Cristina saludó la elección del socialista Jeremy Corbyn como jefe de la oposición en el Reino Unido. La derecha política y mediática ya lanzó una feroz campaña para destruirlo.
Hay que reconocerlo, el hombre tiene principios. El nuevo líder del laborismo británico, Jeremy Corbyn, evitó ayer cantar God save the Queen (Dios salve a la Reina), durante una ceremonia oficial en la catedral londinense de San Pablo, con motivo del 75 aniversario de la Batalla de Inglaterra. El silencio resultó ensordecedor. Los conservadores, que ya han comenzado una campaña sucia para desacreditarlo, y miles de tiquismiquis pusieron el grito en el cielo.
La ceremonia de la tarde del martes contó con la asistencia de los principales dirigentes políticos del país, junto con los representantes de las Fuerzas Armadas y de las instituciones tradicionales del Reino Unido. Corbyn recibió invectivas a diestra y siniestra por negarse a cantar el Himno Nacional de la decrépita monarquía y miles de ciudadanos comunes lo defenestraron en las redes sociales. "Muy descortés e irrespetuoso" con la reina Isabel, fue el comentario pronunciado de Sir Nicholas Soames, diputado tory y nieto de Winston Churchill, destacaron las agencias de noticias.
COMO FRANCO
Pero lo más importante del día no ocurrió entre esos carcamanes sino en el Trades Union Congress, la conferencia de los sindicatos británicos reunidos en Brighton, donde volvió a mostrar los dientes el líder laborista de ideas más a la izquierda en décadas.
El discurso de Corbyn el rojo fue brillante. “Los conservadores no saben qué es la pobreza, las colas en los bancos de alimentos y la creciente crisis de la vivienda, tronó ante los gremialistas. Después comparó al primer ministro David Cameron con el dictador Francisco Franco por su intento de limitar el derecho de huelga. Y remató: “la austeridad es una opción política, no una necesidad económica".
Con semejantes ideas es natural que Cristina Fernández se haya entusiasmado con este socialista de 66 años, vegetariano, casado tres veces, ecologista y amigo de América latina. Vale destacar que desde su nombramiento el pasado sábado, hubo 30 mil nuevos afiliados al Partido Laborista.
La derecha inglesa tiembla, amigos. El premier Cameron, lanzó la primera andanada: “El Partido Laborista es ahora una amenaza a la seguridad nacional, a nuestra seguridad económica y a la seguridad de sus familias''. En las últimas horas, la prensa conservadora despellejó al hardliner. The Sun llamó a Corbyn “dinosaurio de izquierda” y The Mail on Sunday tituló: ‘Rojo y enterrado’, vaticinando -como otros diarios- la desaparición del laborismo.
También en Israel sonó la alarma. Sacaron a relucir las reuniones que en el pasado Corbyn mantuvo tanto con representantes de Hamas como de Hezbolá. ``El líder Labour: un socialista antiisraelí'', afirmó por ejemplo el diario Haaretz, mientras que otro medio de derecha, Yediot Ahronot, se mostró aún más alarmado: "Bandera roja en el Reino Unido", tituló.
Es verdad, las banderas rojas están reemplazando los trajes y las corbatas caras de los representantes del Nuevo Laborismo que Tony Blair impuso en el Reino Unido y que se caracterizó por un alineamiento sin fisuras con el Estados Unidos de George Bush y una política económica con diferencias mínimas a la de Cameron. Soplan nuevos aires en Europa, como ha demostrado la irrupción de Syriza en Grecia y de Podemos en España.
CARTA DE CRISTINA
Vale recordar que la Presidenta de la Argentina le envió el sábado una carta de felicitación a Corbyn. Consideró que con él “ha triunfado la esperanza'' y destacó la importancia de poner “la política al servicio de los pueblos y la economía al servicio del bienestar de todos los ciudadanos''.
“Este es también el triunfo de quienes abogamos por la Paz y la resolución pacífica de los conflictos. Usted es el gran amigo de América Latina y comparte solidariamente nuestra reivindicación de la igualdad y la soberanía política'', subrayó la misiva.
Además, aseveró que Corvina “se ha expresado claramente en el Parlamento británico a favor de la Argentina en nuestra lucha por los derechos humanos, contra los intereses usurarios de los fondos buitre y acompaña activamente el llamamiento de la comunidad internacional a favor del diálogo entre el Reino Unido y Argentina en la cuestión Malvinas''.
Además, aseveró que Corvina “se ha expresado claramente en el Parlamento británico a favor de la Argentina en nuestra lucha por los derechos humanos, contra los intereses usurarios de los fondos buitre y acompaña activamente el llamamiento de la comunidad internacional a favor del diálogo entre el Reino Unido y Argentina en la cuestión Malvinas''.
PERFIL
Corbyn es el legislador que menos gana en el Palamento británico (las dietas pueden reclamarse), donde integra varios grupos en defensa de los derechos humanos y de causas latinoamericanas. De hecho, la campaña contra el dictador chileno Augusto Pinochet lo unió en 1987 a su segunda esposa, la exiliada trasandina Claudia Brachitta, de quien se divorció en 1999 y con la que tiene tres hijos. Su primer casamiento fue con la inglesa Jane Chapman y este año reincidió en el matrimonio con la mexicana Laura Alvarez.
Nacido en Chippenham de padres pacifistas que se conocieron durante una reunión en Londres de apoyo al bando republicano en la guerra civil española, es el menor de 4 hermanos, uno de ellos un famoso meteorólogo local.
Nunca culminó sus estudios universitarios en la Politécnica del norte de Londres y, después de trabajar para varios sindicatos, en 1974 entró en política al ser elegido concejal en el barrio capitalino de Haringey, donde permaneció hasta su ascenso a la Cámara de los Comunes, a la que llegó en 1983 al obtener su escaño por el distrito londinense de Islington North, que continúa ocupando.
Es el diputado que más veces se rebeló contra la cúpula partidaria: desde 2001 ha votado en contra de esas directrices en más de 500 ocasiones, una de las más resonantes cuando rechazó la invasión a Irak en 2003. Su llegada a la presidencia del Partido Laborista el último fin de semana sorprendió a todo el mundo: una rebelión desde la bases hizo así que un legislador marginal de ideas claramente socialistas (aboga por la nacionalización de algunos servicios públicos, por ejemplo) se convirtiera en el nuevo jefe de la oposición británica. Nada menos.