Edgar González Ruiz
El supuesto secuestro de Diego Fernández de Cevallos, que a partir del 15 de mayo ha ocupado los titulares de los medios oficialistas, viene a sumarse a otros episodios que el gobierno espurio encabezado ´por Calderón, ha usado para tratar de ganarse el apoyo de la sociedad, usando para ello estrategias de manipulación mediática.
Tan solo a partir del 2008, esos episodios incluyen, entre otros: la sospechosa muerte de Mouriño, en un supuesto accidente aéreo; la de Carlos Abascal, ésta última por razones naturales, por enfermedad; los bombazos contra el pueblo de Morelia, el 15 de septiembre de 2008; la pretendida epidemia de influenza, de la cual Fecal ha querido presentarse como "salvador", no sólo del país, sino del mundo entero, y este último, del supuesto secuestro de Cevallos.
Como en otros de los casos mencionados, por el momento no es fácil saber qué ha ocurrido realmente, pero sí se pueden afirmar varias cosas con toda seguridad, pues las estamos viendo.
Una de ellas es que el supuesto secuestro es usado por la derecha en el poder y por sus aliados, como la jerarquía católica y el coro formado por los medios oficialistas, para victimizar a idealizar a los derechistas y para apoyar la política de militarización del país, alegando la pretendida "inseguridad generalizada" en el país.
No es sorprendente que esos sectores usen el hecho para expresar su apoyo a Fecal, a cevallos y al PAN, y que se refierean a Cevallos como al "jefe Diego", además de que proclamen la supuesta necesidad de que el gobierno endurezca más aún la represión contra los movimientos sociales, contra los sindicatos y las escuelas, apelando a consignas absurdas como la de que "ya nadie puede sentirse seguro en México, pues hasta a Cevallos lo pueden secuestrar".
Lo lamentable es que esas consignas se ven ahora no solamente en medios abiertamente oficialistas, sino hasta en otros, incluso en la Web, que en 2006 fueron muy combativos. Realmente es preocupante que la derecha pueda ganar espacios en la Internet, como trata de hacer, aprovechando episodios mediáticos como el de Cevallos.
De hecho, cuando murió Abascal, algunos comentaristas supuestamente independientes del gobierbo,cayeron en la actitud, quizás más convenenciera que estúpida, de rasgarse las vestiduras y de difundir que Carlso Abascal fue "honesto" y congruente", lo cual creo yo, no es verdad, y si bien esos adjetivos se le pudieron aplicar a su padre, Salvador Abascal, Carlos no hizo gala de ellos.
La verdad es que si a Cevallos lo secuestraron, lo cual no se sabe aún con certeza, seguramente no fue otro "crimen organizado" sino el que opera desde las altas esferas del poder, pues sólo desde ese ámbito alguien pudo haber atentado contra el influyente y acaudlado político panista, quien ante el resto de la sociedad goza de total impunidad.
Otro punto es que Cevallos, contrariamente a las líneas de algunos medios, que quieren hacerlo ahora un prócér, nunca ha sido una víctima y menos un patriota, sino por el contrario, un enemigo del pueblo que proviene de los sectores más reaccionarios del país, y que siempre ha actuado con prepotencia, al abrigo del poder.
Además de que muchas veces se ha criticado su falta de escrúpulos como político y como abogado, cabe recordar que Cevallos fue uno de los aliados de Salinas, que le ayudaron a legitimar su gobierno luego del fraude electoral de 1988.
Cevallos, que en esa época recibió el mote de "la ardilla", porque siempre estaba en los Pinos, intrigando con el criminal Carlos Salinas, el gran amigo del PAN, hizo su carrera política al amparo de ese expresidente.
En esa época, Cevallos se manifestó abiertamente como enemigo del estado laico, evidenciando al mismo tiempo su naturaleza hipócrita, pues a la vez que como buen santurrón solía presentarse en actos públicos con la frente ridículamente marcada con la ceniza que le imponían en el templo, y hacía alarde de su rechazo al matrimonio civil, años después, se las daría de seductor, abandonando a su compañera por una mujer mucho más joven.
Esa es la religiosidad de los panistas, a quienes tanto bendice el clero.
Aunque nunca es bueno alegrarse de los problemas ajenos, lo cierto es que la solidaridad del pueblo no debe estar con sus enemigos, como Cevallos, sino con quienes están sufriendo las persecuciuones del régimen: desde los electricistas y otros trabajadores, hasta las mujeres que en muchas entidades son encarceladas por abortar, o alos periodistas de medios críticos que son perseguidos por el gobierno. por .
Las estrategias mediáticas oficialistas suelen ser obvias y están dirigidas a un público embrutecido por la costumbre de pasar muchas horas frente a la televisión, o por escuchar demasiada proganda fecal en los programas de radio.
En este caso, del supuesto secuestro de Cevallos, llama la atención que el asunto surja apenas a unos días de que la derecha pudo constatar la reacción popular, incluso internacional, de solidaridad motivada por el ataque contra activistas y contra periodistas de la revista Contralínea en Oaxaca.
Al parecer, la derecha quiere hacer que Cevallos juegue el papel de héroe, como si él perteneciera al pueblo, o como si tuviera alguna autoridad moral, y no formara parte, por el contrario, del poder que ha estado expoliando y masacrando a la población.
Es de notarse, también, que las tácticas sanguinarias de gobernar tratando de manejar y atemorizar a la población mediante asesiantos, secuestros y bombazos, son precisamente las que ejerció en su sexenio Salinas, y que desembocaron en el asesinato de Colosio y de Ruiz Massieu. Los panistas están siguiendo los pasos de su maestro.