jueves, 2 de mayo de 2019

“Estamos obligados a inclinar la cabeza y a saludar al policía”. Así son las escuelas con Bolsonaro


Las escuelas que ahora están codirigidas por la Policía siguen el modelo de las exclusivas instituciones militares, que suelen tener mejores resultados que la mayoría de los centros públicos, lo que hace que muchos padres estén deseosos por ver la misma rígida disciplina.

Por Diane Jeantet y Eraldo Peres
Brasilia, 2 de mayo (AP).— Cuando los estudiantes de la escuela estatal número 7 de Ceilandia, en la capital de Brasil, regresaron del receso festival en febrero, fueron recibidos por dos docenas de policíasuniformados en un lugar que apenas reconocían.
Con las armas enfundadas, los agentes les ordenaron formar en filas en el patio. Los alumnos recibieron camisetas blancas a la espera de que llegasen sus nuevos uniformes. De ahora en adelante, los chicos deben tener el pelo corto y las chicas atado hacia atrás. No podrán llevar pantalones cortos, gorras, esmalte de uñas de colores brillantes, pendientes ni ninguna otra pieza de ropa distintiva. Y quienes lleguen tarde no podrán entrar.
“Algunas veces nos sentimos intimidados”, señaló Michael Pereira da Silva, de 17 años, que estaba en contra de la decisión de contratar a policías para inculcar disciplina casi militar en el centro. “Al salir al pasillo estamos obligados a inclinar la cabeza y a saludar a los agentes de Policía”.
Aunque las pruebas con este tipo de colegios comenzaron en años anteriores, este enfoque cuasi militar es uno de los esfuerzos educativos más visibles del nuevo Presidente, Jair Bolsonaro, un ultraderechista ex capitán del Ejército que durante la campaña prometió mejorar las escuelas, generalmente consideradas un problema. Un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en 2015 situó a Brasil en el puesto 63 de 72 por desempeño educativo.
Las escuelas que ahora están codirigidas por la Policía siguen el modelo de las exclusivas instituciones militares, que suelen tener mejores resultados que la mayoría de los centros públicos, lo que hace que muchos padres estén deseosos por ver la misma rígida disciplina.
Con este modelo, la enseñanza sigue en manos del Ministerio de Educación y la Policía supervisa la disciplina y el cumplimiento de un nuevo código de conducta. La implementación del programa piloto en una escuela debe ser aprobada por la mayoría de los padres, maestros y personal en un referéndum.
La escuela de Ceilandia es una de las cuatro de Brasilia que votó para sumarse al programa. Las autoridades de la capital brasileña esperan incorporar 36 centros más para final de año y alcanzar un total de 200 en 2022. El Gobierno de Bolsonaro está impulsando una expansión similar en todo el país, aunque no reveló la cifra que espera alcanzar.
 Algunos estados han estado explorando este modelo desde principios de la década de los 2000, pero una adaptación masiva preocupa a muchos expertos en educación y sindicatos de profesores, que dicen que podrían ser excluyentes e ir en contra del concepto de un sistema educativo público gratuito y abierto.

Sostienen que este tipo de centros han logrado mejorar sus resultados porque los alumnos problemáticos están siendo discretamente reemplazados por otros con un mejor rendimiento académico, a menudo procedentes de familias adineradas. Otro riesgo para los críticos es la introducción de armas en las escuelas, especialmente en una nación que tiene la tasa anual de homicidios más alta del mundo, en su mayoría cometidos con armas de fuego.
“Aumentar el acceso y la posesión de armas no está asociado con la protección contra la violencia”, apuntó Robert Muggah, director de investigación del centro de estudios brasileño Igarape.
La expansión es una de las medidas estrella del ejecutivo de Bolsonaro, aunque el Ministerio de Educación dice que no tiene datos sobre cuántas escuelas de este tipo existían ni de estudios acerca de los beneficios del sistema en el largo plazo.
Además de colocar policías en más escuelas, el Gobierno ha estado presionado para realizar otros cambios en la educación pública, a la que acusan de estar dominada por una “ideología marxista”. El Ministerio de Educación apuntó a una revisión de los libros de texto de historia para referirse a la dictadura que rigió el país entre 1964 y 1985 como un “régimen democrático de fuerza”, así como para eliminar las referencias al feminismo, la homosexualidad y la violencia contra las mujeres. Hace poco, Bolsonaro dijo que el financiamiento público para sociología y filosofía podría acabar.
En los últimos años, algunas escuelas controladas por la Policía saltaron a los titulares por la intervención de la fiscalía luego de los agentes comenzaron a cobrar cuotas mensuales a los padres, a imponer costosos uniformes o a reservar la mitad de las matrículas de los centros para hijos de policías.
En 2016, el director de educación de la Policía en el estado de Goias revisó el reglamento interno del sistema escolar que normalizó las “expulsiones” y “traslados forzosos” de estudiantes. La medida siguió a una recomendación de la fiscalía estatal que apuntaba que en las escuelas públicas la expulsión debe ser el último recurso.
“Esto no es para todo el mundo, eso es seguro”, señaló Mauro Oliveira, subsecretario del Ministerio de Educación en Brasilia. Solo un pequeño número de estudiantes han sido rechazados en sus escuelas desde la incorporación de la Policía, apuntó agregando que el fin justifica los medios.
El Gobierno explicó que actúa en escuelas violentas y de bajo rendimiento o en centros en zonas de riesgo, donde hay narcotráfico o grupos paramilitares.
“No estamos hablando sobre escuelas normales”, manifestó Oliveira, que citó casos de alumnos y profesores que no podían ir a la escuela porque sufrían acoso o estaban amenazados. “¿Esto no es exclusión también?”.
Según el jefe de la Policía en la escuela estatal número 7 de Ceilandia, Edney Freire, la labor de los agentes, llamados “monitores”, incluye asegurar que se pelea.
“Si por ejemplo hay algún tipo de fricción entre estudiantes, el monitor va a hablar con ellos y llama a los padres para solucionar el problema”, agregó.
Esto no siempre ocurre de forma calmada. En un video publicado este mes por el cibersitio de noticias G1 se muestra a agentes interviniendo en una pelea en el gimnasio de un colegio. En las imágenes puede verse a un Policía golpeando a un estudiante en el piso.
En Ceilandia, un atestado vecindario de clase trabajadora en las afueras de Brasilia, la violencia contra los maestros no era el problema. Pero en las inmediaciones había narcotraficantes y podía verse a vagabundos consumiendo alcohol y drogas.
Cuando se supo que el centro entraría en el programa con la Policía, muchos padres trataron de inscribir a sus hijos. Algunos llegaron dos días antes de la apertura del colegio y acamparon en el exterior para asegurarse una plaza.
Los alumnos deben formar en fila en el patio a diario, con los talones juntos, los brazos extendidos a lo largo del cuerpo y la cabeza mirando hacia adelante, a la bandera de Brasil de la escuela.
“Debemos preparar nuestro futuro a partir de hoy”, dijo Freire, el jefe Policial, a los estudiantes mientras formaban un día reciente.
Durante su discurso, los agentes caminaban entre las filas comprobando la postura de los jóvenes y anotando los nombres de quienes incumplían alguna norma.
La directora del colegio, Adriana De Barros, dijo que la disciplina mejoró en apenas dos meses. Los delitos cometidos por menores también bajaron, agregó.
Adriana da Silva, madre Vitor, un estudiante de 17 años, dijo que era “impresionante” que, siendo abril, no hubiese recibido ni un solo llamado del centro para abordar la conducta del adolescente.
“Solía meterse en problemas. Ahora quiere convertirse en militar”, reconoció da Silva.



Fue insuficiente el apoyo militar para derrocar a Maduro, reconoce Guaidó

Enfrentamientos entre opositores y la Guardia Nacional
Para llegar a Miraflores sólo hay un requisito: ganar el voto del pueblo, sostiene el presidente de Venezuela
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▲ El líder opositor Juan Guaidó convocó ayer a realizar paros escalonados, al encabezar un mitin en Caracas. Mientras, en la imagen de la derecha, los partidarios del presidente Nicolás Maduro celebraron el Día del Trabajo con una manifestación de respaldo al gobierno chavista.Foto Ap y Afp
 
Periódico La Jornada
Jueves 2 de mayo de 2019, p. 23
Caracas. Decenas de miles de personas se congregaron este miércoles en los alrededores del presidencial Palacio de Miraflores en defensa de la paz y la soberanía nacional con motivo del Día del Trabajo, en momentos en que opositores se enfrentaron con efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana en una manifestación convocada por el líder opositor, Juan Guaidó, quien reconoció ante miles de seguidores que el apoyo militar que obtuvo este martes no fue suficiente para derrocar al gobierno.
El presidente Nicolás Maduro tuiteó: quedó demostrado que la injerencia, el golpismo y el enfrentamiento armado no son el camino, y al hablar con sus seguidores con motivo del Día Internacional del Trabajo, acusó: este golpe de Estado que se pretendió ayer, esta escaramuza golpista, la dirigió personalmente desde la Casa Blanca John Bolton, así lo denuncio y pido que se investiguen en Estados Unidos sus acciones ilegales y golpistas contra la democracia venezolana.
El oficialismo festejó el Día del Trabajo con una concentración que comenzó en el distribuidor Longaray, en un sector conocido como El Valle. Ahí, con tambores y pancartas contra el imperialismo, en rechazo a la intentona y en respaldo al jefe de Estado, comenzó la marcha de civiles y milicianos cuyo destino final fue el presidencial Palacio de Miraflores.
Más tarde, Maduro convocó a una gran jornada de diálogo el fin de semana para rectificar errores y recibir propuestas concretas para hacer cambios en su gobierno. Denunció que Estados Unidos y la oposición quieren llevar al país a una guerra civil para justificar una intervención militar.
Si yo hubiera mandado tanques y todas las fuerzas especiales que teníamos listas a enfrentar a ese puñado de golpistas ¿qué hubiera pasado?, preguntó Maduro, quien sostuvo que para llegar a Miraflores sólo se tiene que cumplir un requisito: ganar el voto del pueblo.
El gobernante conserva el apoyo de su ministro de Defensa, Vladimir Padrino, cuya familia, incluida su madre, lo exhortó a dar la espalda al gobierno y ponerse del lado del pueblo, según un video que circula en redes sociales.
Padrino aseguró este miércoles que la oposición quiere comandar una fuerza armada de sepulcros y sangre.
¿Esa es la fuerza armada que pretendes comandar? ¿La de los sepulcros, la de los hospitales, la de la sangre, la de los cementerios? ¿Hasta dónde va a llegar tu impunidad?, preguntó el ministro en un video que tuiteó desde la unidad de terapia Intensiva del Hospital Militar, donde se encuentran los ocho efectivos heridos por los golpistas el pasado martes.
Guaidó, quien con un reducido grupo de militares llamó la madrugada del martes a tomar las calles para derrocar a Maduro, recibió este miércoles el respaldo de miles de seguidores en el barrio caraqueño de clase media El Paraíso, un día después del fracaso de su intento de golpe de Estado. Ante sus seguidores reconoció que el apoyo castrense que recibió no fue suficiente en la insurrección.
Exigió que Maduro cese la usurpación del poder, y expuso: minutos después de que soldados valientes se pusieron del lado del pueblo, todos los soldados vieron el respaldo contundente de la sociedad de Venezuela, que los va a acompañar.
Advirtió: vamos a seguir en las calles hasta lograr la libertad, el régimen va a tratar de acentuar la represión, de perseguirme. Señaló que si es detenido, eso sí sería un golpe de Estado, pues él es el único presidente legítimo.
El también presidente de la Asamblea Nacional (declarada en desacato), quien en enero pasado se proclamó presidente encargado, intentó el pasado 23 de febrero ingresar ayuda humanitariaproveniente de Estados Unidos al territorio venezolano desde Colombia, en un primer intento fallido de derrocar a Maduro.
Ante sus seguidores, Guaidó llamó a realizar paros escalonados, propuesta que, dijo, surgió de sindicatos del sector público. Vamos a acompañar esta iniciativa hasta lograr la huelga general, explicó durante la concentración convocada por el Día del Trabajado. No especificó detalles de la huelga general, anunciada en un país con una economía reducida a la mitad y golpeado además por apagones masivos desde el pasado 7 de marzo, que el gobierno atribuye a sabotajes.
Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, replicó que Guaidó carece del apoyo popular necesario para cumplir su amenaza del paro.
Los cuerpos de seguridad se enfrentaron este miércoles a manifestantes que respondieron a la convocatoria de Guaidó a marchar para exigir la renuncia de Maduro.
Un grupo de manifestantes que se desplazaba para tomar un distribuidor de la autopista que enlaza el este y oeste de Caracas fue frenado por agentes de la policía nacional motorizados y de la Guardia Nacional que dispararon gas lacrimógeno y perdigones para dispersarlos frente a la cercana base aérea generalísimo Francisco de Miranda, más conocida como La Carlota.
Muchos huyeron en busca de refugio en un centro comercial próximo, donde fueron recibidos por una nube de gas y perdigones. Los enfrentamientos duraron unas tres horas, hasta el final de la tarde.
Las violentas protestas en el este de la capital dejaron unos 27 heridos, de los cuales 13 sufrieron lesiones por perdigones, uno por arma de fuego y siete presentaron traumatismos, indicó el alcalde del municipio capitalino de Chacao, Gustavo Duque.
Pese a las escaramuzas en la cercana autopista, otros manifestantes siguieron congregados en la Plaza Francia del barrio Altamira, que este martes fue epicentro de violentas protestas, y de donde Guaidó salió al filo de la una de la tarde.
También hubo movilizaciones en los estados de Táchira y Zulia.
En tanto, Twitter canceló las cuentas de varias dependencias de Venezuela, así como de algunos diarios y legaciones de este país por su contenido en favor del gobierno de Maduro, informó la oficialista Agencia Venezolana de Noticias. Sin embargo, la cuenta del mandatario sigue funcionando.
El gobierno de España confirmó que el opositor Leopoldo López, quien fue liberado de su prisión domiciliaria al amparo del levantamento de Guaidó, está en su embajada pero no ha pedido asilo.

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