Felipe Calderón y Margarita Zavala durante la emisión de su voto. Foto: Hugo Cruz |
MÉXICO, D.F. (apro).- La conquista de Josefina Vázquez Mota de la candidatura del Partido Acción Nacional (PAN) a la Presidencia de la República representa una derrota de Felipe Calderón, cuyo candidato político y familiar fue siempre Ernesto Cordero.
Con Cordero, el candidato confeso del continuismo, se volcaron las familias consanguíea y política de Calderón, como él mismo y su hermana Luisa María, candidata derrotada a la gubernatura de Michoacán, y Zavala, con su esposa Margarita y Juan Ignacio, su cuñado.
Pero, además, con la derrota de Cordero resultó derrotada otra familiar política de Calderón: Mariana Gómez del Campo, quien operó infructuosamente con la estructura que controla en el PAN capitalino.
El fracaso de Cordero hundió, también, a todo el equipo del fallecido Juan Camilo Mouriño, quien fue su prospecto presidencial desde que la facción felipista llegó a Los Pinos, pero además afectó a dos de sus principales colaboradores: César Nava, expresidente del PAN, y su exvocero Maximiano Cortázar.
Los abundantes recursos que utilizó Cordero, que rebasaron con mucho el tope de 10 millones de pesos que fijó el PAN para cada precandidato, no sirvieron para evitar el descalabro que trunca también las aspiraciones de varios gobernadores que respaldaron sin rubor al candidato del oficialismo, como Juan Manuel Oliva, Guillermo Padrés, José Guadalupe Osuna y Rafael Moreno Valle, de Guanajuato, Sonora, Baja California y Puebla.
En julio de 2010, cuando ya se perfilaba la candidatura de Cordero y fue enviado de la Presidencia de la República al PAN como vocero, cuando aún lo presidía Nava, Cortázar declaró:
“Para mí no existen imposibles. Hace 6 años la gente nos decía que sería imposible sacar adelante la candidatura y la elección presidencial del 2006. Hoy les digo sin titubeos, a cada uno de los panistas, lo mismo que les dijimos en aquel momento a todos los mexicanos: Vamos a ganar 2012 con el respaldo de la gente, la transparencia de nuestros actos y la fuerza de las ideas. En mí y, sobre todo en el PAN, no existen los imposibles.”
Con Cordero, el candidato confeso del continuismo, se volcaron las familias consanguíea y política de Calderón, como él mismo y su hermana Luisa María, candidata derrotada a la gubernatura de Michoacán, y Zavala, con su esposa Margarita y Juan Ignacio, su cuñado.
Pero, además, con la derrota de Cordero resultó derrotada otra familiar política de Calderón: Mariana Gómez del Campo, quien operó infructuosamente con la estructura que controla en el PAN capitalino.
El fracaso de Cordero hundió, también, a todo el equipo del fallecido Juan Camilo Mouriño, quien fue su prospecto presidencial desde que la facción felipista llegó a Los Pinos, pero además afectó a dos de sus principales colaboradores: César Nava, expresidente del PAN, y su exvocero Maximiano Cortázar.
Los abundantes recursos que utilizó Cordero, que rebasaron con mucho el tope de 10 millones de pesos que fijó el PAN para cada precandidato, no sirvieron para evitar el descalabro que trunca también las aspiraciones de varios gobernadores que respaldaron sin rubor al candidato del oficialismo, como Juan Manuel Oliva, Guillermo Padrés, José Guadalupe Osuna y Rafael Moreno Valle, de Guanajuato, Sonora, Baja California y Puebla.
En julio de 2010, cuando ya se perfilaba la candidatura de Cordero y fue enviado de la Presidencia de la República al PAN como vocero, cuando aún lo presidía Nava, Cortázar declaró:
“Para mí no existen imposibles. Hace 6 años la gente nos decía que sería imposible sacar adelante la candidatura y la elección presidencial del 2006. Hoy les digo sin titubeos, a cada uno de los panistas, lo mismo que les dijimos en aquel momento a todos los mexicanos: Vamos a ganar 2012 con el respaldo de la gente, la transparencia de nuestros actos y la fuerza de las ideas. En mí y, sobre todo en el PAN, no existen los imposibles.”