jueves, 2 de julio de 2020

A DOS AÑOS DEL TRIUNFO

El triunfo popular del #1Julio2018 fue el resultado de muchas cosas que vale la pena recordar. Nuestro movimiento no surgió de la nada, ni de "las ambiciones de un mesías", ni solamente del hartazgo del pueblo.

Nuestro movimiento es heredero directo de las luchas del pueblo mexicano por justicia y libertad. Nuestras raíces provienen no nada más de las Tres Transformaciones anteriores, provienen de los movimientos de los médicos en los años 50, de la lucha de los ferrocarrileros, de los campesinos por un pedazo de tierra, de los estudiantes y maestros del 68, de los indígenas discriminados y explotados, de tantos movimientos populares reprimidos y masacrados durante más de 80 años de malos gobiernos del PRIAN.

De ahí provenimos, de esas luchas del pueblo mexicano. El punto de quiebre quizás provino del 1988, con el rompimiento del bloque hegemónico del PRI y el surgimiento de la izquierda del PRI y su fusión con la izquierda social, histórica, que daría origen al FDN y luego al PRD (de triste memoria) y el fraude electoral de ese año. Surgió así un poderoso movimiento social anti PRI-gobierno que le daría primero el triunfo a la derecha representada por Fox, con tal de sacar al PRI de Los Pinos. Fue un error histórico, porque fueron 12 años de retrocesos y masacres con los gobiernos emanados del PAN. Regresaría el PRI al poder mediante la compra de votos y el fraude electoral, siguiendo sus propios usos y costumbres.

Sin embargo, este poderoso movimiento enmendaría el camino y daría el paso a un verdadero liderazgo popular en la persona de Andrés Manuel López Obrador. Su incuestionable integridad personal, así como su autoridad moral, lo hicieron rápidamente la cabeza de este movimiento que se extendió por todo el país. La gente del pueblo, poco a poco, fue aglutinándose alrededor de su figura, como un nuevo "Tata" al estilo de Lázaro Cárdenas. Contra la labor de zapa de los poderes fácticos, nuestro movimiento siguió creciendo.

Una vez vuelto el PRD una burocracia corrupta, nos dimos a la tarea de construir una nueva organización. El movimiento social por la democracia y la justicia no se iba a detener. Después de dos fraudes electorales en nuestra contra, superamos a base de perseverancia y mucho trabajo, el reflujo en el ánimo de mucha gente. Realizamos plantones, innumerables marchas, mítines, reuniones vecinales, casas del movimiento, utilizamos todos los medios a nuestro alcance y con nuestros propios recursos sostuvimos la lucha.

No fue una tarea fácil. Algunos compañeros sucumbieron al desánimo, a la decepción y algunos hasta traicionaron al movimiento. Los que decidimos persistir, nos dimos a la tarea de crear organización territorial, comités de base de MORENA en cada colonia, en cada barrio, y luego por cada sección electoral. Caminamos calles sin parar. Sufrimos aguaceros en el zócalo sin movernos, al grito de : "¡ES UN HONOR ESTAR CON OBRADOR!". Soportamos burlas, agresiones y críticas en las calles, en las redes sociales y hasta en nuestros ámbitos familiares y de amistades. Nada de eso nos detuvo.

Hace dos años, fue la prueba de fuego de todos esos esfuerzos, de esas luchas, de esos desvelos y todo el trabajo que representó crear una estructura electoral a prueba de fraudes. Nuestros representantes de casilla, representantes generales y coordinadores de representantes generales, empezaron a cumplir las tareas para las cuales habían sido capacitados durante meses y la mayoría de ellos no era la primera vez que lo hacían.

Militantes lopezobradoristas, con principios y convicciones, todos juntos, trabajamos muy duro esa jornada electoral. Los primeros resultados que arrojaban nuestros informes después de las seis de la tarde indicaban que el compañero Andrés Manuel iba adelante. Habíamos montado oficinas en las casas de ciertos compañeros para capturar de cada seis secciones electorales, las cifras de las actas electorales de cada casilla en un sistema de cómputo propio del partido.

En todo el país así lo hicimos. Pasadas las 7 de la noche, los resultados parecían irreversibles. Cuando salió primero Meade y después Peña Nieto e INE a reconocer públicamente el triunfo de AMLO, nuestra incredulidad y alegría fueron igualmente fuertes. Teníamos que continuar de todas maneras con la captura de actas. Después llegó la indicación de que quien quisiera ir a festejar al zócalo, lo hiciera, que el compañero Andrés Manuel iba a dirigir ahí un mensaje. Ya no me dio tiempo de festejar en el zócalo, pero igual lloré de emoción a la distancia. Algunos me preguntan todavía que "si ha valido la pena haber trabajado para el triunfo de AMLO". Les contesto que no fue un triunfo de AMLO, fue un triunfo del pueblo. Y sí, por supuesto que ha valido la pena cada maldito segundo de lucha. Es un honor estar con Obrador.

 #VictoriaDelPueblo
1 de julio 2020.
Alberto Pérez Schoelly.

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