Que Manuel Clouthier Carrillo, candidato independiente al Senado de la República, hermano de Tatiana, “curiosamente” coordinadora de la campaña del morenista Andrés Manuel López Obrador, anda colérico, pateando latas, y buscando no quien se la hizo –que al final nadie le hizo nada-, sino quien se la pague.
Que grita y trata con soberbia a quienes se mueven en su entorno, sobre todo en el periódico Noroeste, y todo porque le fallaron sus “cálculos del insulto”, la estrategia que había armado, con su “aliado fiscal”, Mario Zamora Gastélum, candidato del PRI-PVEM-PANAL, contra el abanderado del PAN-PRD-MC y PAS, Héctor Melesio Cuén Ojeda, a quien tenía planeado insultar en un orquestado debate radiofónico.
Un debate al que el propio Mario Zamora tuvo la “ocurrencia” de revelar que él lo había convocado, pretendiendo marcar la agenda de Héctor Melesio Cuén.
Pero resulta que Cuén Ojeda no fue al debate –más bien encerronada o complot-, no cayó en la trampa, no nada más porque la olió sino porque el día del encuentro radiofónico tenía en su agenda afinar todos los detalles de su campaña y trabajar con el equipo de táctica y logística política del PAN-PRD y MC en la ciudad de México.
La ausencia de Cuén en el debate encolerizó a Clouthier, quien, como ya lo habían previsto en el campamento del abanderado del PAN-PRD-MC y PAS, ya salió con el cuento de que Cuén tuvo miedo, intentando picarle la cresta al gallo.
Al debate de intercampaña se convocó a Héctor Melesio Cuén Ojeda, abanderado del PAN-PRD-MC (y el Partido Sinaloense); Mario Zamora Gastélum, del PRI-PVEM-Nueva Alianza; Rubén Rocha Moya de Morena-PT-PES, y al independiente Manuel Clouthier Carrillo. Al final de cuentas el encuentro fue de tres no de cuatro.
Dos días antes, Mario Zamora Gastélum, confesó en Noroeste, que fue él quien planteó la iniciativa de debatir a sus contrincantes. “Estuve yo en la semana con el conductor de un noticiero y ahí (los) invité a debatir”, señaló.
-¿La iniciativa para debatir fue tuya?, le interrogó Noroeste.
Mario Zamora contestó con frialdad: “Sí, totalmente, totalmente”.
Antes, dos meses atrás, Zamora sostuvo en calidad de director de la Financiera de Desarrollo Rural y amigo personal de entonces titular del Secretaría de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña, una reunión con Manuel Clouthier Carrillo, dueño del periódico Noroeste, que le adeuda al SAT más de 100 millones de pesos.
Meade es ahora el candidato a la Presidencia de la República por el PRI-PVEM-PANAL, y Manuel Clouthier no ha podido cubrir esos más de 100 millones de pesos al SAT e inició un proceso de “desmantelamiento” de Noroeste en Culiacán, concentrando su esfuerzo editorial en Mazatlán.
A la vez, Clouthier, quien acuñó la frase “a la familia se le ayuda”, tiene a su hermana como coordinadora nacional de la campaña de Andrés Manuel López Obrador. Y en Sinaloa el candidato al Senado de la República, es el ex coordinador de asesores de los priistas Jesús Aguilar Padilla y Quirino Ordaz Coppel, Rubén Rocha Moya.
Bien.
Héctor Melesio Cuén no acudió al debate y encolerizó a Manuel Clouthier. Lo sacó de quicio. A Cuén no le urge debatir en la intercampaña. Ya lo hará en la campaña, dijo.
Pero les urge debatir a:
- A aquellos que están abajo en las encuestas electorales y/o que no son conocidos territorialmente – en distritos y municipios enteros- por el electorado sinaloense.
- A aquellos que les interesa descalificar a sus oponentes para “hundirlos” en esta fase de intercampañas con el propósito de que lleguen a las campañas con la mácula de acusaciones o difamaciones radiales o impresas.
- A aquellos que les urge aparecer como intelectuales o conocedores de los problemas y como los “salvadores” de las familias sinaloenses.
- A aquellos que pese a tener una “larga trayectoria política”, la gente no los conoce del todo, no sabe que piensan de los problemas de Sinaloa y del país ni cómo podrían solucionarlos. O cuando menos como piensan resolvernos.
- A aquellos que les urge el manejo mediático para dar paso al manipuleo de las encuestas y aparecer como los preferidos del electorado sinaloense.
Pese a saber que no tenía tiempo para acudir al debate por su estancia en la Ciudad de México, el equipo de Héctor Melesio Cuén, analizó que su ausencia, por un lado, daría pauta a los “analistas” de Noroeste, quienes ya han mandado ocurrentes lecturas de sus genes AntiCuen y de sus “simpatías” por Mario Zamora y Rubén Rocha, a que escribieran que “tuvo miedo” o de que no honraba este tipo de ejercicios democráticos.
Por otra arista, si acudía a polemizar se colocaría en el mero centro, en el blanco, de quienes al estilo del viejo sistema priista simulan enaltecer los debates, y aprovechan estos espacios para desacreditar y difamar.
El análisis –especie de vaticinio político- hecho por el equipo de Héctor Melesio Cuén Ojeda resultó cierto: Manuel Clouthier ordenó en Noroeste “tupirle” duro a Cuén y mencionar la “silla vacía”. Giró la consigna de buscar todos los medios para desacreditarlo. Para difamarlo.
Clouthier puso el ejemplo en su columna Centinela de Noroeste, en la cual soltó una vez más una sarta de elucubraciones, medias verdades y mentiras completas, y de paso, descalificó al PAN, cuyo partido lo hizo a él y a su hermana Tatiana, diputados.
“Quizá (Cuén) se sintió vulnerable para el debate de Radio Fórmula”, elucubró Clouthier y se preguntó: “¿así será el resto de su campaña? ¿Sólo participará en escenarios a modo?
Un día antes del debate, Cuén ya había ofrecido una posición pública respecto a las invitaciones a los debates de intercampañas: a través de Ángel Israel Chavira Mendoza, coordinador de su campaña, precisó que “es de nuestro interés en participar en estos ejercicios democráticos (debates), atendiendo la convocatoria que emita el Instituto Nacional Electoral (INE) en el periodo de campaña, cumpliendo con el calendario y los lineamientos establecidos por dicho órgano electoral. Así mismo mucho contribuye a este ejercicio de participación el Consejo Estatal de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión”.
¿Cuáles son los escenarios “a modo” a los que se refirió Clouthier en su columna Centinela? ¿Los que no se ajusten a ciertas reglas para impedir la descalificación y el insulto entre los participantes?
La intención de Noroeste de pintar ahora a un Manuel Clouthier Carrillo sereno, respetuoso, como todo un “político profesional” no encaja en su verdadera personalidad.
No es la primera ocasión en que se recurre a la conseja popular, para delinear el perfil de Clouthier: Padre tesonero, hijo marrullero, nieto tracalero. No es la primera ocasión, también, de que se plantea la pregunta ¿Cómo se arma una carrera política sostenida por el insulto y la traición? Simple: al grito de “todos son pendejos y corruptos menos yo”.
Manuel Clouthier Carrillo llegó a una diputación plurinominal arropado por el PAN como una concesión “al apellido”, que ya rueda incluso por los sótanos de Morena. Avaló y apadrinó su ascenso el entonces presidente panista Felipe Calderón Hinojosa. Es así ungido diputado del PAN en la LXI Legislatura Federal
Antes de cambiar los tiempos y los huéspedes de Los Pinos, Clouthier Carrillo insultó a su padrino Felipe Calderón porque no le regaló la candidatura al Senado de la República y después desertó del PAN, y en la coyuntura se acogió a la sombra de la figura de diputado “independiente”.
En la ruta del insulto y con el apoyo de una camarilla del PRI que cerró filas para impedir el arribo a la diputación federal de Ricardo Hernández Guerrero y lo que parecía su virtual candidatura a la alcaldía en el 2016, el hijo de El Maquío se convirtió en tribuno por el V Distrito de la LXIII Legislatura Federal en la que se distinguió por sus rurales gritos.
Para “abrirse paso” políticamente e infundir “respeto”, Clouthier descalifica a sus oponentes usando los siguientes adjetivos o apodos: pertenecen a la “mafia del poder” –frase que le plagió a López Obrador-; son unos pendejos, son unos tarugos; son caciques o neoliberales –el burro hablando de orejas-; son narcopolíticos, corruptos, ladrones, ratas. Son enemigos del pueblo. Su vocabulario es prolífico en insultos.
Manuel Clouthier se quedó con las ganas de descalificar a Héctor Melesio Cuén y anda con el alma que se lleva el diablo. Muy encolerizado. Enojado. La consigna que dictó en Noroeste es: “acaben con Cuén. No importa cómo, pero acábenlo”.