Con fondos del erario en el rescate,
se echó a volar de nuevo Mexicana;
y si sus dueños la compraron sana,
hoy dicen que no vale un cacahuate.
Hace cinco años ya, Fox la vendía
en mucho menos de lo que valía.
Fue el tal Gastón Azcárraga, hotelero,
el gran afortunado en esa venta.
Millones le costó ciento sesenta
y hoy debe nueve veces más dinero.
Será que en vez de promover el viaje,
el tiempo aprovechaba en el pillaje.
Dice, una vez que rellenó su alforja,
que los empleados ganan mucha lana
y manda que se baje la persiana
por medio de su gato Manuel Borja.
“No hay dinero. No alcanza. No les pago.
Ustedes pasen hambre y yo la cago.”
“Ahí tienen la cáscara vacía
y dejen de una vez de molestarme,
pues a mí Calderón no va a tocarme
con el pétalo de una auditoría.
Quédense de una vez con Mexicana
y vean cómo le hacen con la lana.”
El desprecio al esfuerzo y al trabajo
es descarado y patronal chantaje:
“o emprende Mexicana un nuevo viaje
con destino final hacia el carajo,
o acepten que salario y prestaciones
sufran más y brutales reducciones”.
Aquí se muestra de manera tersa
la aplicación precisa de un modelo
que, si se mira bien, es el gemelo
del que ya se ensayó con Luz y Fuerza:
tras un saqueo torpe y abusivo,
¡la culpa es del Contrato Colectivo!
Viernes 20 de agosto de 2010, p. 16
La Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados aprobó ayer el proyecto de gasto para el próximo año, que implica un incremento de 690.6 millones de pesos, de los cuales 120 millones se destinarán a cambiar el tablero de votación y 25 millones a la compra de 100 automóviles –250 mil por cada uno– para presidentes de comisiones; inclusive, PRI y PAN sostuvieron que con el aumento se quiere dotar a cada uno de los 500 legisladores de iPad en sus curules.
El documento votado señala que no se considera aumento para las dietas de los diputados ni a los salarios de los mandos medios y superiores, pero el capítulo 1000 –de servicios personales– contempla un ajuste de 221.5 millones de pesos, 9.55 por ciento más.
Ese presupuesto rompe con el acuerdo de austeridad que la propia Cámara asumió para su gasto de este año, cuando se propuso ahorrar 400 millones de pesos. Para 2010 se autorizó 4 mil 753 millones 516 mil pesos, pero para el próximo año quiere ejercer 5 mil 444 millones 124 mil, 14.53 por ciento más, cuando la inflación se calcula en 4.08 por ciento.
Así, sólo en los dos primeros años de la 61 Legislatura el costo total de la Cámara será de 10 mil 197 millones 640 mil pesos.
A pesar del voto en contra del vicecoordinador del PT, Enrique Ibarra Pedroza, sus homólogos de PRI y PAN, Jorge Carlos Ramírez Marín y Alberto Becerra Pocoroba, respectivamente, y los coordinadores de Convergencia, Pedro Jiménez León, y del PVEM, Juan José Guerra Abud, votaron el incremento. El coordinador del PRD, Alejandro Encinas, se abstuvo.
Es increíble que en un país en crisis, la Cámara, que aprueba el presupuesto del Ejecutivo, se despache con la cuchara grande. ¿Con qué cara vamos a pedir a las dependencias del Ejecutivo, a los estados y a los entes autónomos que se aprieten el cinturón y se ciñan a un gasto racional?
, cuestionó Ibarra Pedroza en entrevista.
El documento, presentado por el presidente del Comité de Administración, Heliodoro Díaz (PRI), incluye un listado de necesidades prioritarias
, como la compra de los autos, el cambio del sistema electrónico de votación y la ampliación de la red inalámbrica de Internet para asegurar las conexiones de los 500 diputados dentro del salón.
El proyecto denominado Sistema parlamentario de asistencia, votación y audio digital (SPAAVA) costará –sólo en la parte de informática– 85 millones de pesos, y la obra civil 35 millones, además del valor de las licencias y servicios respectivos.
La Cámara argumenta que el tablero de votación “fue instalado desde 1998 y ha rebasado su vida útil, estipulada de 10 años. Conforme el tiempo transcurre –señala–, se expone a mayor frecuencia de fallas técnicas en sus componentes y, eventualmente, al posible colapso de todo el sistema”.
Como parte de las prioridades
definidas en San Lázaro está la compra de 100 automóviles nuevos, para entregarlos a presidentes de comisiones, pero especialmente a los de las 39 comisiones especiales creadas en esta legislatura, cuya operación costará 206 millones de pesos en tres años.