jueves, 6 de agosto de 2020

Gubernaturas por reforma energética

El mandatario de Tamaulipas pactó con gobierno de Peña Nieto ser el gobernador a cambio de su voto
El Mañana
Deja Peña Nieto a Tamaulipas cien mil empleos
Cabeza de Vaca y peña Nieto

CIUDAD DE MÉXICO.- “¡Son unos atascados!”, lanzó el priista David Penchyna entre sonoras carcajadas de los entonces senadores del PAN Salvador Vega Casillas, Javier Lozano Alarcón, Jorge Luis Lavalle Maury, Francisco García Cabeza de Vaca y Francisco Domínguez Servién.
Eran las noches de mediados de diciembre de 2013, en medio de un aparatoso cerco policiaco-militar en las calles aledañas a la sede del Senado de la República.
Por allá, lejos, las tímidas e inocuas protestas de miembros del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y de las organizaciones sociales de siempre, no distraían el festín de los senadores del PRI, PAN y PVEM por estar en la recta final del debate para la aprobación de la reforma constitucional en materia energética del presidente Enrique Peña Nieto.
Emilio Lozoya y Pedro Joaquín Coldwell, director general de Pemex y secretario de Energía, respectivamente, seguían el debate en el pleno de la Cámara de Senadores desde una oficina del recinto legislativo. La aprobación del ordenamiento, “joya de la corona” del Pacto por México, prácticamente ya estaba amarrada.
La mayoría calificada se cumplía con los votos de las bancadas del PRI, del PAN, del PVEM y del Panal. Pero los funcionarios tenían la encomienda directa del presidente de la República de “evitar sorpresas” de último momento. A casi ocho años de ese controvertido y desaseado proceso legislativo, un exsenador del Acción Nacional –quien ya no pertenece a ese instituto político y que en ese momento fue integrante de la Comisión de Puntos Constitucionales (y quien además pide el anonimato) relata que los “focos de alerta” del gobierno federal estaban en algunos senadores del PRI que “sabían lo que significaba la privatización de la industria petrolera”, pero sobre todo en los senadores del PAN que, “aunque eran los más convencidos de aprobar esa legislación, al final elevaron el costo de su voto y comenzaron a chantajear con el sentido de su sufragio si no se les concedían ciertas peticiones”.
A pesar de que el dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero Muñoz, ya había dado su palabra de que ese partido acompañaría la iniciativa de reforma constitucional en materia energética, emanada del Pacto por México, el exsenador comenta que todo se le salió de las manos al líder del PRI en el Senado, Emilio Gamboa Patrón; al presidente de la Comisión de Energía, David Penchyna; al director general de Pemex, Emilio Lozoya, y al secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, “cuando diez senadores de Acción Nacional le advierten a los priistas que no votarán a favor de la reforma energética si no se les cumplen algunas peticiones”.
“En ese momento ya no había recato de ninguna parte. Ahí se negociaron gubernaturas. Se trató de una especie de nuevas concertacesiones como las del sexenio de Carlos Salinas de Gortari en Guanajuato y Baja California. No le quedaba de otra al gobierno de Peña Nieto.
Los senadores que se rebelaron en esas horas críticas de la reforma energética, recuerda, fueron Carlos Mendoza Davis, Javier Lozano Alarcón, Mariana Gómez del Campo, Martín Orozco Sandoval, José Rosas Aispuro, Martha Elena García Gómez, Francisco Domínguez Servién, Francisco García Cabeza de Vaca, Fernando Yunes Márquez y Luisa María Calderón Hinojosa.
Así, Mendoza Davis salió con la gubernatura de Baja California en la bolsa. Lozano Alarcón con la promesa de la gubernatura de Puebla, a reserva de lo que determinara el mandatario local en aquel momento, Rafael Moreno Valle; y Mariana Gómez del Campo con la delegación Benito Juárez de la Ciudad de México para su ex pareja sentimental, Jorge Romero.
Además, Martín Orozco Sandoval con el gobierno de Aguascalientes. José Rosas Aispuro con el de Durango. Martha Elena García Gómez con la gubernatura de Nayarit para su hijo, Antonio Echevarría García, hoy mandatario de ese estado. Francisco Domínguez Servién con la gubernatura de Querétaro, y Francisco García Cabeza de Vaca con el gobierno de Tamaulipas. (Agencias)

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