sábado, 3 de octubre de 2009
El PRI recuperará la Presidencia: Paredes
La presidenta nacional del Revolucionario Institucional afirma que los priístas deben estar orgullosos de los resultados electorales y destaca la renovada unidad entre la militancia de su partido
Redacción
El Universal
Colima, Col. Sábado 03 de octubre de 2009
18:51
Con firmeza y convicción, la presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y diputada Federal, Beatriz Paredes Rangel, manifestó éste día su confianza y la de todo el priísmo mexicano que el Revolucionario Institucional "habrá de recuperar la Presidencia de la República en el 2012", pues indicó que su partido representa, y así lo ha demostrado en el pasado proceso electoral, la mejor opción de gobierno en el país.
Paredes Rangel estuvo presente éste día en Colima, donde se reunió con el Consejo Político Estatal del Partido Revolucionario Institucional y escuchó el informe que rindió el mandatario, Silverio Cavazos Ceballos, al priísmo colimense luego de haberlo presentado ante el Congreso Local y ante la ciudadanía.
La dirigente nacional del PRI afirmó que en la actualidad los priístas deben estar orgullosos de los resultados electorales y aseguró que el PRI "tiene, hoy en día, una renovada unidad entre la militancia", por lo que auguró que se encuentran en la antesala de la Presidencia de la República para el 2012.
Después de escuchar el informe especial para priístas, la presidenta nacional del partido Beatriz Paredes, reconoció que "Silverio supo llevar a buen puerto el navío colimense" y le abrió las puertas del comité nacional para futuras tareas.
Ofreció al gobernador Mario Anguiano, presente en el evento, todo el respaldo del priísmo nacional y llamó a la militancia al trabajo porque "los agravios son cosa del pasado", siendo que durante la campaña del hoy gobernador electo hubo un distanciamiento entre el priísmo nacional y el colimense.
Festejó que se hayan logrado mayoría de triunfos electorales en Colima, "a pesar de que en los últimos años hemos tenido enormes competencias", de manera especial, festejó haber ganado Manzanillo, que es el eje de desarrollo del pacifico mexicano.
Previamente, el mandatario estatal se despidió del priísmo colimense con un "hasta siempre", agradeciendo el apoyo que le brindaron en la administración que termina el próximo día 1 de noviembre, dijo que en lo sucesivo, seguirá participando en la vida política como ex gobernador.
Por su parte, el gobernador electo, Mario Anguiano, expresó que "quedó atrás la intensidad del combate electoral", agradeciendo públicamente el respaldo de Silverio Cavazos en todo momento y reconociéndole que supo tomar las decisiones difíciles, "no permitiendo que nadie cuestionara las facultades que solo le corresponden al ejecutivo", ello en alusión al poco o mínimo respaldo obtenido del CEN del PRI durante su campaña electoral y al rechazo inicial a su candidatura.
gdh
Consumidores repudian empresas golpistas
La marcha del desahogo
ALEJANDRO SALDíVAR
MEXICO, D.F., 2 de octubre (apro).- No son tantos, son punks. Vienen en Metro, como una marabunta que raya los vidrios que están a su alcance. Muchachos que cargan banderas negras con las mismas ansias que un policía con tolete; jóvenes despreocupados que saben a que van, que dentro de un par de horas hincharán sus fosas nasales con el gas lacrimógeno frente a Bellas Artes.
El jefe de la policía les dio lacrimógenos a los granaderos, y les ordenó que los lanzaran, que les dieran a los más subversivos, que dieran en el blanco y allí estaban los punks con sus cabellos tan largos como los cables de trolebús. ¡Rocíalos! se ordena de un lado. La humareda amarilla sale de un bote de gas. ¡Culeros! se defienden del otro. Corren, pero algunos se tiran al piso y son alcanzados por los hombres con escudo; los rostros llorosos se hinchan más con los golpes, los macanazos. Algunos vomitan. Otros corren sin zapatos.
"Después de 41 años, estos culeros siguen reprimiendo", comenta Lizbette luego de que una tercia de policías esculcó sus pertenencias en el Metro Tlatelolco. Ella cree que es por su forma de vestir. Ellos creen que lo hacen por la seguridad de todos.
Tan sólo antes de las 16 horas, un centenar de policías instalados afuera de esa estación del servicio colectivo ya habían confiscado 3 navajas, cocaína, mariguana, 10 pipas, latas con pintura, cadenas, un bat. Dos bolsas negras escuchaban al jefe del operativo. "Hagan sus funciones porque la cámara los ve. Todos tranquilos", les decía.
17:00 horas. Un anarcopunk quema la puerta de la iglesia en la Plaza de las Tres Culturas, sus compañeros lo calman. Una botella de gasolina se aleja del fuego. Victor Jara, Violeta Parra y Oscar Chávez no opacan la propuesta de los anarquistas, "Hay una campaña de cacería de brujas en nuestra contra; mostremos nuestra rabia contra el sistema", grita uno de los dirigentes del grupo.
"Los vamos a encuerar y les vamos a dar petardazos en las nalgas", proponía un punk al mismo tiempo que le daba el último jalón a su pipa.
17:30 horas. Los estoperoles en sus chamarras ya están igual de calientes que las corcholatas incrustadas en Eje Central. "Obreros somos, obreros seremos", corea una pareja de anarquistas con su cabello tan tornasol como la grasa en los tacos de canasta. Sus pies calzan unos Converse, rotos, sus ojos ven a través de una imitación de Ray Ban. Ambos intercambian sus correos electrónicos para mandarse una "propa bien chingona".
Detrás de ellos, un joven con las puntas de su cabello atiborradas de gel, infla una bolsa de resistol. "Autogestión", "Disolución de los cuerpos policiacos", "Ni Dios, ni amo, desobediencia al Estado", "Que la crisis la paguen los capitalistas". En el túnel que cruza Garibaldi, la humareda de mariguana es densa. "Ssssssss, revolución", suspira un manifestante.
17:45 horas. El crepitar de los cristales en algún Oxxo de Eje Central. Nadie lo saquea. Pero el estruendo de los petardos hace eco en la Plaza de Garibaldi. "No caigan en provocaciones", grita Carlos Rojas, estudiante de Ciencias Políticas quien con desconfianza dice:
"Estamos aquí para reanimar el coraje popular, todos los estudiantes nos unimos con el objetivo de recordar. Sólo recordar".
A su paso, una vendedora de paletas les grita: "ustedes no son estudiantes, los estudiantes están adelante". Allá van Ana Rodríguez, Jesús Martín del Campo, Leopoldo Ayala, Félix Gamundi… El Cómite 68.
Los estudiantes entrecanos, al frente del contingente, los que ganaron las calles.
Al final de la marcha vienen los punks, los anarcos, los que llenan las calles de maldiciones, de rostros encubiertos, de sin dios ni amo, de pinches trasnacionales.
18:00 horas. Una fila de granaderos les impide el paso a los manifestantes. La violencia se enquista entre Madero y 5 de mayo. El sol se oculta por el lado de Bellas Artes. Los policías se repliegan en una fuente de Bellas Artes, se resbalan, mojan sus botas. ¡Pinches puercos! Las explosiones se multiplican. Todos corren con la veloz epidemia del desconcierto.
"¡Te voy a rociar puto!" La violencia se extiende a los fotógrafos, camarógrafos y reporteros. Algunos corren, otros se refugian en las jardineras. El escarceo es de todos contra todos. Los rostros hinchados se multiplican como las explosiones. Un encubierto se hinca frente a la fila de granaderos, extiende los brazos como si quisiera volar. Vuelan los petardos, vuelan los gases.
18:30 horas. Las consignas rebotan en las caretas de los policías. "Dos de octubre no se olvida, es de lucha combativa". Se oyen las voces, se oyen los pasos, pas, pas, pas, paaaaas, paaaaaas. Muchachas de mini, maestros con sombrero, muchachos con el Che Guevara en la cara. En Madero, el cancionero socialista brota de la boca de centenas de jóvenes campesinos.
"Venceremos, venceremos, con los puños levantados", gritan con Lenin entre los dientes y Marx en la espalda. ¿Vencerán? Se le pregunta a Iván, de 20 años. "El capitalismo caerá por su falta de organización, se necesita una revolución para pasar de un sistema a otro. Va a caer", dice entusiasmado.
18:50 horas. Las alarmas de los bancos ululan. " Esos son, esos son, los que chingan la nación". Las campanas de Catedral no repican; la Plaza de la Constitución no está iluminada. Los policías encubiertos del gobierno del Distrito Federal comienzan las pesquisas. "Hijos de su puta madre", les dice un policía. Vigilan la Plaza con sus cámaras.
Van por ellos, los de cabello de abanico, los de picos deslavados. Los subversivos.
En la Plaza de las Tres Culturas quedan las flores, la parafina que como sangre se derrama en los adoquines. En Eje Central quedan algunos zapatos empolvados. Como mudos testigos de la desaparición de sus dueños…
MEXICO, D.F., 2 de octubre (apro).- No son tantos, son punks. Vienen en Metro, como una marabunta que raya los vidrios que están a su alcance. Muchachos que cargan banderas negras con las mismas ansias que un policía con tolete; jóvenes despreocupados que saben a que van, que dentro de un par de horas hincharán sus fosas nasales con el gas lacrimógeno frente a Bellas Artes.
El jefe de la policía les dio lacrimógenos a los granaderos, y les ordenó que los lanzaran, que les dieran a los más subversivos, que dieran en el blanco y allí estaban los punks con sus cabellos tan largos como los cables de trolebús. ¡Rocíalos! se ordena de un lado. La humareda amarilla sale de un bote de gas. ¡Culeros! se defienden del otro. Corren, pero algunos se tiran al piso y son alcanzados por los hombres con escudo; los rostros llorosos se hinchan más con los golpes, los macanazos. Algunos vomitan. Otros corren sin zapatos.
"Después de 41 años, estos culeros siguen reprimiendo", comenta Lizbette luego de que una tercia de policías esculcó sus pertenencias en el Metro Tlatelolco. Ella cree que es por su forma de vestir. Ellos creen que lo hacen por la seguridad de todos.
Tan sólo antes de las 16 horas, un centenar de policías instalados afuera de esa estación del servicio colectivo ya habían confiscado 3 navajas, cocaína, mariguana, 10 pipas, latas con pintura, cadenas, un bat. Dos bolsas negras escuchaban al jefe del operativo. "Hagan sus funciones porque la cámara los ve. Todos tranquilos", les decía.
17:00 horas. Un anarcopunk quema la puerta de la iglesia en la Plaza de las Tres Culturas, sus compañeros lo calman. Una botella de gasolina se aleja del fuego. Victor Jara, Violeta Parra y Oscar Chávez no opacan la propuesta de los anarquistas, "Hay una campaña de cacería de brujas en nuestra contra; mostremos nuestra rabia contra el sistema", grita uno de los dirigentes del grupo.
"Los vamos a encuerar y les vamos a dar petardazos en las nalgas", proponía un punk al mismo tiempo que le daba el último jalón a su pipa.
17:30 horas. Los estoperoles en sus chamarras ya están igual de calientes que las corcholatas incrustadas en Eje Central. "Obreros somos, obreros seremos", corea una pareja de anarquistas con su cabello tan tornasol como la grasa en los tacos de canasta. Sus pies calzan unos Converse, rotos, sus ojos ven a través de una imitación de Ray Ban. Ambos intercambian sus correos electrónicos para mandarse una "propa bien chingona".
Detrás de ellos, un joven con las puntas de su cabello atiborradas de gel, infla una bolsa de resistol. "Autogestión", "Disolución de los cuerpos policiacos", "Ni Dios, ni amo, desobediencia al Estado", "Que la crisis la paguen los capitalistas". En el túnel que cruza Garibaldi, la humareda de mariguana es densa. "Ssssssss, revolución", suspira un manifestante.
17:45 horas. El crepitar de los cristales en algún Oxxo de Eje Central. Nadie lo saquea. Pero el estruendo de los petardos hace eco en la Plaza de Garibaldi. "No caigan en provocaciones", grita Carlos Rojas, estudiante de Ciencias Políticas quien con desconfianza dice:
"Estamos aquí para reanimar el coraje popular, todos los estudiantes nos unimos con el objetivo de recordar. Sólo recordar".
A su paso, una vendedora de paletas les grita: "ustedes no son estudiantes, los estudiantes están adelante". Allá van Ana Rodríguez, Jesús Martín del Campo, Leopoldo Ayala, Félix Gamundi… El Cómite 68.
Los estudiantes entrecanos, al frente del contingente, los que ganaron las calles.
Al final de la marcha vienen los punks, los anarcos, los que llenan las calles de maldiciones, de rostros encubiertos, de sin dios ni amo, de pinches trasnacionales.
18:00 horas. Una fila de granaderos les impide el paso a los manifestantes. La violencia se enquista entre Madero y 5 de mayo. El sol se oculta por el lado de Bellas Artes. Los policías se repliegan en una fuente de Bellas Artes, se resbalan, mojan sus botas. ¡Pinches puercos! Las explosiones se multiplican. Todos corren con la veloz epidemia del desconcierto.
"¡Te voy a rociar puto!" La violencia se extiende a los fotógrafos, camarógrafos y reporteros. Algunos corren, otros se refugian en las jardineras. El escarceo es de todos contra todos. Los rostros hinchados se multiplican como las explosiones. Un encubierto se hinca frente a la fila de granaderos, extiende los brazos como si quisiera volar. Vuelan los petardos, vuelan los gases.
18:30 horas. Las consignas rebotan en las caretas de los policías. "Dos de octubre no se olvida, es de lucha combativa". Se oyen las voces, se oyen los pasos, pas, pas, pas, paaaaas, paaaaaas. Muchachas de mini, maestros con sombrero, muchachos con el Che Guevara en la cara. En Madero, el cancionero socialista brota de la boca de centenas de jóvenes campesinos.
"Venceremos, venceremos, con los puños levantados", gritan con Lenin entre los dientes y Marx en la espalda. ¿Vencerán? Se le pregunta a Iván, de 20 años. "El capitalismo caerá por su falta de organización, se necesita una revolución para pasar de un sistema a otro. Va a caer", dice entusiasmado.
18:50 horas. Las alarmas de los bancos ululan. " Esos son, esos son, los que chingan la nación". Las campanas de Catedral no repican; la Plaza de la Constitución no está iluminada. Los policías encubiertos del gobierno del Distrito Federal comienzan las pesquisas. "Hijos de su puta madre", les dice un policía. Vigilan la Plaza con sus cámaras.
Van por ellos, los de cabello de abanico, los de picos deslavados. Los subversivos.
En la Plaza de las Tres Culturas quedan las flores, la parafina que como sangre se derrama en los adoquines. En Eje Central quedan algunos zapatos empolvados. Como mudos testigos de la desaparición de sus dueños…
2 de octubre: 13 heridos y 26 detenidos
LA REDACCIóN
MÉXICO, D.F., 2 de octubre (apro).- Al menos 13 personas resultaron lesionadas y 26 más fueron detenidas, una de ellas de origen hondureño y cuatro adolescentes, durante las manifestaciones realizadas hoy en la capital, para recordar los 41 años de la matanza de Tlatelolco.
"¡Ni olvido ni perdón!", "2 de Octubre no se Olvida", "Cese de la guerra sucia", gritaban los manifestantes.
Desde la mañana, la bandera nacional ondeó a media asta en recuerdo de los estudiantes que murieron durante la represión en Tlatelolco.
La víspera, se anunciaron sólo dos marchas y un mitin, para recordar un aniversario más de la matanza ocurrida en la Plaza de las Tres Culturas, el 2 de octubre de 1968. Se programaron para las 16:00 horas. La primera partió de la esquina de Flores Magón con Lázaro Cárdenas. La segunda, de la explanada del Monumento a la Revolución. Su cita: la Plaza de la Constitución.
Para esta ocasión, a 41 años de la matanza, la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF) dispuso de 4 mil 714 agentes en los operativos de vialidad y vigilancia para garantizar la seguridad durante las movilizaciones. Además de 327 patrullas y dos helicópteros del agrupamiento Cóndores.
No obstante, elementos del cuerpo de Granaderos protagonizaron un zafarrancho frente al Palacio de Bellas Artes, al impedir el paso, a la altura de avenida Juárez, a los grupos autodenominados anarquistas, colectivos culturales y contingentes de diversas escuelas que marchaban detrás de los sobrevivientes del movimiento estudiantil de hace cuatro décadas.
Los policías se mantuvieron firmes cuando los manifestantes exigieron pasar. Desde atrás del contingente comenzaron a llover petardos, piedras y botellas contra los uniformados.
Frente a la sede del Banco de México, los policías replegaron con sus escudos a los manifestantes que intentaban flanquearlos, lo que detonó que la gente corriera por encima de los jardines del Palacio de Bellas Artes.
Al huir de los policías, algunos de los manifestantes cayeron y fueron pisoteados por quienes venían detrás.
Al tenerlos acorralados, los policías abrieron unos metros el cerco y quienes pasaban por ese hueco para salvar el círculo formado eran golpeados con toletes, pateados o empujados.
Informes preliminares reportaron al menos seis lesionados y decenas de detenidos.
Entre los lesionados figura un granadero, a quien los manifestantes lanzaron un petardo que le cayó en la oreja. El granadero lesionado fue identificado como Alberto Antonio Vásquez, de 38 años de edad.
Otros dos lesionados son policías que iban vestidos de civil y fueron identificados como Israel Benítez López, de 36 años, y una mujer que responde al nombre de Saruci Marlene Cobú Carreón. Por lo menos una decena de manifestantes fueron detenidos.
El subsecretario de Gobierno del Distrito Federal Juan José García Ochoa, reportó que la mayoría de estas personas fueron aseguradas por portar explosivos, petardos o cohetones en sus mochilas, o por causar desmanes.
Entre los detenidos hay cuatro menores de edad, quienes fueron puestos a disposición de la Procuraduría capitalina por portar artefactos explosivos.
Cuatro personas fueron detenidas frente a la Preparatoria 5, cuando en una revisión se les encontraron cilindros de gas amarrados con cinta canela y tres kilogramos de cohetes.
Los detenidos fueron identificados como José Luis, de 16 años; Luis Ernesto, de 17; José Alberto Palacio Camacho, de 18, y Rodrigo Núñez García, de 17.
Horas más tarde fue detenido Kevin Michel Zapatero Hernández, de 19 años de edad, quien de inmediato fue puesto a disposición de la PGR, por posesión de 3 petardos, 11 palomas y 11 cohetes.
Más tarde, fue detenido Freddy Rosete Arriaga, de 26 años de edad, estudiante de la UAM Iztapalapa; Luis Enrique López Matus, de 18, del CCH Naucalpan, y Erwin Alfonso, de 15, del CETIS 56, quienes portaban 18 petardos, 3 cohetes y una resortera.
La policía estableció que el enfrentamiento con los manifestantes se inició cuando los granaderos quisieron aislar y sacar de la marcha a un grupo de "anarcopunks" que venía causando desmanes en un Oxxo y en la entrada del metro Bellas Artes.
Un nuevo enfrentamiento entre manifestantes y granaderos se produjo sobre avenida 20 de Noviembre a un costado del Zócalo, luego de que policías vestidos de civil detuvieron a manifestantes que habían estado violentos durante la marcha. Los manifestantes arrojaron botellas, palos, y diversos objetos a los granaderos, quienes se vieron obligados a replegaron.
Marchan miles en Chiapas
En Chiapas miles de personas miembros de organizaciones sociales, campesinas y sindicales, recordaron la matanza del 2 de octubre con manifestaciones en diversos puntos del estado, y aprovecharon para exigir la libertad de José Manuel Hernández Martínez, líder de la Organización Campesina Emiliano Zapata-Región Carranza (OCEZ-RC), recluido en el penal de El Amate desde el miércoles pasado.
Miles de campesinos colapsaron por varias horas el estado, pues bloquearon varias carreteras en diversos puntos de la entidad, como el entronque a Chiapa de Corzo de la carretera federal que une a Tuxtla Gutiérrez con San Cristóbal de Las Casas, así como la carretera que San Cristóbal de Las Casas—Ocosingo, en las regiones Centro y Altos, respectivamente.
En la zona Costa, la carretera que comunica a Villa Comaltitlánen, la autopista costera a la altura de la cabecera municipal de Tuzantán; y la que va de Tapachula a Talismán, a la altura de la cabecera municipal de Tuxtla Chico.
Por la tarde, estudiantes de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), junto con organizaciones sociales y colectivos estudiantiles, realizaron una marcha en San Cristóbal de Las Casas.
Los manifestantes aprovecharon también la ocasión para condenar la detención de José Manuel Hernández Martínez, conocido como Don Chema, conocido luchador social y por la tenencia de la tierra y de los derechos del pueblo chiapaneco.
MÉXICO, D.F., 2 de octubre (apro).- Al menos 13 personas resultaron lesionadas y 26 más fueron detenidas, una de ellas de origen hondureño y cuatro adolescentes, durante las manifestaciones realizadas hoy en la capital, para recordar los 41 años de la matanza de Tlatelolco.
"¡Ni olvido ni perdón!", "2 de Octubre no se Olvida", "Cese de la guerra sucia", gritaban los manifestantes.
Desde la mañana, la bandera nacional ondeó a media asta en recuerdo de los estudiantes que murieron durante la represión en Tlatelolco.
La víspera, se anunciaron sólo dos marchas y un mitin, para recordar un aniversario más de la matanza ocurrida en la Plaza de las Tres Culturas, el 2 de octubre de 1968. Se programaron para las 16:00 horas. La primera partió de la esquina de Flores Magón con Lázaro Cárdenas. La segunda, de la explanada del Monumento a la Revolución. Su cita: la Plaza de la Constitución.
Para esta ocasión, a 41 años de la matanza, la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSP-DF) dispuso de 4 mil 714 agentes en los operativos de vialidad y vigilancia para garantizar la seguridad durante las movilizaciones. Además de 327 patrullas y dos helicópteros del agrupamiento Cóndores.
No obstante, elementos del cuerpo de Granaderos protagonizaron un zafarrancho frente al Palacio de Bellas Artes, al impedir el paso, a la altura de avenida Juárez, a los grupos autodenominados anarquistas, colectivos culturales y contingentes de diversas escuelas que marchaban detrás de los sobrevivientes del movimiento estudiantil de hace cuatro décadas.
Los policías se mantuvieron firmes cuando los manifestantes exigieron pasar. Desde atrás del contingente comenzaron a llover petardos, piedras y botellas contra los uniformados.
Frente a la sede del Banco de México, los policías replegaron con sus escudos a los manifestantes que intentaban flanquearlos, lo que detonó que la gente corriera por encima de los jardines del Palacio de Bellas Artes.
Al huir de los policías, algunos de los manifestantes cayeron y fueron pisoteados por quienes venían detrás.
Al tenerlos acorralados, los policías abrieron unos metros el cerco y quienes pasaban por ese hueco para salvar el círculo formado eran golpeados con toletes, pateados o empujados.
Informes preliminares reportaron al menos seis lesionados y decenas de detenidos.
Entre los lesionados figura un granadero, a quien los manifestantes lanzaron un petardo que le cayó en la oreja. El granadero lesionado fue identificado como Alberto Antonio Vásquez, de 38 años de edad.
Otros dos lesionados son policías que iban vestidos de civil y fueron identificados como Israel Benítez López, de 36 años, y una mujer que responde al nombre de Saruci Marlene Cobú Carreón. Por lo menos una decena de manifestantes fueron detenidos.
El subsecretario de Gobierno del Distrito Federal Juan José García Ochoa, reportó que la mayoría de estas personas fueron aseguradas por portar explosivos, petardos o cohetones en sus mochilas, o por causar desmanes.
Entre los detenidos hay cuatro menores de edad, quienes fueron puestos a disposición de la Procuraduría capitalina por portar artefactos explosivos.
Cuatro personas fueron detenidas frente a la Preparatoria 5, cuando en una revisión se les encontraron cilindros de gas amarrados con cinta canela y tres kilogramos de cohetes.
Los detenidos fueron identificados como José Luis, de 16 años; Luis Ernesto, de 17; José Alberto Palacio Camacho, de 18, y Rodrigo Núñez García, de 17.
Horas más tarde fue detenido Kevin Michel Zapatero Hernández, de 19 años de edad, quien de inmediato fue puesto a disposición de la PGR, por posesión de 3 petardos, 11 palomas y 11 cohetes.
Más tarde, fue detenido Freddy Rosete Arriaga, de 26 años de edad, estudiante de la UAM Iztapalapa; Luis Enrique López Matus, de 18, del CCH Naucalpan, y Erwin Alfonso, de 15, del CETIS 56, quienes portaban 18 petardos, 3 cohetes y una resortera.
La policía estableció que el enfrentamiento con los manifestantes se inició cuando los granaderos quisieron aislar y sacar de la marcha a un grupo de "anarcopunks" que venía causando desmanes en un Oxxo y en la entrada del metro Bellas Artes.
Un nuevo enfrentamiento entre manifestantes y granaderos se produjo sobre avenida 20 de Noviembre a un costado del Zócalo, luego de que policías vestidos de civil detuvieron a manifestantes que habían estado violentos durante la marcha. Los manifestantes arrojaron botellas, palos, y diversos objetos a los granaderos, quienes se vieron obligados a replegaron.
Marchan miles en Chiapas
En Chiapas miles de personas miembros de organizaciones sociales, campesinas y sindicales, recordaron la matanza del 2 de octubre con manifestaciones en diversos puntos del estado, y aprovecharon para exigir la libertad de José Manuel Hernández Martínez, líder de la Organización Campesina Emiliano Zapata-Región Carranza (OCEZ-RC), recluido en el penal de El Amate desde el miércoles pasado.
Miles de campesinos colapsaron por varias horas el estado, pues bloquearon varias carreteras en diversos puntos de la entidad, como el entronque a Chiapa de Corzo de la carretera federal que une a Tuxtla Gutiérrez con San Cristóbal de Las Casas, así como la carretera que San Cristóbal de Las Casas—Ocosingo, en las regiones Centro y Altos, respectivamente.
En la zona Costa, la carretera que comunica a Villa Comaltitlánen, la autopista costera a la altura de la cabecera municipal de Tuzantán; y la que va de Tapachula a Talismán, a la altura de la cabecera municipal de Tuxtla Chico.
Por la tarde, estudiantes de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), junto con organizaciones sociales y colectivos estudiantiles, realizaron una marcha en San Cristóbal de Las Casas.
Los manifestantes aprovecharon también la ocasión para condenar la detención de José Manuel Hernández Martínez, conocido como Don Chema, conocido luchador social y por la tenencia de la tierra y de los derechos del pueblo chiapaneco.
Juanito ya no peligra: el Distrito Federal sí
Jaime Avilés
¿Por qué los levantacejas que hace una semana aún adoraban a Juanito, nunca llegaron al fondo del caso Iztapalapa? ¿Por qué no mostraron las condiciones de vida que padecen los habitantes de aquella delegación? ¿Por qué no dieron a conocer que durante los nueve años en que prevaleció allí el cacicazgo de Víctor Hugo Círigo, René Arce y los Chuchos, la administración que explotaban no hizo obra pública? Todavía están a tiempo de ir a comprobarlo: no hay banquetas, falta drenaje, pavimento, alumbrado, canchas deportivas, seguridad. Todas las casas parecen jaulas, con rejas y barrotes en puertas y ventanas. En ningún lado hay letreros que digan: “aquí se construye”, lo que sea. No hicieron nada. Excepto robar con avidez insaciable.
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, el Gobierno del Distrito Federal levantó en Iztapalapa dos planteles de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, dos preparatorias, una nueva cárcel de mujeres y un hospital de altas especialidades, entre otras cosas, mientras Arce y Círigo usaban el presupuesto local para ellos y sus cómplices. Por eso, cuando se efectuaron las elecciones internas del PRD, entre Clara Brugada (la aliada de López Obrador) y Silvia Oliva (la de los Chuchos), la gente le dio la mayoría a Brugada. Y cuando el tribunal electoral federal le arrebató la candidatura a ésta, el pueblo de Iztapalapa, harto de sus caciques, votó por Juanito.
Los verdaderos héroes de ese proceso histórico fueron los hombres y las mujeres que, el 5 de julio, a pesar de las amenazas y los sobornos de los Chuchos –yo estuve aquel día allí, sé de qué hablo– se rebelaron cruzando la boleta electoral en favor de Juanito para que gobernara Brugada, objetivo que finalmente se logró. Ahora se inicia un trienio que puede y debe empezar a cambiar la fisonomía y el destino de Iztapalapa, pese a la alianza de los Chuchos con Calderón para tratar de impedirlo.
Resuelto el caso Juanito, a Marcelo Ebrard se le aclara el panorama. Gobernará en armonía con los delegados panistas de Cuajimalpa y Benito Juárez y combatirá a Demetrio Sodi en Miguel Hidalgo, sin darle tregua ni cuartel. La imposición de este sujeto, representante de la escoria política más abyecta del país –que llevará de segundo de a bordo a Ricardo Pascoe, otra fichita–, fue producto de una coalición de oligarcas acaudillada por Lorenzo Servitje, el ultraderechista fabricante del pan Bimbo, y Emilio Azcárraga, accionista principal de Televisa.
Mucho antes del 5 de julio, el anciano Servitje, fanático religioso y anticomunista, convocó a Sodi y a su “adversario” del PRI, llamado quién sabe cómo, a una reunión con los magnates de Polanco, las Lomas de Chapultepec y Santa Fe, donde pactaron que, pasara lo que pasara, Miguel Hidalgo no sería gobernada, por ningún motivo, por el PRD, cuya candidata además no estuvo a la altura de las circunstancias por inexperta.
Confiado en la impunidad que le ofrecieron quienes en 2006 llevaron a Los Pinos a Calderón, Sodi cometió toda clase de trapacerías y rebasó por mucho el tope de gastos de campaña, especialmente con la entrevista que por “puritita casualidad” le hizo la televisión durante un partido futbolístico. Cuando el PRD impugnó el fraudulento “triunfo” de Sodi ante el tribunal electoral capitalino, demostrando que el panista había violado las leyes vigentes en la materia, los magistrados locales resolvieron, conforme a derecho, anular la elección. Fue cuando entró en acción la banda de María del Carmen Alanís (Maca), la amiga íntima de Margarita Zavala de Calderón, y sus macacos (los magistrados del tribunal federal) que se propusieron, y lograron, demostrarle al país dos cosas.
Una, que para ellos es letra muerta la reforma electoral de 2007, que prohíbe a los candidatos comprar tiempos en televisión para promocionarse (ley que significó una grave pérdida económica para Televisa y Tv Azteca, y que fue criticada por los levantacejas a coro como “enemiga” de la libertad de expresión). Y, dos, que en México ganarán las elecciones única y exclusivamente quienes designen Servitje, Azcárraga y los 100 grandes empresarios que desde el sexenio de Fox no pagan impuestos.
Estos hechos, evidentes y demostrables, deben llevarnos a una urgente reflexión: si la mayor obsesión del taliPAN es arrebatarle el gobierno de la ciudad de México al movimiento de López Obrador, empiezan a darse las condiciones para que esto suceda en 2012 (si aún existe el sistema político actual para entonces) mediante una fórmula que ya probó su eficacia. Vamos a suponer lo siguiente.
Amalia García, la gobernadora neocalderonista de Zacatecas, ha dicho que quiere ser candidata del PRD al GDF. Cuando se celebren las elecciones internas de ese partido entre ella (o alguien como ella) y el precandidato de Ebrard y del movimiento obradorista, los Chuchos bien pueden llevar a cabo un sinfín de porquerías para que el proceso quede en entredicho y la última palabra la diga el tribunal electoral federal, es decir, doña Maca y sus macacos.
Después de los comicios constitucionales de 2012 –y aunque el candidato del movimiento popular contienda bajo los colores de otro partido–, sea cual sea el veredicto de las urnas, Maca dirá otra vez la última palabra. Y así podría llegar al Antiguo Palacio del Ayuntamiento una figura política seguida por una cauda de narcotraficantes, que una noche le vacían una cárcel y otro día el peine de un cuerno de chivo para recordarle el pago de alguna factura pendiente.
A Marcelo Ebrard le corresponde, en consecuencia, el deber y el honor de defender al Distrito Federal no sólo de los recortes presupuestales que le prepara Calderón, no sólo de los sabotajes que desde la Cámara de Diputados le harán los Chuchos y no sólo del acoso de los levantacejas. Ebrard debe, además, conservar la amplia mayoría política que forjó con sus éxitos materiales el gobierno de López Obrador, y para ello debe proteger a los capitalinos de los abusos y excesos que por todos los ámbitos de la ciudad están cometiendo los delegados perredistas.
En Tlalpan, por ejemplo, el delegado saliente, Guillermo Martínez, y el que acaba de relevarlo, Higinio Chávez (cuyo parecido físico y moral con Roberto Madrazo es notable), transaron con los magnates que poseen los megarrestaurantes de carnitas Arroyo y Don Enrique, y con los concesionarios de una agencia Volkswagen y de una tienda Oxxo, sobre Insurgentes Sur, los siguientes atropellos a la ciudadanía.
Los de Arroyo se robaron un buen tramo de banqueta para ampliar el acceso a su estacionamiento, obligando a caminar sobre la avenida a ancianos y niños; los de Don Enrique construyeron un estacionamiento de tres pisos en zona habitacional, dejando sin lugar para colocar sus coches a los vecinos; los de la Volskwagen talaron seis árboles centenarios para darle más visibilidad a la fachada de su negocio; los del Oxxo contiguo a Don Enrique tiraron dos árboles más para que sus clientes pudieran meter sus coches sobre la acera y, como cerecita del pastel, los de Don Enrique están demoliendo una parte de su comedero de tacos para hacer una gasolinera, con una cisterna de 200 mil litros de combustible, que estará abierta 24 horas diarias a escasos metros de un conjunto de condominios que aloja a 120 familias. Y todo esto, ¡en una sola manzana de Tlalpan!
¿Está Ebrard enterado? ¿No hará nada al respecto? La ley prohíbe que haya dos gasolineras a menos de dos kilómetros de distancia. Pues bien, la que la corrupción perredista construye en Insurgentes 4097 queda a kilómetro y medio de la llamada Gas Leo, ubicada junto al famoso motel que tantos enamorados visitan cuando les gana la urgencia. Una última pregunta: si no mete en cintura a los “representantes” perredistas de los capitalinos, ¿cómo podrá Ebrard defender la plaza cuando las cosas se pongan color de hormiga?
jamastu@gmail.com
¿Por qué los levantacejas que hace una semana aún adoraban a Juanito, nunca llegaron al fondo del caso Iztapalapa? ¿Por qué no mostraron las condiciones de vida que padecen los habitantes de aquella delegación? ¿Por qué no dieron a conocer que durante los nueve años en que prevaleció allí el cacicazgo de Víctor Hugo Círigo, René Arce y los Chuchos, la administración que explotaban no hizo obra pública? Todavía están a tiempo de ir a comprobarlo: no hay banquetas, falta drenaje, pavimento, alumbrado, canchas deportivas, seguridad. Todas las casas parecen jaulas, con rejas y barrotes en puertas y ventanas. En ningún lado hay letreros que digan: “aquí se construye”, lo que sea. No hicieron nada. Excepto robar con avidez insaciable.
Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, el Gobierno del Distrito Federal levantó en Iztapalapa dos planteles de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, dos preparatorias, una nueva cárcel de mujeres y un hospital de altas especialidades, entre otras cosas, mientras Arce y Círigo usaban el presupuesto local para ellos y sus cómplices. Por eso, cuando se efectuaron las elecciones internas del PRD, entre Clara Brugada (la aliada de López Obrador) y Silvia Oliva (la de los Chuchos), la gente le dio la mayoría a Brugada. Y cuando el tribunal electoral federal le arrebató la candidatura a ésta, el pueblo de Iztapalapa, harto de sus caciques, votó por Juanito.
Los verdaderos héroes de ese proceso histórico fueron los hombres y las mujeres que, el 5 de julio, a pesar de las amenazas y los sobornos de los Chuchos –yo estuve aquel día allí, sé de qué hablo– se rebelaron cruzando la boleta electoral en favor de Juanito para que gobernara Brugada, objetivo que finalmente se logró. Ahora se inicia un trienio que puede y debe empezar a cambiar la fisonomía y el destino de Iztapalapa, pese a la alianza de los Chuchos con Calderón para tratar de impedirlo.
Resuelto el caso Juanito, a Marcelo Ebrard se le aclara el panorama. Gobernará en armonía con los delegados panistas de Cuajimalpa y Benito Juárez y combatirá a Demetrio Sodi en Miguel Hidalgo, sin darle tregua ni cuartel. La imposición de este sujeto, representante de la escoria política más abyecta del país –que llevará de segundo de a bordo a Ricardo Pascoe, otra fichita–, fue producto de una coalición de oligarcas acaudillada por Lorenzo Servitje, el ultraderechista fabricante del pan Bimbo, y Emilio Azcárraga, accionista principal de Televisa.
Mucho antes del 5 de julio, el anciano Servitje, fanático religioso y anticomunista, convocó a Sodi y a su “adversario” del PRI, llamado quién sabe cómo, a una reunión con los magnates de Polanco, las Lomas de Chapultepec y Santa Fe, donde pactaron que, pasara lo que pasara, Miguel Hidalgo no sería gobernada, por ningún motivo, por el PRD, cuya candidata además no estuvo a la altura de las circunstancias por inexperta.
Confiado en la impunidad que le ofrecieron quienes en 2006 llevaron a Los Pinos a Calderón, Sodi cometió toda clase de trapacerías y rebasó por mucho el tope de gastos de campaña, especialmente con la entrevista que por “puritita casualidad” le hizo la televisión durante un partido futbolístico. Cuando el PRD impugnó el fraudulento “triunfo” de Sodi ante el tribunal electoral capitalino, demostrando que el panista había violado las leyes vigentes en la materia, los magistrados locales resolvieron, conforme a derecho, anular la elección. Fue cuando entró en acción la banda de María del Carmen Alanís (Maca), la amiga íntima de Margarita Zavala de Calderón, y sus macacos (los magistrados del tribunal federal) que se propusieron, y lograron, demostrarle al país dos cosas.
Una, que para ellos es letra muerta la reforma electoral de 2007, que prohíbe a los candidatos comprar tiempos en televisión para promocionarse (ley que significó una grave pérdida económica para Televisa y Tv Azteca, y que fue criticada por los levantacejas a coro como “enemiga” de la libertad de expresión). Y, dos, que en México ganarán las elecciones única y exclusivamente quienes designen Servitje, Azcárraga y los 100 grandes empresarios que desde el sexenio de Fox no pagan impuestos.
Estos hechos, evidentes y demostrables, deben llevarnos a una urgente reflexión: si la mayor obsesión del taliPAN es arrebatarle el gobierno de la ciudad de México al movimiento de López Obrador, empiezan a darse las condiciones para que esto suceda en 2012 (si aún existe el sistema político actual para entonces) mediante una fórmula que ya probó su eficacia. Vamos a suponer lo siguiente.
Amalia García, la gobernadora neocalderonista de Zacatecas, ha dicho que quiere ser candidata del PRD al GDF. Cuando se celebren las elecciones internas de ese partido entre ella (o alguien como ella) y el precandidato de Ebrard y del movimiento obradorista, los Chuchos bien pueden llevar a cabo un sinfín de porquerías para que el proceso quede en entredicho y la última palabra la diga el tribunal electoral federal, es decir, doña Maca y sus macacos.
Después de los comicios constitucionales de 2012 –y aunque el candidato del movimiento popular contienda bajo los colores de otro partido–, sea cual sea el veredicto de las urnas, Maca dirá otra vez la última palabra. Y así podría llegar al Antiguo Palacio del Ayuntamiento una figura política seguida por una cauda de narcotraficantes, que una noche le vacían una cárcel y otro día el peine de un cuerno de chivo para recordarle el pago de alguna factura pendiente.
A Marcelo Ebrard le corresponde, en consecuencia, el deber y el honor de defender al Distrito Federal no sólo de los recortes presupuestales que le prepara Calderón, no sólo de los sabotajes que desde la Cámara de Diputados le harán los Chuchos y no sólo del acoso de los levantacejas. Ebrard debe, además, conservar la amplia mayoría política que forjó con sus éxitos materiales el gobierno de López Obrador, y para ello debe proteger a los capitalinos de los abusos y excesos que por todos los ámbitos de la ciudad están cometiendo los delegados perredistas.
En Tlalpan, por ejemplo, el delegado saliente, Guillermo Martínez, y el que acaba de relevarlo, Higinio Chávez (cuyo parecido físico y moral con Roberto Madrazo es notable), transaron con los magnates que poseen los megarrestaurantes de carnitas Arroyo y Don Enrique, y con los concesionarios de una agencia Volkswagen y de una tienda Oxxo, sobre Insurgentes Sur, los siguientes atropellos a la ciudadanía.
Los de Arroyo se robaron un buen tramo de banqueta para ampliar el acceso a su estacionamiento, obligando a caminar sobre la avenida a ancianos y niños; los de Don Enrique construyeron un estacionamiento de tres pisos en zona habitacional, dejando sin lugar para colocar sus coches a los vecinos; los de la Volskwagen talaron seis árboles centenarios para darle más visibilidad a la fachada de su negocio; los del Oxxo contiguo a Don Enrique tiraron dos árboles más para que sus clientes pudieran meter sus coches sobre la acera y, como cerecita del pastel, los de Don Enrique están demoliendo una parte de su comedero de tacos para hacer una gasolinera, con una cisterna de 200 mil litros de combustible, que estará abierta 24 horas diarias a escasos metros de un conjunto de condominios que aloja a 120 familias. Y todo esto, ¡en una sola manzana de Tlalpan!
¿Está Ebrard enterado? ¿No hará nada al respecto? La ley prohíbe que haya dos gasolineras a menos de dos kilómetros de distancia. Pues bien, la que la corrupción perredista construye en Insurgentes 4097 queda a kilómetro y medio de la llamada Gas Leo, ubicada junto al famoso motel que tantos enamorados visitan cuando les gana la urgencia. Una última pregunta: si no mete en cintura a los “representantes” perredistas de los capitalinos, ¿cómo podrá Ebrard defender la plaza cuando las cosas se pongan color de hormiga?
jamastu@gmail.com
Hay 6 millones más de pobres, acepta Calderón
Pese a las malas condiciones de las finanzas públicas, todos debemos hacer un esfuerzo para perseverar en políticas que permitan aliviar las condiciones de los más necesitados, puntualiza el mandatario.
Sáb, 03/10/2009 - 05:40
Foto: Octavio HoyosLa miseria en México crecerá cada día si no hacemos algo contundente para detenerla, advirtió el presidente Felipe Calderón al admitir por primera vez que en su administración el número de pobres pasó de 14 a casi 20 millones de personas.
“Efectivamente, en México los datos muestran que la pobreza impactada por la crisis alimentaria, primero, y luego por la crisis económica hizo que pasaran de 14 a casi 20 millones de mexicanos los que viven en lo que se llama pobreza alimentaria, es decir, una condición tal, que la familia no tiene ni siquiera los componentes necesarios para la alimentación de sus hijos”, afirmó.
El Presidente insistió en que esa situación obliga a la solidaridad y al esfuerzo de todos, “y ése, en esencia, es en este momento el principal propósito de mi gobierno”.
Al participar en el 23 Congreso Mundial de la Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa (UNIAPAC, por sus siglas en inglés), Calderón habló otra vez de las malas condiciones en que se encuentran las finanzas públicas, con una pérdida de 170 mil millones de pesos por la caída de 10 por ciento del PIB y la baja en la producción y el precio del petróleo, que dejaron un boquete fiscal de 300 mil millones de pesos.
Sin embargo, puntualizó, “eso no debe ser un obstáculo para que perseveremos, no sólo el gobierno sino todos, en las políticas que permitan aliviar la condición de los mexicanos que viven en la miseria, y que crecerán cada día, si no hacemos algo contundente por detener el deterioro en su nivel de vida”.
Al apelar a la solidaridad con los mexicanos que viven en condiciones de marginación, dijo que el mayor compromiso es de “quienes más hemos recibido”.
Y definió: la responsabilidad social y la solidaridad verdadera deben ser entendidas como “responsabilizarse no sólo del destino propio, sino del destino de los demás”.
Calderón dijo que “antes de que sea demasiado tarde”, los mexicanos debemos “tomar la decisión de si queremos que las cosas sigan igual, y decir igual quiere decir que se sigan deteriorando, porque hemos padecido consecuencias graves para los más pobres en la crisis alimentaria y en la crisis económica, o si queremos cambiar de fondo las cosas.
Sé, agregó, que la recesión económica ha implicado momentos increíblemente difíciles para muchas empresas, pero “imaginemos lo que ha significado para los que aún en bonanza económica carecen de lo suficiente para su ingreso diario”.
El presidente enzalsó las acciones de los empresarios cristianos que mas allá de legítimas ganancias, buscan la dignidad de la persona y que la UNIAPAC ha contribuido a “evitar que la tesis de confrontación, de lucha y de lucha clasista, precisamente, haya sido una tesis que haya dividido o dividido más a muchas sociedades”.
El mapa de Coneval
El pasado 19 de julio, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social reportó que de 2006 a 2008, la pobreza alimentaria creció 18.2 por ciento.
De esa manera, el número de personas en esa situación pasó de 14.4 a 19.5 millones, precisó el organismo.
El Coneval abundó que de ese número, 7.2 millones habitan en zonas urbanas de 15 mil o más habitantes, mientras 1ue 12.2 millones residen en áreas rurales.
México. Lorena López
Sáb, 03/10/2009 - 05:40
Foto: Octavio HoyosLa miseria en México crecerá cada día si no hacemos algo contundente para detenerla, advirtió el presidente Felipe Calderón al admitir por primera vez que en su administración el número de pobres pasó de 14 a casi 20 millones de personas.
“Efectivamente, en México los datos muestran que la pobreza impactada por la crisis alimentaria, primero, y luego por la crisis económica hizo que pasaran de 14 a casi 20 millones de mexicanos los que viven en lo que se llama pobreza alimentaria, es decir, una condición tal, que la familia no tiene ni siquiera los componentes necesarios para la alimentación de sus hijos”, afirmó.
El Presidente insistió en que esa situación obliga a la solidaridad y al esfuerzo de todos, “y ése, en esencia, es en este momento el principal propósito de mi gobierno”.
Al participar en el 23 Congreso Mundial de la Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa (UNIAPAC, por sus siglas en inglés), Calderón habló otra vez de las malas condiciones en que se encuentran las finanzas públicas, con una pérdida de 170 mil millones de pesos por la caída de 10 por ciento del PIB y la baja en la producción y el precio del petróleo, que dejaron un boquete fiscal de 300 mil millones de pesos.
Sin embargo, puntualizó, “eso no debe ser un obstáculo para que perseveremos, no sólo el gobierno sino todos, en las políticas que permitan aliviar la condición de los mexicanos que viven en la miseria, y que crecerán cada día, si no hacemos algo contundente por detener el deterioro en su nivel de vida”.
Al apelar a la solidaridad con los mexicanos que viven en condiciones de marginación, dijo que el mayor compromiso es de “quienes más hemos recibido”.
Y definió: la responsabilidad social y la solidaridad verdadera deben ser entendidas como “responsabilizarse no sólo del destino propio, sino del destino de los demás”.
Calderón dijo que “antes de que sea demasiado tarde”, los mexicanos debemos “tomar la decisión de si queremos que las cosas sigan igual, y decir igual quiere decir que se sigan deteriorando, porque hemos padecido consecuencias graves para los más pobres en la crisis alimentaria y en la crisis económica, o si queremos cambiar de fondo las cosas.
Sé, agregó, que la recesión económica ha implicado momentos increíblemente difíciles para muchas empresas, pero “imaginemos lo que ha significado para los que aún en bonanza económica carecen de lo suficiente para su ingreso diario”.
El presidente enzalsó las acciones de los empresarios cristianos que mas allá de legítimas ganancias, buscan la dignidad de la persona y que la UNIAPAC ha contribuido a “evitar que la tesis de confrontación, de lucha y de lucha clasista, precisamente, haya sido una tesis que haya dividido o dividido más a muchas sociedades”.
El mapa de Coneval
El pasado 19 de julio, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social reportó que de 2006 a 2008, la pobreza alimentaria creció 18.2 por ciento.
De esa manera, el número de personas en esa situación pasó de 14.4 a 19.5 millones, precisó el organismo.
El Coneval abundó que de ese número, 7.2 millones habitan en zonas urbanas de 15 mil o más habitantes, mientras 1ue 12.2 millones residen en áreas rurales.
México. Lorena López
Enfrentamientos y aviso
Durante la marcha conmemorativa por la matanza del 2 de octubre de 1968, que se desarrolló ayer en esta capital, elementos de la policía y grupos de manifestantes protagonizaron un enfrentamiento que derivó en la detención de 26 personas, 11 de ellas menores de edad, según fuentes oficiales.
En la circunstancia actual, cuando hay en el país un descontento social generalizado, justificado y alimentado por la indolencia de los encargados de su manejo político y económico, resulta particularmente peligroso recurrir a medidas represivas que, se sabe desde siempre, tienden a alimentar la violencia, no a contenerla. Tampoco ayuda mucho minimizar las expresiones de descontento de este tipo, como pareció hacerlo el titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, Manuel Mondragón y Kalb, quien señaló que sólo se trató de un “enfrentamiento moderado” provocado por “grupos vandálicos”.
Es necesario que las autoridades enfoquen sus esfuerzos en prevenir la configuración de estos escenarios y para ello es pertinente, ante todo, que expresiones de descontento de este tipo sean dimensionadas y ponderadas en función de su contexto, el cual es en sí mismo hostil y violento con la población en general, y con los jóvenes en particular.
En efecto, los actos protagonizados ayer por algunos grupos asistentes a la marcha no debieran extrañar en un entorno marcado por la desazón y la zozobra generalizadas en la juventud, la desintegración del tejido social, la ausencia de perspectivas laborales para padres e hijos, e incluso la falta de espacios en los ciclos de educación superior a cargo del Estado.
La circunstancia actual se ve agravada por el deterioro generalizado en las condiciones de vida de la mayoría de la población y una situación económica sin horizontes de movilidad social; la violación y negación sistemática de garantías constitucionales básicas y las condiciones de miseria, marginación, exclusión e inseguridad que recorren amplias franjas del territorio nacional.
Ante tal situación, las autoridades de todos los signos políticos debieran consagrarse a la tarea de combatir las causas del problema, no sus expresiones epidérmicas, lo cual implica la apertura de espacios de estudio para la juventud, el respeto pleno a sus derechos, la aplicación de medidas que reactiven la economía interna y permitan generar empleos suficientes y bien remunerados, y el restablecimiento de programas de apoyo y bienestar social para paliar las dificultades que hoy enfrentan millones de familias.
Las autoridades de los distintos niveles de gobierno deben entender que la represión y el uso de “mano dura” son elementos particularmente improcedentes ante un deterioro social, económico e institucional como el que atraviesa el país en la hora presente. Los acontecimientos referidos deben ser vistos, en suma, como aviso para las administraciones local y federal, a efecto de que éstas centren sus esfuerzos en evitar que episodios similares se repitan.
Fuente : Lajornada.com
En la circunstancia actual, cuando hay en el país un descontento social generalizado, justificado y alimentado por la indolencia de los encargados de su manejo político y económico, resulta particularmente peligroso recurrir a medidas represivas que, se sabe desde siempre, tienden a alimentar la violencia, no a contenerla. Tampoco ayuda mucho minimizar las expresiones de descontento de este tipo, como pareció hacerlo el titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, Manuel Mondragón y Kalb, quien señaló que sólo se trató de un “enfrentamiento moderado” provocado por “grupos vandálicos”.
Es necesario que las autoridades enfoquen sus esfuerzos en prevenir la configuración de estos escenarios y para ello es pertinente, ante todo, que expresiones de descontento de este tipo sean dimensionadas y ponderadas en función de su contexto, el cual es en sí mismo hostil y violento con la población en general, y con los jóvenes en particular.
En efecto, los actos protagonizados ayer por algunos grupos asistentes a la marcha no debieran extrañar en un entorno marcado por la desazón y la zozobra generalizadas en la juventud, la desintegración del tejido social, la ausencia de perspectivas laborales para padres e hijos, e incluso la falta de espacios en los ciclos de educación superior a cargo del Estado.
La circunstancia actual se ve agravada por el deterioro generalizado en las condiciones de vida de la mayoría de la población y una situación económica sin horizontes de movilidad social; la violación y negación sistemática de garantías constitucionales básicas y las condiciones de miseria, marginación, exclusión e inseguridad que recorren amplias franjas del territorio nacional.
Ante tal situación, las autoridades de todos los signos políticos debieran consagrarse a la tarea de combatir las causas del problema, no sus expresiones epidérmicas, lo cual implica la apertura de espacios de estudio para la juventud, el respeto pleno a sus derechos, la aplicación de medidas que reactiven la economía interna y permitan generar empleos suficientes y bien remunerados, y el restablecimiento de programas de apoyo y bienestar social para paliar las dificultades que hoy enfrentan millones de familias.
Las autoridades de los distintos niveles de gobierno deben entender que la represión y el uso de “mano dura” son elementos particularmente improcedentes ante un deterioro social, económico e institucional como el que atraviesa el país en la hora presente. Los acontecimientos referidos deben ser vistos, en suma, como aviso para las administraciones local y federal, a efecto de que éstas centren sus esfuerzos en evitar que episodios similares se repitan.
Fuente : Lajornada.com
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