierno contribuyó quien formalmente es el segundo hombre en importancia en el organigrama federal, el secretario de Gobernación que ayer renunció no al cargo pero sí a la militancia en el PAN. La primera lectura entendería ese gesto partidista como una forma de protestar contra las alianzas perreánicas a las que Gómez Mont calificó en semanas anteriores en términos despectivos. En el mundillo periodístico circuló incluso la versión, para publicar, por favor, de que el hombre de Bucareli había advertido a Gabino Cué que él, personalmente, Fernando I, duque de Fernández de Cevallos, se atravesaría en el camino oaxaqueño para impedir las asociaciones que Cesarín Nava impulsaba. Pero también puede ser un PAN con maña para convertir al político de la banda gástrica en una especie de precandidato presidencial “ciudadano” y demostrar que la caballada felipista de ninguna manera puede considerarse flaca a partir de esta inclusión sesgada. Otra especulación apunta a la formación de un polo de personajes que estarían considerando nuevas opciones para 2012, entre ellos el propio jefe Diego, que es el verdadero propietario y usufructuario de la carta del jugador Gomón. Y, sin embargo, ¿Felipe estará pensando en que haya elecciones?...
Astillas
Mientras la nación voltea hacia Ciudad Juárez e injustificadamente en menor medida a Torreón, en otros lugares se viven tragedias parecidas. En Nogales, Sonora, por ejemplo, entre lunes y martes hubo siete muertos y 20 heridos en una impune agresión de bandas de presuntos narcotraficantes que con bombas incendiarias y rifles de asalto atacaron dos restaurantes, tres casas y a los asistentes a un sepelio. Tan intenso ha sido en ciertos momentos el deambular asesino que durante media hora fue cerrado el cruce fronterizo hacia Nogales, Arizona. Las autoridades del gobierno panista ABC se han negado a precisar la información del caso porque “están investigando”, pero enviaron ayer a 460 policías para “restablecer el orden” (ayer hubo dos asesinados más, en ese mismo contexto). En el Nogales mexicano se habla de que allí están viviendo “un Ciudad Juárez en chiquito”... Puede verse en Youtube un primer extracto del reportaje de la BBC sobre la “guerra” mexicana contra el narco: http://bit.ly/91n6Bd Allí aparece Javier Valdez, el siempre bien informado periodista sinaloense que es corresponsal de La Jornada. En un bar de Culiacán, Javier habla de narcocorridos y otros temas a la enviada del sistema periodístico del Reino Unido. ¡Salud(os) a Javier y al periodismo valiente y profesional de Río Doce (www.riodoce.com.mx)!... Peck Espinosa advierte lo peculiar de la repetición de apellidos en el equipo calderónico: Chávez Chávez, Carstens Carstens y Galván Galván... La Corte atrajo las solicitudes de amparo de los presos políticos de Atenco, Ignacio del Valle Medina, Felipe Álvarez Hernández y Héctor Galindo Gochicoa... Y, en tanto Elbeja Reina ha reaparecido en Pachuca para pedir a los profes que no se dejen presionar por ningún partido (que no sea el Panal), ¡hasta mañana, en esta columna que no pudo ver a Calderón en cómicos enredos oscuros en South Park porque a MTV Networks México le entró un oportuno ataque legalista y decidió no transmitir esa serie acá porque se necesitaba un permiso para mostrar la bandera nacional en esas escenas de caricatura!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
¿Tú le crees a Fernando...?
• El tubazo de la PANdilla de Chihuahua
• Durango; el PRI vs. el PRI
• Durango; el PRI vs. el PRI
La alegría de un hipócrita, mi estimado, sólo dura un momento. Estruendosa la bienvenida que le da la PANdilla estatal a Felipe Calderón en su visita a la ciudad de la impunidad. A la ciudad sin ley. A la ciudad que por segundo año consecutivo gana el acreditado botón de ser la ciudad más violenta del mundo (aplausos fúnebres).
Y para despejar dudas de la atónita concurrencia y del mordaz respetable, my friend, Calderón regaló oootro de sus desgastados discursitos, ahora en el marco del Día de la Fuerza Aérea, al señalar que contra lo que algunos equivocada o malintencionadamente han dicho, la violencia en esa ciudad no obedece a la presencia de las fuerzas federales. (sic)… Por eso quienes quieren ver al país sumido en la violencia (?) les decimos que los mexicanos (en Los Pinos) le seguiremos haciendo frente con toda la fuerza de la (sin)razón y de la ley(inexistente en Juárez) y a quienes quieren ver al país dividido hoy les decimos que la sociedad mexicana es fuerte, está (hasta la madre de su tiradero político, económico, de seguridad y social) unida (contra su (des)gobierno), decidida y exigente para que se defienda su derecho a vivir una vida libre y en paz (sin su PANdilla).
Todo el sonsonete, en medio del coctelito de incompetencia colectiva que incluye al inservible gobernadorReyes Baeza y su sarta de disparates, a la autoridad municipal whomever, a la acreditadísima policía federal de García Luna (más aplausos), a nuestras fuerzas armadas envueltas en la confusión de que están, pero no están mientras se espera el anuncio de la nueva estrategia (con the usual suspects?) integral que diseñaron esta caterva de genios que han llevado a México a ser ejemplo del Vivir Mejor bajo el emblema blanquiazul.
Por eso la relevancia de la desgarradora carta del presidente del PAN en Chihuahua, Cruz Pérez Cuellar, en donde le (tira los dientes) solicita a Felipe que reconozca con humildad la derrota actual y que tome medidas únicas y extraordinarias para Juárez. La misiva asienta que lo que ocurre en Juárez no ocurre en ningún otro lugar del mundo y aporta un dato aterrador: de acuerdo a cifras de la SSPF, mientras la tasa de homicidios en todo el país fue de 11.79 por cada 100 mil habitantes en 2008, en Ciudad Juárez esa tasa fue de 101… una diferencia, mi estimado, de casi mil por ciento y las cifras empeoraron en 2009.
Más adelante, el líder exige que el (des)gobierno de la República se vuelque en su quehacer porquedefinitivamente algo está podrido en Juárez… (sic) Nosotros como comunidad hemos hecho por la República mucho. Es hora de que se nos devuelva algo de lo que hemos dado. A lo largo del interesante texto, Pérez Cuellar revela la colusión de los tres niveles de gobierno con el organizado crimen, la falta de programas sociales y educativos y el dominante abandono de esta ciudad fronteriza que llora sangre, confusión y caos…
El mismo que reina en la PANdilla nacional y de Los Pinos que recibieron el tubazo de Fernando Gómez Mont al anunciar ayer su renuncia como militante de ese partido, demostrando que en política la palabra es fundamental. Y la traición de haberlo empinado con relación a los acuerdos con el PRI en el espinoso tema de las coaliciones electorales ya tiene su primer daño colateral… que quizá pavimente su salida al despojarlo de la credibilidad como interlocutor político.
Aunque… not so fast. Veamos otro lado de la simpática moneda.
Calderón empeñó su palabra al PRI para sacar el aumento al IVA que no iría en alianza con las lacras amarillas. Y como Felipe las autorizó por la puerta de atrás (¿le suena familiar?), quiere que Fernando sea la pantalla de simulación para lavar cara de que el (des)gobierno no estuvo de acuerdo y maquillar la idea del “partido de estado”.
La forzosa preguntita sería ¿tú le crees a Fernando…?
Por la mirilla
Uno. Manuel Espino fue invitado por el PAN de Manzanillo a presentar su libro y, ¡sorpresaaa!, por instrucciones del César (Calderón) le cancelaron y para recibir a Espino se tiene que autorizar por el CEN de la PANdilla so pena de cortarles los recursos, o más bien la cabeza… Chingón.
Y dos. Durango muestra la atinada cara del engendro electoral; el PAN se casa con el PRD, Convergencia y PT para sacar al PRI del gobierno… con un ex priista. Luego entonces, el PT los manda al diablo mientras el PRI postula a Jorge Herrera, que se enfrentará a Rosas Aispuro. O sea, el PRI vs. el PRI. Doblemente chingón.
Santander ganó en México en 2009, 38.7% más que en 2008... a costa de los usuarios.
El directivo de Santander afirmó que México “es un país que permite ganar dinero”
Superado, aumento de morosidad en tarjetas de crédito: Martínez Gavica
La filial española ganó el año pasado 11 mil 825 millones de pesos, 38.7% más que en 2008
Periódico La Jornada
Jueves 11 de febrero de 2010, p. 25
El “momento crítico” de la caída en el crédito al consumo y el aumento de la morosidad fue superado. “Ahora es el momento de la prudencia”, sostuvo este miércoles Marcos Martínez Gavica, director general de Santander en México. Después de una contracción en la oferta de préstamos a través de tarjetas, que en el caso de la filial del banco español comenzó a mediados de 2007, el directivo atisbó un crecimiento modesto para este año en ese segmento, aunque un regreso del financiamiento con mayor dinamismo en otras áreas de la economía.
“México es un país que permite ganar dinero”, afirmó ayer Martínez Gavica al presentar los resultados de Santander en México el año pasado y las previsiones para 2010.
En 2009, Santander obtuvo en México utilidades por 11 mil 825 millones de pesos, cantidad que superó en 38.7 por ciento a las de 2008. Particularmente en el cuarto trimestre del año pasado, las ganancias, de 2 mil 649 millones de pesos, fueron mayores en 185 por ciento a las del periodo comparable de 2008.
Disminuyó crédito al consumo
La cartera de crédito vigente disminuyó en diciembre pasado a 204 mil 172 millones de pesos, 8.2 por ciento menor a la del cierre de 2008. La reducción en el monto de préstamos obedeció principalmente al retiro de la oferta en el segmento de consumo, y en particular de las tarjetas de crédito, un rubro en el que Santander comenzó a disminuir su colocación de préstamos desde mediados de 2007, explicó.
Al cierre de 2009, la cartera de préstamos en tarjeta de crédito se contrajo a 29 mil 696 millones de pesos, 20 por ciento menos que un año antes. Marcos Martínez reveló que en el último año el número de usuarios de tarjetas de crédito en Santader disminuyó en un millón, para situarse en 3 millones, y las restructuraciones de personas que cayeron en mora o se acogieron a algún programa de pago en facilidades antes de incurrir en cartera vencida llegaron a 18 mil millones de pesos.
En 2009, Santander otorgó 190 mil tarjetas de crédito nuevas, pero sólo a clientes del banco que satisfacían un perfil de pago. “No salimos a colocar tarjetas, sino que las ofrecimos a clientes. En 2010 esperamos colocar otros 300 mil plásticos”, explicó.
La contracción del crédito en el segmento de consumo y los programas de restructura llevaron a una reducción en la cartera de crédito vencida que, para el banco en conjunto, disminuyó en diciembre pasado a 3 mil 565 millones de pesos, 50.5 por ciento menos que la de diciembre de 2008. Al cierre de 2009, las reservas preventivas de la institución sumaron 11 mil 368 millones de pesos, equivalentes a 3.1 veces el saldo de la cartera vencida total.
Marcos Martínez atribuyó a una reducción de costos el aumento de la rentabilidad del banco. Los gastos de administración de Santander en México fueron el año pasado de 15 mil 907 millones de pesos, 2.3 por ciento menos de los 16 mil 285 millones del ejercicio previo.
Para 2010 anticipó que Santander aumentará su colocación de crédito por encima del promedio esperado por el sistema. De entrada descartó que los problemas de la economía española, que enfrenta un déficit público de 12.2 por ciento del producto interno bruto (cuando hace tres años tenía superávit equivalente a 2.2 por ciento del PIB), puedan afectar la operación de la filial mexicana del grupo o a su casa matriz.
Santander México aporta 12 por ciento de las operaciones del grupo, con lo que se convierte en la séptima plaza más importante de la institución por el volumen de negocio que aporta. Martínez Gavica anticipó que este año, o a más tardar el próximo, la previsión es que la operación aquí sea la cuarta más importante de la multinacional, después de España, Inglaterra y Brasil.
Estimó que Santander tendrá este año un incremento en su cartera de préstamos de entre 13 y 19 por ciento, que significaría entre tres y cuatro veces el crecimiento esperado para el conjunto de la economía en 2010.
“Si el mercado crece a 8 (por ciento), nuestro grupo debe ser capaz de crecer a 13, pero si el mercado crece a 13, sin hacer un esfuerzo mayor, nuestro equipo debe ser capaz de crecer a 19 por ciento”, mencionó.
Superado, aumento de morosidad en tarjetas de crédito: Martínez Gavica
La filial española ganó el año pasado 11 mil 825 millones de pesos, 38.7% más que en 2008
En imagen de archivo, el presidente de Banco Santander México, Marcos Martinez, acompañado por el titular del Ejecutivo, Felipe Calderón, en un acto en Querétaro, QuerétaroFoto Cristina Rodríguez
Roberto González Amador
Jueves 11 de febrero de 2010, p. 25
El “momento crítico” de la caída en el crédito al consumo y el aumento de la morosidad fue superado. “Ahora es el momento de la prudencia”, sostuvo este miércoles Marcos Martínez Gavica, director general de Santander en México. Después de una contracción en la oferta de préstamos a través de tarjetas, que en el caso de la filial del banco español comenzó a mediados de 2007, el directivo atisbó un crecimiento modesto para este año en ese segmento, aunque un regreso del financiamiento con mayor dinamismo en otras áreas de la economía.
“México es un país que permite ganar dinero”, afirmó ayer Martínez Gavica al presentar los resultados de Santander en México el año pasado y las previsiones para 2010.
En 2009, Santander obtuvo en México utilidades por 11 mil 825 millones de pesos, cantidad que superó en 38.7 por ciento a las de 2008. Particularmente en el cuarto trimestre del año pasado, las ganancias, de 2 mil 649 millones de pesos, fueron mayores en 185 por ciento a las del periodo comparable de 2008.
Disminuyó crédito al consumo
La cartera de crédito vigente disminuyó en diciembre pasado a 204 mil 172 millones de pesos, 8.2 por ciento menor a la del cierre de 2008. La reducción en el monto de préstamos obedeció principalmente al retiro de la oferta en el segmento de consumo, y en particular de las tarjetas de crédito, un rubro en el que Santander comenzó a disminuir su colocación de préstamos desde mediados de 2007, explicó.
Al cierre de 2009, la cartera de préstamos en tarjeta de crédito se contrajo a 29 mil 696 millones de pesos, 20 por ciento menos que un año antes. Marcos Martínez reveló que en el último año el número de usuarios de tarjetas de crédito en Santader disminuyó en un millón, para situarse en 3 millones, y las restructuraciones de personas que cayeron en mora o se acogieron a algún programa de pago en facilidades antes de incurrir en cartera vencida llegaron a 18 mil millones de pesos.
En 2009, Santander otorgó 190 mil tarjetas de crédito nuevas, pero sólo a clientes del banco que satisfacían un perfil de pago. “No salimos a colocar tarjetas, sino que las ofrecimos a clientes. En 2010 esperamos colocar otros 300 mil plásticos”, explicó.
La contracción del crédito en el segmento de consumo y los programas de restructura llevaron a una reducción en la cartera de crédito vencida que, para el banco en conjunto, disminuyó en diciembre pasado a 3 mil 565 millones de pesos, 50.5 por ciento menos que la de diciembre de 2008. Al cierre de 2009, las reservas preventivas de la institución sumaron 11 mil 368 millones de pesos, equivalentes a 3.1 veces el saldo de la cartera vencida total.
Marcos Martínez atribuyó a una reducción de costos el aumento de la rentabilidad del banco. Los gastos de administración de Santander en México fueron el año pasado de 15 mil 907 millones de pesos, 2.3 por ciento menos de los 16 mil 285 millones del ejercicio previo.
Para 2010 anticipó que Santander aumentará su colocación de crédito por encima del promedio esperado por el sistema. De entrada descartó que los problemas de la economía española, que enfrenta un déficit público de 12.2 por ciento del producto interno bruto (cuando hace tres años tenía superávit equivalente a 2.2 por ciento del PIB), puedan afectar la operación de la filial mexicana del grupo o a su casa matriz.
Santander México aporta 12 por ciento de las operaciones del grupo, con lo que se convierte en la séptima plaza más importante de la institución por el volumen de negocio que aporta. Martínez Gavica anticipó que este año, o a más tardar el próximo, la previsión es que la operación aquí sea la cuarta más importante de la multinacional, después de España, Inglaterra y Brasil.
Estimó que Santander tendrá este año un incremento en su cartera de préstamos de entre 13 y 19 por ciento, que significaría entre tres y cuatro veces el crecimiento esperado para el conjunto de la economía en 2010.
“Si el mercado crece a 8 (por ciento), nuestro grupo debe ser capaz de crecer a 13, pero si el mercado crece a 13, sin hacer un esfuerzo mayor, nuestro equipo debe ser capaz de crecer a 19 por ciento”, mencionó.
Condenan PRI, PRD y PT el apoyo del Ejército a reforma política de Calderón
Cuando rebasa la disciplina castrense se han producido episodios trágicos, advierten
El general Galván no se refirió a esa iniciativa, sino a otras que están congeladas, dice el PAN
Enrique Peña Nieto, gobernador del estado de México; Guillermo Galván, secretario de la Defensa Nacional, y el presidente Felipe Calderón, durante la conmemoración del 95 aniversario de la Fuerza Aérea, en la base de Santa LucíaFoto Marco Peláez
Periódico La Jornada
Jueves 11 de febrero de 2010, p. 7
Cuando el Ejército ha rebasado la barrera de la disciplina castrense para involucrarse en política han tenido lugar algunos de los episodios más trágicos de la vida nacional, advirtieron legisladores y funcionarios de PRI, PRD y PT, al condenar el apoyo público del titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guillermo Galván Galván, a la iniciativa de reforma política del presidente Felipe Calderón.
“En lo que debe estar pensando en este momento el Ejército Mexicano es en el tema de la inseguridad; especialmente ahora, cuando la situación es de tal gravedad que puede trascender el tema de la seguridad pública para convertirse en un asunto de seguridad nacional, dados los crecientes niveles de violencia en el país”, afirmó Samuel Aguilar Solís, secretario adjunto de la dirigencia nacional del PRI.
El presidente de la Comisión Bicamaral de Seguridad Nacional, el panista Felipe González, sostuvo que el secretario de la Defensa Nacional actuó dentro del marco legal al convocar a acuerdos políticos y pedir que se aprueben las reformas pendientes. Si en la lucha contra el crimen organizado “los militares ponen los muertos, tienen derecho a opinar”, dijo.
Al participar como único orador en la ceremonia por el 97 aniversario de la Marcha de la Lealtad, el pasado martes, el general Galván destacó que “sólo mediante reformas integrales estaremos en condiciones de consolidar ese bienestar colectivo que todos exigen, pero que no todos procuran”.
Estas declaraciones, aseguraron priístas, perredistas y petistas, no se corresponden con la posición institucional y de respeto a la división de poderes que hasta ese momento había distinguido a las fuerzas armadas.
“La Constitución ordena la separación clara entre el Ejército y la política. Cuando se rompe esa frontera se presentan excesos, como los ocurridos durante la guerra sucia en los años 70; entonces el Ejército se convirtió en instrumento de combate contra la disidencia política”, recordó el coordinador de los diputados del PRD, Alejandro Encinas.
El dirigente nacional del PT, Alberto Anaya, sostuvo que la utilización del general Guillermo Galván Galván por Felipe Calderón para promover su iniciativa de reforma política muestra la desesperación del Presidente, quien no cuenta con el apoyo de los partidos políticos ni de la sociedad, además de que pone en evidencia la debilidad del Ejecutivo federal.
A su vez, el vicecoordinador de la fracción panista en San Lázaro, Roberto Gil, manifestó: “Nosotros reconocemos el trabajo de las fuerzas armadas en una contingencia difícil, como es la inseguridad pública que vive el país. En ese sentido, nosotros creemos que la sociedad entera debe estar del lado de los cuerpos y las fuerzas de seguridad del Estado mexicano en todos sus niveles y dimensiones. Es necesaria la unidad de la sociedad en torno a nuestros cuerpos y fuerzas de seguridad, porque son quienes están construyendo la tranquilidad del país”.
Su compañero de partido, el senador Felipe González, sostuvo que el secretario de la Defensa no se refirió a la reforma política, sino a otras iniciativas que están congeladas en el Senado, entre ellas la modificación constitucional para legalizar la participación de las fuerzas armadas en el combate al narcotráfico, que de aprobarse le permitiría declarar estados de excepción.
El petista Ricardo Monreal respondió que ni en la Constitución ni en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal se otorgan facultades al secretario de la Defensa Nacional para llamar a las fuerzas políticas a suscribir acuerdos, como los que invocó el pasado martes.
La decena trágica.
La Decena Trágica fue un periodo de poco más de diez días en el que un grupo de sublevados se levantaron en armas contra el gobierno de Francisco I. Madero.
Este episodio culminó con el asesinato del presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez y la ascensión a la presidencia de Victoriano Huerta.
La difícil presidencia de Madero
En 1910 Francisco I. Madero reunió su fuerza revolucionaria del impulso de haber sido el iniciador del movimiento armado y de representar a todos aquellos que querían derrocar al dictador. Sin embargo para 1913, una vez depuesto el enemigo (Díaz), Madero perdió buena parte del enorme apoyo que alguna vez tuvo. Su impopularidad se debió a que, cuando éste subió a la Presidencia, había muchas expectativas de revolucionarios radicales, de campesinos y de obreros en torno a las medidas que tomaría su gobierno.
La posición moderada y conciliadora con los porfiristas que Madero adoptó desalentó a quienes esperaban que la revolución traería consigo transformaciones radicales. Muchos revolucionarios se sintieron defraudados y traicionados por Madero y le declararon la guerra (como Emiliano Zapata mediante el Plan de Ayala). Durante los quince meses que duró su gobierno, Madero enfrentó múltiples problemas: rebeliones armadas, huelgas, conspiraciones e intrigas contrarrevolucionarias. Entre aquellos que se sublevaron contra su gobierno estuvieron Bernardo Reyes, ministro de guerra durante el porfiriato y Félix Díaz, sobrino de Porfirio Díaz. Ambas rebeliones fracasaron y Madero encarceló a los rebeldes, perdonándoles la vida.
Además de las rebeliones, la prensa de oposición atacó constantemente al presidente e influyó de manera decisiva en incitar la desconfianza de la opinión pública al régimen. También se opusieron al gobierno los senadores, los terratenientes y los intereses extranjeros. El maderismo no satisfacía los intereses económicos de los Estados Unidos y todo el año de 1912 el presidente William Taft, a través de su embajador Henry Lane Wilson, amenazó y atacó al gobierno de Madero por diferentes medios.
Se inicia la sublevación
Así, cuando el 9 de febrero de 1913 la Escuela Militar de Aspirantes de Tlalpan y la tropa del cuartel de Tacubaya se levantaron en armas contra el gobierno, no se tomó la noticia con mucha sorpresa. Hasta entonces, la ciudad de México había permanecido lejana al campo de batalla y, por primera vez durante la contienda, conoció la muerte de civiles en sus calles, los gritos de los heridos, el retumbar de cañones y la lluvia de balas de ametralladoras.
Una de las primeras maniobras de los sublevados, al mando de los generales porfiristas Gregorio Ruiz y Manuel Mondragón, fue liberar de sus prisiones a Félix Díaz y Bernardo Reyes. Los rebeldes se dirigieron al Palacio Nacional, defendido por el general Lauro Villar. En uno de los primeros combates murió Bernardo Reyes y Díaz y Mondragón se refugiaron en La Ciudadela. Mientras tanto, el presidente Madero salió del Castillo de Chapultepec rumbo al Palacio Nacional, escoltado por cadetes del Colegio Militar y en compañía de algunos secretarios de estado y amigos (Marcha de la Lealtad). Durante una pausa que hizo frente al Teatro de Bellas Artes, el presidente cometió un error lamentable: nombró comandante militar de la plaza a Victoriano Huerta, en sustitución del general Villar, que había sido herido durante el combate.
Al llegar a Palacio, Madero organizó la defensa, mandó llamar a varios cuerpos militares (de Tlalpan, de San Juan Teotihuacán, de Chalco, de Toluca ) y el propio presidente decidió ir a Cuernavaca a traer a Felipe Ángeles y sus fuerzas. Huerta, mientras tanto, perdía tiempo en detrimento del gobierno pues había entrado en tratos con los sublevados y se había sumado a la conspiración.
El Pacto de la Embajada
Finalmente, el 17 de febrero, Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron hechos prisioneros. Mientras tanto, el embajador Henry Lane Wilson intrigaba en contra del gobierno mandando insinuaciones de que sólo se podría evitar la intervención armada de los Estados Unidos con la renuncia de Madero. El papel de Wilson durante este episodio fue deplorable: hacía ostentación ante miembros del cuerpo diplomático de conocer los proyectos desleales de Huerta y notificó al Departamento de Estado de Estados Unidos que los rebeldes habían aprehendido al presidente y vicepresidente hora y media antes de que esto sucediera.
Cuando Madero y Pino Suárez fueron hechos prisioneros, Wilson ofreció a Huerta y a Díaz el edificio de la embajada norteamericana para que llegaran a acuerdos finales, en lo que se llamó el Pacto de la Embajada. En este pacto se desconocía al gobierno de Madero y se establecía que Huerta asumiría la presidencia provisional antes de 72 horas, con un gabinete integrado por reyistas y felicistas; que Félix Díaz no tendría ningún cargo para poder contender en las elecciones; que notificarían a los gobiernos extranjeros el cese del ejecutivo anterior y el fin de las hostilidades.
Al Pacto de la Embajada siguió la tortura y asesinato de Gustavo A. Madero, hermano del presidente. Después se presentaron las renuncias del presidente y vicepresidente ante un Congreso reunido en sesión extraordinaria. Este nombró presidente a Pedro Lascuráin, ministro de Relaciones Exteriores con Madero, quien a su vez renunció y nombró presidente a Victoriano Huerta.
Desde su aprehensión, Madero y Pino Suárez permanecieron en el Palacio Nacional, esperando en vano un tren que los conduciría al puerto de Veracruz, de donde se embarcarían a Cuba, al exilio. De nada sirvieron las gestiones de sus familiares, amigos, los ministros de Cuba, Chile y Japón, ante Wilson para que hiciera valer la influencia que tenía sobre Huerta, ya que el embajador les respondió que él, como diplomático, no podía interferir en los asuntos internos de México.
Fin de la Decena Trágica
El general Aureliano Blanquet dió órdenes, confirmadas por Huerta y Mondragón, para que la noche del 22 de febrero se trasladara a Madero y Pino Suárez a la Penitenciaría de Lecumberri. En el trayecto se simuló un ataque y los prisioneros fueron asesinados. La ciudad se levantó con la noticia "Ya mataron a Madero" y aunque la primera reacción fue de indignación, la mayoría de los habitantes de la capital se alegraron del cese de hostilidades, se lanzaron jubilosos a las calles, adornaron las fachadas de sus casas y, en unión de la prensa, ensalzaron a los vencedores y condenaron a los caídos.
La tranquilidad volvió a la ciudad de México. La alta burguesía, integrada por terratenientes, banqueros, comerciantes e industriales, vio el fin de aquellos días de horror con beneplácito, como la mayoría de la gente, y con la confianza de que el nuevo gobierno restablecería las condiciones políticas, sociales y económicas en las que habían prosperado. Sin embargo, pronto vieron que este gobierno no sería como esperaban.
Victoriano Huerta se instaló en el Palacio Nacional el 20 de febrero de 1913 y permaneció en la presidencia 17 meses pues el usurpador se las arregló para disolver la fuerza de Félix Díaz, a quien nombró embajador en Japón. El gobierno huertista fue dictatorial a partir del 10 de octubre de 1913, cuando disolvió el Congreso de la Unión. Durante esta dictadura, la vida en la ciudad se militarizó y muchos ciudadanos, maderistas o no, fueron torturados o asesinados. Pero pronto surgió un nuevo líder revolucionario en pie de lucha contra el huertismo, el gobernador de Coahuila Venustiano Carranza.
Este episodio culminó con el asesinato del presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez y la ascensión a la presidencia de Victoriano Huerta.
La difícil presidencia de Madero
En 1910 Francisco I. Madero reunió su fuerza revolucionaria del impulso de haber sido el iniciador del movimiento armado y de representar a todos aquellos que querían derrocar al dictador. Sin embargo para 1913, una vez depuesto el enemigo (Díaz), Madero perdió buena parte del enorme apoyo que alguna vez tuvo. Su impopularidad se debió a que, cuando éste subió a la Presidencia, había muchas expectativas de revolucionarios radicales, de campesinos y de obreros en torno a las medidas que tomaría su gobierno.
La posición moderada y conciliadora con los porfiristas que Madero adoptó desalentó a quienes esperaban que la revolución traería consigo transformaciones radicales. Muchos revolucionarios se sintieron defraudados y traicionados por Madero y le declararon la guerra (como Emiliano Zapata mediante el Plan de Ayala). Durante los quince meses que duró su gobierno, Madero enfrentó múltiples problemas: rebeliones armadas, huelgas, conspiraciones e intrigas contrarrevolucionarias. Entre aquellos que se sublevaron contra su gobierno estuvieron Bernardo Reyes, ministro de guerra durante el porfiriato y Félix Díaz, sobrino de Porfirio Díaz. Ambas rebeliones fracasaron y Madero encarceló a los rebeldes, perdonándoles la vida.
Además de las rebeliones, la prensa de oposición atacó constantemente al presidente e influyó de manera decisiva en incitar la desconfianza de la opinión pública al régimen. También se opusieron al gobierno los senadores, los terratenientes y los intereses extranjeros. El maderismo no satisfacía los intereses económicos de los Estados Unidos y todo el año de 1912 el presidente William Taft, a través de su embajador Henry Lane Wilson, amenazó y atacó al gobierno de Madero por diferentes medios.
Se inicia la sublevación
Así, cuando el 9 de febrero de 1913 la Escuela Militar de Aspirantes de Tlalpan y la tropa del cuartel de Tacubaya se levantaron en armas contra el gobierno, no se tomó la noticia con mucha sorpresa. Hasta entonces, la ciudad de México había permanecido lejana al campo de batalla y, por primera vez durante la contienda, conoció la muerte de civiles en sus calles, los gritos de los heridos, el retumbar de cañones y la lluvia de balas de ametralladoras.
Una de las primeras maniobras de los sublevados, al mando de los generales porfiristas Gregorio Ruiz y Manuel Mondragón, fue liberar de sus prisiones a Félix Díaz y Bernardo Reyes. Los rebeldes se dirigieron al Palacio Nacional, defendido por el general Lauro Villar. En uno de los primeros combates murió Bernardo Reyes y Díaz y Mondragón se refugiaron en La Ciudadela. Mientras tanto, el presidente Madero salió del Castillo de Chapultepec rumbo al Palacio Nacional, escoltado por cadetes del Colegio Militar y en compañía de algunos secretarios de estado y amigos (Marcha de la Lealtad). Durante una pausa que hizo frente al Teatro de Bellas Artes, el presidente cometió un error lamentable: nombró comandante militar de la plaza a Victoriano Huerta, en sustitución del general Villar, que había sido herido durante el combate.
Al llegar a Palacio, Madero organizó la defensa, mandó llamar a varios cuerpos militares (de Tlalpan, de San Juan Teotihuacán, de Chalco, de Toluca ) y el propio presidente decidió ir a Cuernavaca a traer a Felipe Ángeles y sus fuerzas. Huerta, mientras tanto, perdía tiempo en detrimento del gobierno pues había entrado en tratos con los sublevados y se había sumado a la conspiración.
El Pacto de la Embajada
Finalmente, el 17 de febrero, Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron hechos prisioneros. Mientras tanto, el embajador Henry Lane Wilson intrigaba en contra del gobierno mandando insinuaciones de que sólo se podría evitar la intervención armada de los Estados Unidos con la renuncia de Madero. El papel de Wilson durante este episodio fue deplorable: hacía ostentación ante miembros del cuerpo diplomático de conocer los proyectos desleales de Huerta y notificó al Departamento de Estado de Estados Unidos que los rebeldes habían aprehendido al presidente y vicepresidente hora y media antes de que esto sucediera.
Cuando Madero y Pino Suárez fueron hechos prisioneros, Wilson ofreció a Huerta y a Díaz el edificio de la embajada norteamericana para que llegaran a acuerdos finales, en lo que se llamó el Pacto de la Embajada. En este pacto se desconocía al gobierno de Madero y se establecía que Huerta asumiría la presidencia provisional antes de 72 horas, con un gabinete integrado por reyistas y felicistas; que Félix Díaz no tendría ningún cargo para poder contender en las elecciones; que notificarían a los gobiernos extranjeros el cese del ejecutivo anterior y el fin de las hostilidades.
Al Pacto de la Embajada siguió la tortura y asesinato de Gustavo A. Madero, hermano del presidente. Después se presentaron las renuncias del presidente y vicepresidente ante un Congreso reunido en sesión extraordinaria. Este nombró presidente a Pedro Lascuráin, ministro de Relaciones Exteriores con Madero, quien a su vez renunció y nombró presidente a Victoriano Huerta.
Desde su aprehensión, Madero y Pino Suárez permanecieron en el Palacio Nacional, esperando en vano un tren que los conduciría al puerto de Veracruz, de donde se embarcarían a Cuba, al exilio. De nada sirvieron las gestiones de sus familiares, amigos, los ministros de Cuba, Chile y Japón, ante Wilson para que hiciera valer la influencia que tenía sobre Huerta, ya que el embajador les respondió que él, como diplomático, no podía interferir en los asuntos internos de México.
Fin de la Decena Trágica
El general Aureliano Blanquet dió órdenes, confirmadas por Huerta y Mondragón, para que la noche del 22 de febrero se trasladara a Madero y Pino Suárez a la Penitenciaría de Lecumberri. En el trayecto se simuló un ataque y los prisioneros fueron asesinados. La ciudad se levantó con la noticia "Ya mataron a Madero" y aunque la primera reacción fue de indignación, la mayoría de los habitantes de la capital se alegraron del cese de hostilidades, se lanzaron jubilosos a las calles, adornaron las fachadas de sus casas y, en unión de la prensa, ensalzaron a los vencedores y condenaron a los caídos.
La tranquilidad volvió a la ciudad de México. La alta burguesía, integrada por terratenientes, banqueros, comerciantes e industriales, vio el fin de aquellos días de horror con beneplácito, como la mayoría de la gente, y con la confianza de que el nuevo gobierno restablecería las condiciones políticas, sociales y económicas en las que habían prosperado. Sin embargo, pronto vieron que este gobierno no sería como esperaban.
Victoriano Huerta se instaló en el Palacio Nacional el 20 de febrero de 1913 y permaneció en la presidencia 17 meses pues el usurpador se las arregló para disolver la fuerza de Félix Díaz, a quien nombró embajador en Japón. El gobierno huertista fue dictatorial a partir del 10 de octubre de 1913, cuando disolvió el Congreso de la Unión. Durante esta dictadura, la vida en la ciudad se militarizó y muchos ciudadanos, maderistas o no, fueron torturados o asesinados. Pero pronto surgió un nuevo líder revolucionario en pie de lucha contra el huertismo, el gobernador de Coahuila Venustiano Carranza.
Gómez Mont renuncia al PAN; se niega a revelar las razones
Se compromete a tratar los asuntos de ese partido con imparcialidad y apego a la ley
Dimite horas después de que se anunció la alianza con PRD, PT y Convergencia en Oaxaca
Habría pactado con el PRI aprobar el paquete económico a cambio de no formar coaliciones
Fabiola Martínez y Georgina Saldierna
Periódico La Jornada
Jueves 11 de febrero de 2010, p. 3
Horas después de que el Partido Acción Nacional anunció la alianza total en Oaxaca (con PRD, PT y Convergencia), el titular de la Secretaría de Gobernación, Fernando Gómez Mont, renunció a su militancia panista luego de conversar con el presidente Felipe Calderón y con el dirigente de ese partido, César Nava.
La salida de Gómez Mont del PAN constituye un hecho sin precedente, porque el conductor de la política interior del país ya no militará en el partido en el gobierno y, en esta condición, deberá promover las iniciativas de reforma del Ejecutivo, como la política y la hacendaria.
En la historia reciente del país los secretarios de Gobernación –salvo Jorge Carpizo, quien ocupó diversos cargos públicos sin militar en un instituto– han sido integrantes del partido en el poder.
Presunto compromiso
Desde noviembre pasado, durante la negociación del paquete económico 2010 (Presupuesto de Egresos, Ley de Ingresos y miscelánea fiscal), en los corrillos políticos se dijo que hubo un acuerdo y el compromiso de Gómez Mont para que el PRI lo aprobara a cambio de que el PAN no autorizara las alianzas para los procesos electorales de este año.
El acuerdo dio frutos y los legisladores priístas dieron un viraje de última hora para aprobar, entre otros puntos, el aumento de impuestos. Sin embargo, la promesa que presuntamente hizo Gómez Mont a los priístas –según estas versiones– se perdió en el camino.
La alianza entre Acción Nacional y las fuerzas de izquierda es un hecho en Oaxaca, mientras avanzan las pláticas para aprobar coaliciones similares en Durango, Hidalgo y Quintana Roo.
Además, se espera que en breve haya otros avances de este tipo en Puebla, Sinaloa y Veracruz, entidades en las que gobierna el PRI y forman, en conjunto, un bastión para el tricolor a escala nacional, por su elevado número de electores.
Al conocerse la decisión de Gómez Mont, analistas políticos y legisladores señalaron que no existe coherencia entre el hecho de que el funcionario haya presentado su renuncia al PAN y, en cambio, no deje su cargo como secretario de Gobernación, quien funge, por ley, como enlace del Ejecutivo en la relación con el Poder Legislativo y, a la vez, es secretario ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional.
El funcionario, sin ser integrante del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, asistió a la reunión del pasado martes en la sede de este partido para manifestar su oposición a la política de alianzas con fuerzas de izquierda, especialmente con el PRD.
De manera concreta, se pronunció, tajante, contra la coalición en Oaxaca, porque consideró que no existen las características necesarias para ello.
Según las mismas versiones que circularon en el Congreso y en los partidos políticos, en el pacto tuvo participación primordial el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, quien habría convencido a los legisladores de esa entidad de apoyar el paquete fiscal, a pesar de las reticencias, en particular, de este subgrupo parlamentario en San Lázaro. Todo, a cambio de que el PAN no se sumara a la alianza con la izquierda.
Fernando Gómez Mont, secretario de GobernaciónFoto Marco Peláez
La postura opositora de Gómez Mont ya había sido expuesta públicamente desde el pasado 21 de enero, cuando, en un foro realizado en El Colegio de México para difundir la reforma política calderonista, el funcionario advirtió ante académicos que una coalición sin programa de gobierno podría derivar en una suerte de fraude electoral para los ciudadanos.
Manifestó: “Estoy en desacuerdo en las coaliciones electorales que sólo ven la coyuntura del momento de la elección, que no ven un programa de gobierno y no buscan un esquema de transformación y de proyecto político. Yo, en lo personal, y esta es una tesis mía, creo que son profundamente antidemocráticas y, en ese sentido, empobrecen una relación seria entre los políticos y la sociedad. Con todo respeto, son los riesgos en donde la mercadotecnia sustituye al programa político”.
Ante el desconcierto de sus compañeros de partido, el día siguiente Gómez Mont intentó matizar sus declaraciones: justificó que esas alianzas “son democráticas y positivas, porque permiten al ciudadano juzgar qué es lo que quiere”, siempre que éstas “se funden en la convergencia de ideas y causas” en favor de los electores.
Veinte días después de sus comentarios acerca de las alianzas, Gómez Mont, integrante de una extensa prosapia panista, presentó –mediante escueta carta– su renuncia al partido en el que militó tres décadas, en una generación de jóvenes que compartió con Felipe Calderón.
Hasta anoche no había ninguna definición respecto de su permanencia en Gobernación, dependencia a la que llegó el 10 de noviembre de 2008, tras la muerte de Juan Camilo Mouriño y luego de poner pausa a sus litigios, en un bufete privado, como abogado penalista.
Carta a “Don César”
En la misiva dirigida a “Don César (Nava)”, el funcionario sólo señala que se retira del PAN “debido a razones que me veo obligado a no revelar por discreción profesional”.
En el segundo y último párrafo reitera su “compromiso de tratar los asuntos que a dicho instituto político le interesen, y que correspondan en el ámbito de atribuciones del cargo que ahora desempeño, con absoluta imparcialidad y apego a la ley, en los mismos términos que frente a todos los institutos políticos que forman el sistema electoral mexicano”.
El boletín de Gobernación para informar sobre esta decisión fue más sucinto, de un párrafo.
Integrantes de su equipo aseguraron que no tocará el tema ante los medios de comunicación y, por lo pronto, no estaba programada su asistencia a Ciudad Juárez, Chihuahua, donde el presidente Calderón presentará la nueva estrategia para atajar la violencia e inseguridad en esa urbe fronteriza.
Dimite horas después de que se anunció la alianza con PRD, PT y Convergencia en Oaxaca
Habría pactado con el PRI aprobar el paquete económico a cambio de no formar coaliciones
Fabiola Martínez y Georgina Saldierna
Periódico La Jornada
Jueves 11 de febrero de 2010, p. 3
Horas después de que el Partido Acción Nacional anunció la alianza total en Oaxaca (con PRD, PT y Convergencia), el titular de la Secretaría de Gobernación, Fernando Gómez Mont, renunció a su militancia panista luego de conversar con el presidente Felipe Calderón y con el dirigente de ese partido, César Nava.
La salida de Gómez Mont del PAN constituye un hecho sin precedente, porque el conductor de la política interior del país ya no militará en el partido en el gobierno y, en esta condición, deberá promover las iniciativas de reforma del Ejecutivo, como la política y la hacendaria.
En la historia reciente del país los secretarios de Gobernación –salvo Jorge Carpizo, quien ocupó diversos cargos públicos sin militar en un instituto– han sido integrantes del partido en el poder.
Presunto compromiso
Desde noviembre pasado, durante la negociación del paquete económico 2010 (Presupuesto de Egresos, Ley de Ingresos y miscelánea fiscal), en los corrillos políticos se dijo que hubo un acuerdo y el compromiso de Gómez Mont para que el PRI lo aprobara a cambio de que el PAN no autorizara las alianzas para los procesos electorales de este año.
El acuerdo dio frutos y los legisladores priístas dieron un viraje de última hora para aprobar, entre otros puntos, el aumento de impuestos. Sin embargo, la promesa que presuntamente hizo Gómez Mont a los priístas –según estas versiones– se perdió en el camino.
La alianza entre Acción Nacional y las fuerzas de izquierda es un hecho en Oaxaca, mientras avanzan las pláticas para aprobar coaliciones similares en Durango, Hidalgo y Quintana Roo.
Además, se espera que en breve haya otros avances de este tipo en Puebla, Sinaloa y Veracruz, entidades en las que gobierna el PRI y forman, en conjunto, un bastión para el tricolor a escala nacional, por su elevado número de electores.
Al conocerse la decisión de Gómez Mont, analistas políticos y legisladores señalaron que no existe coherencia entre el hecho de que el funcionario haya presentado su renuncia al PAN y, en cambio, no deje su cargo como secretario de Gobernación, quien funge, por ley, como enlace del Ejecutivo en la relación con el Poder Legislativo y, a la vez, es secretario ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional.
El funcionario, sin ser integrante del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, asistió a la reunión del pasado martes en la sede de este partido para manifestar su oposición a la política de alianzas con fuerzas de izquierda, especialmente con el PRD.
De manera concreta, se pronunció, tajante, contra la coalición en Oaxaca, porque consideró que no existen las características necesarias para ello.
Según las mismas versiones que circularon en el Congreso y en los partidos políticos, en el pacto tuvo participación primordial el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, quien habría convencido a los legisladores de esa entidad de apoyar el paquete fiscal, a pesar de las reticencias, en particular, de este subgrupo parlamentario en San Lázaro. Todo, a cambio de que el PAN no se sumara a la alianza con la izquierda.
Fernando Gómez Mont, secretario de GobernaciónFoto Marco Peláez
La postura opositora de Gómez Mont ya había sido expuesta públicamente desde el pasado 21 de enero, cuando, en un foro realizado en El Colegio de México para difundir la reforma política calderonista, el funcionario advirtió ante académicos que una coalición sin programa de gobierno podría derivar en una suerte de fraude electoral para los ciudadanos.
Manifestó: “Estoy en desacuerdo en las coaliciones electorales que sólo ven la coyuntura del momento de la elección, que no ven un programa de gobierno y no buscan un esquema de transformación y de proyecto político. Yo, en lo personal, y esta es una tesis mía, creo que son profundamente antidemocráticas y, en ese sentido, empobrecen una relación seria entre los políticos y la sociedad. Con todo respeto, son los riesgos en donde la mercadotecnia sustituye al programa político”.
Ante el desconcierto de sus compañeros de partido, el día siguiente Gómez Mont intentó matizar sus declaraciones: justificó que esas alianzas “son democráticas y positivas, porque permiten al ciudadano juzgar qué es lo que quiere”, siempre que éstas “se funden en la convergencia de ideas y causas” en favor de los electores.
Veinte días después de sus comentarios acerca de las alianzas, Gómez Mont, integrante de una extensa prosapia panista, presentó –mediante escueta carta– su renuncia al partido en el que militó tres décadas, en una generación de jóvenes que compartió con Felipe Calderón.
Hasta anoche no había ninguna definición respecto de su permanencia en Gobernación, dependencia a la que llegó el 10 de noviembre de 2008, tras la muerte de Juan Camilo Mouriño y luego de poner pausa a sus litigios, en un bufete privado, como abogado penalista.
Carta a “Don César”
En la misiva dirigida a “Don César (Nava)”, el funcionario sólo señala que se retira del PAN “debido a razones que me veo obligado a no revelar por discreción profesional”.
En el segundo y último párrafo reitera su “compromiso de tratar los asuntos que a dicho instituto político le interesen, y que correspondan en el ámbito de atribuciones del cargo que ahora desempeño, con absoluta imparcialidad y apego a la ley, en los mismos términos que frente a todos los institutos políticos que forman el sistema electoral mexicano”.
El boletín de Gobernación para informar sobre esta decisión fue más sucinto, de un párrafo.
Integrantes de su equipo aseguraron que no tocará el tema ante los medios de comunicación y, por lo pronto, no estaba programada su asistencia a Ciudad Juárez, Chihuahua, donde el presidente Calderón presentará la nueva estrategia para atajar la violencia e inseguridad en esa urbe fronteriza.
¿Y el terrorismo de Estado?
Rosario Ibarra
11 de febrero de 2010
2010-02-11
Cayeron en mis manos por azar. Eran tan sólo las páginas de un diario norteño de mediados de enero de este malhadado año que presume de ser símbolo de un bicentenario y de un centenario, de gestas gloriosas para la patria, por las luchas libertarias que se llevaron a cabo —claro— en 1810 y 1910. Los pobres trozos del periódico, un poco arrugados y maltrechos, abandonados por inservibles, para mí no resultaron de manera alguna inútiles, ya que su ajada textura resultó un suave embalaje para un diminuto joyero que recibí de regalo en Navidad. Bello pero para mí tan sólo regalo para la vista, porque no poseo alhaja alguna que guardar en él y decidí traerlo al DF para engalanar mi modesta sala.
Estaba a punto de arrugar aquellas hojas, para envolver la bella pieza, cuando vi el encabezado de un artículo, al parecer copiado de The New York Times... “AL INTERIOR DE LA MENTE DEL TERRORISTA”. No se distinguían bien las letras del documento, sólo el encabezado y los dibujos que eran unos “pasamontañas” parecidos a los que usan hoy aquí, los soldados, los marinos y los policías.
Entre lo poco que pude leer se destacaba el origen de los “terroristas”: grupos como el Ejército Republicano Irlandés, Al-Qaeda y los bombarderos suicidas, que carecían de “interrogantes morales”, ya que opinan —dice el artículo— que sienten y piensan “que el uso de la violencia contra el enemigo, no es inmoral”... aunque aceptan “límites personales”, ya que “algunos terroristas que aceptaron asesinar a soldados fuera de servicio aborrecían la matanza de animales”.
Estuve en busca del ejemplar completo del diario, porque no quise juzgar el escrito por palabras aisladas, aún no lo tengo, pero sí puedo afirmar que hay quienes en el poderoso país del norte “ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”, porque cómo no calificar de hechos terroristas las incontables guerras contra pueblos de países lejanos y la siembra de miles de tumbas de jóvenes norteamericanos que han caído a lo largo de muchísimos años, engañados con el señuelo de que van a “defender la democracia y la libertad”.
Y los de este empobrecido y maltratado país, los malos gobernantes y sus secuaces, ¿No merecen también que se califique su actuación como terrorismo de Estado? Que se atrevan a protestar, aunque sólo recordemos algunos crímenes, como el asesinato de Rubén Jaramillo, el 2 de octubre de 1968, el 10 de junio de 1971, las desapariciones forzadas de cientos de campesinos, trabajadores, maestros y estudiantes, hombres y mujeres, desde 1969 hasta los 80, en la terrible época del priísmo... y más tarde, las jóvenes asesinadas en Juárez y en el pésimamente llamado “gobierno del cambio” los desaparecidos en el sexenio de Fox y a últimas fechas, la grosería del ilegal gobierno actual, de llamar levantones a los secuestros de ciudadanos y de endilgarle el delito al “crimen organizado” para lavarse sus cochambrosas manos y el descaro y la falta de conmiseración hacia los familiares de los niños muertos en la guardería en Sonora y también el desparpajo punto menos que idiota de quien opinó que los jóvenes víctimas de la masacre en Juárez, eran “pandilleros”...
En estas modestas líneas hay huecos enormes que se han venido a mi mente al ver, también en un periódico norteño que llegó a mis manos temprano el día de hoy, una fotografía en la que se muestra “una guardia de honor ante el féretro del ex senador Luis Colosio Fernández”, padre del asesinado ex candidato presidencial Luis Donaldo Colosio.
En ella puede verse, entre otras personas, a un envejecido Luis Echeverría, el otrora poderoso y autoritario gobernante responsable de los hechos violentos llevados a cabo durante su paso por la Presidencia, en violación al mandato constitucional y en absoluta falta de respeto a los derechos humanos de quienes fueron sus víctimas, ensuciando a la llamadas Fuerzas Armadas que cumplían las órdenes de crímenes, de los cuales este siniestro personaje ha salido impune, lo mismo que algunos de los torturadores que llevaban a los cautivos a campos militares y a la ilegal Dirección Federal de Seguridad.
¿No es esto “terrorismo de Estado”?
Dirigente del comité ¡Eureka!
11 de febrero de 2010
2010-02-11
Cayeron en mis manos por azar. Eran tan sólo las páginas de un diario norteño de mediados de enero de este malhadado año que presume de ser símbolo de un bicentenario y de un centenario, de gestas gloriosas para la patria, por las luchas libertarias que se llevaron a cabo —claro— en 1810 y 1910. Los pobres trozos del periódico, un poco arrugados y maltrechos, abandonados por inservibles, para mí no resultaron de manera alguna inútiles, ya que su ajada textura resultó un suave embalaje para un diminuto joyero que recibí de regalo en Navidad. Bello pero para mí tan sólo regalo para la vista, porque no poseo alhaja alguna que guardar en él y decidí traerlo al DF para engalanar mi modesta sala.
Estaba a punto de arrugar aquellas hojas, para envolver la bella pieza, cuando vi el encabezado de un artículo, al parecer copiado de The New York Times... “AL INTERIOR DE LA MENTE DEL TERRORISTA”. No se distinguían bien las letras del documento, sólo el encabezado y los dibujos que eran unos “pasamontañas” parecidos a los que usan hoy aquí, los soldados, los marinos y los policías.
Entre lo poco que pude leer se destacaba el origen de los “terroristas”: grupos como el Ejército Republicano Irlandés, Al-Qaeda y los bombarderos suicidas, que carecían de “interrogantes morales”, ya que opinan —dice el artículo— que sienten y piensan “que el uso de la violencia contra el enemigo, no es inmoral”... aunque aceptan “límites personales”, ya que “algunos terroristas que aceptaron asesinar a soldados fuera de servicio aborrecían la matanza de animales”.
Estuve en busca del ejemplar completo del diario, porque no quise juzgar el escrito por palabras aisladas, aún no lo tengo, pero sí puedo afirmar que hay quienes en el poderoso país del norte “ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”, porque cómo no calificar de hechos terroristas las incontables guerras contra pueblos de países lejanos y la siembra de miles de tumbas de jóvenes norteamericanos que han caído a lo largo de muchísimos años, engañados con el señuelo de que van a “defender la democracia y la libertad”.
Y los de este empobrecido y maltratado país, los malos gobernantes y sus secuaces, ¿No merecen también que se califique su actuación como terrorismo de Estado? Que se atrevan a protestar, aunque sólo recordemos algunos crímenes, como el asesinato de Rubén Jaramillo, el 2 de octubre de 1968, el 10 de junio de 1971, las desapariciones forzadas de cientos de campesinos, trabajadores, maestros y estudiantes, hombres y mujeres, desde 1969 hasta los 80, en la terrible época del priísmo... y más tarde, las jóvenes asesinadas en Juárez y en el pésimamente llamado “gobierno del cambio” los desaparecidos en el sexenio de Fox y a últimas fechas, la grosería del ilegal gobierno actual, de llamar levantones a los secuestros de ciudadanos y de endilgarle el delito al “crimen organizado” para lavarse sus cochambrosas manos y el descaro y la falta de conmiseración hacia los familiares de los niños muertos en la guardería en Sonora y también el desparpajo punto menos que idiota de quien opinó que los jóvenes víctimas de la masacre en Juárez, eran “pandilleros”...
En estas modestas líneas hay huecos enormes que se han venido a mi mente al ver, también en un periódico norteño que llegó a mis manos temprano el día de hoy, una fotografía en la que se muestra “una guardia de honor ante el féretro del ex senador Luis Colosio Fernández”, padre del asesinado ex candidato presidencial Luis Donaldo Colosio.
En ella puede verse, entre otras personas, a un envejecido Luis Echeverría, el otrora poderoso y autoritario gobernante responsable de los hechos violentos llevados a cabo durante su paso por la Presidencia, en violación al mandato constitucional y en absoluta falta de respeto a los derechos humanos de quienes fueron sus víctimas, ensuciando a la llamadas Fuerzas Armadas que cumplían las órdenes de crímenes, de los cuales este siniestro personaje ha salido impune, lo mismo que algunos de los torturadores que llevaban a los cautivos a campos militares y a la ilegal Dirección Federal de Seguridad.
¿No es esto “terrorismo de Estado”?
Dirigente del comité ¡Eureka!
Juárez: última llamada
Ricardo Rocha
Detrás de la Noticia
11 de febrero de 2010
No sé qué pasará hoy luego de la visita del presidente Calderón a Ciudad Juárez. Mi ingenuidad me da todavía para pensar en la remota posibilidad de una terapia intensiva. A menos que se quiera decretar la extremaunción. Porque hoy, Juárez se muere. A pesar del diagnóstico facilón de los muchos expertos que tal vez jamás han estado ahí y que todo lo reducen a un pleito entre cárteles.
Como si pudiera ignorarse el largo proceso de descomposición: desde que fue puesta como ejemplo de crecimiento con sus miles de maquiladoras que jalaron el desarrollo no sólo para Chihuahua sino para todo el país; a la vez que imán irresistible para pobres sin esperanza de todas partes. De entonces a la fecha, el pudrimiento ha sido gradual y constante. Y de él son igualmente responsables los gobiernos priístas y panistas, que por corrupción u omisión han fracasado estrepitosamente en los niveles municipal, estatal y federal.
Por eso Juárez apenas sobrevive. Y no hay duda que la inseguridad, la pobreza, el deterioro económico, la guerra federal contra el narco y la violencia siempre creciente son factores que se entrecruzan e interactúan en perjuicio de sus todavía un millón 300 mil habitantes. Basten algunos datos para ilustrar el desastre generalizado: hay ahora 116 mil viviendas vacías, como en la que celebraban su fiesta los muchachos masacrados; más de 100 mil juarenses se han ido a vivir a El Paso; nada más en la maquila se han perdido 80 mil empleos; 10 mil pequeñas y medianas empresas han cerrado por extorsiones y amenazas; 600 mil de sus habitantes son más pobres que nunca; en Juárez el tiempo ya no se mide por meses, sino por muertos… dos mil en lo que va del año, más 7000 huérfanos y viudas en toda esta guerra; y el horror llega a úlceras infantiles e inflamaciones cerebrales por estrés extremo y eso nadie lo sabe mejor que los propios juarenses.
Por eso, más que hablarles, Calderón debe ir a escucharlos, como a la maestra Mari Tere Almada, que escribió: “En Mayo pasado, cuando asesinaron a su padre, mi hijo me lanzó la pregunta: ‘¿Mamá y no nos vamos a ir a otra ciudad?’ Y yo le contesté que no, que era importante quedarnos a luchar para que las cosas cambiaran aquí. Hoy siento que el tiempo y las fuerzas se nos agotan y que Juárez se nos muere de tristeza”.
***Siempre he creído que quienes nos dedicamos a dar noticias traemos de carga la tristeza y hasta algún sentimiento de culpa porque, las más de las veces, nos ocupamos de las peores facetas de los seres humanos.
Hoy me entero de la muerte de Sor María Suárez Vázquez alma infatigable de las Hermanas del Verbo Encarnado quien, primero en la Sierra Tarahumara y luego como directora de Enfermería del Hospital de Cardiología Ignacio Chávez dedicó 40 años de su vida a cuidar a los más necesitados. Y creo que, a pesar del dolor de su partida, la sola existencia de un ser tan luminoso es una maravillosa noticia acá en la tierra como en el cielo.
Detrás de la Noticia
11 de febrero de 2010
No sé qué pasará hoy luego de la visita del presidente Calderón a Ciudad Juárez. Mi ingenuidad me da todavía para pensar en la remota posibilidad de una terapia intensiva. A menos que se quiera decretar la extremaunción. Porque hoy, Juárez se muere. A pesar del diagnóstico facilón de los muchos expertos que tal vez jamás han estado ahí y que todo lo reducen a un pleito entre cárteles.
Como si pudiera ignorarse el largo proceso de descomposición: desde que fue puesta como ejemplo de crecimiento con sus miles de maquiladoras que jalaron el desarrollo no sólo para Chihuahua sino para todo el país; a la vez que imán irresistible para pobres sin esperanza de todas partes. De entonces a la fecha, el pudrimiento ha sido gradual y constante. Y de él son igualmente responsables los gobiernos priístas y panistas, que por corrupción u omisión han fracasado estrepitosamente en los niveles municipal, estatal y federal.
Por eso Juárez apenas sobrevive. Y no hay duda que la inseguridad, la pobreza, el deterioro económico, la guerra federal contra el narco y la violencia siempre creciente son factores que se entrecruzan e interactúan en perjuicio de sus todavía un millón 300 mil habitantes. Basten algunos datos para ilustrar el desastre generalizado: hay ahora 116 mil viviendas vacías, como en la que celebraban su fiesta los muchachos masacrados; más de 100 mil juarenses se han ido a vivir a El Paso; nada más en la maquila se han perdido 80 mil empleos; 10 mil pequeñas y medianas empresas han cerrado por extorsiones y amenazas; 600 mil de sus habitantes son más pobres que nunca; en Juárez el tiempo ya no se mide por meses, sino por muertos… dos mil en lo que va del año, más 7000 huérfanos y viudas en toda esta guerra; y el horror llega a úlceras infantiles e inflamaciones cerebrales por estrés extremo y eso nadie lo sabe mejor que los propios juarenses.
Por eso, más que hablarles, Calderón debe ir a escucharlos, como a la maestra Mari Tere Almada, que escribió: “En Mayo pasado, cuando asesinaron a su padre, mi hijo me lanzó la pregunta: ‘¿Mamá y no nos vamos a ir a otra ciudad?’ Y yo le contesté que no, que era importante quedarnos a luchar para que las cosas cambiaran aquí. Hoy siento que el tiempo y las fuerzas se nos agotan y que Juárez se nos muere de tristeza”.
***Siempre he creído que quienes nos dedicamos a dar noticias traemos de carga la tristeza y hasta algún sentimiento de culpa porque, las más de las veces, nos ocupamos de las peores facetas de los seres humanos.
Hoy me entero de la muerte de Sor María Suárez Vázquez alma infatigable de las Hermanas del Verbo Encarnado quien, primero en la Sierra Tarahumara y luego como directora de Enfermería del Hospital de Cardiología Ignacio Chávez dedicó 40 años de su vida a cuidar a los más necesitados. Y creo que, a pesar del dolor de su partida, la sola existencia de un ser tan luminoso es una maravillosa noticia acá en la tierra como en el cielo.
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