DESFILADERITO
Rápidos, rápidos, lo que se llama rápidos de reflejos no son los miembros del primer círculo de Enrique Peña Nieto, pues solamente se tardaron cinco días (5) en descubrir que la cuenta bancaria de Scotiabak, a través de la cual movieron 8 mil 681 millones de pesos entre febrero y junio de este año y que está a nombre de Luis Videgaray, en realidad la maneja “desde 2009” el actual secretario de Finanzas del estado de México, Raúl Murrieta Cummins.
¿Por qué no lo dijeron antes? ¿No lo sabían? ¿No se acordaban? ¿O acaso el cerebro les trabaja a la misma velocidad que a su copetón jefe? El pasado 3 de agosto, en una rueda de prensa, el ex gobernador zacatecano, Ricardo Monreal, coordinador de la campaña de AMLO, denunció que desde la cuenta número 03800806935 de Scotiabank, Luis Videgaray operó 8 mil 681 mil millones de pesos de febrero a junio.
Retrocedamos un poco y nos entenderemos mejor. En 2005, cuando Peña Nieto asumió la gubernatura del Edomex, nombró a Videgaray titular de la Secretaría de Finanzas y a Murrieta Cummins subsecretario. Cuatro años después, cuando Videgaray renunció a su cargo para convertirse en diputado federal, Murrieta Cummins quedó al frente de esa dependencia.
Sin embargo, por motivos que no encajan en ninguna explicación coherente, Murrieta siguió utilizando la cuenta de Scotiabank, que está registrada como instrumento financiero del gobierno mexiquense, sin pedirle al banco que borrara el nombre de Videgaray y lo remplazara con el suyo.
Más aún, durante su presentación frente a los reporteros, anteayer, donde habló de todo esto, Murrieta aseguró que los movimientos de dinero dados a conocer por Monreal, no tenían otro objetivo que el de ganar más dinero.
Según Murrieta, el dinero que el gobierno del Edomex guardaba en la cuenta de Scotiabank era transferido por la noche a Bancomer, donde generaba muy buenos intereses, y regresaba a la mañana siguiente a Scotiabank más pachoncito. ¿En serio?
¿Por qué Murrieta no puso la cuenta a su nombre? ¿Por qué mantuvo el dinero en un banco que le ofrecía menos atractivos que otro? Y la más cautivadora de todas, ¿por qué esas transferencias se hicieron únicamente de febrero a junio, esto es, durante la campaña presidencial de Peña Nieto?
¿Por qué un ex funcionario como Videgaray tuvo acceso directo a una cuenta bancaria del gobierno mexiquense a lo largo de los tres años posteriores a su separación de ese gobierno? ¿De dónde salieron y cómo llegaron a la cuenta de Scotiabank los recursos que luego fueron enviados a Bancomer? ¿Realmente regresaban a Scotiabank incrementados por los supuestos intereses generados en Bancomer o entraron desde otra cuenta? ¿No parece a todas luces una triangulación de fondos de origen ilícito, orquestada por una banda del crimen organizado como la que aspira a incrustarse en la Presidencia de la República? ¿Por qué entonces no ha iniciado ninguna investigación la Secretaría de Hacienda?
Antes de incorporarse al equipo de Peña Nieto, Raúl Murrieta Cummins fue empleado de Televisa. Licenciado en Economía, egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), trabajó en el portal electrónico de Esmas.com que pertenece al consorcio de Emilio Azcárraga, así como en el área editorial de esa televisora, que a la luz de los hechos por todos conocidos, fue una pieza clave en la falsificación de la “victoria” del copetón venido a menos, pero todavía no se sabe en qué medida, a través de su red de casinos en todo el país, sus bares como el Bar-Baz, sus centros de espectáculos y sus nexos con la industria del sexoservicio participó en el blanqueamiento de los fondos que le cobró durante más de cinco años al esposo de la Gaviota.
Frente a tantos indicios de lavado de dinero, que se multiplican mientras los amigos de Peña Nieto atizan su ofensiva terrorista contra las sucursales de Soriana –ayer se quemó una en Pánuco, Veracruz– para culpar de ello cínicamente a AMLO, hoy también estaré en Twritter, en la cuenta @Desfiladero132, por si ocupan.
Jaime Avilés