MCALLEN, Texas (apro).- Familiares de estadunidenses asesinados por cárteles mexicanos denunciaron que entre 2006 y 2008 las sucursales HSBC en Sinaloa recibieron depósitos por aproximadamente mil 100 millones de dólares del crimen organizado que posteriormente se transfirieron a Estados Unidos.
La denuncia contra ese grupo financiero fue presentada en la corte del distrito Sur de Texas por parientes de Víctor Ávila y Jaime Zapata, agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés); Arthur y Lesley Redelfs, funcionarios del Consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, Chihuahua, y de Rafael Morales, Jaime Morales y Guadalupe Morales, asesinados después de haber sido secuestrados en una boda realizada en Juárez.
Esta es la primera ocasión que víctimas del crimen organizado centran sus demandas contra el financiamiento y cuentas bancarias de los capos que lavan dinero en el sistema financiero internacional.
La acusación precisa que el Grupo Financiero HSBC lavó en México y Estados Unidos millones de dólares que permitieron financiar las “actividades terroristas” de los cárteles de Juárez, Sinaloa y Los Zetas, en México, así como del cártel del Norte del Valle, en Colombia.
El texto presentado en la Corte del Distrito Sur división Brownsville, del que Proceso tiene copia, asegura que funcionarios de HCBC en México descubrieron en diciembre de 2007 “lo que calificaron como un esquema de lavado de dinero masivo con múltiples depósitos que sumaban alrededor de mil 100 millones de dólares en diversas sucursales del estado de Sinaloa”, en un periodo de dos años.
También descubrieron “que los administradores de HSBC y empleados en las ramas de Sinaloa ejecutaron el esquema de lavado de dinero en complicidad con personas asociadas con el cártel de Sinaloa, y a pesar de ese conocimiento las sucursales de HSBC México continuaron aceptando depósitos en dólares”.
Una vez que las cuentas de conocidos narcotraficantes o sospechosos fueron abiertas, los empleados de diversas sucursales de HSBC aceptaron grandes cantidades de dólares en efectivo y no se investigó el origen de los fondos depositados o la presentación de informes de actividades sospechosas, según las leyes y política del HSBC.
La demanda señala que Grupo HSBC permitió que eso sucediera porque fallaron los controles necesarios para aplicar las leyes antilavado.
Y destaca que el banco mantuvo malas prácticas desde su conformación al adquirir Banco Bital, ya que las sucursales operaban en gran parte como franquicias y los gerentes tenían una gran autonomía con un enfoque en el desarrollo de negocios, reforzada por un régimen de compensación de incentivos que recompensaba nuevas cuentas y no los controles de calidad.
El banco tenía más de mil 400 sucursales en todo México, muchos de ellas en las regiones fronterizas de alto riesgo y regiones bajo el control de los cárteles de la droga.
A esas sucursales se les permitía operar con poca o ninguna supervisión o control por parte de HSBC México o las oficinas corporativas de Grupo HSBC.
“HSBC ha admitido que como resultado de estas fallas simultáneas, por lo menos 881 millones de dólares producto del tráfico de drogas fueron lavados a través de HSBC México y HSBC Estados Unidos” desde el año de 2004, resalta la demanda.
Cliente distinguido
Una de las personas que hizo grandes depósitos en el banco fue el empresario mexicano de origen chino Zhenli Ye Gon, “a través de una red de empresas mexicanas que importaban ilegalmente a México al menos 600 kilogramos al día de pseudoefedrina ilícita para el cártel de Sinaloa.
Según la demanda, “Ye Gon y sus empresas eran clientes desde tiempo atrás de HSBC, y usaba al banco para lavar al menos decenas de millones de dólares de ganancias del tráfico de drogas ilícitas”.
Añade: “HSBC México tenía pleno conocimiento de las actividades de lavado de dinero de Ye Gon, pero no hizo nada” para detenerlo o para informar a las autoridades “como es requerido por ley”.
Las tres familias que se unieron para presentar la demanda en la corte de Texas perdieron a sus parientes en México en diversos momentos.
El Agente del ICE Jaime Zapata fue ultimado por un comando de Los Zetas en una carretera de San Luis Potosí, en febrero de 2011, en tanto que Los esposos Arthur y Lesley Redelfs, empleados del consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, fueron confundidos y asesinados el 13 de marzo de 2010 por órdenes del capo Arturo Gallegos Castrellón, ‘El Farmero’, jefe de sicarios de la Línea.
Rafael Jaime y Guadalupe Morales, también ciudadanos estadunidenses, fueron ejecutados después de haber sido secuestrados durante la celebración de una boda en Ciudad Juárez, Chihuahua, en mayo de año 2010.