Mediante un estudio documental con estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), la doctora Cristina Almeida hizo un esquema que refleja los niveles de proteínas y grasas del consumo del mexicano entre 1999 y 2011.
“En el consumo de proteínas hubo una disminución de 98 a 85 gramos al día; sin embargo, en donde visualicé cambios notables fue en el consumo de grasas, pues de 75 gramos al día que se detectó en 1990, en 2011 aumentó a 93 gramos. Esto pareciera que se mantiene en un comportamiento lineal positivo, que nos indica que a la próxima consulta podría tener un número más alto”.

SOBREPESO Y OBESIDAD EN ZACATECAS

Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), la población del estado de Zacatecas, en 1999, tenía una tasa de sobrepeso y obesidad de 17 por ciento. En 2006, hubo un incremento de más de diez puntos porcentuales, a 29 por ciento. En 2008, fue de 30 y en 2012, de 27 por ciento. Las cifras correspondientes a 2016 ya fueron publicadas por Ensanut a nivel nacional, pero faltan los resultados por estado para conocer la situación de Zacatecas.
“Aunado a esto, ¿qué sucede con el abasto y la distribución de los alimentos en el estado de Zacatecas? En la zona metropolitana hay un crecimiento notable y una saturación de supermercados. En 2010, de 101 tiendas de conveniencia, teníamos 56 en la zona metropolitana. En 2015, de 167 tiendas, 88 se localizaban en esta zona también. El número sigue creciendo y cerca de la mitad sigue distribuida en estas dos ciudades. Esto tiene gran influencia en la alimentación y es ahí cuando notamos que nuestras elecciones de consumo no son tan individuales, pues estamos sometidos una disponibilidad alimentaria perniciosa que se transforma en ambientes obesogénicos convertidos en oportunidades de influencia de una sobrealimentación”, explicó la doctora Cristina Almeida.
A pesar de que las estadísticas de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) han indicado que Zacatecas es de las entidades del país con una mayor producción de frijol, la doctora Cristina Almeida expuso que al revisar la frecuencia de consumo de alimentos en los alumnos de escuelas primarias de Zacatecas y Guadalupe, encontró que uno de cada diez niños no consume frijol o alguna leguminosa de esta familia.
“Además, en función del plato del buen comer, más de 50 por ciento de los niños consume leguminosas por debajo de lo recomendado, al igual que en el caso de frutas y verduras, ¿qué es lo que están consumiendo en su lugar? Azúcares y cereales, principalmente. Luego tenemos los productos de origen animal y lácteos. Esta es una dieta occidentalizada y estadounidense que está adoptando México en sus patrones de consumo”.
La doctora Cristina Almeida expuso que las encuestas no indicaron distinción de sobrepeso y obesidad entre las escuelas públicas y privadas. La diferencia es que en las escuelas privadas tienen un mayor consumo de productos de origen animal y lácteos, mientras que en las escuelas públicas comen mayormente cereales.
Este dato coincidió con un estudio desarrollado en 2015 por el cuerpo académico de Modelación Matemática Multidisciplinaria de la UAZ, liderado por la doctora Leticia Adriana Ramírez Hernández, en donde el equipo detectó que son los mismos factores que se reportan en el modelo general de sobrepeso y obesidad entre escuelas públicas y privadas del estado de Zacatecas; el contraste fue en los casos de desnutrición, con dos por ciento más de presencia en las instituciones públicas.
“Esto me hizo llegar a la conclusión de que no se está atacando el problema desde la raíz, sino superficialmente. Con esto también observamos que el sobrepeso y obesidad están relacionados con el régimen alimentario vigente, que beneficia a las grandes empresas trasnacionales que transcriben la alimentación de la población y también someten a la agricultura. Es lo que sucede en México y lamentablemente no son buenas noticias”, expuso Cristina Almeida.

INTERVENCIONES EDUCATIVAS

La doctora Cristina Almeida hoy en día ha contribuido y planea continuar en la solución de este problema con una serie de intervenciones educativas alimentarias, con la intención de educar en temas de nutrición, hábitos y elecciones de alimentación a la población escolar y padres de familia.
“En un principio, los padres de familia se sorprendieron pero luego se interesaron. Entonces, como resultado hemos tenido respuestas, mucha claridad en el tema, y en lo personal y profesional me sirvió como punto de partida para desarrollar otras investigaciones al respecto. Ojalá podamos implementar estas propuestas en más escuelas del estado y sean consideradas a nivel nacional”, concluyó.