domingo, 1 de agosto de 2010

Huelgas de hambre


Manú Dornbierer

Satiricosas

Muchos están indignados porque no se murieron los trabajadores del SME que hicieron huelga de hambre y el diario Reforma porque Cayetano Cabrera conservó hasta el final la dignidad de pararse a orinar. Ya fuera del Zócalo, el electricista se puso como camote al dulce Ciro Gómez Leyva por haber dudado de la veracidad de su heroica protesta de más de 80 días para defender el trabajo de 44 mil familias de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro que el gobierno tostones para darle por una bicoca a Televisa y anexas extranjeras la fibra óptica que nos costó a los mexicanos 30 mil millones. Este argumento no le pareció tan bueno a GL y por ahí escribió “Es muy duro cuestionar a una persona dispuesta a dar su vida por una idea. Pero sería deshonesto dejar de subrayar en este trance que el SME está jugando una carta tramposa. No es Fariñas exigiendo a la dictadura cubana la libertad de los presos políticos. Es Cayetano advirtiéndole a la Corte y la Junta que se suicidará si no resuelven en el sentido que a él y los suyos conviene”.

En efecto Cayetano no es Fariña. El y los otros huelguistas del SME sí son auténticos trabajadores, sí luchan por 44 mil empleos. Sí luchan porque no se le robe a México 30 mil millones de fibra óptica. Sí son víctimas de la dictadura de Calderón y su secretario del Trabajo, Javier Lozano, al que el chino-mexicano Ye Gon sigue acusando en Nueva York de ser el dueño en nombre del PAN de los 250 millones (o más) de dólares en efectivo que como se recuerda, se encontraron en una casa de Las Lomas (DF). Decía Ye Gon que Lozano, verdugo, también de los mineros, le decía “coopela o cuello”.

El grupo cubano en huelga de hambre de Fariña en cambio está integrado por cuentistas mantenidos por los gringos, revela en el Sol de México Miguel Angel Ferrer: “Porque en la propia tierra o en la ajena, lo central es tener ingresos para pagar alimentos, vestido, vivienda, médico y medicinas y, aunque sea de vez en cuando, algo de esparcimiento. Pero para eso hay que trabajar. Trabajar de veras y no sólo simular que se trabaja. Este señor, don Julio César Gálvez, y sus compañeros de andanzas no trabajaban en Cuba. Sólo simulaban que trabajaban. Y este trabajo simulado consistía en decir de sí mismos que eran periodistas independientes. ¿Y de dónde, entonces, recibían los ingresos monetarios para pagar comida, energía eléctrica, teléfono, ropa y calzado, algunos tragos, cigarrillos, golosinas y algo de esparcimiento de vez en cuando? ¡Ah!, pues esos ingresos se los proveía la Oficina de Intereses de EU en La Habana. Ellos fingían ser periodistas opositores al régimen, y aquella Oficina les pagaba un sueldo. En dólares, desde luego. De modo que así, sin trabajar en una oficina, una fábrica, un taller, un mercado, una estación de gasolina o conduciendo una guagua, esos señores tenían ingresos en moneda dura para vivir y disfrutar los privilegios que permite el dinero contante, sonante y abundante. La excelente chamba de anticastristas los llevó a España en donde ya hay protestas por su descaro”. Ay, pero cómo quiso a Fariña, el moralista Gómez Leyva…

http://satiricosas.es.tl

Tardía “indignación” telecrática

Hipocresía de "a peso".
Ricardo Andrade Jardí

Denise Maerker, en un acto que podría calificarse de “valiente” y “honesto”, decidió poner, durante su programa Punto de Partida, en Televisa, la pantalla en negro, como forma de protesta por la inseguridad en la que viven los periodistas en México.

Sin embargo no hay porqué olvidar que Denise Maerker fue una de las periodistas que se prestó, como pocos, a la presunta manipulación de la información con relación a las denuncias del fraude electoral del 2006, que llevó, “haiga sido como haiga sido”, a la presidencia de la república al sujeto que hoy obliga incluso a Maerker a tener que suspender como “protesta”, ante el secuestro de periodistas de su equipo en Durango, la transmisión de su programa.
Un ejercicio que, si bien podría parecer un acto ético, es el resultado de la descomposición social de la que la empresa Televisa es una de las mayores responsables.

Televisa ha privilegiado --lo que tampoco debemos olvidar-- sus intereses por encima de los intereses de los mexicanos, sin importarle el increíble daño que sus inmorales privilegios le han costado al país.

Denise Maerker, quien fue capaz de afirmar que ella “no vio nunca prueba alguna de las múltiples prácticas fraudulentas del 2006”; mismas que se pueden observar en los cientos de horas de video, que se han subido al internet, como son los paquetes electorales abiertos o las boletas marcadas a favor del PAN que nunca entraron en las urnas, pues ni siquiera se tomaron la molestia de doblarlas, o las más de 75 mil casillas que presentaban votos de más o votos de menos, es decir, la “periodista”, que hoy intenta denunciar la situación de riesgo en la que viven los periodistas, es la misma que se prestó a calificar a AMLO de: “loco obsesionado por el poder” y la misma que se negó sistemáticamente a mostrar en sus espacios informativos siquiera el 0.1% de las múltiples imágenes de video y las fotografías, capturadas por ciudadanos, a los que no dejaba de calificar de “acarreados” durante los días posteriores a la elección presidencial del 2006.

Es decir, la periodista se prestó a ser parte del instrumento que ayudó a polarizar a la ciudadanía después del fraude electoral, donde el “demócrata” Fecal y su partido se negaran a recontar los votos, pese a las inconsistencias del proceso electoral, aunque hoy exijan, en otros lugares, con mucho menos evidencia del fraude, lo que no quiere decir que no exista, el recuento de los votos, que antes se negaron a aceptar, lo que sólo habla de que no se saben ganadores, pero ese es por ahora otro asunto.

El país se cae a cachos y lo que urge es la denuncia a gritos y las acciones concretas que acompañen esas denuncias; no basta con que los seudointelectuales de la telecracia suspendan la transmisión de sus programas como “protesta”. Lo que de nada sirve si no hacen la crítica completa.

Hay muchas formas del crimen organizado y la amañada desaparición de Luz y Fuerza del Centro, para otorgar la fibra óptica del pueblo de México a la empresa Televisa, es una de esas formas, que no se incluye convenientemente en el “silencio” con el que “protesta” Denise Maerker. O en la evasión de impuestos millonaria que hace la empresa para la que trabaja la periodista, y la que, al igual que las múltiples pruebas del fraude electoral del 2006, la periodista parece “desconocer”. ¿Por qué esperar que un grupo criminal se comporte de otra manera, cuando la empresa Televisa goza de una cantidad de privilegios que se cubren en el manto de la IMPUNIDAD en la que se cubre por igual el crimen organizado? ¿Cómo exigir a los grupos criminales, los que por otro lado son posibles únicamente ante la corrupción del sistema que favorece de la misma forma a Televisa que a “El Chapo” Guzmán, un comportamiento distinto al de Televisa?

La exigencia es otra y por supuesto que pasa por la denuncia al riesgo que supone ser periodista en México. Periodistas que lo mismo son asesinados por el narcotráfico (producto de la descomposición del sistema) que por los grupos paramilitares solapados por el Estado (y que son también producto de la misma descomposición del sistema) o expulsados de sus espacios informativos porque dan voz a la disidencia, que pone en evidencia que no hay gran diferencia entre ser narco, banquero o empresario (de televisión, por ejemplo), porque todos ellos son “oficios” de una misma política económica.

La exigencia es también otra, es la de la urgente democratización de los medios de comunicación, la del derecho de réplica que tenemos los ciudadanos cada vez que somos calificados de “acarreados” por seudo periodistas que son tan culpables de la violencia que hoy nos desgobierna, como quienes secuestran periodistas (policía federal o narcotráfico); el asunto es que toda práctica carente de ética termina por revertirse. La “indignación” de Televisa, con la acción de Denise Maerker, llega tarde, pues los niños del ABC o las periodistas de radio comunitaria asesinadas en Oaxaca, o el despido ilegal de más de 40 mil trabajadores de Luz y Fuerza, merecen igual indignación, sólo que esa indignación no conviene a los interés del medio para el que se emplea Maerker. ¡Ni hablar! ahí la indignación brilla por su ausencia...

Tarde, demasiado tarde, son las reacciones del grupito telecrático que hoy se presentan como “indignados”, por una lamentable situación nacional de la que ellos, Denise Maerker incluida, son profundamente responsables. Ojalá su reacciones se sumen a las miles de voces que exigen la inmediata renuncia del usurpador, que ellos, los de Televisa, ayudaron a entronar con todas las terribles consecuencias que al país le ha traído tan estúpida apuesta.

Denuncian habitantes de San Juan Copala agresión policiaca

Entra la PEF a la comunidad a “indagar la muerte de Anastasio”


Octavio Vélez Ascencio
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 1º de agosto de 2010, p. 12
Oaxaca, Oax., 31 de julio. Militantes de la organización Voces Oaxaqueñas Construyendo Autonomía y Libertad (VOCAL) protestaron por el ingreso de la Policía Estatal Preventiva (PEP) a San Juan Copala para investigar el asesinato de Anastasio Juárez Hernández, quien fue nombrado agente municipal por la priísta Unión de Bienestar Social de la Región Triqui.

Ramiro Martínez, integrante de VOCAL, la cual está asociada a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, dijo que los policías entraron el viernes a la población disparando al aire y golpeando a los habitantes; luego ocuparon violentamente las oficinas donde despachan los integrantes del municipio autónomo.

El asesinato de Juárez Hernández, dijo, “fue montado por el gobierno estatal” en San Juan Copala porque aparentemente sucedió en Santiago Juxtlahuaca, durante una riña con taxistas de la Confederación Nacional Campesina.

Los pobladores tienen pruebas, y las mostrarán en su momento, “de que el cuerpo (de Juárez Hernández) fue sembrado en su casa de San Juan Copala”. Pidió a las autoridades estatales y federales, así como a las organizaciones sociales, que los apoyen en su lucha.
Eliel González Luna, coordinador de la Comisión Magisterial de Derechos Humanos de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, destacó que el ingreso de la PEP tiene la intención de desaparecer el autogobierno de San Juan Copala “para dar ejemplo de que no es camino el gobernarse por sí mismos”.

El Centro Regional de Derechos Humanos Bartolomé Carrasco lamentó el asesinato de Juárez Hernández pero reprobó que la PEP haya incursionado en la comunidad para reprimir a aquellos habitantes identificados con el municipio autónomo.

“Anteriormente no escucharon ni actuaron frente a las demandas de los habitantes del municipio autónomo (quienes) pedían alimentos, reinstalación de servicios básicos y atención médica, bajo el argumento de que no tenían capacidad para entrar a la zona y que no iban a arriesgar a su gente”.

Incluso, subrayó, no actuaron cuando organismos de derechos humanos nacionales e internacionales solicitaban su intervención en el caso.

La organización dijo que es correcto investigar este asesinato, “pero también es justo indagar todas las muertes y que se castigue a los responsables”..

Crónica de un triunfo (precoz) anunciado

El Despertar


José Agustín Ortiz Pinchetti
Supimos con mucha anticipación que la asamblea del 25 de julio sería un éxito. La lista de camiones empezó a subir en forma exponencial. Era evidente que la gente refrendaba su voluntad de participar. En Puebla, un estado muy conservador con 81 años de control priísta (que ha elegido a un gobernador priísta, aunque se pinte de otro color), las demandas se duplicaron hasta llegar a más de 220, lo que rebasó nuestra capacidad de respuesta. Lo mismo empezó a pasar en el resto de la República.

El día de la convención, nubes de tormenta nos amenazaban, había llovido desde la madrugada. Pero no llovió una gota; Tláloc respetó a la democracia. Lo acostumbrado: el entusiasmo. Lo novedoso: el número y la organización. Los cálculos de 150 mil se rebasaron claramente; además se notaba un cambio, la gente acudía organizada. Estaban representados gran parte de los 11 mil comités que se han formado en toda la República.

Los voceros de los 32 estados dieron sus microinformes. Un mosaico de participación colectiva insólita. Algunos echaron “rollos”, pero la mayoría dio un informe veraz y compacto de lo que ha evolucionado el movimiento en su estado. Los discursos que siguieron fueron recibidos con impaciencia por la multitud. Los tres, el de Enrique González Pedrero, de Elena Poniatowska y el de Armando Bartra, fueron espléndidos. Elena recreó los vínculos entre la cultura de la política con la sensibilidad de una escritora eminente. El de Bartra nos impresionó por su capacidad de síntesis. González Pedrero, en unas cuantas líneas, integró la tradición de lucha por una nación mejor con la propuesta fundamental: organizarse.
El mensaje de Andrés Manuel fue precedido por su declaración de que el movimiento y él iban por la Presidencia de la República. Sacudió eléctricamente a la multitud y tuvo un periodo final luminoso. No sólo se refirió a la recuperación de los valores éticos, ante gente que padece hambre y sed de decencia, una voluntad para impedir que México siga corrompiéndose y degradándose.

El alma de su discurso teñida de espiritualismo cristiano pudo parecer desconcertante para políticos convencionales de la izquierda, pero resonó claramente en la conciencia de todos.

jaorpin@hotmail.com

Justicia Social. Hernández.

Plan B. La mordaza mexicana


Por Lydia Cacho

29 julio 2010
Sin previo aviso, el Diario Oficial de la Federación publicó que sólo el INEGI podrá hacer las encuestas nacionales y reportar los índices criminológicos en México. No es que el INEGI no haga un buen trabajo, es que no tiene los recursos, la capacidad ni la especialización criminológica y victimológica. Además, sabemos que el monopolio estadístico gubernamental resulta peligroso para la democracia.

El Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, A.C, (ICESI) ha sido quien levanta las encuestas sobre violencia que desde el año 2002, gracias a él, hemos logrado entender cómo se vive la inseguridad en México. Gracias al ICESI sabemos que solamente uno de cada ocho delitos son denunciados; nos ha aportado estudios confiables sobre el impacto delictivo, de la presencia de casinos en el país, y sobre los índices de secuestro.

Esta asociación civil sin fines de lucro ha logrado esclarecer, a través de encuestas ciudadanas profesionales, con rigor científico y estudios comparativos, la notable diferencia entre el número de averiguaciones previas, denuncias interpuestas, investigaciones abiertas y sentencias. Su termómetro del delito permite tomar medidas preventivas a las familias y las comunidades enteras. Su trabajo ha sido tan importante que, tanto a los medios como a la sociedad en general, nos ha permitido comprender cabalmente que sin estudiar la criminalidad y documentarla con honestidad y transparencia, resulta imposible diseñar políticas públicas para prevenir, evitar y sancionar el delito.

El Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad ha diseñado y llevado a cabo las Encuestas Nacionales Sobre Inseguridad que revelan cuáles son los municipios más seguros e inseguros del país, qué medidas anticrimen funcionan y cuáles fallan. Diseñó, capacitación y evaluación policiaca a partir de la realidad y no de los intereses internos. Su trabajo tiene gran impacto en las organizaciones de la Sociedad Civil, desde las que atienden a infantes de la calle, hasta quienes rescatan mujeres víctimas de violencia.

Con este decreto los gobernadores y el Presidente silencian al ICESI, le cierran la puerta en las narices y le arrebatan el poder de incidir en las políticas públicas. Parece otra estrategia para arrebatarnos el derecho a conocer la realidad delictiva de México por una vía independiente, segura y confiable, libre de intereses políticos, partidistas o gubernamentales. Los gobernadores que añoran la vieja farsa del no pasa nada están felices de poder maquillar su camino al 2012 sin el estorbo del ICESI. Ya hemos visto estrategias políticas para debilitar los movimientos ciudadanos que buscan cambios estructurales en este país vapuleado por la violencia, la mentira y la corrupción. El trabajo del ICESI, entre otros, ha aportado herramientas para diseñar y establecer las mejores prácticas contra el delito y la violencia. El Estado, al eliminarlo como interlocutor válido, demuestra que quiere controlar la información y, con ella, el poder ciudadano para construir una democracia pacífica. Estas prácticas solamente ayudan a los delincuentes y a las oligarquías que quieren mantener al país en la inaceptable simulación de antaño. Porque las cifras alegres, como hemos visto en México, son cifras mortales.

La Mafia del Poder: los negociantes

Columna Asimetrías.
Por Fausto Fernández Ponte



29 julio 2010
ffponte@gmail.com
“El tiempo del México de hoy requiere incontables ajustes”.

Arnoldo Kraus.

I

De los 30 miembros de la Mafia del Poder, descrita por Andrés Manuel López Obrador en su libro ”La mafia que se adueñó de México… y el 2012”, sólo 16 son meganegociantes o macroempresarios u hombres de la iniciativa privada.

A esos 16 se les suma uno que posee la doble peculiaridad de ser a la vez un meganegociante --célebre por su inescrupulosidad— y un político celebrado por no pocos por su vocación por la impudicia para adherir México a Estados Unidos.

Éste personaje es Carlos Salinas de Gortari, quien fue Presidente de México de 1988 a 1994, investidura que alcanzó mediante un golpe de Estado en el cual fue cómplice un nuevo paladín de la izquierda mexicana, Manuel Bartlett Díaz.

Don Carlos, por supuesto, es el gran santón no sólo de esos 16 meganegociantes miembros de la Mafia del Poder, sino también de las otras vertientes de dicha Mafia, las de los políticos –que son 11— y de los tecnócratas (que son tres).

Como gran santón –tal vez sumo pontífice--, el señor Salinas ejerce una enorme influencia, tan extendida que en ciertos cenáculos del poder real, el del dinero, en México y Estados Unidos se le considera un “jefe máximo”. Ejerce, así, un maximato.

II

Su maximato económico-político trasciende transversalmente los ámbitos partidistas –PRI, PAN, PRD, etc.--, pues éstas organizaciones son, para los efectos prácticos de sus intereses propios y coaligados, solamente instrumentos de presión y control.

La investidura de gran santón la debe el señor Salinas a que durante su presidencialado dispensó, no sin largueza, los gajes de la venta de empresas del Estado a particulares, algunos de los cuales ya eran muy ricos hipernegociantes de nota.

Menciónese que en esa relación de 16 negociantes de la Mafia del Poder, el autor del libro aquí citado, el señor López Obrador, excluyó a María Asunción Arámburuzavala –la mujer más rica de México-- y Ernesto Zedillo, notorio vendepatrias confirmado.

La lista la encabeza, como bien podría suponerlo el caro leyente, Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, pues su fortuna, según cálculos de Forbes, es de unos 53 mil millones de dólares. Él ya era muy rico cuando el señor Salinas le regaló Telmex.

Al señor Slim la suspicacia popular lo sitúa, presuntamente, como prestanombre de su tocayo, el exPresidente Salinas, por lo que piénsase que, en realidad, el hombre más rico del mundo es éste y no aquél. Compró incluso acciones de The New York Times.

III

Después del señor Slim (o el exPresidente Salinas, si usted lo prefiere) don Andrés Manuel incluye a Emilio Azcárraga Jean, el socio mayoritario de Televisa y una miríada de empresas alimentadoras y conexas más. Le sigue Roberto Hernández.

Del señor Hernández se puede decir que vendió el Banco Nacional de México a Citicorp en unos 12 mil millones de dólares, transacción la cual no causó impuestos. Un tercio de Banamex es propiedad del gobierno de EU, lo que viola leyes mexicanas.

Siguen Ricardo Salinas, Pliego (de TV Azteca, Elektra y otras), Alberto Bailleres –a quien el señor Salinas regaló la mina más grande del mundo, entre otras tres empresas paraestatales--, Germán Larrea Mota Velasco, dueño de Pasta de Conchos y Cananea.

A la lista se suman Gastón Azcárraga, Lorenzo Servitje (de Bimbo) Jerónimo >Arango, Roberto González (el de Banorte), Claudio X. González, Alfredo Harp Helú, Lorenzo Zambrano, Carlos Peralta, Dionisio Garza Medina y José Antonio Fernández.

El señor Servitje es otro gurú –líder espiritual-- de los meganegociantes de la Mafia del Poder y quien hace un par de años, descontento por la inepcia de Felipe Calderón, dijo que el sexenio de éste ya había cesado. “Corrió”, pues, de su puesto a don Felipe.

¡Hay que revivir el espíritu de Voltaire!

Voltaire

Edgar González Ruiz

Voltaire (1694-1778) es el principal símbolo de la lucha contra el fanatismo y la intolerancia clerical.
Ese es su legado histórico, expresado en sus obras literarias.
Su lucha contra la censura y la superstición sigue vigente.

El hombre y su lucha
Hijo de un notario, François Marie Arouet, Voltaire, tuvo una vocación precoz por las letras.
A los doce años escribió su primera tragedia, y cuando su padre le preguntó qué profesión quería seguir, le respondió con gran seguridad: “No quiero ninguna que no sea la de las Letras”
Estudió con los jesuitas, de quienes con el tiempo fue uno de los mayores críticos.
Sus aventuras amorosas, sus críticas al clero y su irreverencia hacia personajes poderosos le costaron persecuciones, golpizas y encarcelamientos a lo largo de su vida.
Luego de una de sus estancias en la prisión de La Bastilla, pasó una temporada en Inglaterra, de donde regresó a París en 1729.
Tradujo los Viajes de Gulliver, de Johnatan Swift, de quien se hizo amigo.
También escribió las Cartas filosóficas (1734) basadas en su experiencia en ese país.
En ellas exponía las doctrinas de diferentes iglesias cristianas-cuáqueros, anglicanos, presbiterianos y otras- en una época en que la Iglesia Católica no aceptaba la libertad de cultos.
El libro fue condenado por el Parlamento a ser quemado “como obra escandalosa, contraria a la religión, a las buenas costumbres y a los respetos debidos a los poderes reinantes”.
Antes, se había enfrentado al clero que le negó la sepultura a Adriana Lecouvrier, una gran actriz a quien Voltaire admiraba, pues en ese tiempo la Iglesia no permitía sepultar a los actores, por considerar “inmoral” esa profesión.
Voltaire escribió unas Memorias, que abarcan más de dos décadas de su vida: de 1733 a 1760, y que se conocieron años después de su muerte.
En ellas se refiere a dos de los principales personajes de su vida: la señora de Chatelet, quien fue su amante y compañera intelectual durante muchos años, así como Federico de Prusia, su amigo y protector, con quien mantuvo una relación de amor-odio.
Compartía con ella el estudio de las teorías de Newton.
Al mismo tiempo, él avanzaba en la composición de sus obras históricas, de las que a lo largo de su vida escribió, entre otras: Ensayo sobre las Costumbres y el Espíritu de las Naciones, monumental compendio de la historia universal, Vida de Carlos XII de Suecia y El siglo de Luis XIV.
Buena amiga de Voltaire fue Madame de Pompadour, amante de Luis XV, a cuya intercesión él atribuye muchos privilegios.
En sus Memorias escribió que “Eso me valió recompensas que nunca llegaron a lograr mis obras ni mis servicios. Fui nombrado historiógrafo de Francia; y el rey me ofreció un caro de gentilhombre ordinario de su cámara. Concluí que, para hacer la más pequeña fortuna, más valía decir cuatro palabras a la amante del rey que escribir cien volúmenes”.
Voltaire sabía muy bien que los reyes y sus cortes suelen apreciar el poder y la belleza mucho más que las letras y la sabiduría.
Corría el año de 1746.
Su musa, madame Chatelet, murió en 1749, y él decidió aceptar una invitación de Federico II de Prusia para trasladarse a su corte.
El monarca le había escrito desde 1738, dos años antes de que subiera al trono.
Voltaire fue recibido majestuosamente en Prusia, pero con el tiempo su relación con el rey se agrió.
Tuvo rencillas con otros intelectuales de la corte y la pareció ingrata la tarea de estar corrigiendo todos los escritos reales.
Se retiró de Prusia en 1753, pero al hacerlo fue detenido, bajo el cargo de mantener en su poder poesías de Federico que este último consideraba de inmenso valor.
Finalmente, logró regresar a Francia, y con los años se reconcilió con su poderoso amigo.
El tomo IX de las Obras de Federico II contiene su correspondencia con Voltaire, del 21 de julio de 1738 al 12 de agosto de 1760.
El tomo VII incluye las poesías que el rey tanto atesoraba, de su propia autoría, y varias de ellas dedicadas a Voltaire, donde llega decir que “este gran hombre vale por sí lo que toda una academia”, y que “de Francia él solo ha hecho la gloria”.
Históricos elogios del monarca al poeta.
En 1755 en Francia una de mejores obras literarias de Voltaire y que le causaría nuevos problemas con el clero.
Se trataba de La Doncella, irreverente y divertida biografía novelada de Juana de Arco.
En 1759, cuando rondaba los 65 años escribió Cándido, su cuento más famoso, dedicado a criticar el optimismo derivado de la filosofía de Leibniz.
En el mismo escrito, su obra más leída actualmente, hacía sátira de los abusos del poder temporal y clerical; por ejemplo, del Santo Oficio y de los aguerridos jesuitas del Paraguay.

La tolerancia
En el siglo XVIII, se entendía la tolerancia religiosa como libertad de cultos.
Es decir, el derecho a practicar cualquier religión.
A ello se oponía el clero total y radicalmente.
Por el contrario, Voltaire hacía notar que “la tolerancia jamás produjo guerras civiles, la intolerancia ha convertido la tierra en una carnicería”.
Al final de su vida, además de escribir varios cuentos, todos ellos de tema filosófico, se dedicó a luchar contra el fanatismo con obras como el Diccionario Filosófico y el Tratado sobre la Tolerancia.
Ya gozaba de un gran prestigio en su país, donde intervino en el debate de casos judiciales como el de Etallondes y Barre.
En Abbeville, una pequeña ciudad francesa, se les había condenado por haber cometido “graves ultrajes contra la religión”, como el de no descubrirse la cabeza ante una procesión, romper un crucifijo, cantar canciones “licenciosas” y hablar mal de Santa María Magdalena.
Denunciados por el Obispo, los jueces del lugar condenaron a Etallondes, de 18 años de edad, a que le cortaran la lengua y la mano derecha, lo cual debía hacerse ante la puerta principal de la iglesia, para luego ser atado y quemado a fuego lento.
Tuvo la fortuna de huir, pero su amigo, Barre, si fue decapitado, el 28 de febrero de 1766, luego de haber apelado inútilmente a los tribunales de la capital.
En 1778 se aclamó en París a Voltaire, quien murió el 30 de mayo a los 84 años.

La herencia de Voltaire
Durante toda su vida, Voltaire defendió en sus escritos la libertad de pensamiento.
Fue un implacable crítico del fanatismo y precursor de la lucha por el estado laico.
Esa es su gran herencia histórica.
Simpatizantes del clero, por convicción o por conveniencia, han tratado de desvirtuarla.
Por ejemplo, alegan que en los últimos momentos de su vida pidió un confesor.
Eso no importa; el valor de su vida radica en la lucidez que siempre mostró, no en un pretendido instante final de flaqueza.
Otros critican aspectos de su vida personal que tampoco tienen nada que ver con su legado: su gusto por los negocios o su cercanía con el poder, por ejemplo.
Voltaire era una persona como cualquier otra, y como tal no era ajeno a la miseria humana, pero sí es incuestionable como símbolo de la lucha contra el poder del clero.
En ese sentido, se asemeja a Benito Juárez, cuya labor fue totalmente política no literaria, pero que como Voltaire, tuvo la claridad, el valor y la tenacidad para emprender esa lucha.
Hay quienes, tendenciosamente, sugieren que las ideas de Voltaire son “anticuadas”, o que enarboló un radicalismo ingenuo, propio del siglo XVIII.
Nada más lejos de la verdad.
En países de América Latina, el clero sigue ejerciendo una tiranía despiadada, en alianza con el poder económico y militar.
Si la Inquisición ya no quema a los herejes ni mutila a los blasfemos, para regocijo del clero se sigue encarcelando a las mujeres que deciden abortar, se niegan los derechos de las minorías sexuales, y en países como Chile el divorcio estuvo prohibido hasta hace unos años.
Hace falta revivir el espíritu de Voltaire.

Ciro, Denise y otros escándalos


Ojo por ojo
Álvaro Cueva
2010-08-01•Acentos
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Qué sola está la prensa en este país. Te insultan, te secuestran, te matan y no pasa nada.

Al contrario, a muchas personas les da gusto, tus mismos compañeros lo festejan. Esto es un asco.

Y sí, sí es diferente a lo que pasa cuando insultan, secuestran o matan a un indígena, a una profesionista o a un empresario.

A lo mejor muchos de mis colegas, por lo mismo que están muy metidos en sus 14 mil trabajos, no se han dado cuenta, pero la gente odia a los medios con la misma fuerza con la que odia a los políticos.

Hay una distancia enorme entre el pueblo y la prensa, grupos que jamás terminan de sentirse satisfechos con lo que están recibiendo, que acusan a los periodistas de vendidos, de espurios, de traidores.

Sí, toda persona pública tiene su grupo de amigos y su club de admiradores, y a veces uno, de tanto oírlos, se confunde, pero en este negocio todos estamos solos, indefensos, encuerados.

¿A qué viene al caso esto que le estoy comentando? A la cadena de escándalos mediáticos que usted y yo hemos estados presenciando en los últimos días, que incluye:

Ataques a José Cárdenas por darle seguimiento al caso Fernández de Cevallos, insultos a Ciro Gómez Leyva por hacer lo que le corresponde en relación con el Sindicato Mexicano de Electricistas, y el secuestro de varios compañeros.

Además de la decisión de dejar la pantalla en negro durante la transmisión de Punto de partida con Denise Maerker, el atentado a las instalaciones de Televisa Nuevo Laredo y la reacción del titular de MILENIO Noticias, que optó por cederle la conducción a otra persona, la noche del jueves pasado.

A esto hay que sumarle, por supuesto, lo que sucedió ayer (incluyendo la parte escenográfica), más una larga lista de discusiones sobre los medios, el estado, su papel, la libertad de expresión, la unidad, el centralismo, los acuerdos y los códigos de ética.

La prensa, una vez más, se ha convertido en la nota en México.

¿Hicieron bien o mal los medios en actuar como actuaron?

Cada periodista, en la medida en que su casa editorial se lo permita, tiene la libertad de reaccionar como se le dé la gana ante una nota o una agresión y uno, como espectador, sabe si lo compra o no.

Y esto incluye lo mismo a las megaestrellas de los noticiarios de la noche que a los charlatanes de la prensa del corazón.

El problema aquí es que venimos de muchos escándalos, de demasiados silencios y de decenas de ataques a periodistas que jamás generaron lo que se generó en la última semana.

¿Qué tuvo éste de especial que no tuvieron los fenómenos anteriores? ¡Qué!

Haya sido lo que haya sido a mí, más que el debate sobre los medios, el estado y las reacciones del gremio, lo que me tiene francamente preocupado es la reacción del público.

La gente común y corriente ni se inmutó, por ejemplo, ante la noticia de los periodistas secuestrados.

Para ellos, esos señores eran unos nombres más para la lista de víctimas del crimen organizado, unos números más para la colección.

En el caso de Punto de partida y MILENIO Noticias, me tocó oír y leer las cosas más aberrantes que usted se pueda imaginar, desde que todo era actuado hasta exclamaciones de júbilo. ¡De júbilo!

¿A alguien le puede dar gusto una manifestación de dolor? ¿Alguien se puede sentir feliz con un secuestro, con una amenaza, con un atentado?

Esto pega más que los insultos, esto duele más que los golpes, esto marca más que cuando varios tipos te encañonan para encerrarte por hacer tu trabajo.

Estamos solos, bien solos, y sobre esto tenemos que reflexionar porque el periodismo no se hace para uno mismo, se hace para los demás.

Si el crimen organizado quiere medios para comunicarse, tarde o temprano los va a tener. Si no son las mantas, será la internet, si no son los narcocorridos, serán las estaciones clandestinas. Ésa es otra historia. Su historia.

En lo que se tiene que trabajar ahora es en la reconciliación de la prensa con el pueblo de México, en estrechar vínculos para que cuando se vuelvan a dar estos problemas, las reacciones sean diferentes.

Para que cuando se realice el ejercicio periodístico, el auditorio reciba la información como la tiene que recibir porque, después de haber visto todo lo que vi, tengo mis dudas.

Siento que la prensa está por un lado y la gente, por otro. ¿Usted no?

¡Atrévase a opinar!

alvarocueva@milenio.com