lunes, 15 de julio de 2019

Los neocons, México y la cuenca del Caribe

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esde que las tropas del Pentágono tuvieron que retirarse de Siria y Donald Trump aceleró las políticas de cambio de régimen en Venezuela y la cuenca del Caribe, se ha venido revalorizando la llamada doctrina Rumsfeld-Cebrowski, cuyo objetivo sería destruir las estructuras institucionales de los países de la región, mediante la generación de un caos constructivo que erosione los vínculos sociales en los que se sustenta el Estado-nación, sin importar que sean amigos o adversarios políticos de Estados Unidos y para impedir que haya gobiernos soberanos que puedan decidir sobre los recursos energéticos existentes en sus territorios.
Según Thierry Meyssan, la primera parte de ese plan fue sembrar el caos en el Medio Oriente ampliado o Gran Medio Oriente –con las guerras en Afganistán, Irak, Líbano, Libia, Siria, Yemen− y la segunda fase debe hacer lo mismo en la cuenca del Caribe, mediante la destrucción de una veintena de países insulares o con costas en ese mar, exceptuando a la militarista Colombia, convertida en socia global de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y México, integrado de manera subordinada al espacio geopolítico de América del Norte.
Los antecedentes de dicha doctrina se remontan al 11 de septiembre de 2001. A raíz de los atentados terroristas contra las torres gemelas de Nueva York, el entonces secretario de Defensa estadunidense, Donald Rumsfeld −integrante del Estado profundo, un poder clandestino paralelo al de la Casa Blanca−, reactivó la Oficina de Transformación de la Fuerza (Office of Force Transformation) creada por Bill Clinton y designó al vicealmirante Arthur Cebrowski para dirigirla. Cebrowksi redimensionó la guerra centrada en redes ( network-centricwarfare) elaborada por el Pentágono tras la insurrección campesina indígena del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas, y restructuró la estrategia de espectro completo ( full spectrumdominance) con la era de la información, para así lograr una hegemonía en el campo de lo social, lingüístico, cognitivo, informativo y físico.
El estratega geopolítico del Departamento de Defensa y asistente de Cebrowski, Thomas P. M. Barnett, impartió el nuevo modelo al alto mando militar en 2003, resumiéndolo en un nuevo mapamundi que dividió al orbe entre países a los que denominó núcleo funcional (los estados estables o el G8 y sus aliados) y otros (el resto del mundo) a los que ubicó en la brecha de no integrados, considerados como simples tanques de recursos naturales y sujetos a la destrucción de sus estructuras estatales y al control militar de EU.
Las naciones de ese segundo grupo ya no fueron vistas como independientes y soberanas, y había que hacerlas retroceder a la era del caos −a la época en que el hombre era el lobo del hombre− mediante campañas de desestabilización y guerras regionales híbridas o difusas, interminables y recurrentes, donde el caos neosocialdarwinista alcanza proporciones tan espantosas que nadie piensa ya en resistir, sino sólo en sobrevivir; zonas donde, como dice T. Meyssan, las corporaciones multinacionales pueden extraer (despojar a los pueblos) las materias primas que necesitan sin rendir cuentas a nadie. Verbigracia, Afganistán, Irak, Libia, Yemen en el Medio Oriente ampliado. O los conflictos en curso en la cuenca del Caribe, con epicentro en Venezuela, Cuba y Nicaragua, donde el imperio ha encontrado fuerte resistencia gubernamental y popular, con la actual emergencia migratoria en el sur-sureste de México y el triángulo del norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador y Honduras).
Por otra parte, si se sigue el curso de los conflictos regionales y las guerras difusas de 2003 al presente (Túnez, Libia, Egipto, Palestina, Líbano, Siria, Irak, Arabia Saudita, Bahréin, Yemen, Turquía, Afganistán, Venezuela), se verá que todos se encuentran dentro de las zonas no integradas del mapa de Barnett y, sorprendentemente, también dentro de la franja petrolera del planeta.
La estrategia del caos de los neoconservadores de la administración Bush Jr (Cheney, Wolfowitz, Rumsfeld, Fukuyama, Huntington, Cebrowksi y Bolton) fue concebida en la Universidad de Chicago por el filósofo Leo Strauss (1899-1973), quien reintrodujo esa noción como herramienta de dominación de una élite escogida para someter a masas incultas con base en la jerarquía natural.
En la actualidad, arrinconado por el fiscal Robert Mueller y la trama rusa−y para evitar ser acusado de alta traición−, Trump tuvo que negociar su supervivencia política con el Estado profundo, y los halcones de la CIA y el Pentágono lo obligaron a aplicar la doctrina Rumsfeld-Cebrowskidel grupúsculo de neocons enquistados alrededor del American Jewish Committee.
Fue así que John Bolton, hoy consejero de seguridad nacional, y Mike Pompeo, ex director de la CIA y actual secretario de Estado, con apoyo de Elliot Abrams, convicto del caso Irán -contras, reactivaron el proyecto del Pentágono para la destrucción de los estados en los países de la cuenca del Caribe, en particular, Cuba, Venezuela y Nicaragua. Lógica, en que de manera encubierta parecen querer envolver al gobierno reformista nacional-popular de Andrés Manuel López Obrador, si no se disciplina a los dictados de la clase capitalista trasnacional.

La extrema derecha intenta dar un golpe de Estado suave a AMLO


Pretende deslegitimar y luego derrocar al gobierno de la 4T
“Desde el primer día se ha buscado desestabilizar a la actual administración. Hay que recordar aquellos mensajes del Partido Acción Nacional el día de la toma de posesión en los que decía: ‘Se equivocaron al votar por López Obrador’. ¿Cómo que se equivocaron, si elegir es la democracia?”
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▲ La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional auspicia a la organización Somos Más, que ha convocado a marchas contra el Presidente.Foto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Lunes 15 de julio de 2019, p. 8
Una investigación realizada por el Canal 6 de Julio ha encontrado indicios de que la extrema derecha ha puesto en marcha una estrategia para intentar dar un golpe suave –o golpe de Estado blando– en México en contra del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Mediante la difusión de campañas y mensajes en los medios de comunicación y las redes sociales, la organización de grupos opositores y la promoción de movilizaciones de protesta, la provocación a la autoridad, la propagación de noticias falsas y rumores, entre otras maniobras, se pretendería deslegitimizar primero y derrocar después al gobierno de la Cuarta Transformación (4T) en una acción similar a lo que ha sucedido en la década reciente en otros países latinoamericanos, como Honduras, Argentina o Brasil.
Todo esto puede sonar a teoría de la conspiración, pero ni siquiera se trata de algo oculto. Todo el método para desestabilizar se puede consultar abiertamente en Internet, señala en entrevista el director del Canal 6 de Julio, Carlos Mendoza Aupetit.
Si se busca en la red golpe suave, la información aparece: Gene Sharp, politólogo estadunidense. Su tesis es que los golpes de Estado mediante la fuerza y las armas son obsoletos y que hoy se combate con armas sicológicas, sociales, económicas y políticas.
En su ensayo De la dictadura a la democracia, expone una receta para quitar presidentes con cinco pasos. Se comienza con una fase de ablandamiento, en la que hay medios que intentan crear malestar y desesperanza social; sigue la deslegitimación y la difusión de comentarios adversos al gobierno, mofas y noticias falsas. Después viene el calentamiento de las calles, con la promoción de constantes movilizaciones de protesta.
El siguiente ingrediente es la combinación de todas las formas de lucha: corren rumores, se crea una falsa carestía, se acusa al gobierno de incompetente y se inician causas judiciales injustas contra gobernantes. La última etapa es la fractura institucional, en la que, según Sharp, las causas judiciales prosperan, los medios lo apoyan y los gobiernos caen.
En México todo apunta a que se está ejecutando un golpe suave, o a que se está preparando el tablero para ello, dice Mendoza Aupetit, quien tiene listo un documental con el que busca alertar sobre lo que piensa que está pasando en el país.
–Si está en marcha un golpe como este, ¿en qué etapa está?
–Si se sigue el método de Sharp, creo que está en la primera o la segunda. Desde el primer día se ha buscado desestabilizar al gobierno de López Obrador. Hay que recordar aquellos mensajes del PAN el día de la toma de posesión en los que decía Se equivocaron al votar por López Obrador. ¿Cómo que se equivocaron, si elegir es la democracia?
Los indicios
No vamos a permitir que (López Obrador) siga con su autoritarismo; es usted un dictador, se oye decir en el documental a Alejandra Morán durante una manifestación celebrada en mayo pasado. Es la líder de Chalecos México, organización que ha convocado a tres marchas antiAMLO desde el 2 de diciembre. De acuerdo con Mendoza Aupetit y su equipo, Morán, que se presenta como aliada de los Chalecos amarillos de Francia, aunque éstos lo han desmentido, en realidad pertenece a la organización Somos Más.
Esta entidad tiene entre sus patrocinadores a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), que, plantea, auspicia golpes suaves en América Latina.
La USAID, se explica en el video, asiste a grupos extremistas y opositores en Venezuela y otros países de la región, así como a fundaciones y sociedades que argumentan defender la libertad. Otros auspiciantes de estos grupos son las estadunidenses Red Atlas, Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) y el Instituto CATO, que a su vez recibe fondos de las Industrias Koch, el segundo conglomerado industrial de Estados Unidos. Todas tienen filiales en México o patrocinan organizaciones en el país.
Una de ellas es Students for Liberty, que recluta estudiantes en universidades públicas y que, a través de una de sus ramas, busca registrar un partido político ante el Instituto Nacional Electoral, explica el director del Canal 6 de Julio. Su principal directivo, agrega, es Alexander McCobin, que proviene del CATO, y una de sus aliadas más visibles es la conferencista guatemalteca Gloria Álvarez, coautora del libro El engaño populista, proyecto para el cual tuvo el apoyo de Enrique Krauze y Mario Vargas Llosa, también relacionado con dicho instituto.
En el documental se señalan vínculos entre el CATO y la llamada Operación Berlín, con la que grupos empresariales financiaron una campaña sucia contra López Obrador en la contienda presidencial pasada, y en la que se ha señalado la participación de Krauze, quien lo ha negado.
También se mencionan campañas robotizadas en las redes sociales que se mezclaron con las críticas a López Obrador en momentos como la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, la muerte en un accidente aéreo de la gobernadora de Puebla, Martha Érika Alonso, y su esposo, o durante las semanas en las que hubo desabasto de gasolina en varias ciudades del país.
El golpe contra el gobierno
El gobierno de López Obrador es descrito en el documental como de centro izquierda, no radical, cuya apuesta antineoliberal aún está por confirmarse, según plantean en la cinta los académicos Enrique Pineda, Pascualina Curcio, Gibrán Ramírez Reyes y Carlos Fazio.
–¿Si no es un gobierno radical, por qué habría la intención de derrocarlo? –se le pregunta a Mendoza Aupetit.
–Porque estamos hablando de una derecha y un capitalismo que no toleran ninguna intervención frente al mercado. No toleran que nadie se salga del modelo, ni siquiera lo poco o no tan poco que está haciendo López Obrador.
“La estrategia del ‘golpe suave’ ha dado resultados”, se explica en el documental. Por ejemplo, en 2009 Manuel Zelaya fue destituido de la presidencia de Honduras con el apoyo de Washington; en 2015 la oposición argentina intentó que el asesinato de un fiscal le fuera imputado a la entonces presidenta, Cristina Fernández; en 2016 la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fue destituida por presuntamente haber violado una ley presupuestaria; en ese mismo año el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue encarcelado acusado de corrupción, sin pruebas.
Mendoza Aupetit advierte que no toda la crítica al gobierno debe ser interpretada como parte de un plan para dar un golpe suave. La crítica tiene que estar, es bueno que la haya, incluso la más dura. El problema es cuando se disfraza de crítica a un afán desestabilizador que en última instancia pretende derrocar a un presidente por vías no democráticas.

Escándalos de Luis Mendoza Acevedo