A
unque parezca increíble, otra empresa mexicana ha pasado a ser propiedad de una trasnacional, y el mismo un grupo empresarial autóctono por enésima ocasión se le
escapaal fisco por tratarse de una operación de compra-venta realizada en el mercado mexicano de valores, el cual, para esos efectos, está libre de cualquier gravamen.
Aunque el anuncio oficial se hizo público desde junio del año pasado, sólo hasta ayer se concretó la compra-venta de acciones del Grupo Modelo por parte de la cervecera belga Anheuser-Busch InBev. Por las gracias de la ley fiscal y las artes del mercado bursátil, la parte vendedora, la mexicana, se ahorrará el pago de aproximadamente 5 mil 400 millones de dólares, un monto que supera la captación alcanzada por el recientemente concluido programa Ponte al Corriente, que en febrero pasado puso en marcha el presidente Enrique Peña Nieto, por medio del Sistema de Administración Tributaria (SAT).
Así de simple y de sencillo: unos se truenan los dedos para exprimir las piedras y tener con qué pagar al fisco, mientras otros lo evaden legalmente, y en proporciones fantásticas (recuérdese el reciente caso, que no el único, de Televisa a quien le quitaron la molestia de pagar 3 mil millones de pesos en impuestos). Y después la autoridad se queja de que las cuentas no salen, que la captación fiscal desciende y que no alcanza para sufragar el ritmo de vida de la cada vez monárquica clase política mexicana.
La historia es la siguiente (La Jornada, Juan Antonio Zúñiga):
al término de una absorción que se prolongó por espacio de un año, el Grupo Modelo, el mayor productor y distribuidor de cerveza en México, pasó a poder del gigante Anheuser-Busch InBev, el cual detenta 95 por ciento de sus acciones. La operación, iniciada mediante un comunicado dado a conocer a mediados de junio de 2012, culminará formalmente el próximo 4 de junio, cuando se liquide la compra de 45 por ciento de las acciones de Modelo que no estaban en poder de AB InBev, las cuales fueron adquiridas a través de un oferta pública de adquisición comenzada al inicio de mayo reciente.
Durante ese mes
se compraron mil 966 millones 744 mil 40 acciones, que representan 45 por ciento del capital social de la ex empresa mexicana, a un precio de 9.15 dólares cada una, en una operación que dejará unos 17 mil 995.7 millones de dólares a los ex propietarios de esos títulos. Una vez concluida, ésta será la mayor transacción realizada en las historia de más de un siglo de la Bolsa Mexicana de Valores y estará libre de impuestos. Para el 5 por ciento restante de las acciones se abrirá un periodo de 25 meses para que sus propietarios las vendan a AB InBev que ofrece pagar 9.15 dólares por título.
Esa es la historia del México equitativo. A la memoria rápidamente acuden tres hechos similares: la compra-venta de Banamex en 2001 (12 mil 500 millones de dólares), la de Bancomer en 2004 (4 mil 100 millones de billetes verdes), y la de Femsa (división cervecera, por cerca de 7 mil millones). Los adquirentes fueron Citigroup y Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, respectivamente, que se quedaron con la rebanada más gruesa del otrora sistema bancario mexicano. Los vendedores (Roberto Hernández, Alfredo Harp Helú, Lorenzo Zambrano, entre otros, por lo que hace a la primera de las instituciones citadas; Eugenio Garza Lagüera y sus muchachos de Monterrey, por la segunda) dejaron de pagar impuestos por algo así de 3 mil 750 y mil 230 millones de dólares, en cada caso. Los de Femsa ni de lejos pasaron al SAT para dejar sus poco más de 2 mil millones de dólares en impuestos
Entonces, sólo en esas cuatro operaciones de compra-venta (Grupo Modelo, Femsa, Banamex y Bancomer), vía Bolsa Mexicana de Valores, el erario nacional dejó de captar cerca de 13 mil millones de dólares, un monto que bien pudo aprovecharse para el desarrollo educativo y tecnológico del país, o cuando menos para construir una refinería de muy buen tamaño y capacidad, y así reducir la creciente dependencia de combustibles importados.
Pero no, porque como diría el clásico: en esta granja muy pocos animales importan más que otros, y por una casualidad de la vida en esta operación de compra-venta de Grupo Modelo aparece no sólo la mujer más rica de México (por lo visto es fácilmente explicable por qué lo es), sino una de las beneficiarias de la venta de Banamex, en 2001, libre de impuestos. Y esta señora no es otra que María Asunción Arámburuzavala.
Y como por arte de magia, también, ahora la trasnacional belga Anheuser-Busch InBev hereda de Grupo Modelo todas las
facilidades(llamémoslas así) tributarias que gozaban su ex propietarios mexicanos, entre otras la de la consolidación fiscal, algo que ni de lejos pueden solicitar los mexicanos que a duras penas, y al borde de un ataque de nervios, pudieron ingresar al programa Ponte al Corriente y pagar, así sea parcialmente, sus adeudos con el SAT.
Entre los alegres mexicanos que gozan de la exención fiscal por la compra-venta descrita, figuran Carlos Fernández González, hasta ayer, cuando menos, presidente del consejo de administración del Grupo Modelo, cuñado de la citada señora Arámburuzavala y accionista de Televisa. Otro que dobletea, fiscalmente hablando, es Alfonso de Angoitia Noriega, accionista de esta cervecera y –por otra casualidad de la vida– vicepresidente Ejecutivo y miembro del Consejo de Administración y del Comité Ejecutivo de Grupo Televisa.
Entre los ganadores aparece (consejero propietario patrimonial) el ilustre Jaime Serra Puche, ex secretario de Comercio en tiempos de Salinas de Gortari (negociador del TLCAN) y efímero ex titular de Hacienda en tiempos de Ernesto Zedillo. Parece que a él también le toca algo del beneficio fiscal y otras menudencias. Otro que con el tiempo logró dobletear magia fiscal es Valentín Díez Morodo, ex accionista de Banamex, en tiempos de Roberto Hernández, y ahora vendedor de sus títulos en Grupo Modelo.
Y para qué seguirle, si siempre son los mismos. Sirva de botana que entre los consejeros propietarios patrimoniales del Grupo Modelo aparecen Alberto Mulas Alonso, quien tuvo la dicha de ser el director de Activos Corporativos del Fobaproa, y Marcos Achar Levy, director de Grupo Comex y promotor de la inenarrable Josefina Vázquez Mota.
Entonces, mexicanos cerveceros, ¿quién, pues, osa decir que el modelo económico mexicano no sirve? Se nota que los quejosos son los que están totalmente fuera del circuito.
Las rebanadas del pastel
El presunto líder panista Gustavo Madero asegura que
el Pacto por México está en peligro todos los días. Bueno, es cuestión de acomodar las palabras, porque lo cierto es que los mexicanos, todos los días, están en peligro por el pacto.