jueves, 16 de julio de 2020

¿Por qué México es un país enfermo?

Aurora Eloisa Pedroche y Luz María Arrieta.
Comunicación.


El origen de la problemática.
La comida chatarra no es culpable de la obesidad infantil: Córdova ...
"La comida chatarra no es la causa de la obesidad infantil en México": Córdova Villalobos.
Secretario de salud de Vicente Fox. 



¿Por qué los mexicanos somos una población más vulnerable ante las complicaciones y la alta mortalidad ante el COVID-19?


Al día de hoy México se enfrenta a la pandemia de COVID-19 padeciendo ya de una atroz epidemia de obesidad y diabetes. 

Asociadas a la obesidad y la diabetes, la hipertensión y las enfermedades del corazón son los principales factores de riesgo para el incremento de complicaciones y muerte por COVID-19. 

Es por esta razón que el 70% de las muertes por COVID-19 corresponden a  personas que padecían enfermedades generadas por la mala alimentación. 


Con base en datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2019, el sobrepeso y la obesidad afectan al 33% de la población infantil y al 72.5% de la población adulta, siendo estos niveles de los más altos a nivel mundial. 


La pandemia del COVID 19 en México agrava la situación de la salud pública al combinarse con las epidemias de obesidad y diabetes ya que éstas, por sí mismas, son  de las principales causas de muerte en el país. 
Profesionales de la salud asisten a un paciente

Con base en datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha estimado una tasa de letalidad por COVID-19 de entre 4 y 5% a nivel mundial, mientras que la población en México,  se muestra  más vulnerable debido a la alta prevalencia de las enfermedades   crónicas ya mencionadas. 

La evidencia clínica demuestra que el sobrepeso, la obesidad y la diabetes mellitus tipo 2, son factores que incrementan el riesgo de presentar COVID-19 en su forma grave. 

La obesidad tiene un impacto negativo en la función pulmonar incrementando la dificultad ventilatoria.

 La pérdida de peso en la población en general, a través de la adopción de hábitos saludables, reducirá el impacto negativo del COVID-19 sobre la función y mecánica pulmonar, disminuyendo el riesgo de presentar neumonía grave y aumento de la mortalidad en pacientes con obesidad.


La OPS alertó sobre el sobre el riesgo que significaba para México la existencia de epidemias intensas consecuencia de los malos hábitos alimenticios y estimó una letalidad del 9.0% causada por COVID19. Sin embargo, al día de hoy y de acuerdo a los datos emitidos por la Universidad de John Hopkins (julio, 2020), la tasa de  letalidad en México, ya asciende al 11.7%.
Adiós vaqueros! Osito Bimbo, Tigre Toño y Chester Cheetos se van ...

Pese a que desde el año 2016 se decretaron como “emergencia epidemiológica” a la
obesidad y la diabetes, nada ha cambiado ya que los gobiernos anteriores omitieron atender las causas de este mal por lo que ha ido creciendo.

Esta condición es más grave en la población de menores ingresos, particularmente en comunidades  rurales e indígenas donde enfermedades como la diabetes casi no existía, hasta la llegada de la comida chatarra y las bebidas azucaradas. 

Un estudio realizado en el año 2015, por la Organización Panamericana de la Salud, colocó a México como el mayor consumidor de alimentos ultraprocesados en América Latina y el cuarto en todo el mundo. Y esto no ha cambiado al día de hoy, pero se hacen esfuerzos por cambiarla.

En marzo del 2020, al inicio de la pandemia en México, la "Alianza por la Salud Alimentaria“ se anticipó y predijo de manera muy acertada, que la mayoría de las muertes que ocurrirían en México durante esta epidemia, estarían asociadas con el grave problema de la obesidad y la diabetes generado en gran parte, por no haber aplicado oportunamente una normatividad adecuada al etiquetado de los alimentos chatarra.

Esta debió  haberse implementado hace diez años pero las presiones de la industria de alimentos lograron que esto no se realizara.

La mercadotecnia ha jugado un papel preponderante en la epidemia de obesidad y diabetes en México.  Por la influencia de ella, se han modificado las preferencias de consumo de alimentos no saludables sobre todo entre los niños. Los gobiernos anteriores no han regulado de manera adecuada, sino al contrario, han permitido que se publiciten los alimentos chatarra en los horarios con más audiencia infantil, así como la publicidad en internet, en redes sociales, en puntos de venta, en espacios exteriores, en medios impresos y hasta en el interior de las escuelas. 

En realidad no ha habido regulación alguna y sólo se ha beneficiados a los dueños de las grandes compañías.

Se han invertido recursos públicos en supuestas acciones de regulación alimentaria  que han sido sólo de papel,  ya que detrás de ellas siempre ha estado la industria de alimentos y bebidas, misma que ha controlado los diversos niveles de gobierno para evitar, por ejemplo, la aplicación de la Norma de etiquetado. 



Siempre se ha favorecido un entorno que promueve la obesidad (obesigénico), que beneficia a la fabricación de alimentos ultra procesados, que además los pone al alcance de la mano del consumidor carentes de información nutrimental o con información poco adecuada, confusa y hasta engañosa (etiquetado).

Pero el engaño no solo está en los etiquetados poco claros y mal intencionados.

Lamentablemente los supermercados están invadidos por alimentos funcionales que,   incorporando ciertos elementos, ofrecen una "solución" para subsanar las deficiencias  nutricionales de nuestro organismo y evitar ciertas enfermedades, más allá de su valor nutricional u organoléptico, que nos prometen mejorar nuestra flora bacteriana, nuestro tracto intestinal, bajarnos el colesterol, mejorar nuestra salud,  todos ellos avalados por supuestos estudios científicos. Un engaño más de la industria de alimentos protegida por los gobiernos neoliberales

A través de la mercadotecnia, algunas empresas de alimentos aprovechándose de la  preocupación de la gente por llevar una correcta alimentación, inducen el consumo de ciertos productos como los bio (ecológicos), orgánicos o de un supuesto origen natural. ¿Cuántos de estos alimentos son fraude y se dejan proliferar?, ¿por qué se permitió en gobiernos anteriores, que un alimento sea sostenible únicamente por tener el sello de agricultura ecológica u orgánica o de origen natural?

El gobierno de la 4ta Transformación, desde su inicio ha estado muy preocupado por esta situación. De hecho ha planteado medidas importantes para, por ejemplo, promover el deporte en las escuelas, la alimentación sana; ha creado el INSABI para llevar la atención médica a toda la población.

Igualmente, desde el inicio del gobierno de la 4ta transformación a través de la Secretaría de Salud, se ha luchado para establecer medidas como los impuestos y la regulación de su
publicidad, con el fin de lograr el objetivo final que es desincentivar el consumo de 
productos que no promueven la salud, a través de etiquetados ciertos y de fácil compresión  para toda la población. 

Sin embargo y en contra de la salud de los mexicanos, los grandes corporativos de alimentos, se han opuesto a toda regulación.
Saturados 55 hospitales en CDMX y Edomex

Se necesita legislar para garantizar  que las nuevas políticas  instrumentadas permanezcan y se articulen los diferentes elementos. Esto quiere decir que no sólo se debe legislar en cuestión de salud, sino también de nutrición, educación, medidas fiscales, publicidad y comunicación.

Se debe regular la publicidad de alimentos y bebidas no saludables dirigida a la infancia. Se debe fortalecer un ambiente escolar sano, regulando la oferta de alimentos y bebidas no saludables así como la promoción de la actividad física, fuera y dentro de las escuelas.

Y vale mucho la pena preguntarnos : ¿quiénes son los principales interesados de que la situación no cambie?

Las grandes empresas de alimentos y bebidas que tienen capturados muchos sectores, no sólo a sus consumidores, sino también a sus proveedores que son agricultores a los que les compran sus productos a precios bajísimos, con prácticas de acaparamiento. 

Empresas que roban el agua a las comunidades vecinas a sus plantas industriales, en las que laboran obreros en empleos de muy baja calidad.

Empresas que han desarrollado un sistema altamente eficiente de distribución que les permite llegar con su veneno hasta los lugares más recónditos del país.

Por si fuera poco, a estas empresas no sólo se les condonaban los impuestos, sino hasta llegaban a devolvérselos.



REFERENCIAS


Alianza por la Salud Alimentaria. México se enfrenta a pandemia de COVID-19 en medio de la epidemia de obesidad y diabetes. 2020. Consultado en:
https://alianzasalud.org.mx/2020/03/mexico-se-enfrenta-a-pandemia-de-covid-19-en-medio-de-la-epidemia-de-obesidad-y-diabetes/ .

FAO y OPS. 2017. Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y el Caribe. Santiago de Chile.

Meza R et al. Burden of type 2 diabetes in Mexico: past, current and future prevalence and
incidence rates. Preventive Medicine. 2015; 81: 445-450.

Johns Hopkins, University and Medicine. Mortality Analyses. 2020. Disponible en:
https://coronavirus.jhu.edu/data/mortality .

Sattar N, McInnes B, McMurray J. Obesity a Risk Factor for Severe COVID 19 Infection :
Multiple Potential Mechanisms . [Internet]. [Consultado en Mayo 2020 ]. Disponible en: http://
ahajournals.org.

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Reviews| Endocrinology. https://doi.org/10.1038/s41574-020-0364-6.

Dietz W. Obesity and its Implications for COVID-19 Mortality. 2020. Obesity, Vol. 28 (6).
www.obesityjournal.org .

López M. COVID-19 and the Patient with Obesity –the Editors Speak Out. By Donna H Ryan.

Eric Ravussin and Steven Haymsfield, Editors of the Journal “Obesity”. Link:
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/oby.22808.

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